Archivo de enero 2008
Jitazos Fugaces. Hoy… Ini Kamoze
Concurso de relatos
Este verano, El Periódico de Catalunya puso en marcha un concurso de relatos cortos. Intenté mandar algo, siempre en vano. Ahora está siendo la SER la que promueve algo similar. Y seguramente es la manida fórmula del «culo veo, culo quiero» que me ha hecho decidirme, tras conocer la existencia de tal concurso a través del blog de Troutman (pueden verlo en la sección de enlaces bajo el explícito nombre de Borracho soy aún peor).
Me he dado cuenta de la dificultad del tema. No sólo había que mandar una historia, sino que también resulta que ésta no puede superar las 100 palabras. Ardua tarea para un tipo rollero como yo, con un sentido de la síntesis nulo, este es el relato más corto que he sido capaz de escribir. Ya sabéis, a mí me van más las epopeyas. En fin, que no se diga que no lo he intentado:
No funcionó. Supongo que pasa a veces, a pesar del cariño que se le pone. Después de darle mi juventud. Después de todo lo que habíamos luchado los dos por salvarlo. Ahora esas noches interminables se me antojan tiempo perdido. Y eso que yo estaba convencida, incluso jugaba a imaginarme cómo sería el gran día. Era lo que soñaba. Con lo ilusionada que estaba mi madre, tan castigada por su enfermedad. Cuando el doctor Chess me dijo que la síntesis de la vacuna había fallado, no me lo podía ni creer. El compuesto no había superado el proceso. Fue el peor golpe de toda mi carrera científica.
Canciones:
Manic Street Preachers: «Your love alone is not enaugh»
Sly & The Family Stone: «Everyday people»
U2: «Misterious Ways»
Jitazos Fugaces. Hoy… Ké
Esta de hoy yo la calificaría de difícil. Se trata de un tema de 1996 titulado «Strange World» que canta Kevin Grivois, más conocido en el negocio como Ké. De Ké sí que se puede hablar usando el calificativo de «fugaz». Apuesto a que muchos de los que ahora leeis estas líneas no lo recordáis. Y es que a lado de Ké, el jitazo de Babylon Zoo es «Bohemian Rapsody». No en calidad, porque, diablos, esta canción… también me gusta!! (Creo que estoy empezando a tener problemas… tal vez estoy llevando demasiado lejos el tema de los jitazos fugaces).
Poco, muy poco, recuerdaba de este artistazo. Recuerdo haber visto su videoclip en el que era uno de mis programas favoritos en esa época, «Los 40 de canal +», una recopilación de vídeos diaria que se emitía al mediodía y por la noche en abierto en Canal + y los sábados reinaba Fernandisco en el especial «Del 40 al 1». En mi defensa alegaré que eran épocas en las que el acceso a los videoclips era complicadísimo (a no ser que se tuviera parabólica) y que por aquél entonces no era difícil que programaran vídeos de Soundgarden, R.E.M. , Offspring, Smashing Pumpkins, Guns n’ Roses o incluso Neil Young.
Sí recuerdo que comentaban que se trataba de un ex-modelo que le daba por hacer gorgoritos, y llegué a escuchar una comparación de su música y su timbre de voz con la de Michael Stipe de R.E.M. En fin, lo que se hace para vender. El clip, eso sí, es muy grunge, muy de mostrar introversión, muy de sufro a saco interiormente. El vídeo preferido de Vince Neil, vamos. Publicó ese single… y ya está!! Desapareció de la tierra. Nunca más se supo.
Estos autores de Jitazos Fugaces suelen tener su reducto de seguidores freaks, suelen contar con (des)información en la red, incluso un mindundi como el de Babylon Zoo contaba con dos páginas en Wikipedia. Pero de Ké, pocos, muy pocos datos he podido recabar. Ni siquiera he podido averiguar su nacionalidad. Sólo que publicó un disco («I Am») y que con este tema tuvo bastante éxito en países como Italia, donde llegó a hacer algunos bolos. El tipo tuvo el valor de publicar un segundo trabajo en 1998, trabajo que obviamente apenas servirá como posavasos. Luego se desvaneció, desapareció de la faz de la tierra. Ké, si lees estas líneas (y seguramente lo harás), puedes saber que tu single sigue teniendo su qué (chiste malo, lo sé) en 2008.
Gangsters
Y es que cómo molan los gangsters… mueven dinero, se codean con chicas, tienen estilo vistiendo, algunos incluso son elegantes (claro que hay de todo,ahí tenemos a Paulie Gualtieri de Los Soprano)… pero lo más interesante es su visión romántica de las reglas, algo casi medieval, su interés por el honor y la tradición, y sobretodo porque se permiten el lujo de hacer lo que quieren, esté o no permitido.
Permitidme que os cuente una cosa. El jueves pasado estaba de viaje. Por la noche no me apetecía salir a cenar, de modo que me bajé a la cafetería del hotel a picar algo mientras leía un rato. En la mesa de al lado había otro tipo, con pinta de estar también de viaje por trabajo. El tío estaba todo el rato hablando por el móvil a viva voz, con un amiguete, o algo así, pero en un tono exageradamente alto y molesto. En aquél momento, pensé qué es lo que hubiera hecho Tony Soprano, Carlito Brigante o Tommy de Vito… seguramente se hubieran acercado a la mesa y le hubieran pedido al tipo que bajara un poco la voz. Cuando el fulano se rebotara, cosa que previsiblemente fuera a hacer, le hubieran arrancado el móvil de la oreja y le hubieran golpeado en la cabeza repetidas veces con él, hasta ver sangre, y finalmente hubieran lanzado el aparato contra la pared, mientras decían algo así como «así aprenderás a respetar, hijoputa».
En su lugar, ni yo, ni nadie de los presentes a quienes molestaba ese individuo no hicimos el menor gesto y nos limitamos a esperar pacientemente que terminara su conversación. Cómo molan los gangsters.
Canciones:
The Darkness: «Friday Night»
Phil Collins: «Easy Lover»
The Mission: «Dream On»
Ahhh, la maravillosa idiosincrasia del mundo de la música. Unos días estás arriba del todo y cuando menos te lo esperas, el batacazo puede ser de órdago. Y es que no es nada extraño el toparse con una banda o artista que de repente, parece surgir de la nada con una canción, unos pocos minutos en los que concentra su arte y resulta ser su cenit creativo. Los dioses son favorables, ese día la luna está en su séptima casa y Júpiter se alinea con Marte, y resulta que esa canción acaba sonando en todas las radios y el pertinente videoclip aparece en la MTV y otros programas televisivos musicales. Sin embargo, la alegría es efímera, y tan rápido como ascendió, esta banda cae en el más cruel de los olvidos. Desde luego que antes habrá intentado mantener su fama más allá de los 15 minutos warholianos con un segundo single, que obviamente gusta a muy pocos y se pierde en la más cruel indiferencia. Algunos osados incluso lo vuelven a intentar un par de años más tarde, con un disco nuevo, en este caso la indiferencia suele ser aún más cruel, y el mensaje viene a ser “déjate de tonterías y toca otra vez XXXX”. El inglés, que sin duda es una lengua muy ágil, tiene para estos menesteres una expresión divertida: One Hit Wonder.
Esta pretende ser la primera entrega de una serie dedicada a algunos de estos One Hit Wonders, o como lo prefiero yo, Jitazos Fugaces. En ella hablaré de esos que parecían predestinados a comerse el mundo y acabaron siendo carne de recopilatorio anual y de emisora de radio tipo M80 o Kiss FM. Pero lo más curioso del tema es que algunos condensan en 3 minutos más gracia, más chispa, más calidad y más atractivo que carreras enteras de 15 LP’s. Otros jitazos fugaces tienen una gracia para los que disfrutamos del kistch, un eufemismo como otro cualquiera para denominar a la caspa. Otros tienen un videoclip divertido. Otros nos teletransportan a una época en concreta. Y otros son absoluta basura. Probablemente debería situar esta serie en el mejor blog de videoclips del mundo, me refiero, por supuesto, a Miliamperios en Betamax, veremos si la serie se traslada a este blog hermano o sigue en NDK.
Adentrémonos, sin más en este maravilloso mundo de los Jitazos Fugaces de la mano de todo un looser, señoras, señores y aves de corral… con todos ustedes (fanfarria) Babylon Zoo!!!
¿Cómo? ¿Que no os suena? Y si os menciono “Spaceman”, ¿la cosa cambia?. Si todavía no cambia, haced clic sobre el video. Veréis como será escuchar el tema y recordar la tonada. Como mínimo el inicio. Y es que el gran acierto, a nivel marketiniano, fue el acelerar la cinta y darle ese efecto de pitufos makineros con colocón de tripis con el que se iniciaba la canción. Eso era lo que lo hacía diferente. Y eso fue lo que llevó a Levi’s a adoptar esta intro como fondo musical para uno de sus spots de los 90’s, en una época en que la música de los anuncios de Levi’s tenía muchos números para acabar siendo radiada hasta la saciedad.
El autor de esa canción era un tipo que se presentaba bajo el nombre de Babylon Zoo, aunque su nombre era Jas Mann, y era un joven británico de origen indio. Corría el año 1996 cuando todo estalló. El hit en cuestión, pasada esa intro, era un tema muy 90’s, indie rock, guitarras saturadas, medio tiempo, baterías durillas. Él mismo se presentaba bajo una imagen pseudo grunge de media melenita y como veréis en el clip, movimientos de cámara bruscos, la banda en el escenario, acumulación de gente en un mini pogo… en fin, un clip que bebía mucho de su época. Algún día debería hablar de cómo hay tantos videoclips noventeros que presentan a una banda tocando con una supuesta actitud de desfase y un público apretujándose.
En honor a la verdad, hay que decir que el tema original no tenía esta intro que le hizo famoso, y si veis el clip con la canción inicial, se puede observar como pasado el shock de no escuchar esa intro clásica machacona, la verdad es que suena mucho mejor la intro guitarrera. Y diablos, la canción no estaba mal. A mí, por lo menos, me gusta. El tío publicó un disco titulado “The Boy With X-Ray Eyes”, y creo recordar que incluso sacó un segundo single. Hasta llegó a publicar un segundo disco, en 1999. Pero nada, como vino se fue, y hoy en día seguramente debe haberse cortado su melenita grunge y debe trabajar de taquillero en un cine porno gay… diga lo que diga Wikipedia. Pero ahí queda el rastro de su momento de fama, y para mi recuerdo queda haber sonado varias semanas esa canción en algún garito de BCN tipo “Bóveda” o similar.
Versión original del tema:
La versión con la intro que todos conocemos:
Mundo onírico
El mundo de los sueños es algo bastante flipante. Esto lo soñé antes de ayer.
No me creo la teoría freudiana de la interpretación de los sueños, pero si alguien lo hiciera, probablemente mi estabilidad mental se podría en seria duda. Lo del fin de año, lo puedo entender, no hace tanto, y realmente no salí en nochevieja. Lo de Valencia también, al fin y al cabo, me toca viajar a Valencia una vez al mes. Lo de los hoteles, es comprensible, son mi casa varios días al mes, también. Lo de Keira Knightley ya me cuesta más, es una chica a la que nunca he visto un morbo especial, me parece demasiado, cómo decirlo, aséptica. La cartera perdida, el taxista marroquí… y todo ello, claro, aderezado con esa neblina que puebla las situaciones de mis sueños, y esa sensación de que todo es demasiado raro. Como el vídeo de Thriller, pero sin Michael Jackson, vamos.
Canciones:
Everly Brothers: «Dream (all I have to do)»
Aerosmith: «Dream On»
Ze Malibu Kids: «I your bed»
Este recopilatorio supuso un pequeño rayo de esperanza, ya que grabaron un par de temas nuevos para incluirlos, y uno de ellos está realmente bien, un «Bad Day» que recuerda horrores a los R.E.M. de los 80’s, cosa que hizo despertar las habladurías respecto a un supuesto retorno a esas sonoridades para su próximo lanzamiento, lo cuál, no hubiera estado nada mal. Una vez más, un espejismo. Un caramelo que de repente nos quitaban de delante de la cara. El siguiente, y a la postre, último, hasta el momento, disco en estudio de R.E.M. se publicó en 2004 bajo el nombre de «Around The Sun» y se trata del peor disco de la banda de toda su discografía. Lentísimo, aburrido, hecho con el piloto automático puesto, se le podría calificar de AOP, adult oriented pop, no tiene siquiera ni un single que pueda redimirlo. Y por supuesto, de sonoridades ochenteras, nada de nada. Sorprendentemente, se lanzan a una gira mundial tras participar activamente en la campaña anti-Bush previo a la reelección del texano, gira que recala en Barcelona. El Palau St. Jordi estaba lleno a reventar, y cuando me espabilé, sólo quedaban entradas de grada. De modo que no puedo tener un gran recuerdo de ese show, aunque tal vez sea que ver a R.E.M. desde una triste grada lejos del escenario no es mi ideal de concierto.
A pesar de su bajón cualitativo, la banda no ha dejado de tener actividad. Este año pasado fueron introducidos en el Rock N’ Roll Hall Of Fame, actuando los cuatro miembros, con Berry a las baquetas. Y también publicaron su primer disco en directo, titulado simplemente «R.E.M. Live», con unas sesiones correspondientes a su última gira. El gran problema reside en que 12 de los 22 cortes pertenecen a esta época que yo he definido como «la década complicada». Además, me da la impresión de tener un sonido demasiado sobrecargado, en muchos temas sobra una o dos guitarras, y le falta la inmediatez y la chispa de antaño. No puedo culpar a la banda de no querer ampararse en la nostalgia, pero claro, poniendo al lado «Rockville (don’t go back)» o «Drive» de «Leaving New York», la cosa palidece.
Ahora se vuelve a decir que su nuevo disco, «Accelerate», tendrá sonoridades de su etapa ochentera, yo, personalmente, no me creo nada. De hecho, ese «R.E.M. Live» es el primer disco nuevo de R.E.M. que no me compro, desde hace años. Ojalá me equivoque.
Prefiero quedarme con su época grandiosa, aquella que Kurt Cobain, fan declarado de la banda, definió así en una entrevista «No sé cómo lo hacen. Dios, son lo más grande. Aguantan con su éxito como santos, y continúan proprocionandonos música estupenda»
PD: Aunque si vienen en concierto iré, esta vez desde la pista, como tiene que ser.
Canciones:
R.E.M.: «Beachball»
R.E.M.: «Beat a Drum»
R.E.M.: «The Outsiders»
Si volvemos al pasado, todo parece indicar que hay un precedente que marcó, probablemente de modo casual, un antes y un después: la marcha de Bill Berry. En la historia de R.E.M. hay varios períodos. El primero, de 1980 a 1985 viene marcado por un inicio en la banda, establecida en el underground. Sus discos de esa época son buenos, pero sin duda lo realmente grande viene en el período 1986-1990: «Life’s Rich Pageant», «Document» y «Green»... toma trío de discazos. Pasan de ser la banda más admirada del underground americano a fichar por una multinacional, Warner, y todo eso sin perder un ápice de credibilidad. El siguiente período se sitúa entre 1991 y 1996, y es la etapa de la fama. El grupo se convierte en un dinosaurio, ventas millonarias, discos excelentes, tan buenos como los anteriores, diferentes a ellos, eso sí, respetados y admirados.
En 1995, en plena gira mundial presentando su injustamente infravalorado «Monster», el batería Bill Berry sufre un aneurisma cerebral que le muestra la cara de la muerte de cerca. Al final todo queda en un susto, un susto que sin embargo hace que Berry abandone a R.E.M. Bill Berry siempre había sido el chico tranquilo, un tipo campechano que se sentaba tras la batería. Nunca creyó que se convertiría en una superestrella del rock, no le iban mucho ni las giras mundiales, ni las fotos de promo ni las entrevistas. Y aquél accidente fue demasiado para él. Durante la gira, había grabado con el grupo el disco «New Adventures in Hi-Fi», un disco que sin ser malo, pecaba de disperso y de demasiado largo. Un tema rockeaba y otro experimentaba con bases techno. Una canción era fantástica, como el single «E-Bow the letter» y otra era completamente prescindible. Un corte se grababa en una prueba de sonido y otra en un estudio. Cabe decir que por aquél entonces, R.E.M. era la gran banda, de hecho, ese disco era el primero que grababan tras firmar el contrato por aquél entoces más sustancioso de la historia de la música, con la compañía Warner. Ese récord pronto sería superado, claro, pero no perdamos de vista ese dato: en 1996 R.E.M. eran el grupo mejor pagado por sus discos del mundo.
Aquella baja del batería desató la polémica. Y aunque la banda había declarado en el pasado que si en alguna ocasión algún miembro abandonaba el grupo, no seguirán como tal, al final decidieron tirar adelante como trío. Michael Stipe lo resumió en una frase todo lo juiciosa o todo lo estúpida como se quiera considerar: «Un perro sigue siendo un perro aunque sólo tenga tres patas». Para mi gusto, dos aciertos, el primero, continuar, el segundo, no fichar a un cuarto miembro y usar músicos de sesión. Berry era un tipo que seguramente tenía un gran peso específico en lo sentimental y el lo que a cohesión personal entre los miembros de R.E.M. se refiere, pero no a nivel musical ni compositivo.
Esta ausencia, casualidad o no, marcó un punto de inflexión. En 1998 reaparecía R.E.M., formado ahora por un Michael Stipe superestrella, por un Mike Mills con ganas de reivindicarse y por Peter Buck, sobrio y efectivo. Y el resultado se llamó «Up». Y con él, llegó la polémica. Hubieron cambios en el sonido, abandonaron las estructuras rockeras, coquetearon con sonoridades más «modernas», se deshicieron del productor que había estado con ellos desde «Document» (1987), Scott Litt, publicaron las letras en el libreto del CD. Pero sobretodo, «Up», más que un disco de R.E.M., es un disco de Stipe, de Mills y de Buck, grabado como individualidades más que como un grupo. Pese a todos esos cambios, el tiempo ha jugado a su favor. «Up» no es un disco fácil, no engancha a la primera, pero es un buen disco, y contiene algún momento magistral, como «At my most beautiful». Lo único que recuerda a los R.E.M. más populares, de inicios de los 90’s, fue el single «Daysleeper», nada para tirar cohetes, pero decidida inteligentemente como tal por la compañía. El disco, pues, no convenció a la gran masa consumidora de discos como «Automatic for the people», y tambien muchos de sus fans de toda la vida se quedaron con cara de póker. Pero insisto, se trata de un trabajo que vale la pena repescar. (continuará)
Canciones:
R.E.M.: «The Wake-Up bomb»
R.E.M.: «Suspition»
R.E.M.: «Lotus»
C’est fini
Canciones:
David Bowie: «Sister Midnight»
Wolfmother: «Dimension»
R.E.M.: «Remember California»
Cabaret
Una vez en el teatro, me di cuenta de la torpeza que tenía por estar en algo desconocido. Temía que mi entrada fuera muy lejos, sin darme cuenta de que es un teatro, la platea está más o menos acondicionada para que se pueda ver bien. Tampoco controlaba mucho la movida esta de la pausa intermedia. Y sobretodo me encantó la banda de más de 12 músicos que había. En fin, volviendo a la obra… queda claro que el libreto es popular a más no poder. La sorpresa para mí fue lo explícita, en lo que a erotismo se refiere, que es este montaje. Lo cuál está muy bien, se supone que un cabaret era algo con un ambiente cerdillo flotando, con sustancias y con deseo sesuarl hacia todo lo que se moviese. En ese sentido, se agradece no caer en la mojigatería.
Y sobretodo, un personaje que sobresale por encima de todos, el maestro de ceremonias, interpretado por un tal Víctor Masan. Canta, baila, actúa, interactúa con el público y lleva a sus espaldas el peso del montaje. Así que bueno, mi primera experiencia teatral, salvando obras a las que te llevaba el cole y esos montajes que hacen gira de pueblos para fiestas mayores en los envelats, vamos, mi primera experiencia teatral «de verdad», muy positiva. Lástima del absoluto robo que es la entrada, pero vamos, que a eso, cualquier persona que suela ir a conciertos, ya está acostumbrada.
Canciones:
Johnny Cash & Joe Strummer: «Redemption Song»
R.E.M.: «Rockville (don’t go back)»
U2: «Stay (Faraway, So Close!)»