Archive for the 'playa' Category

25
Jul
13

SOUTHERN CALIFORNIA SUMMER’13 – DAY 2

Miércoles 24 y esto va pasando inexorablemente rápido. Son las 21:47, casi las siete de la mañana en casa. En alguna casa. Como llevo varias cervezas encima, creo que es ya momento de escribir unas líneas y luego ponerme a dormir. ¿Os parece pronto? Esto es Southern California. Los horarios están cambiados. Movidos, diría yo. Todo va antes. Mañana a las seis ya despertaré, y en seguida, a trabajar.  A las doce se come. A las siete se cena. Y claro, a las diez, o seguro, antes de las once, a dormir. Aquí amanece pronto, y oscurece antes, y además, el ritmo de actividad de todas las personas es similar, supongo que tener 3 horas de diferencia horaria con la costa este condiciona este aspecto. Si tienes una empresa que trabaje a nivel nacional, desde luego, no puedes hacerlo de otra manera.

La noche está fría. Más bien, hace fresquicha, que diría mi abuela. Por si alguien viaja aquí y se espera temperaturas tropicales, se equivoca. Temprano, por las mañanas, hace fresco. Y por las noches, lo mismo. Si bien los días pueden ser soleados y con buenas temperaturas, sin el calor que tenemos en Barcelona en julio, por ejemplo, las noches bien merecen una chaquetita.

El día no ha tenido mucho interés. Trabajo, y relaciones sociales. Demasiadas, suerte que no serán más de tres días. Sin embargo, me ha deparado algo interesante. Hoy había montada una de esas actividades que se supone son para hacer “team building” y todas esas cosas. Y no ha estado pero que nada mal. Se trataba de hacer kayac en la playa de La Jolla. Una pena que el día estuviera un poco gris. Por lo menos la temperatura del agua no era tan fría como suele ser. Pero ha estado muy bien, remar por la costa, ver muy de cerca los leones marinos que tienen la zona rocosa muy cercana a la playa como su morada, los cormoranes, etc…

Mirad, suelo viajar mucho por trabajo, y los viajes de trabajo, lo malo que tienen es que son eso, trabajo. Pero se trata de sacar esta clase de experiencias. Hoy es hacer kayac a tres metros de lenoes marinos. Mañana es visitar el canal de Panamá. Pasado será comer camello en una casa típica árabe, hacer surf en Sydney o tomar una cerveza en Reeperbahn. Como me dijo una vez una persona muy querida, los asuntos laborales se olvidan, y el dinero se gasta. Pero estas experiencias son lo único que nos llevamos cuando viajamos por trabajo.

Canciones:

Underworld: “Born Slippy”

Beck: “Gamma Ray”

Chris Isaak: “Pretty Girls Don’t Cry”

10
Nov
12

australian chronicles (vi)

Me doy cuenta que llevo varias entradas ya, de estas crónicas australianas, y todavía no he subido ninguna foto. No es que no haga, es pura vagancia. Suelo ponerme a escribir por la noche, antes de irme a dormir, y francamente, estoy hecho polvo. Durante mucho tiempo, viajaba y nunca tomaba ni una triste foto. Me molestaba tener que ir con la cámara, sacarla en el momento adecuado, y demás. Pero hace unos dos años, me regalaron un iPhone, y sin ser yo muy talibán de las nuevas tecnologías, reconozco que el iPhone es un trasto fantástico. Y entre otras cosas, me permite tomar unas fotos más que dignas, por lo menos para lo que yo quiero, sin tener que llevar ningún aparato extra. Y desde entonces, sí, voy fotografiando todos los sitios donde he estado, simplemente como un apoyo a la memoria, que es corta y traicionera. El otro día revisaba una carpeta de fotos que, diligente, he creado en el ordenador, divididas por destinos, y me sale algo interesante. A menudo fotografío tonterías, y como es lógico, siendo el autor, rara vez salgo yo en la foto. Por ejemplo, fotografío todas las habitaciones de los hoteles, y también los aeropuertos. Una costumbre como otra cualquiera. En realidad, no es una cuestión de la belleza de la imagen, que mi torpeza me lo impide (aunque los filtros de Instagram a veces ayudan a generar algo majo). Tampoco es un tema de conseguir imágenes representativas que, sin duda, y con un par de clicks en Internet, se pueden obtener, con mejor calidad. Es, como dije, una pequeña muleta a la memoria.

Hoy es sábado, y tenía el día libre. Al final me libré del compromiso social, y me metí en un, digamos, compromiso, pero definitivamente más divertido. Un par de compañeros de la oficina me decían que habían comenzado a hacer surf, y que me apuntara a probarlo. Por supuesto, no podía perder una oportunidad así. Así que temprano esta mañana, tomaba el ferry de Quay Circular, en el centro de Sydney, a Manly Beach, donde estas personas viven. El surf resulta ser una suerte de deporte nacional en las zonas de playa del país. En estas playas, se delimita una gran sección para surfistas, y otra sección, más pequeña, para bañistas. Por un precio más que razonable (y Australia es un país carísimo) alquilé un traje de neopreno y una tabla, durante dos horas. Las conclusiones son varias. Resulta ser una práctica muy divertida, me lo he pasado estupendamente. También es algo muy difícil. Yo soy un tío tirando a patoso, he de reconocerlo. Pero cuando consigues coger una ola y mantenerte, ni que sea un par de segundos en pie sobre la tabla, bueno, te sientes Kelly Slater, como mínimo (a la postre, el único nombre de surfista que conozco). Y finalmente diré que es agotador. Ahora mismo me duelen brazos, piernas y espalda. Y sólo han pasado unas horas, mañana puede ser muy duro. Además, me he quemado toda la cara. El día ha sido bastante gris, en realidad el sol ha salido tímidamente muy poco a y en cortos intervalos durante la mañana. Ocurre que en estas latitudes el sol es peligroso, por lo fina que es la capa de ozono. Y lo he sentido en mi piel.

Los viajes se basan en las experiencias. De los viajes vacacionales, se le supone ese aliciente de diversión, y descanso, y si es posible, nuevas sensaciones. Todo ese plus de diversión y descanso, en mis viajes laborales, obviamente desaparece. Pero lo que me llevo son las vivencias. No es fácil de asimilar, y cualquiera que haya viajado por trabajo con cierta frecuencia, lo puede conocer. Es complicado de hacerlo entender, claro, al profano, porque para la mayoría, un viaje es, más o menos, un sinónimo de período vacacional. En cualquiera de los casos, son todas estas experiencias las que me llevo. El trabajo se acaba, el sueldo se gasta, pero al final, las experiencias se quedan.

Esta tarde ha sido más relajada, y he aprovechado para pasear por Darling Harbour, que no deja de ser como un Maremagnum de Barcelona, aunque bastante más grande. Lleno de gente que salía de cena o de copas, muchas despedidas de soltera, nada muy remarcable, más allá de esa costumbre tan anglosajona de las chicas, de pintarse como puertas, lucir vestidazos cortos y arrapados, sin importar el tipo que tengan, y llevar tacones. Y aunque no seré yo quien se queje de que una mujer lleve la falda corta y el tacón alto, más de una paseaba una estampa y unos andares lamentables. Y como yo soy un tipo sencillo, me he alegrado de encontrar una de esas bebidas empalagosas que me encantan y que difícilmente se encuentra en Barcelona: Vanilla Coke!! Bebida digna de hijos de los dioses, amigos.

Canciones:

SCOTS: “Voodoo Cadillac”

Nick Cave: “In The Ghetto”

The Young Lovers: “Barbarella”

16
Jul
09

Tarde de playa en San Diego

Unas líneas rápidas para dar señales de vida. Todavía en San Diego, pero tratando de disfrutar de lo que me puede ofrecer el lugar. Y si ayer ya hice gala de mi capacidad de acercarme a lo políticamente correcto y hacer ver que me interesaban aburridas conversaciones de gente que me importa lo más mínimo, en una cena que no me pude saltar, la de esta noche sí me la he saltado. En su lugar, y como hice el lunes, al acabar el trabajo me he ido directo a la playa, en la localidad de Encinitas, a unos 20 km de la ciudad, desarrollando mi faceta asocial que me suele caracterizar. Yendo a la playa no podía apuntarme a ninguna cena (aquí se cena a las 19h, amiguitos), ni ganas, y diablos, vaya si sienta bien una tarde de playa después del trabajo! El agua no está tan fría como pensaba, y en la playa, aunque bastante llena, no hay agobios y cuando se está poniendo el sol, resulta casi idílico. Después de un baño y de amodorrarme en la toalla, cuando el sol comienza a caer, nada mejor que enchufarme el iPod y dar un largo paseo por la orilla. Una cosa buena de este país es que uno puede ir solo a la playa, dejar las cosas en la toalla, dar un paseo, volver… y las cosas seguirán ahí!!! Nadie va a osar robar a bañistas en la playa. Eso para que luego nos llenemos la boca rajando de los americanos, pero en muchas cosas, deberíamos aprender de ellos. En fin, que el rollo era muy idílico, el sol poniéndose, vuestro amigo Kar disfrutando de un relajante paseo playero, la música, los últimos rayos rebeldes saliendo y las olas rompiendo a sus pies.

Canciones:

The Clash: «Death or Glory»
Smashing Pumpkins: «Cherub Rock»
Mink De Ville: «Just to walk that little girl home»

29
Ago
08

De vuelta

Bueno, recién llegadito de vacaciones, todo parece que de repente se mueve. Pero vayamos por partes, y la primera parte significa excusarme por haberme largado sin haber dicho nada. Y eso que lo tenía previsto, pero ya sabéis, a última hora hay cien mil cosas que hacer, de repente se te hacen las tantas de la noche y ves que tu vuelo sale a las seis de la mañana del día siguiente (maldita ley de la oferta y la demanda) y tus planes de una entradita nocturna se truncan porque necesito dormir algo más de cuatro horas para llegar de un modo decente al aeropuerto. Así que nada, que lo sepáis, que me he ido de vacaciones cinco días… y ya he vuelto.

Pues sí, cinco días en Menorca, isla paradisíaca y pachorrona donde las haya. Tranquilidad y descanso que, a la postre, es lo único que se puede hacer allí. Y mucha playa, lo cuál ya me está bien. Lejos queda ya la Menorca como refugio hippie, y tal vez deberíamos hablar de la Menorca como refugio turístico. Aunque a tenor de la verdad, debo decir que el contingente visitante de la isla es mucho menos agobiante, pesado, cutre y ridículo que en el resto de islas del archipiélago. En cualquiera de los casos, lo más parecido al vestigio hippie son los tropocientos puestecitos de venta de alaborios que te encuentras por doquier, y algún que otro perroflauta que hace auto-stop. Se dice, se comenta, que la isla fue algo así como una suerte de paraíso psicodélico-playero a finales de los 70’s, y que Jimi Hendrix y Eric Clapton pasaron temporadas allí.

Durante mis trayectos en el coche de alquiler de rigor, no tenía más remedio que tirar de radio, y descubrí la emisora Rock & Gol, que no tiene dial en la FM en Barcelona. Curiosa emisora ésta. Ya la conocía, aunque jamás la había escuchado. Pero dentro del tristísimo espectro radiofónico español, me gustó (nota mental: hablar del espectro radiofónico español). No puedo poner quejas a una emisora en la que suena “Born in the Bayou” de Creedence Clearwater Revival, Frank Sinatra, Jimi Hendrix, The Doors, Little Richard, y así, en plan radiofórmula. Todo muy estándar, lo más moderno que escuchaba era el single de Kid Rock “All Summer Long” que me descubrió Anxlsuperstar en el blog de Los Secuestradores de Iones (ver enlaces), en el que el tío tiene los huevos de samplear “Sweet Home Alabama”… y le sale bien la cosa! En fin, no deja de ser una emisora de oldies y estándares más o menos rockeros, con topicazos como “Hotel California” (de verdad, hay alguna emisora que nunca haya pinchado esa canción? Es necesario volver a emitir “Hotel California”?), lo cuál no le quita un cierto interés. Debo comentar que no había programación apenas, cosas del agosto, y leo en su web que en temporada convencional hay otras cosas. No sé qué tal será, pero yo disfruté de una emisora de rock clásico como existe en otros países.

Y ahora, pues nada, a apurar los últimos días, que el lunes estaremos de vuelta en el trabajo, y todo volverá a la triste normalidad. Saludos a tod@s.

Canciones:

Jeff Buckley: «Lilac Wine»
Little Steven & The Disciples Of Soul: «Solidarity»
Led Zeppelin: «I’m gonna crawl»

14
Ago
08

La Playa

Este NDK en versión agosto está resultando más liviano que de costumbre. Y es que las vacaciones hacen mucho. Será el calor, que me seca las neuronas y me las deja más vacías de ideas que de costumbre. De modo que para hacer un alarde de originalidad, hablaremos de playas.
Sí, amigos y amigas, y animales de corral. Me gusta la playa. Diablos, me gusta mucho la playa. Es uno de los mejores pasatiempos que puede tener el verano. Luego está el tema de la playa en invierno, con su aureola de romanticismo, el misticismo de la mar, el oleaje rompiendo salvajemente, al fondo, el crepúsculo, y todas esas cosas que tan bien quedan en el cine.

No, hoy hablo de la playa en el sentido más horrorosamente común. Leer un libro a 35º en pleno sol, sudando hasta que un leve vahído te indica que tal vez necesitas un baño. Conectarte al Ipod en modo aleatorio. Simplemente observar, parapetado en unas buenas gafas de sol, la fauna que allí se reúne, y también, claro, aunque más de soslayo, las chicas guapas que se lucen al día radiante. Y la gran sensación del baño. Parece una estupidez que reconforte tanto. En el agua, cuanto más lejos de la orilla, mejor. Por no hablar de los días con oleaje y corriente. Esos días son estupendos, cuando la mar se convierte en un pequeño reto pseudo deportivo.

Platja de Tamariu: altamente recomendable

Cierto es que las playas suelen reunir gentes de todo tipo y condición, bajas raleas, bajos instintos o directamente despertadores de odios ocultos. Todos sabemos cuáles son. Familias gritonas, gente que ensucia, niños que dan por culo, aparatos de música sonando, niñatos y no tan niñatos… ¿sigo? La playa semivacía es un ente idílico casi inexistente entre finales de julio y este ferragosto en el que nos encontramos. Y puedo entender que haya quien se agobie con todo esto. Yo supongo que me he acostumbrado a ello y puedo abstraerme.

Yo prefiero ir a menudo, casi a diario, pero poco tiempo. Con dos o tres horas tengo suficiente. Y cuando el tiempo deja de acompañar para este ritual, significa que el otoño ya está ahí, y el invierno a la vuelta de la esquina.

Canciones:

Soulsavers: «Trough my sails»
Jane’s Addiction: «Ocean Size»
Los Salvajes: «Las Ovejitas»

28
Jul
08

El saludo surfero

Esta curiosa historia me la contaron cuando estuve en Hawaii el año pasado. ¿Verdad? ¿Mentira? De hecho, ¿a quién le importa? Me la explicó un guía, que trataba de explicarme el por qué del clásico saludo surfero, ya sabéis, con los dedos pulgar y meñique estirados (y el resto cerrados en puño). El que popularizó por estos lares Ronaldinho.
El ídolo caído

Pues bien, se dice que en los 50’s se celebraban en Honolulu unos grandes fastos que conmemoraban la victoria del gran rey Kamehameha, concretamente el 11 de junio. Este personaje histórico verídico, con nombre que nos lleva directamente a la serie Dragon Ball, fue el artífice de la creación del pueblo Hawaiano. Kamehameha I el grande vivió en el siglo XVIII y unificó el archipélago de Hawaii a base de batallas, creando el Reino de Hawaii. Su dinastía reinó hasta que a finales del siglo XIX, los EUA desplegaron su influencia por esas islas hasta acabar anexionándolas.

Kamehameha I El Grande

Pues bien, los 11 de junio se celebraban una suerte de desfile/rúa carnavalera en la que había varias carrozas, y en la más importante, un ciudadano interpretaba el papel del rey Kamehameha I, que saludaba al pueblo sentado en su trono. En esa época, hubo un carpintero que solía interpretar, año tras año, al rey Kamehameha. Se disfrazaba y saludaba con la mano al pueblo desde su carroza. Era un personaje muy querido.

Resultó que una vez, este carpintero sufrió un accidente que le hizo perder tres dedos de su mano derecha, el índice, el corazón y el anular. Muy apenado, rechazó volver a interpretar al rey. Cómo iba a ser el gran Kamehameha un pobre lisiado. Sin embargo,sus convecinos insistieron mucho para que no desistiera. Llevaba años siendo el Kamehameha perfecto y ese accidente no podía dejarlo en el olvido.


Uno de los mejores surfistas del mundo. Cuando aún tenía pelo participó en la 2ª temporada de «Los Vigilantes de la Playa»

De modo que ese año, una vez más, volvió a subirse a la carroza y a saludar al pueblo. Sólo que en esa ocasión, la gente, desde la calle, no veía al rey moviendo su palma de la mano, sino tan sólo los dedos pulgar y meñique. Y respondieron a su rey devolviéndole el saludo del mismo modo.

Qué injusticia se cometió con Poochie!!

Y esta es la historia del saludo clásico hawaiano. Y en tanto que el surf es el deporte nacional de Hawaii, ese saludo fue adoptado por todos los surferos, desde Kelly Slater hasta el perro Poochie. Y no, que nadie me pregunte por qué diablos el dichoso Ronaldinho también lo usaba.

Canciones:

Pink Floyd: «Take it back»
Eli «Paperboy» Reed: «Take My Love With You»
Aerosmith: «Angel»

22
Abr
08

Jitazos Fugaces. SPECIAL EDITION… hoy: Inner Circle

Edición de lujo esta de los Jitazos Fugaces que aparecen hoy por este vuestro blog. Y es que, bien, a priori, definí los Jitazos Fugaces como esos temas pegadizos que de repente surgen e invaden radios y teles durante una temporada, y cuya fama supera con creces la de sus propios creadores, que suelen quedar enterrados y resultan incapaces de sobrellevar una carrera musical. Por suerte, generalmente. Y sin embargo, en esta ocasión os presento a una banda que fueron durante una época los reyes de los Jitazos Fugaces y de la reincidencia. Ladies and gentlemen, please hats off to… Inner Circle!!

Conocí a Inner Circle en 1993, cuando sacaron un Jitazo Fugaz como el que os presento: «Sweat (A La La La La Long)»

Está claro que Inner Circle ya sabían qué les hacía falta para ganar cuartos… un estribillo pegadizo, un ritmete reggae y un videoclip con playas y chicas en bikini. Este videoclip y este Jitazo en cuestión resulta todo un ejercicio de estilo al respecto. Pero diablos, a mí me volvieron a convencer. Por favor, decidme que vosotros tampoco podéis dejar de canturrear…

Y desde entonces les perdí la vista. Tirando de esa herramienta de desinformación que es Wikipedia, leo que Inner Circle son una banda jamaicana creada en 1968 (en el mismo año que Joe South publicó el original del «Games People Play») y que publicó su primer disco en 1974 (??!!). La banda sufrió cambios en su formación, especialmente tras la muerte en 1980 de su solista original, que fue reemplazado por el gordo rasta que todos recordamos. Este mismo tipo enfermó gravemente en 1995, probablemente por eso ya no hubieron más veranos con Jitazo Fugaz Reggae. En la actualidad siguen adelante, con otro vocalista, y de hecho su carrera tiene chorrocientos discos. Pero como suele ocurrir en estos casos, poco importa lo que hubieran grabado, antes y después. Con vuestro permiso, me voy a tararear un rato más.

09
Abr
08

The Beach Boys (y 2)

(viene de la entrada anterior) Pero no se quedó ahí. Brian Wilson estaba en su cénit y lo sabía. Y comenzó a grabar una canción que le vino a la cabeza y que sabía que sería una de sus grandes obras: Good Vibrations. Sin embargo, algo andaba mal. Brian Wilson era un perfeccionista obsesivo, tenía la música en su cabeza y QUERÍA plasmarla tal cual la escuchaba en su mente. Por otra parte, consumía más drogas que nunca y sus bajones por supuesta falta de inspiración se convertían en depresiones paranoides. Necesitó 6 meses, tres estudios diferentes y una cantidad ingente de pasta (la cifra más alta jamás usada en un single) para acabar “Good Vibrations”. Sintomático de cómo estaba el asunto. Pero en 1966 había publicado otro single definitivo. Tenía sólo 24 años.
Entre 1966 y 1967 Brian Wilson trabajó en el que debía ser la obra que continuara y superara el magno Pet Sounds, que titularía Smile, y que contenía su single “Good Vibrations”. Junto con el letrista Van Dyke Parks, se encerró para grabar horas y horas de música que su grupo veía extraña e inconexa y sólo parecía cuadrar en la mente de Brian, lo cuál tensó aún más las relaciones. Por otra parte, Brian Wilson entró en una espiral de LSD y marihuana, en depresiones y subidones y en un diagnóstico de esquizofrenia. Situaciones grotescas como hacer traer arena de playa a su mansión y en un montículo de arena situar el piano para inspirarse, o hacer poner a todos los músicos un casco de bombero para ponerse en situación, se tornaron habituales. Las discusiones con el resto de los Beach Boys y su situación mental (que él mismo definió de psicodelicado) provocaron que, de repente, cancelara el proyecto con más de medio disco terminado. La compañía (y sus compañeros), hartos de la espera, decidieron recopilar el material utilizable (mención especial al gran single “Heroes & Villains”) y publicarlo en 1967 como el 12º disco de la banda, bajo el nombre de Smaley Smile. Ese fue, para mi gusto, el último gran momento de los Beach Boys, el final de una etapa mágica que acabó de manera trágica: Brian Wilson se encerró varios meses en su habitación, consumiendo drogas a mansalva, hundido psicológicamente, y los Beach Boys tiraron adelante sin él.

Brian Wilson: un hombre y su casco de bombero

La discografía posterior palidece. Hay, qué duda cabe, buenos temas, y buenos momentos, pero ya no comparables a su primera etapa de surf pop rock o a su momento cúspide pop. Brian Wilson aparece y desaparece, compone algunas cosas, pero el peso de la banda recae en Carl Wilson (quien adopta un papel mucho más protagonista y desarrolla su potencial vocal), en Dennis Wilson (por su carisma) y especialmente en Mike Love, quien adoptará el papel de líder absoluto y cara visible de los Beach Boys. Durante el 1968 Dennis Wilson se rodea de extrañas compañías, relacionándose con Charles Manson y su “familia”. Declaró en su época que fueron amiguetes, los acogió en su casa hasta que tuvo que echarlos, por presiones de su mujer (y por contagiarle una gonorrea) y también porque las cosas se volvieron algo, digamos, extrañas. Siempre mantuvo una posición ambigua al respecto. Obviamente, Dennis Wilson condenó los actos de Manson y su gente, pero a su vez siempre habló de él como un tipo con el que tuvo buena relación, y de hecho, le produjo su disco. Jamás declaró en el juicio y reconoció que visto lo ocurrido, y tras recibir amenazas, le acojonaba un poco lo que pudiera pasarle.

Dennis Wilson: el amigo de Charlie Manson

La negativa de los Beach Boys a participar en el Festival Pop de Monterrey de 1967 (ya sabéis, el de Hendrix como estrella) fue sintomático de cómo iban a ir las cosas. De repente, la evolución del grupo se había frenado y los tiempos les habían superado. Encararon los 70’s siendo la gran banda americana, pero sin participar de ese esplendor que el pop y el rock de finales de los 60’s vivieron. Brian Wilson participaba intermitentemente, en la composición y en los conciertos, y el resto de miembros del grupo adquirieron peso específico. De repente, Brian Wilson componía un temazo como “’Til I Die” y de repente desaparecía. Las canciones solían estar compuestas por Brian Wilson y Mike Love. A finales de los 70’s eran una gran banda en directo, pero sus discos habían bajado mucho el nivel.

Compré el otro día un pack de 3 DVD’s (a un precio irrisorio de 19€) que recogen actuaciones en TV, un documental y un concierto entero que toda la banda (Brian Wilson incluido) dieron en el mítico festival de Knebworth en el 80. Refleja lo que eran entonces, una banda con un directo aplastante, con un repertorio mágico, dirigida por un Mike Love con el que sería su característico look de hortera de playa, con Brian Wilson escondido tras su piano, con Carl y Dennis haciendo gala de carisma, pero recuperando y viviendo de sus éxitos pretéritos. Sería el último concierto con toda la banda al completo.

Una de sus actuaciones de los 70’s. Ojito al look hippioso de Mike Love.

Comenzaba una mala época para el grupo, llena de tensiones internas, con un Brian Wilson que llegó a pesar 150 kg en 1982 y que acabaría por dejar a los Beach Boys. Por si fuera poco, en 1983 murió Dennis Wilson. El resto de la banda se dedicó a sobrevivir más como un grupo de revival que como lo que fue, uno de los mejores grupos de la historia. Para el recuerdo queda ese hit que fue “Kokomo”, un tema que rezuma ochenterismo por todos sus poros y que colaron en la banda sonora de la película “Cocktail”. Fue su primer número 1 en años. Por otro lado, a finales de los 80’s Brian Wilson comenzó a mostrar signos de mejoría e incluso fue capaz de grabar su primer álbum en solitario. Brian Wilson mejoraba y los Beach Boys era una banda condenada irremediablemente al circuito de revival. A principios de los 90’s tuvieron 15 minutos de fama con un recopilatorio al que le debo el interés por su música. Era uno de esos recopilatorios en los que además se incluía un “megamix” horrendo… pero que en aquél momento me encantó.

En 1998 moría Carl Wilson de un cáncer de pulmón. Y sería Brian Wilson quien mostraría la cara amable de la historia. Su recuperación, más o menos, era un hecho. Grabó varios discos y en el nuevo siglo XXI se decidió a recuperar lo que le pertenecía, su memoria de los Beach Boys. Repescó Pet Sounds en una serie de conciertos casi míticos y ya en 2004, tras cerca de 40 años, acabó grabando Smile tal y como lo concebió. O por lo menos eso dijo.

Sin despreciar en absoluto sus primeros discos, que contenían singles que han sobrevivido en la memoria popular casi medio siglo, está claro que la etapa de los Beach Boys Pet Sounds-Good Vibrations-Smaley Smile es espectacular. Y la gran duda es qué hubiera pasado si Brian Wilson hubiera sido emocionalmente más estable y hubiera podido continuar haciendo música sin caer en ese “retiro forzado”. Entra dentro de las competencias de la ciencia ficción, claro, pero a uno le queda la sensación de que algo grande se ha perdido.

Canciones:

The Beach Boys: «I can hear music»
The Beach Boys: «‘Til I Die»
The Beach Boys: «Heroes & Villains»

07
Abr
08

The Beach Boys (1)

Llevo una temporada obsesionado por la música de los Beach Boys. Sin saber por qué, de repente me ha dado por repescar su material. Resulta una evidencia que hoy en día a los Beach Boys se les recuerda, generalmente, como un grupete de jóvenes que a principios de los 60’s hacían alegres canciones surf sobre playas, olas, coches, chicas y diversión. Esa es la primera imagen que aparece cuando se menciona este nombre. Esa, o la de un Mike Love con pinta de pureta horterilla, con una gorra de beisbol perenne y una camisa hawaiana, que es, a la postre, la imagen de la banda de los 80’s en adelante. Popularmente no es conocida esa etapa en la que los Beach Boys hicieron sombra a los mismísimos Beatles (y a The Byrds, y a Love, y a …) en el trono del pop. Poco importa, está claro que los Beach Boys y Brian Wilson en particular marcaron un hito casi insuperable en su etapa Pet Sounds-Good Vibrations-Smaley Smile, y es una verdadera tragedia para la música que Wilson se hundiera en su miseria lisérgica y psicológica cuando estaban en la verdadera cúspide.
La historia es más o menos conocida. En 1961 se crea la banda, formada por los hermanos Brian, Carl y Dennis Wilson, un primo suyo, Mike Love y un amigo, Al Jardine. El señor Wilson padre, músico frustrado, vio un filón en sus retoños, capaces de combinar unas armonías vocales que bebían del emergente pop y doo-woop que tenía por tótem a Phil Spector con la energía del rock n’ roll. Para darle más personalidad a la cosa, bebían de las fuentes del emergente surf rock. Aunque popularmente se les relaciona con el movimiento, The Beach Boys no eran exactamente un grupo de Surf Rock como lo podrían ser The Ventures, Surfaris, Jan & Dean o Dick Dale & his Dale-tones. Papá Wilson no era precisamente un padre amoroso, le daba al alpiste cosa mala y más de una yoya se llevaron sus hijos, y si no que se lo digan a Brian Wilson, quien se quedó sordo de un oído a causa de una de sus palizas.

De izquierda a derecha: Dennis Wilson, Al Jardine, Brian Wilson, Carl Wilson, Mike Love

Entre 1962 y 1965 grabaron la friolera de 10 LP’s, con muchos de sus clásicos por los que se les conocería toda la vida: Surfin’ Safari, Surfin’ USA, Surfer Girl, California Girls, Help Me Rhonda, Barbara Ann, … una discografía aclaparadora que además mostraba su capacidad para realizar versiones de clásicos (Then She Kissed Me, Why Do Fools Fall In Love, …). Esta es la etapa que todo el mundo tiene en mente. Lo curioso del tema es que los Beach Boys no eran surfers. El único que realmente amaba la playa y el surf era Dennis Wilson, el más carismático de los hermanos, si bien también considerado el que menos talento musical tenía. Para cerrar la historia con una paradoja, Dennis Wilson murió en 1983, accidentalmente, ahogado cuando practicaba buceo, de una manera bastante estúpida (desde la barca de un amigo, lanzaba objetos que luego bajaba al fondo a recuperar). Carl Wilson era el que tenía mejor voz, además suya es la voz aguda tan característica de sus armonías vocales. Pero sin duda alguna, el talento de la banda estaba en manos de un tipo tan genial como desequilibrado, Brian Wilson. Y debido a su carácter retraído, se complementaba muy bien con Mike Love, auténtico showman de la banda, capaz de darle la vuelta a las composiciones de Brian Wilson y dotarlas de una pátina de optimismo y diversión.

Por su visión más avanzada de la música de la banda, Brian Wilson era el que más chocaba con su padre. De hecho, en su autobiografía “Wouldn’t it be nice”, papá Wilson no sale muy bien parado. Como anécdota de la primera época cabe señalar el hecho de que Chuck Berry reclamó los derechos de “Surfin’ USA” por considerarlo un plagio de su “Sweet Little Sixteen”. No estoy yo por la labor de considerar si tenía razón o no, desde luego las composiciones son sospechosamente parecidas, pero el caso es que papá Wilson le cedió esos derechos, no sólo de la música sino también de las letras, lo cuál es totalmente absurdo. Todo eso sin decirle nada a su hijo Brian, compositor del tema, quien estuvo 25 años sin saber nada al respecto.

Portada de su obra cumbre

Los Beach Boys se habían convertido en un grupo tremendamente popular, en el grupo de América. Brian Wilson, sin embargo, no era una persona que disfrutara de la vida de músico, girando sin parar, de hecho, era Mike Love quien llevaba el peso en los conciertos. Ya en 1964 dio el primer aviso, y se negó a llevar ese ritmo de giras. Brian Wilson sólo participaría en algunos conciertos, pero para completar sus partes en las giras maratonianas, contrataron a un músico que se había creado cierto bagaje en la escena californiana, Bruce Johnston. Johnston estaría en la banda como miembro más o menos fijo hasta los 80’s.

Estaba claro que Brian Wilson quería llevar más allá la música de la banda. Dar un paso adelante y alejarse de las canciones de surf pop rock. De hecho, Wilson, quien con 21 años ya ejercía de productor, estaba muy interesado tanto en los experimentos de su adorado Phil Spector como en la nueva música que venía de Inglaterra con unos Beatles que habían logrado evolucionar. Aunque fans como Keith Moon de The Who jamás se lo perdonaron, la idea que tenía en mente Brian Wilson era tirar hacia el pop. Brian Wilson se había convertido en el cerebro y principal compositor. Sin embargo, no se puede decir que fuera un tipo equilibrado. Con tendencia a la depresión y a la paranoia autodestructiva, sólo le faltó entrar en contacto con las sustancias psicotrópicas. La cosa fue del siguiente modo: Cuando Brian Wilson escuchó el álbum Rubber Soul en el que los Beatles daban un paso alejándose de las alegres melodías pop-rock, se dio cuenta de que eso era lo que él quería para su banda. Y decidió experimentar al máximo, dando rienda suelta a sus instintos, lanzarse a la época psicodélica, buscar su propio Rubber Soul. El resultado es Pet Sounds, de 1966, el mejor disco de los Beach Boys y uno de los mejores discos de la historia. Esa evolución, sin embargo, no fue una cosa que sus compañeros de grupo acabaran de entender. De hecho, el nombre de Pet Sounds viene de una broma con mala uva que Mike Love le comentó a Brian Wilson, diciendo que esas tomas “raras” que grababan parecían música para perros. Brian, por su parte, recuerda esa época con algo de mosqueo. Declaró que “los beach boys sólo le querían para escribir canciones como churros”. El caso es que en Pet Sounds no hay ni rastro de surf pop rock. Es un pop psicodélico en el que Brian vació su alma. Experimentó con instrumentos, tempos, temáticas y armonías. Jamás las voces de los Beach Boys sonaron tan bien.

Foto promocional… no busquéis, no aparece Brian Wilson. El de la perilla es Bruce Johnston.

Temas como “God Only Knows”, “I know there’s an answer” o “Sloop John B.” rubrican uno de los hitos del pop de los 60’s. Una canción como “You still believe in me”, con esos timbres y bocinas de bicicleta como parte de la instrumentación es pieza clave para entender cómo habían cambiado las cosas.

CONTINUARÁ

Canciones:

The Beach Boys: «Surfin’ Safari»
The Beach Boys: «California Girls»
The Beach Boys: «You still believe in me»

23
Nov
07

USA Kar Tour 2007.Día 11: Adios… y malaho

Efectivamente, como cantaban Medina Azahara, todo tiene su final. Y el de mi estancia en Hawaii, y a la postre, de mi periplo americano, acababa hoy. Y malaho es otra de las pocas palabras del idioma original (¿hawaiano?) que se mantienen. Significa gracias.
La sensación era extraña. Parece mentira lo rápido que me adapto a las situaciones y los lugares. En seguida se me hacen familiares y soy capaz de adquirir todas esas pequeñas rutinas que cualquier ser humano necesita. Por ello, la sensación de saber que mañana todo ya habrá cambiado, me molesta. Y sin embargo, bueno, todavía tengo un largo día en la isla que tengo que aprovechar. De entrada, a la playa. Aprovechando que, como comenté hace unos días, mis horarios se han, digamos, adelantado, me desperté pronto, me marché a la playa con tiempo antes de que llegara la fatídica hora de las doce y del abandono obligatorio de mi habitación. Despedida de la playa de Waikiki, donde se celebró (ojo, anécdota estúpida) la ceremonia de la boda de Kurt Cobain y Courtney Love, supongo que sería 1992 o 1993.
El trámite de hacer la maleta fue costoso: ida, dos personas, tres maletas. Vuelta, dos personas (las mismas, eso sí), cuatro maletas. Y a duras penas!!! Por un momento pensé que debíamos comprar la 5ª maleta, y sólo con un esfuerzo de compactación considerable de enseres lo pude evitar. Odio la situación en los viajes,de ese último día. Sabes que debes marchar. Que la hora de marcha al aeropuerto pende cual espada de Damocles. Por mí, lo mejor sería marchar directamete ese día, justo al salir del hotel. Pero claro, por otra parte, quien puede renunciar a un soleado día más en Waikiki??
La comida de hoy es, para despedirme, en Jack In The Box, empresa de la que decido, debo abrir una franquicia en mi pueblo. No triunfaría, pero joder si comería a gusto. En fin, por más checkout que haga, mi siesta hawaiana no me la quita hoy ni el puto rey Kamehameha, reunificador de las islas. Aunque sea, esta vez en las hamacas de la piscina. Lo cuál me demuestra otra vez lo fácil que hubiera sido hospedarse en un hotel más barato y disfrutar de la terraza y la piscina de mi hotel. En fin, la próxima vez.

Él pone el arte… la fiera de los negocios es ella

Por la tarde decido dar un paseo y veo a un artesano en la calle tallando un tiki en madera. Ok, tikis he visto por todas partes, pero todos parecían muy artificiales, muy cutres. Sin embargo, este parece «auténtico». Los tikis molan. Son representaciones de dioses que tienen diversos significados en Hawaii, como salud, felicidad, espantar a los malos espíritus. Según me dijo la mujer del artesano, toda casa hawaiana debe tener uno. Qué me iba a decir, por otra parte. Pero vamos, sobra decir que me lo llevé. En mi defensa alegaré que la señora me hizo un descuento. Y para despedirme de la isla, disfrutar de una puesta de sol mientras saboreo algo que hacía años que no probaba y volví a tomar en la isla, la deliciosa y empalagosamente adictiva Vanilla Coke!! Es una pena que en España se sea tan tradicional con las bebidas. Casi nunca han triunfado sabores «alternativos», y menos si se trata de colas, a saber, la grunge Cherry Coke, la cutre Coke Lemon, la psicodélica Pepsi Crystal. Todas ellas llegaron y se estrellaron en la Celtiberia. La Vanilla Coke no llegó. Una pena.

Ríase vd. del Möet Chandon

En el aeropuerto, ya por la noche, vuelvo a tener una muestra de que Hawaii is different e incluso el personal de vigilacia es amable. Por esta vez, y a esto ya me había acostumbrado en EEUU, no me rastrean el equipaje como si de un delincuente se tratara. Supongo que esta vez me me largo del país, y claro, la cosa cambia. Y para despedirme de la isla, nada mejor que un espectáculo de hula, que lo ofrecen en el propio pasillo de las puertas de embarque del aeropuerto!! En serio, este sitio no deja de sorprenderme. Atrás quedan unos días fantásticos y por delante muchas, muchas horas de vuelo.

Canciones:
Jeff Buckley: «Mojo Pin»
David Bowie: «Life on Mars?»
Led Zeppelin: «Ramble On»



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