Archive for the 'gastronomía' Category

12
Nov
13

Vuelvo a Madrid

La ocasión del concierto de los Pixies resultaba perfecta para pasar un par de días en Madrid. ¿Os he contado en alguna ocasión que me encanta Madrid? Yo soy de Barcelona, de hecho actualmente vivo en una población del extrarradio de la capital catalana, pero sigo considerando que soy de Barcelona. Madrid ha sido siempre para mí una ciudad de ocio y durante una temporada, también de trabajo. Pero sobretodo de ocio. Incluso cuando iba por trabajo.

Llevan unos días de huelga de basuras en la ciudad, y la mierda se acumula tendiendo hacia lo insalubre, en pleno centro. No quiero ni saber cómo estarán los barrios. Los negros de la calle arenal venden camisetas de fútbol fake. La camiseta del barça cuatribarrada está debidamente disimulada entre la maraña de zamarras. Pasamos por delante de un restaurante. Como gancho, una señora nos ofrece una copa a la entrada. “¿Quieren una copita de cava aragonés?”, nos dice, recalcando su procedencia. Los tiempos que corren, supongo.

Nunca había estado en la sala Riviera. Por lo menos se está cómodo, aunque el sonido es atroz y la barra esa en medio de todo es francamente molesta. Pero esto es Madrid, y podemos cenar a las 23:30 sin mayores problemas. Me llevan a un bar restaurante de Chueca al que jamás hubiera entrado, por miedo a poner un pie en su mugriento suelo y quedarme allí enganchado. Pero ya se sabe, esos sitios, a los que se accede mediante el boca a boca, son los mejores. Especialidad en setas. Poca broma. Y mientras esperamos mesa y bebemos algo en la barra, un poco que queso, cortesía de la casa. Antes del concierto, en otro bar, un poco de tortilla y unas patatas fritas, gentileza del dueño. Cuando en algún bar celtibérico me regalan una tapa pienso que algo se perdió en el camino en los bares de Catalunya.

Las calles están llenas. Hay vida en ellas. Es viernes por la noche, la chavalada, y no sé si incluirme en ella, ay, está de fiesta. Desde que en Barcelona comenzamos a mear colonia y a creernos los más hipsters del cotarro, pero también los más educados y los más finos, todo se volvió más aburrido. De acuerdo, en este punto pienso lo que en catalán diría “entre poc i massa”. Y sin embargo, no puedo evitar pensar que Barcelona se ha vuelto muy aburrida en los últimos años. Eso sí, molamos mucho. Somos como cuando Moe decidió cambiar su bar de toda la vida por un local para modernos.

Madrid tiene otro ritmo. Su gente es diferente. Tienen esa, y me perdonaréis la generalización, sociabilización, ese compadreo, un poco falso, si quieres, del vamos a tomar unas cañas o del vente a mi casa, algo que será por entorno, será por carácter, me queda lejos. El hecho de tener a tanta gente de paso (estudiantes, trabajadores viajantes, inmigrantes, …) lo sustenta. Y lo sé de buena tinta, porque durante años fui a Madrid por trabajo casi cada mes. Y claro, uno intenta buscar pasar también buenos ratos en esos días fuera de casa.

No sé si me gustaría vivir en Madrid. Está muy bien para irse un fin de semana y pasarlo en grande, comer muy bien, visitar esos lugares con tanto encanto (incluidos esos museos tremendos)… pero también tiene muchas cosas que me agobian, como ese tráfico atroz o ese trajín de gente. Pero seguro que una temporada, me quedaba a gusto.

Canciones:

Pixies: “Ana”

Mark Lanegan & Isobel Campbell: “Time Of The Season”

Paul McCartney: “Queenie Eye”

16
Jul
13

De nuevo en Hamburgo (pt.1)

Hoy el trabajo me ha llevado a Hamburgo. De hecho, llegaba por estos lares anoche, y sólo ciertos problemillas técnicos me impidieron actualizar el blog. Superados los mismos, podemos volver a Hamburgo, ciudad que durante una época frecuenté, también por motivos laborales. Durante unos años viajé a Hamburgo al menos un par de veces al año. De eso hace ya bastante, y la sensación de dejà vu que he tenido en esta ocasión, tanto tiempo después, ha sido agradable. Lo digo aquí y ahora: me gusta Hamburgo! Ya hablé de ello hace bastante tiempo por aquí.

Tras la jornada laboral de hoy, he vencido a la pereza y he salido a las calles. Y eso que anoche fue una noche malísima, por culpa de esa costumbre tan centroeuropea de tener, como única ropa de cama, un edredón, en pleno mes de julio, de manera que si me tapaba, pasaba un calor tremendo, y si me destapaba, acababa teniendo frío. Y así me he pasado toda la noche, peleándome con mi edredón. Pero creo que alguna vez lo he comentado, cuando uno viaja por trabajo, ha de vencer a la pereza y a las obligaciones, y buscarse un rato para poder visitar el sitio donde está.

Hoy he seguido mi técnica de turismo de tienda de discos. Por tener un punto de búsqueda, más que nada. Así que he dado a parar en Burnout Records, una tienda bastante interesante, aunque con un grueso de material en vinilo. Y no pensaba comprar vinilo, voy ligero de equipaje, para este viaje, y cargar con una bolsa de vinilos en mi vuelta mañana, Hamburgo-Frankfurt, Frankfurt-Barcelona, no es lo recomendable. En su lugar he acabado teniendo un pequeño arrebato consumista en formato CD: Stooges, Band Of Horses, 13th Floor Elevators y un recopilatorio de la Vampisoul… ay…

Una de las tiendas cachondas de Sternschanze: Planet Nerd!

Una de las tiendas cachondas de Sternschanze: Planet Nerd!

La tienda esta en Sternschanze, y de camino, bajando por Budapester Straße se llega a St. Pauli, la zona más interesante de la ciudad, con mucha actividad de ocio y cultural. El día era estupendo para pasear y empaparse un poco del ambiente. En esa zona todo eran referencias al club de fútbol local, el St. Pauli FC, que ahora milita en la 2ª división de la Bundesliga. Poco importa, cuando se trata de un equipo que sale al campo mientras suena “Hells Bells” de AC/DC y su afición se postula claramente como antifascista, anarquista, comunista y socialista, y adopta como emblema la bandera negra con la calavera y las tibias cruzadas. En contraposición, claro, está el Hamburgo SV, club más grande, sus archienemigos.

Banderas del St. Pauli FC... OI!

Banderas del St. Pauli FC… OI!

Y bajando un poco más, se llega a la arteria que es Reeperbahn, la zona más golfa. Curiosamente, se concentran varios teatros, pero también enormes sex shops, peep show, lap dance halls y bueno, ahora que la prostitución en Alemania es legal, pues también putiferios. Y por supuesto, todo tipo de bares, tabernas y clubs. Mucha actividad nocturna, y desde hace décadas. Por todos es conocida la etapa en Hamburgo de The Beatles, que se describe de forma magistral en este artículo de Jot Down Magazine. No sólo los Beatles, sino también, por ejemplo, unos grandes del rock sesentero español, los muy reivindicables Los Salvajes también tuvieron su (breve) etapa en Hamburgo.

Te lo dice el maestro Yoda

Te lo dice el maestro Yoda

Y para acabar el paseo, nada mejor que recalar en uno de los múltiples locales para cenar currywurst, un plato a base de lo que conocemos como salchichas de Frankfurt con salsa de curry y patatas fritas, regado con una buena jarra de cerveza. Así, sí.

 

Canciones:

13th Floor Elevators: “You’re Gonna Miss Me”

The Police: “Synchronicity II”

Bronsky Beat: “Smalltown Boy”

23
May
13

Crónicas Africanas pt.5

Pues no os lo creeréis, pero al final el día ha sido menos interesante de lo que me esperaba. Es lo que tienen los viajes de trabajo. Constantemente oigo comentarios de amigos, conocidos y saludados diciéndome “qué suerte, te vas a Sudáfrica”. O a la República Checa. O a Qatar. Obviamente, se trata de personas que no viajan nunca por trabajo, o bien lo hacen una o dos veces al año, convirtiéndose este acontecimiento en algo particularmente excepcional. Ya os lo he contado alguna vez, viajar por trabajo, de un modo seguido y como parte de la rutina laboral, es algo mucho más prosaico y mucho menos interesante. Cuidado, no es que me queje. O por lo menos, no me quejo menos que cualquier otro profesional con otras circunstancias en su empleo. Y con la que está cayendo, pues mucho menos.

En fin, todo este rollo para decir que al final, de vuelta y turismo, más bien poco. Qué se le va  a hacer. Todavía tengo mis esperanzas puestas en mañana. De todas formas, algo se ha podido aprovechar. Me han llevado a comer a un restaurante típico afrikaans. Íbamos mi compañero afrikaans, con otro desteñido, y con el zulú. El único negro del local. Todo lleno de banderas antiguas del país (que es como si fueras a un restaurante español donde lucieran la bandera española con el pollo) y con un horror de música tradicional neerlandesa del siglo XVIII, una suerte de polkas con un acordeón que se te metía en cerebro hasta hacerte odiar a los morenos. Eso sí, la comida, muy buena, y la cerveza, también. No dejaba de ser un asador de esos de pedazos inhumanos de ternera. Pero bien preparada. Ah, eso y boerewors, una suerte de botifarra hecha a base de vacuno.

De vuelta al hotel, iba con mi colega zulú, y me ha dado una vuelta, con el coche, por Pretoria. Es la capital administrativa, hasta hace 20 años, no se permitía la presencia de negros fuera de horas de trabajo. En apariencia, una ciudad norteeuropea enclavada en África. Pero eso sería en la época del apartheid. Hoy he visto una urbe llena de gente, negros, principalmente, por sus calles. Y definitivamente, el ambiente era distinto del que he visto en Sudamérica o en Oriente Medio. Y radicalmente distinto de Europa. Bullicio, sensación de caos, mierda acumulada, colorido, mucho movimiento, una cierta sensación de peligrosidad, sí, no lo negaré.

Y en el coche, con el zulú, le he preguntado abiertamente por el racismo. No me había atrevido a hacerlo delante de los blancos. El tipo se ha sincerado y me ha dicho que todavía hay bastante. Me ha remarcado, eso sí, que en tan sólo 20 años (recordemos que las primeras elecciones por sufragio universal en el país fueron en 1994) ha habido un profundísimo cambio. “Más que en USA” me apuntaba. Lo cual no deja de ser cierto, si se consideran los 50 años que llevan en USA en la lucha por los derechos civiles y los resultados. La situación no es comparable, claro. En Sudáfrica, un 75% de la población es negra.

Y al final, esto es lo que me llevo. Una persona muy cercana a mí, que también había viajado mucho por trabajo me lo dijo una vez. “Aprovecha lo que puedas, porque al final, las experiencias que vives, lo que acumulas… eso es lo que te llevas. El dinero se gasta. Y el trabajo, es sólo trabajo”. Pues eso.

Canciones:

The Chesterfield Kings: “Up and Down”

Frank Sinatra: “Send In The Clowns”

Lloyd: “Dedication to My Ex (Miss That Pussy)”

22
May
13

Crónicas Africanas pt.4

Mira, hoy, para variar, he podido tener un poquito más de tiempo libre. Por la mañana, con mis dos colegas, el zulú y el afrikaans (que no yo hago apartheid) hemos tenido que ir a un centro comercial en busca de un sitio donde me repararan el portátil. Sí, ya lo tengo reparado. Lo habréis notado en la presencia de tildes, y de Ñ. El resto de faltas de ortografía y de patadas a la gramática son endémicas en mí. Échale la culpa al boogie.
En el susodicho centro comercial, me han llevado a probar biltong comprado en un tenderete que rezaba “Sahara Biltong Halal”. No sea que Alá se nos enfade. Me lo han vendido como algo muy típico de Sudáfrica. El biltong ha resultado ser una carne de vacuno secada y especiada. Para que nos hagamos una idea, es algo bastante parecido a la cecina de León (huuuummmmm… riiiico) pero muy especiada y sin ahumar. La cortan en pequeños pedacitos y la sirven en bolsitas de papel, a modo de snack. No entiendo qué pinta el concepto “Sahara”, ya que nada tiene que ver con el desierto norteafricano, sino que tiene sus orígenes en Holanda, de cuando los tipos de la Compañía Holandesa De Las Indias Orientales tomó ese territorio y necesitaba de un método para evitar la putrefacción de la carne. Y tiraron de una receta holandesa, que, obviamente se ha ido distorsionando con los siglos.

Lager sudafricanas

Lager sudafricanas

Y la verdad es que estaba muy buena. Recuerdo un episodio de Los Simpson en el que Homer y Bart hacen lo que en la versión doblada denominan “cecina” y por lo que recuerdo (la carne de vaca macerando y secándose en el garaje), debe tratarse de biltong. Tanto es así que me he comprado tres paquetes envasados al vacío para llevármelos a casa. También he aprovechado para probar la cerveza local. Varias botellas de Castle y Black Label, ambas lager, que es el tipo de cerveza que me gusta.
Después del trabajo, por la tarde, el zulú me quería llevar a dar una vuelta corta. Muy bien, pensé yo. Y mientras tanto, en el coche, me explicaba que la poligamia está permitida, siempre y cuando el marido tenga dinero suficiente como para mantener a sus mujeres, ojo, cada una en una casa distinta. O como los matrimonios concertados previo acuerdo económico entre las familias están, aún hoy, a la orden del día. Contaba como la familia del pretendiente va a la casa de la familia de la pretendida. El futuro marido no, él lo tiene prohibido. Para comenzar la negociación hay que poner algo sobre la mesa, comida, una botella de licor, o similar, y luego se fija el precio, cuantificado en vacas. El siglo XXI también está aquí, y tras acordar el pago, se transforma el valor de las vacas en ram (la moneda nacional).
El problema es que mi amigo zulú, con mi pretensión de comprar biltong y cerveza, me ha llevado a otro centro comercial. Y luego ha querido pasear por el centro comercial. Y, queridos míos, un centro comercial es igual en Barcelona, en Taipei, en Caracas o en Pretoria. No me interesaba lo más mínimo, y la faena ha sido mía para escaquearme, de la manera más educada y elegante posible. Espero que mañana, el tiempo libre se emplee de mejor manera. Y sospecho que sí.

Canciones:
Jane’s Addiction: “Everybody’s Friend”
Witchcraft: “Flag Of Fate”
Mose Allison: “I’m Smashed”

22
Abr
13

La Lista del Mes: Abril – Top 5 de mierdas a consumir en USA

Si es que os gustan más las listas que a un tonto un yo-yo. De este modo, inciamos una sección nueva, cuyo título creo que es suficientemente explicativo. Así que vayamos a ella, sin mayor dilación. Como homenaje a los múltiples viajes que he hecho a este país, os dejo con un Top5 de mierdas que consumir en USA:

1.- Dr. Pepper: La bebida gaseosa definitiva. El sabor de los chupachús Kojak hecho refresco. Empalagoso y adictivo, alguien debería distribuirlo como dios manda en España (se puede encontrar a precio de gasolina súper en Carrefour y en alguna tienda de alimentación con productos de importación).

El refresco de los campeones...

El refresco de los campeones…

2.- Junk Food Burguer: A precios ridículos, McDonald’s y Burguer King, claro, pero también Denny’s, Carl’s Jr , Windy’s, y por supuesto, mi favorita, Jack In The Box. Lo sé, es basura, pero me gusta.

Sigue la señal si tienes hambre... ojo, no tiene presencia en todos los estados...

Sigue la señal si tienes hambre… ojo, no tiene presencia en todos los estados…

3.- Real Burguer: En España, generalmente, para hacer las hamburguesas, al ser consideradas algo así como “comida de poca calidad”, se pica la peor parte de la carne de ternera, aquello que como pieza entera no se vendería nunca. Eso, claro, se nota. Por supuesto, en USA no es así. Aquí se pica un solomillo de 500g y hacen una deliciosa hamburguesa. No es necesario recurrir a una cadena de comida rápida, en cualquier sitio hay un restaurante de hamburguesas tremendas.

1/2kg de ternera...

1/2kg de ternera…

4.- Pepperoni Pizza: El clásico de las pizzas americanas. En NYC se tiene que comer a porciones compradas en un local pequeño de cualquier calle. En California no es así, recordemos que en California no se camina, se conduce. Pero siempre vale la pena.

Podéis comerla por porciones, no hace falta que sea entera, gordacos!!

Podéis comerla por porciones, no hace falta que sea entera, gordacos!!

5.- Sucedáneos de café: Tomar un café en este país es un drama. Agua marrónoscurocasinegra ardiendo y en vaso de papel de casi medio litro. Por lo que lo mejor para ingerir la dosis de cafeína deseada es tomar uno de esos cafés con crema, con canela, con vainilla, con caramelo y con chocolate espolvoreado. Todo junto, o alguno de los ingredientes a escoger. Pero nunca, nunca solo.

Ojo, que si nos ponemos en plan purista, esto ni es café ni es nada...

Ojo, que si nos ponemos en plan purista, esto ni es café ni es nada…

Canciones:

Redd Kross: «You Lied Again»

R.E.M. : «Start Me Kitten»

Spiritual Beggars: «Angel Of Betrayal»

 

 

26
Mar
13

EL NEVERENDING TOUR SE DETIENE EN PRAGA (DÍA 3)

Martes extraño, con sabor a jueves, porque mañana me voy de aquí, pero no a casa, sino a París, y pensar que todavía me quedan dos días muy largos se me hace francamente cuesta arriba.

Efectivamente, hoy me ha tocado cena de empresa. Afortunadamente, ha sido en petit comité y me han llevado a un sitio tradicional checo, pero lo suficientemente informal como para que le ambiente fuera relajado. Y sí, se puede decir que me he puesto hasta el ojete, ay… qué le voy a hacer, si me gusta comer… no podía largarme del país sin comer goulash, en este caso, servido en una hogaza de pan. De primer plato. Buenísimo. De segundo, algo que anunciaban como “classical Bohemian platter” y que ha resultado ser una combinación de varias carnes guisadas, a saber, pato, cerdo, ternera y salchicha, en un lecho de salsa a base de cebolla y coleslaw , también excelente, pero definitivamente, demasiada comida. Además, al tratarse de una cena pesada, he engullido dos jarras de cerveza, total un litro. En definitiva, más vale que tarde un buen rato en irme a dormir. Pero ha valido la pena. En esta ciudad se come muy bien, y a un buen precio.

Hoy la temperatura parece ser ligeramente más alta que ayer, pero hay más viento, con lo que la sensación térmica es de hacer un frío del carajo. Es de ver a todos los turistas en el centro histórico, congelándose pero haciendo el esfuerzo para poder disfrutar de los encantos del paseo por la ciudad. Siempre pueden sentarse en una taberna a disfrutar de una Budweiser… ojo, ¿he dicho Budweiser? ¡Sí! Existe una marca de cerveza local llamada Budweiser, con más años que la tos, por lo que me cuentan, que lleva como quince años en constante litigio por el nombre con la clásica cerveza americana. El caso es que hasta la caída del comunismo, la Budweiser yanqui nunca se había vendido por aquí, y al mismo tiempo, la Budweiser checa jamás se había exportado. ¿Quién tiene la razón? La única realidad es que Budweiser es un adjetivo alemán relativo a la ciudad de Budweis, nombre alemán de České Budějovice, ciudad situada en Bohemia, República Checa.

Y entre unas cosas y otras, mi tiempo por aquí se acaba, mañana toca cerrar unos temas y largarme, que el Neverending Tour se dirige a París. Esta es la vida en la carretera, amiguitos, o debería decir, en los aeropuertos. Toma lo que puedas, que al final, eso es lo único que te llevas contigo, las experiencias.

Canciones:

Black Sabbath: “It’s Allright”

The Hellacopters: “I’m In the Band”

Tears For Fears: “Head Over Heels”

18
Mar
13

lo mejor de la semana. semana 17

Una semana en la que hemos retomado dos secciones fijas de este blog, El Libro Del Mes y los Jitazos Fugaces. Podría calificarse de falta de ideas. O cuanto menos de falta de improvisación. Y esto último lo reconoceré. Será verdad que en realidad los humanos somos simios que adoramos las costumbres, y las cosas que se repiten. Repitamos, pues, como decía Ronaldinho en ese anuncio de natillas que llevaba a la ruina futbolística a cuantos futbolistas lo protagonizaban, siendo emitir el spot y  presentar un bajón cualitativo de juego, todo uno. ¿Lo recordáis? Vayamos, en cualquier caso, a lo mejor de esta semana que ha concluido:

3.- Restaurante Somorrostro: Es por todos conocido que uno de los atentados gastronómicos más habituales resultan ser esas cenas de grupo, cumpleaños o celebraciones varias, en donde el restaurante de turno ofrece un variado de picoteo inicial, y cada comensal puede elegir entre (generalmente) dos ofertas distintas como segundo plato. Habitualmente, lo mejor que se puede hacer en esos casos es merendar fuerte antes de la cena en cuestión, o acabar la noche visitando el McAuto, tras las copas. Por ello, me sorprendió gratamente el Restaurante Somorrostro, en la Barceloneta, donde acudí el sábado para una cena con un grupo francamente grande, y donde el menú, tanto el fijo como los platos a escoger, estaban más que bien. Enhorabuena. Agradable sorpresa.

2.- Jitazos Fugaces: Volvieron, una vez más, a NDK, una sección muy celebrada en el pasado, aunque algo Guadiana. La maravillosa idiosincrasia del mundo de la música. Unos días estás arriba del todo y cuando menos te lo esperas, el batacazo puede ser de órdago. Y es que no es nada extraño el toparse con una banda o artista que de repente, parece surgir de la nada con una canción, unos pocos minutos en los que concentra su arte y resulta ser su cenit creativo. Los dioses son favorables, y resulta que esa canción acaba sonando en todas las radios y el pertinente videoclip aparece en la MTV y otros programas televisivos musicales. Sin embargo, la alegría es efímera, y tan rápido como ascendió, esta banda cae en el más cruel de los olvidos. Jitazos fugaces. El circo de la música. Pasen y vean.

1.- Visitas: Quisiera agradecer profundamente a todos los que leéis estas líneas. Que sí, que yo escribo para mí mismo… y por eso lo cuelgo en una página pública de Internet… y lo publicito en Twitter (@carloskarmolina) … juas… puedo ser vanidoso pero no hipócrita, queridos míos. En lo que va de mes estamos experimentando un incremento de visitas, lo que nos lleva de orgullo y satisfacción. Y aprovecho para pediros que comentéis, que eso lo hace todo más divertido. Prometo contestar a todos los comentarios. Contrarréplicas permitidas, claro que sí.

Canciones:

Foo Fighters: “One Of This Days”

Ocean Colour Scene: “Sail On My Boat”

Eli “Paperboy” Reed: “Come and Get It”

07
Mar
13

EL VIAJERO PROFESIONAL DESEMBARCA EN VENEZUELA PT.4 (día uno DCh … después de Chávez)

El día ha comenzado extraño. Sonó el despertador, a la hora prevista. Me afeité, me duché y me vestí de personita seria y formal. Bajé a dar buena cuenta de un desayuno, y a la hora prevista, estaba bajando hacia el lobby, donde había quedado para que me recogieran, y retomar el trabajo. En esas, recibí un sms de mi contacto aquí en Venezuela: Me dicen que en ni en la oficina ni en el cliente han ido a trabajar, y que mejor me quedara hoy en el hotel, pues con el asunto del cortejo fúnebre, estaría todo colapsado. En ningún momento me han hablado de disturbios o de cualquier tipo de problema de seguridad. Por no menos, no mayor del habitual en Caracas. Luego, en una conversación, me insistían en que era una cuestión más de comodidad y de movilidad, que  no de seguridad. Pero luego, acto seguido, añadían la coletilla… “pero nunca se sabe, podría haber algún tipo de problema, esto es impredecible”.

Dicho lo cual, y como quiera que el viernes, día fijado para el entierro, hayan problemas de seguridad o no (que no lo creo, pues con la visita de varios mandatarios internacionales, la ciudad estará militarizada), seguro que hay verdaderos problemas de movilidad, he decidido que lo mejor es largarme de aquí cuanto antes. Que no pasa nada, pero que si pasa, mejor no me pille aquí. Mi vuelo de vuelta estaba previsto para el viernes por la noche, y ahora mismo estoy en una lista de espera para ver si finalmente obtengo plaza en el vuelo de mañana jueves por la noche. Ahora mismo no tengo confirmación, y no lo sabré hasta mañana a primera hora (local). Veremos.

Así, encerrado en una jaula de oro como es este hotel, en un cerro, alejado del centro de Caracas, mejor relajarme y disfrutar del maravilloso día veraniego que se ha levantado hoy, y bajarme un rato a la piscina. Me enteré de que oficialmente sólo los centros educativos estaban obligados a echar el cierre hoy, y sin embargo, según me han contado, la mayoría de los ciudadanos, simplemente, no han ido a trabajar.

A mediodía me han llamado, proponiéndome llevarme a comer. Así, a la hora correspondiente íbamos circulando hacia un suburbio apartado de la ciudad, una zona de clase alta, en un cerro, El Hatillo. Había una extraña sensación dominguera. El horroroso tráfico de la ciudad había desaparecido, como si todos los coches hubieran ido hacia el centro, donde las multitudes daban la despedida a su comandante. Y en El Hatillo, un bonito lugar que ha conservado la arquitectura criolla de casa bajas y fachadas de colores, parecía como si todo lo que ocurría allá abajo, en la ciudad, fuera ajeno, algo que sólo estaba en la tele. Mi acompañante ha aprovechado para rajar y quedarse a gusto contra Chávez y el chavismo, aunque auguraba una nueva victoria del actual vicepresidente, en las elecciones que se han de celebrar de aquí en un mes. Me ha resultado curioso que el discurso ha sido muy parecido al que escuché hace 4 años, en mi primera visita a Brasil, por parte de una persona de allí, cambiando en este caso a Chávez por Lula. No estoy, en definitiva, por la labor de juzgar una realidad tan complicada como la venezolana, y que, ahora que resulta que salen expertos por todas partes, se me antoja muy difícil de comprender si no se está viviendo aquí.

Esta noche, finalmente, he podido ir a cenar al restaurante japonés Benihana, aunque por ir solo, no he podido usar la especialidad de la casa, que es la comida cocinada delante de ti en unas mesas con una plancha y un cocinero que prepara los platos frente a los comensales de cada mesa. Hay que ser, claro, ni que sea un pequeño grupo de tres o cuatro personas. En cualquiera de los casos, muy recomendable. Esta noche me he dado cuenta, también, de que la hora que me he tirado en la piscina ha sido suficiente para quemarme todo el cuerpo como hacía años que no me ocurría. Así que ahora estoy con un calor horroroso y tratando de que nada me toque las piernas o el pecho.

Y mañana, ¿qué? Pues ni idea… tal vez despierto con mi vuelo cambiado y marcho del país. Quizás no es posible. Tal vez se pueda ir a trabajar sin mayores problemas, pero puede ser que los atascos habituales incrementados exponencialmente por la presencia militar y policial lo impida. Igual la calma tensa se siga respirando o a lo peor, explotan los disturbios. Ya me he acostumbrado a la indefinición.

CANCIONES:

Nick Lowe: “So It Goes”

N.E.R.D.: “Sooner Or Later”

The Stone Roses: “Fools Gold”

05
Mar
13

EL VIAJERO PROFESIONAL DESEMBARCA EN VENEZUELA PT.2

Segunda noche en Venezuela y Hugo Chávez sigue, oficialmente, vivo. Bien. En general hay bastante escepticismo ante los acontecimientos que se suceden, aunque cada día, por lo que me dicen, hay una manifestación. Y ahora, por la noche, será el calor, será el jet lag, será esa sensación de estar en una jaula de cristal que es el hotel en el que me encuentro, estoy hecho polvo.

Una vez más estoy en un hotel innecesariamente suntuoso, volviendo otra vez al engaño de los viajes en los que paga otro. Eso te distorsiona cuando haces un viaje de vacaciones y el que paga, eres tú… en fin… Lo bueno es que tiene un restaurante Benihana, que es una cadena de restaurantes japoneses buenísima. Una vez lo probé en Atlanta, y me encantó, así que espero poder repetir algún día de esta semana. En su lugar, me han llevado a comer arepas, las tortas típicas venezolanas, hechas a base de maíz. Lo cual, tampoco está mal.

La sensación de caos de las ciudades latinoamericanas se palpa, en esas casitas apilotonadas de cualquier forma por las montañas que rodean (y conforman) Caracas. La conducción carece de las leyes más básicas de circulación internacional, pero como suele ocurrir en esos casos, como nadie cumple las normas, no hay grandes conflictos. Los habría si unos las cumplen y otros no, y dado que en este caso nadie lo hace, la norma es que no hay norma.

Y una vez me han dejado en el hotel, ya no he salido. Es curioso cómo los locales viven la situación de inseguridad como algo más cotidiano. Hoy se reían de un colega gringo que no ha querido viajar a la ciudad, aduciendo estos temas de seguridad, y sin embargo, acto seguido, me explicaban cómo una persona había sido atracada a punta de pistola, en el propio coche, en un atasco, por un motorista. Es decir, uno está tan tranquilo, parado en su atasquito, le viene una moto, se le pone al lado, le apunta con un arma y le roba el teléfono móvil. Luego me dicen “pero te pueden atracar en cualquier parte del mundo”… perdón, no quiero parecer alarmista, ni tener una pose de occidental resabiado, pero no, en cualquier parte del mundo no es algo “normal” un atraco a punta de pistola. Así que me temo que mi encierro en el hotel continuará.

CANCIONES:

ABC: “The Look Of Love”

The Smiths: “How Soon Is Now”

U2: “Desire”

13
Nov
12

australian chronicles (xix)

Hoy tenemos un problema: acabo de llegar al hotel y resulta que esta noche la conexión a Internet no funciona, de modo que desafortunadamente, la edición de hoy de las crónicas australianas llega con unas horas de retraso… con un poco de suerte. No negaré que me molesta, los hoteles por aquí no son baratos, y ya me parece indignante que un servicio como Internet te lo cobren aparte, como el   que se casca un par de whiskys del minibar. Llamo a recepción para preguntar por el tema, y me dicen que no saben, que el proveedor de internet es una compañía ajena… ok, no me digas… y a mi qué? ¿no estoy pagando igual el dichoso servicio? En fin, pataletas aparte, como mínimo tengo excusa para no ponerme a trabajar tampoco. Si no hay NDK, no hay trabajo.

Un buen plan sería irme a dormir temprano, porque esta mañana me he despertado a las cinco y media. No por propia voluntad, no. Es que en esta parte del mundo el sol sale muy pronto, un poco más allá de las cuatro de la mañana. Si combinamos eso con el hecho de que el concepto persianas lo desconocen, y sólo tienen unas tristes cortinas, para las cinco hay una claridad en la habitación, que yo, que para estos asuntos soy una florecilla, no puedo mantenerme dormido, y acabo despertándome, como una gallinica. Así que quizás no sería mala idea dormir pronto aprovechando la oscuridad, y mañana, ya me derpertaré, y esperemos que Internet funcione para entonces. Además, mañana hay un eclipse solar que se podrá ver en Queensland, estado del que Brisbane es capital. Ok, decir Queensland es hablar de un territorio más grande que Francia, pero igual lo puedo ver.

La cosa hoy va de gastronomía. Hemos comido en el Breakfast Creek Hotel, un hotel restaurante de finales del siglo XIX que resulta ser un emblema de Australia y de la ciudad de Brisbane en particular, que tiene casi tantos años como ese lugar. Esta noche, también,  me han invitado a cenar a casa de una pareja. Han cocinado canguro, una carne que si no está correctamente hecha, es como una suela de zapato. Ya la había probado hace unos años, la primera vez que estuve por aquí, y no me convenció, por dura. Pero la verdad es que tenían razón, bien cocinada, es muy buena. Como me decían, jocosos, “ayer dabas de comer a Skippy, y hoy te lo comes”. Es como el ciclo de la vida, como si fuera el maldito Rey León. Afortunadamente, no tengo esos escrúpulos. Adoro a los animales, y no quiero que nadie les dañe, pero a su vez, considero que la naturaleza humana está en ser omnívoros, del mismo modo que un lobo se comería gustoso mi carne y no habría por qué pensar que ese lobo es un hijoputa por ello.

Luego hemos tenido una conversación curiosa, ellos son neozelandeses, residentes en Brisbane, y han comenzado a rajar de lo racistas que son los australianos, en general. Creo que eso ya lo había comentado hace unos días. El caso es que una cosa lleva a la otra, y han comenzado a hablar de los maoríes, los indígenas autóctonos de Nueva Zelanda. Resulta que ella trabaja en un hospital, y ha comenzado a decir que en los hospitales, cuando hay un paciente maorí, se arma la gorda, con docenas de familiares por los pasillos, en la habitación, durmiendo en el suelo, haciendo ruido… vamos, lo que aquí se dice, y no sin razón, de los gitanos. Extrapolando, los maoríes son los gitanos de Nueva Zelanda. Siguiendo con el hilo de la conversación, se han empezado a quejar de la brutal discriminación positiva (siempre según su punto de vista) de los maoríes en Nueva Zelanda, que reciben, por el hecho de ser maoríes, una pequeña pensión gubernamental, así como ciertos beneficios sociales, como por ejemplo, en unas oposiciones, hay una serie de plazas que están reservadas para ellos. Han acabado diciendo que la mayoría son una suerte de parásitos sociales que nada más saben que pedir ayudas al gobierno y que les gusta más el alpiste que a un tonto un lápiz. Curioso, como una conversación acerca del racismo australiano acaba en esa consideración tan negativa (que no digo que falsa, algo tendrá de verídica) de la población maorí. Curiosamente, además, ese mismo discurso, igualito, lo había escuchado un par de años atrás en Melbourne, cambiando el gobierno neozelandés por el gobierno australiano y los maoríes por los aborígenes. Qué cosas, ¿no?

 

Canciones:

Billy Preston. “That’s The Way God Planned It”

Foo Fighters: “My Hero”

R.E.M.: “These Days”

 




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