La Basílica pasa por ser una de las iglesias más grandes, creo que la segunda, del mundo. Y aunque el Barroco no es el estilo que más me gusta, cómo no caer rendido a los pies de esa mole ingente, donde reposan, dicen, los restos de San Pedro. Obviamente no es cierto, claro, como seguramente no es cierto que existiera San Pedro alguno. Pero para el visitante, eso no debiera importarle. Una característica del visitante a estos templos, y que en San Pedro del Vaticano se aumenta exponencialmente es el poco respeto que se demuestra. Así, a pesar de que indica claramente que no se puede entrar en los templos con pantalones cortos o con tirantes, decenas de personas insisten. Pero eso no es nada, lo peor es hechos como gente que se sienta en una esquina de la basílica, dentro, en un escalón, o bien se apoya a la columna, o se dedica a hablar a gritos, o a tocar todas las ruinas que están al alcance de la mano (menudos gilipoyas, se trata de piezas que han aguantado cientos de años!). Falta respeto, ese es el problema de este puto mundo. Yo no soy católico (Dios me libre!), pero respeto que estoy entrando en un templo de culto. Estoy entrando en su casa, nadie me ha obligado, pero es su casa y tengo que seguir sus reglas, y respetar. Es lo mismo que comentaba antes, respecto a la gente que tira sus botellas vacías en una esquina del arco de Tito. Si alguien le metiera esa botella por el recto probablemente se lo pensarían una próxima vez. Ok, me estoy poniendo un poco en plan Tony Soprano, pero no me negaréis que no me falta razón. Volviendo al Vaticano, destacar que la tumba del anterior Papa Godzilla se ha convertido en un punto de peregrinación, donde la gente sigue depositando flores, cartas en incluso fotografías (¿?).
A nivel de iglesias, a mí me gusta especialmente la de San Pietro in Vincoli, una pequeña iglesia no muy lejos del Coliseo. Se trata de una iglesia medieval reformada varias veces en el renacimiento y el barroco (por lo que mantiene estructuras románicas y góticas con decoración barroca). Incluye la impresionante escultura del Moisés de Miguel Ángel, a pesar de que no suele ser de las iglesias más destacadas en las guías. Esta iglesia guarda también una reliquia de lo que suponen ser las cadenas que se usaron durante el aprisionamiento de San Pedro, previo a su martirio. A mí, que la iconografía católica siempre me ha atraído, me pareció un lugar bonito.
Y con ello, finalmente, quiero concluir mi crónica romana, recomendando sin duda alguna la visita a la ciudad.
Canciones:
Otis Redding: «I can’t turn you loose»
Elvis Presley: «Unchained melody»
Alizee: «Moi Lolita»