Archivo de febrero 2014

04
Feb
14

sao paulo, día 2

Hoy es lunes y esto es Alphaville, Sao Paulo. Hotel, dulce hotel. Circunstancias de la vida en la carretera hacen que hoy me haya instalado en un hotel diferente al de anoche, y que volverá a cambiar la noche del miércoles. Pero es una buena habitación, tipo apartamento, con una cocina, un saloncito, baño y una habitación con dos ridículas camas separadas por una mesita, que inevitablemente me lleva a la habitación que compartieron mis abuelos. De todas formas, no espero compañía, así que da igual.

Hace mucho calor, pero no quiero poner el deficiente aire acondicionado, porque ando cascado de la garganta, y mañana tengo bolo importante, que no quisiera hacer como si estuviera imitando a Don Vito Corleone. O a Epi. Así que aguantaremos este calor que, no os voy a engañar, me encanta. La sensación de llegar a la habitación y quitarme la ropa y pasear en calzoncillos, me ha recordado lo mucho que echo de menos el verano en casa. En alguna casa.

Y como la noche de ayer fue fatal, y estoy muerto de sueño, ni siquiera he salido. Me he permitido ese lujo de dioses que es estarme un buen rato leyendo en la cama (“La Canción de Amor de Jonny Valentine”), y luego pedir algo de comida en la habitación. Una especie de estofado de ternera, con salsa Madeira, le llaman, y unos tacos de queso provolone rebozados, que no me han gustado mucho, y que hecho eso tan odioso de pedir un plato y dejarme más de la mitad. Zumo de limón para beber, que esto es Brasil y los zumos de frutas valen la pena. No es que sea la comida más sana del mundo, pero dadas las circunstancias, por hoy, pase. Mientras cenaba, acababa de ver “El Hombre Que Mató A Liberty Valance”, y no, por favor, puristas del cine, no me den la tabarra sobre eso tan feo de ver obras de arte del celuloide en dos partes. El avión ayer tenía que aterrizar, qué le voy a hacer. No quisieron esperar a que James Stewart supiera la verdad.

Andaba escuchando algo de Daft Punk, ahora que tan rematadamente famosos se han vuelto, y se le quedan a uno las ganas de decir “yo ya los conocía antes”, pero en realidad, qué más dará. Su “Get Lucky” me parece un hit fantástico, pero es que estos gabachos ya habían demostrado su capacidad para componer canciones de esas que te hacen replantearte tu condición de rockero a la antigua usanza. Que en el fondo, no soy. Aunque la canción que me ha hecho esbozar una sonrisa ha sido su “One More Time”, que me transporta a tiempos muy divertidos. Y no me he puesto en plan melancólico. Simplemente he recordado, he sonreído, y luego he seguido a lo mío, como quien se fuma un cigarrillo y tal como se acaba, lo arroja al suelo con cierto desprecio y lo aplasta con la punta del pie.

Canciones:

Daft Punk: “One More Time”

Kaiser Chiefs: “Ruby”

Billy Idol: “Hot In The City”

03
Feb
14

Sao Paulo, día 1

Yo había pensado en cerrar el blog. En no volver a escribir. De hecho, había, incluso, planeado cuándo y cómo lo iba a hacer. Iba a ser la tarde del 31 de diciembre de 2013, con un escueto mensaje, donde diría algo así como “muchas gracias a todos aquellos que estáis ahora mismo leyendo estas líneas… es algo que significa mucho para mí, porque esta no es sólo la última entrada de 2013, sino que es la última entrada que jamás voy a escribir para NDK”. Luego iba a colgar el vídeo de Bowie en su último concierto como Ziggy con las Spiders From Mars, cuando tocan “Rock n’ Roll Suicide”. Si es que soy una jodida drama queen. Lo que pasa es que aquella tarde, por lo que fuere, ya no lo recuerdo, no pude hacerlo. Luego lo fui dejando. Luego vinieron las dudas. Luego, sorprendentemente, me llegaron unos elogios al blog (gracias, Sergi), que acabaron siendo la puntilla. Yo lo sabía, en el fondo, no quería matar a NDK. Y aquí sigo. Ignoro con qué frecuencia, ignoro cómo irá, a partir de ahora, el blog. Pero aquí sigo.

Y este aquí, y este ahora, es un avión que me está llevando a Sao Paulo, Brasil. Estaré varios días por allí. Y aunque hacía tiempo que no viajaba con frecuencia, la experiencia no se me antoja más apetecible. Soy como el personaje de Danny Glover en Arma Letal. Me estoy haciendo viejo para toda esta mierda. Cómo se llamaba? El de Mel Gibson era Ricks y el de Glover, no logro recordarlo.

La última, y única vez, que estuve en Brasil fue hace ya 5 años. Un jodido lustro. Era, entonces, mi primer viaje de trabajo transoceánico. Y fue un completo desastre. Ahora la experiencia es un grado y todo está (más) bajo control. En aquél viaje perdí, recuerdo, una conexión en Rio de Janeiro, donde hacía escala para ir a Curitiba, y tuve que comprar un billete en el mismo aeropuerto, de una aerolínea llamada “Gol”, lo cuál, ni a mí ni supongo a vosotros me daba mucha confianza, cascarme varias horas de espera en un aeropuerto infecto y joderle la noche al pobre diablo que se había comprometido a ir a buscarme al aeropuerto de Curitiba, hasta dejarme en ese agujero infecto que resultó ser mi hotel de entonces. En esta ocasión todo va mejor, y definitivamente confío en que mi hotel no será ni mucho menos como aquél de cinco años atrás. Cinco años de un bautismo de fuego, de esos de aprendizaje descarnado. Algo escribí en el blog, al respecto, por entonces.

Lo he contado creo, en alguna ocasión, la primera noche en destino me resulta deprimente y me siento triste y miserable. Luego ya se me pasa. Pero es inevitable. Supongo que el sumatorio soledad y cansancio colaboran a la causa. Y como hace cinco años, y recuerdo claramente escuchar en el ipod, trasto que ahora parece del pleistoceno superior, suena, ahora en mi cabeza, esos primeros compases de “Rocket Man” de Elton John. Y no sé si me hace sentir mejor o peor, pero allí está.

Canciones:

Elton John: “Rocket Man”

David Bowie: “Rock n’ Roll Suicide”

Daft Punk: “Around The World”




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