No sería hasta 1989 cuando Spielberg y Lucas se decidirían a recuperar el personaje, su vuelta al cine palomitero tras El Color Púrpura y El Imperio del Sol, ambas dos demasiado pretenciosas. Ya en aquél entonces se hablaba de que tal vez Harrison Ford, que contaba con 46 añazos, estaba algo viejo para encarnar al héroe. Me pregunto qué pensarán de que lo vuelva a encarnar 20 años más viejo. En cualquiera de los casos, parece claro que El Templo no satisfizo del todo a casi nadie, de modo que se trataba de recuperar la esencia de Indiana Jones. Con los ingredientes básicos que hicieron famosa a la saga, Indiana Jones Y La Última Cruzada es tal vez la mejor de la trilogía (dudo entre esta y la primera). Esta vez sí fuí a verla al cine, y más tarde recuerdo darle el coñazo al tipo del videoclub preguntando cada semana si por fin, habían recibido copias de la cinta. Y es que el tercer Indy recuperaba la temática histórico religiosa, nada menos que la mítica búsqueda del Santo Grial de la leyenda artúrica. Ok, en 2008, después del Código Da Vinci y todo eso, no resulta muy original, pero desde luego, en 1989 era recuperar la leyenda. No sólo recuperaba la temática clásica, también sus enemigos de siempre, los nazis. Recuperaba la profesión, Indy vuelve a ser un profesor de universidad y un arqueólogo, recuperaba personajes como Marcus Brody o Sallah y en definitiva, retoma el pulso donde lo dejó la inicial.
Como punto y aparte queda la aparición del gran Sean Cornery como padre del héroe, lo que le da una vuelta de tuerca buena y un divertido contrapunto al personaje. La película cuenta con buenas localizaciones y un pulso trepidante, sin perder el sentido del humor pero sin que los gags resulten cargantes. Y la retrospectiva inicial, con el malogrado River Phoenix de Indiana Jones adolescente, refuerza el hecho de que en esta tercera parte el personaje de Indiana adopta el máximo protagonismo, se dibuja su personalidad y su historia. Ni que decir tiene, es un peliculón.
Eran casi los 90’s y el marketing ya manejaba los estudios de Hollywood, con lo que el merchandising no dejó de aparecer de las formas más insospechadas. Recuerdo con especial cariño los libros tipo «Elige tu propia aventura» en los que el lector se metía en la piel de una suerte de ayudante infantil de Indiana Jones, y era el que elegía los pasos a dar (??!!), enlazando diferentes versiones de la historia según lo que se decidiera. Claro que también podías acabar con tus huesos y los de Indy en una prisión o despeñados por un barranco, elegir mal es lo que tenía. Algo bizarro y que hoy en día no se podría realizar: en 2008 un señor con sombrero no puede vivir aventuras con un niño. De hecho, si hoy en día se hiciera El Templo Maldito, rápidamente se tacharía a Indiana Jones de pederasta y explotador infantil. (continuará)
Canciones:
Black Sabbath: «Paranoid»
Raging Slab: «Don’t Dog Me»
Kaiser Chiefs: «Ruby»