Canciones:
Kiss: «Hotter than hell»
Los Salvajes: «Soy así»
My Morning Jacket: «Wonderful»
Canciones:
Kiss: «Hotter than hell»
Los Salvajes: «Soy así»
My Morning Jacket: «Wonderful»
Entonces tenía, en la universidad, un amigo con el que compartía gustos musicales muy afines y nos dedicábamos a descubrir joyas de Led Zeppelin, The Doors, Mad Season o Jon Spencer. Y nos recuerdo yendo emocionados a ese concierto, sin saber bien qué nos íbamos a encontrar, con una entrada que nos costó creo que unas miserables 1200 ptas. El caso es que Lanegan era el típico artista maldito que iba de drogas hasta arriba, los rumores apuntaban a que estaba chungo y yo sólo había visto fotos suyas en imágenes promocionales de los Screaming Trees, varios años antes. Salió el telonero, Mike Johnson, ex-Dinnosaur Jr., y por un momento dudé si era el propio Lanegan. Hoy parece absurdo, pero entonces no tenía Internet en casa, los medios no sacaban fotos, en la carpeta del disco no había tampoco y todo tenía un pequeño halo de misterio. Fue un conciertazo, uno de los mejores que jamás he visto. Y desde entonces, me dediqué a conseguir sus discos anteriores.
Poco a poco Lanegan se fue haciendo más popular, y que se entienda que cuando hablo de «popular» no me refiero a «popular» com Ricky Martin. Lo más increíble llegó cuando de repente, el mundo gafapastil que representa la revista Rockdelux le dedicaba también elogios. Llegué a ver a Mark Lanegan 2 veces más en directo, una tercera si se cuenta la gira en que acompañó a QOTSA. Era un buen momento para Lanegan, y para mí, seguía en un pedestal, convirtiendo en oro lo que tocaba. Y vino el famoso «Bubblegum», con el que se suponía volvía al rock, abandonando un poco esa faceta folkie-blues oscura. Sin embargo, algo no me cuadraba. No era un mal disco, no, pero para mi supuso un pequeño batacazo.
Tal vez era el concepto. Lanegan para mí es el artista ideal para esos largos, duros, tristes, fríos y oscuros días del otoño y el invierno. Por eso casi nunca escucho su música en verano. Luego el amigo se nos volvió algo vaguete, y se dedicó a hacer colaboraciones, ante una pléyade gafapastil rendida a los pies del nuevo divo. No, este ya no era el Lanegan que vi en Garatge. Probablemente le juzgué duramente, y me olvidé un poco de él. Hasta hoy. Tengo ya ganas de escuchar de nuevo este disco de Lanegan y los dichosos Soulsavers, en el que además se marca dos versiones (de Neil Young y de los Stones) magistrales. Me siento como reencontrándome con un viejo conocido.
Canciones:
Mark Lanegan: «Kingdoms of rain»
Mark Lanegan: «Carnival»
Mark Lanegan: «Field song»