Archive for the 'navidades' Category

24
Dic
19

Vuelve a casa por navidad

Cuando los blogs tenían algún sentido, había una tradición, casi una norma no escrita, que obligaba a publicar una entrada en navidad, en nochevieja y también el día de tu cumpleaños. Naturalmente, todo eso ahora nos suena a cosa del pleistoceno inferior, y razón no le falta, lo que en su momento se conoció como “La Blogosfera” está criando liquen. Fallecida. Caput. No le interesa a nadie, en los tiempos de los malditos vídeos de Tik Tok y “el insta”, y, claro está, un blog que lo lee nadie es un acto de valentía ridículo, como el del soldado japonés que a mediados de los años cincuenta fue avistado, solo, en una isla del Índico, vigilando el fuerte que el Ejército Imperial le había encomendado.

Por todo ello, me produce una satisfacción especial retomar este blog un año y medio más tarde (¡!) resucitando cual Jesucristo, aunque molando más. Y hacerlo ahora, con las prisas, que no se me pase este 2019 sin haber escrito nada, ignorando si habrá o no continuidad, si no se tratará solamente de la flor de un día. Pero esta noche es nochebuena y mañana, navidad, y me parece un buen momento, porque de algún modo, me he reconciliado con la navidad. Cosas de la edad, supongo. Cuando era un zagal, naturalmente, me gustaba, y conforme fui creciendo, pasé por etapas más punk cuando me repateaban las fiestas, la bondad y andar escuchando “pastorcillos, pastorcillos” cada vez que entraba en un establecimiento. De acuerdo, este chiste, por escrito, pierde bastante, pero insertado en una actuación de Pepe Rubianes, os prometo que tenía gracia.

Será la edad, insisto, o será mi querencia por el simbolismo, que forma parte de los humanos, nos guste mucho o poco. Leía esta mañana en Twitter, desde hace demasiado, mi mayor fuente de (des)información de un tiempo a esta parte, algo así como “me gusta el brilli-brilli de la navidad, la gente piripi, la sensación de poder empezar de cero”. Esto último es uno de los axiomas fundamentales de las expresiones culturales navideñas (novelas, canciones, películas, etc.) desde que Dickens pusiera esa piedra angular de todos estos aspavientos festivos con su “Cuento de Navidad” (o “Canción de Navidad”) hace más de ciento cincuenta años, ya sabéis, toda esa historia del señor Scrooge y los fantasmas. Marley estaba muerto. El clérigo, el funcionario, el propietario de la funeraria y el que presidió el duelo habían firmado el acta de su enterramiento. También Scrooge había firmado, y la firma de Scrooge, de reconocida solvencia en el mundo mercantil, tenía valor en cualquier papel donde apareciera. El viejo Marley estaba tan muerto como el clavo de una puerta. ¿Cuál es la lección más valiosa de sus páginas? Por mucho que la jodas, siempre puedes volver a hacer las cosas bien.

navidad

Alegoría de la Navidad (by @carloskarmolina)

A estas alturas de la historia ya he visto esa película de Netflix en la que el pobre Kurt Russell, avejentadísimo, hace de Papá Noel, dos veces. Nada del otro jueves, pero no está mal, y el gran Little Steven mete un número musical, algo forzado, no os digo que no, pero efectivo no obstante. No me acaba de gustar ver a Kurt Russell (¡Snake Plikssen!) como el abuelo de pelo cano y barba de similar tono cromático que, sin embargo, es (68 añazos, los del andoba). Me hace sentir más mayor. Ayer escuchaba “Little Drummer Boy” por Bing Crosby, paruapampam, hoy otro clásico que se le puede comparar perfectamente como es “Last Christmas” de Wham. No se me escandalicen, ambas son pop, acócope de “popular”. Hoy también procederé a escuchar mi disco navideño favorito de todos los tiempos, el de Chris Isaak. Tom Waits y su carta de la puta de Minneapolis que está embarazada, regalando un poco de malditismo de baratija a la historia, los especiales de navidad de Los Simpson, los de los años noventa, y ya lo tendríamos. Siempre he preferido la navidad americanizada, la de la tele. Los brillos, brillan más, y los dramas son menos reales. A mí me va la astracanada, la exageración. Soy un snob y no me gustan los villancicos hispánicos de niños que lo fueron en los años sesenta, con esas voces estridentes. Y por eso me envuelvo de estas canciones, historias e imágenes, que un día como hoy no son de los demás, sino sólo mías. Por esto tengo los santos huevos de titular esta entrada tirando de ese tópico infame que me retrotrae a la tele que veía de niño, y a mi abuela.

Pero me canso rápido. Por eso escribo este texto ahora, en la mañana del 24 de diciembre. Porque sé que pronto me agobiaré de la paz y el amor, ahondando en los trampantojos de la compasión, y estaré deseando que vuelva la apatía y el mal ambiente habitual. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Porque, a partir de cierta edad, y con ciertas cosas en la mochila, uno ya sabe interpretar las situaciones. Pero el camino, a igual que la vida, sigue. Así que por si acaso, no olvidéis que el viejo Marley estaba tan muerto como el clavo de una puerta.

Canciones:

Duran Duran: “Boys Keep Swinging”

The Screamin’ Cheetah Wheelies: “Boogie King”

Fontaines DC: “Roy’s Tune”

04
Ene
16

Reina, maga…

Leo con estupor un patético escándalo que se ha formado con el tema de las Reinas Magas. Que si Carmena la comunista rompespañas atenta contra la tradición católica en Madrid, que si ahora el papa le da por sacar a una niña de reina maga el primero de enero, lo cual me ha dejado con una considerable empanada de fechas tradicionales (1 de enero y ya con reyes??). En fin, en mi querencia por meterme donde no me llaman, he creído necesario meter cucharada y hacer una aportación, pues en mi barrio ya había reinas magas allá por esos maravillosos 90s. Y llegado a este punto, les pediré a mis fans menores de 10 años que abandonen la lectura de estas líneas ahora mismo (y se vayan al PornHub), porque lo que sigue, podría acabar con la magia de la navidad…

Esta historia es de cuando yo tenía unos doce años, o algo así. Tal vez serían once. Entonces estaba apuntado a un esplai, palabra que ahora descubro que en castellano es “esparcimiento”, uno de esos esplais asociados a la parroquia del barrio, que parecían un vestigio de los años del tardofranquismo en donde la iglesia catalana más democrática y de barrio hacía proselitismo católico y obrero. Nada que objetar, oiga, para mi madre era una manera de tener a sus niños colocados haciendo actividades variadas, generalmente juegos, visitas culturales y manualidades, sin andar zascandileando por las calles con vete-tú-a-saber-quién, y para mí, he de reconocer que había momentos más divertidos que otros, pero no estaba mal. Y no, el rollo parroquiano católico nunca resultó agobiante en aquel esplai.

papanoel

Este mamonazo es el que más habrá disfrutado leyendo estas líneas… (photo by @carloskarmolina)

Llegadas las fechas navideñas, se decidió hacer un pesebre viviente como actividad para la chavalería, y se representaría la tarde del cinco de enero. La historia acabaría como punto de llegada de los Reyes Magos de la cabalgata de mi barrio, la Zona Franca, o como lo llaman ahora, La Marina del Port, nombre al que me cuesta acostumbrarme. Los monitores del esplai  repartieron los papeles, y a mí me tocó de pastor, lo cual era bastante molón y me permitía estar con mis coleguitas del grupo. De modo que nos emplazaron a hacernos con un disfraz y allí me presenté, la tarde del cinco de enero, con mi disfraz de lo que sería un pastor de la Palestina del siglo I. O por lo menos, mi disfraz tal y como si fuera a aparecer en uno de esos péplums de Samuel Bronston que se emitían en TV cada semana santa. Mi sorpresa llegó cuando vi que el resto de mis compañeros pastores no iban como tal, sino que llevaban los ropajes clásicos de Els Pastorets, pelliza y barretina incluidos. Vamos, más La Cerdanya que Galilea. Malditos tradicionalismos nostrats. Para no desentonar, me colocaron de figurante junto a un pozo, con una monitora que también iba disfrazada de “Rey De Reyes”, por lo que mi plan de pasarme la tarde de charleta con mis coleguitas pastores se había ido, de repente, al garete. Y no, mi querido sector cerdete de lectores, la monitora en cuestión difícilmente podría generar ningún tipo de fantasía erótica, ni en mi yo de once años ni, y me perdonarán la crueldad, en ningún hombre heterosexual. O tal vez sí, que hay tipos muy raritos en este mundo.

Reconoceré que a partir de ese momento, resultó ser un coñazo, estar allí plantado junto al dichoso pozo de cartón piedra, disfrazado con una túnica roñosa y en compañía de la monitora en cuestión. Los minutos pasaban lentos, demasiado lentos, y de lejos veía a mis amiguetes del esplai, con sus putas barretinas, sentados junto a un fuego donde se estaba cocinando una gran perola de escudella, riendo y calentitos a la lumbre. Mis sentimientos de paz y armonía navideña iban mutando en decepción, aburrimiento y odio. Y en esas llegó la cabalgata de los Reyes, que había recorrido el Paseo de la Zona Franca y tenía su final en el parque donde estábamos.

Mi compañera de pozo, la monitora, me dio un cazo con agua y me conminó a ir a los Reyes, que habían bajado de su carroza y estaban frente a nuestro portal de Belén, a ofrecerles agua. “Ve”, me dijo, “y les ofreces diciendo: ¿su majestad tiene sed?” y yo, que ya tenía once años, ya lo sabía todo, y tenía la edad del pavo subida,  comencé a sentir una gran vergüenza por este teatrillo absurdo que me obligaba a hacer. La monitora insistió, y allí me acerqué, con mi túnica, con mi cazo, y con mis mejillas enrojecidas, a la comitiva real, y formulé la cortés pregunta: “¿su majestad tiene sed?”. Supongo que la vergüenza me hizo hablar en voz demasiado baja, de modo que el rey ni se enteró de lo que decía, y en cambio, uno de los pajes reales, una señora (¿una paja?) se giró y con cara de sorpresa simplemente contestó “¿qué?”. Así que insistí con mi frase, “¿su majestad tiene sed?”. La señora cogió el cazo de mis manos y se lo acercó a Su Majestad, mientras le decía “Manoli, bebe agua”. No podría decir mucho más, no sé qué rey era Manoli, si el negro, pintado como mandan los cánones, si era Gaspar o si era el jodido rey Leopoldo de Bélgica, la vergüenza de esa patética escena me hizo que ni mirara, cogiera el cazo de vuelta y me marchara corriendo a mi pozo de cartón piedra. Las navidades ya nunca serían lo mismo para mí.

Canciones:

Echo & The Bunnymen: “The Killing Moon”

Curtis Harding: “Surf”

Courtney Barnett: “Depreston”

 

31
Dic
12

Nochevieja 2012

¿Ya tenéis pensado cuál va a ser la primera canción que vais a pinchar en este 2013? No me refiero a la chorrada que suene en el primer anuncio del año, o el tono de vuestro móvil, o cualquiera de esas canciones que pilléis, como quien no quiere la cosa, en un especial televisivo. No. Me refiero a la primera canción que queráis escuchar el año que viene. Que os pongáis frente al equipo de música, elijáis el disco, lo pongáis y seleccionéis el tema.

Tuve a un amigo que estaba un poco obsesionado con eso. De hecho, quien lo estaba, realmente, era su novia. Un año, pasaron la nochevieja juntos, y su novia se empeñó en pinchar la versión del “Hard To Handle” de los Black Crowes, justo después de las campanadas. Al poco tiempo, esta novia dejó a ese muchacho, y desde aquél día, no sólo le cogió manía a “Hard To Handle”, sino también a los Black Crowes, en general.

No creáis, yo también tenía algunas tradiciones en ese sentido. Durante varios años, la primera canción que pinchaba en el año recién estrenado era “Suck On The Jugular”, de los Stones, una pista poco conocida que se encuentra en su fantástico “Voodoo Lounge”. Así, viviendo yo en casa de mis padres, acabado el ceremonial con la vid, el cava y todas esas cosas, me iba a mi cuarto y hacía sonar esa canción, mientras me arreglaba antes de largarme de casa. Eso era cuando salía para fin de año, cosa que dejé de hacer, por agobio, mucho tiempo atrás.

Y hoy en día, aunque no celebro mucho el fin de año, más allá de las dichosas uvas, y aunque prefiero salir cualquier otra noche del año que no sea la del 31 de diciembre (ni la del 24 de junio), he de reconocer que, de todas las festividades navideñas, Nochevieja es mi preferida, por el simbolismo que tiene de regeneración, de nuevo comienzo, de limpieza y de vista puesta al presente y al futuro. Sí, lo sé, mañana será día uno y nada habrá cambiado realmente. Y los puntos de inflexión se pueden generar en cualquier fecha del calendario. Y sin embargo, un empujoncito nunca viene mal.

Y no soy muy de desear feliz año indiscriminadamente, pero cualquiera que esté leyendo estas líneas, se lo merece. De modo que sí, a todos mis lectores, les deseo un feliz año 2013. Y por aquí estaremos a partir de mañana, de nuevo.

Canciones:

Lucky Soul: “Add your light to mine”
Neil Young: “I’m the ocean”
Charles Bradley: “Stay Away”

23
Dic
12

Pelis navideñas sin ñoñerías & Norma Jean Magazine

Hace algún tiempo comencé a leer el e-zine Norma Jean Magazine… sí, es una revista on-line principalmente orientado para un público femenino. Lo cuál, afortunadamente, no excluye al lector masculino… es más, tiene su aquél… un poco por aquello de “¿qué piensan las mujeres?”. Y hace unas semanas, tuve la oportunidad de colaborar… bueno, que alguien publique tus textos da un pequeño subidón, esa es la verdad. Afortunadamente, la cosa no se quedó allí, y unos días atrás me publicaron un segundo texto, muy acorde a las fechas navideñas. De modo que ahí os lo dejo. Que lo disfrutéis. Y no dejéis de visitar Norma Jean Magazine, podéis encontrar un enlace en las secciones de la derecha de vuestra pantalla:

“La navidad se ha convertido en un género cinematográfico de por sí, y las películas, como también la música, nos acompañan en estas fechas. Si eso es bueno o malo, no seré yo quien lo determine. Tal vez adores ver año tras año “Qué Bello Es Vivir”, pero es también posible que desees una muerte lenta y dolorosa al puto James Stewart cada vez que asoma su cara en blanco y negro por tu pantalla. Porque hace ya muchos años que la televisión tiene un peso específico  en las navidades, por aquello de las reuniones familiares en las que la tele es casi un participante más de la misma. A veces un coñazo, otras veces, un alivio que esté ahí y te puedas distraer en lugar de prestar atención a la abuela o a tu primo. Y la televisión, en esta época, se compone básicamente de tres elementos: programas especiales, dibujos animados, y películas navideñas.”

LEER MÁS

11
Ene
12

Depeche Mode

Uno de los regalos que los Reyes me trajeron el otro día fue este:
Ni mirra, ni pollas!!!

Curiosa mi evolución con respecto a Depeche Mode. Hasta hace 7 u 8 años, odiaba a este grupo. Ahora no es que sea el mayor fan de mundo, pero sí me gustan lo suficiente como para tener alguno de sus discos y sobretodo disfrutar de su legado en forma de hits, fantástico, en su etapa a partir de 1986.

Mención aparte merece ese celebérrimo “Just Can’t Get Enough”, contenido en su disco de debut de 1981. Pertenece a su etapa inicial, y fue compuesta por Vince Clarke, quien era el tío que escribía las canciones en los Depeche Mode más pipiolos. Tras publicar ese debut, Vince Clarke abandonó el grupo, y las labores compositivas, que recayeron en Martin Gore, dándole una vuelta a la sonoridad de la banda, que se fue tornando más definitiva y personal conforme avanzaban los 80’s. Y sin embargo, “Just Can’t Get Enough” es una canción estupenda. Y no, no me refiero al rollo de guilty pleasures ni de revival 80’s. Me gusta, y me parece una canción que debería sonar en todas las pistas de baile que se precien.
Está claro, sin embargo, que la música de Depeche Mode se volvió realmente interesante cuando comenzaron a practicar esa especie de techno-rock del que tanto bebió Trent Reznor, y muchos, muchos otros. Creo que no tienen un disco realmente redondo, pero de esa etapa 86-98 se me ocurren como una quincena de temas realmente incontestables. Una vez, andaba tirado en un hotel italiano, o algo así, y topé con la emisión de un concierto de Depeche Mode, precísamente en Milán, sería de la gira de “Exciter” (2001) y … aquello, definitivamente, me abrió los ojos: Depeche Mode son un gran grupo. Y no solamente son un gran grupo, sino que además, tienen un buen directo, gracias a esa fiera escénica que es su cantante David Gaham.
Resulta francamente curiosa la evolución de Gaham, cayendo en todos los tics rockeros posibles. Todos los adorables tics rockeros, ya sabéis, excesos, tatuajes, egomanía y sustancias. Sí, amiguitos, el señor Gaham, tan oscuro, tan afectado, tan británico, le daba al alpiste cosa fina, y lo está contando de puro milagro. Que no todo el mundo es Iggy Pop en esta vida. Pero me alegra. Todo ello proporciona un plus extra a un concierto de Depeche Mode, está claro que un frontman interesante no es algo fácil de encontrar. Últimamente he leído críticas sobre, digamoslo así, un exceso de partes pregrabadas en los conciertos de Depeche Mode. Vamos, que casi parecía el karaoke de mr. Gaham… no sé qué hay de cierto o no, pero diablos, lo escuchado, suena muy potente. Y me hacen venir ganas de presenciar uno de sus conciertos.
En este momento, en el de las giras de Depeche Mode, es cuando me viene a la mente mi odio irracional que durante los 90’s experimenté hacia este grupo. La culpa, en gran parte, era de su base de fans. No llegan al extremo de ascopena de los fans cerriles de U2 o de Bruss, pero le andan cerca. A primeros de los 90’s, el fan medio de Depeche Mode era, por lo menos para mí, un pijito de Barcelona. Y por lo que fuera, identifiqué al grupo como algo así como el enemigo a batir. En esa época, también, tenía un amigo del instituto. Era un buen chaval, un año mayor que yo, repetidor. Era el Gordo, en todas las clases hay uno, y él, lo era, cosas de los colegios. El Gordo tenía una especie de obsesión extraña por la música de los 80’s, lo cuál no dejaba de ser extraño en 1993, en un chaval de su edad. Supongo que por marcada influencia de sus hermanos. Se dedicó durante todo un año a cantarme las excelencias de la música 80’s en general, y de Depeche Mode en particular. ¿Y qué iba a hacer yo? Pues por supuesto, despreciar a ese grupo con toda mi alma y con la opinión más cerrada y ciega posible. Para qué, si ya tenía a mis Nirvana o a mis Guns n’ Roses o a mis R.E.M. … ya véis, eso es una opinión parcial y absurda donde las haya. Para mí, eso eran los 90’s, y los 80’s sólo consistían en Rick Astley, Madonna o Milli Vanilli. Pero bueno, todos hemos sido adolescentes atolondrados alguna vez, ¿no? Luego avanzaron los cursos en el instituto, y del Gordo, poco o más bien nada he vuelto a saber desde que acabé el COU. Una vez me lo encontré, tres o cuatro años más tarde. Me hizo ilusión verle, nos saludamos, y hablamos 5 minutos, lo justo para darnos cuenta de que no podíamos estar más lejos. De todas formas, por los buenos tiempos pasados, y por la chapa que me dió con los dichosos Depeche Mode, vaya este homenaje para él. Gordi, al final, va a ser que tenías razón.
Canciones:
Depeche Mode: “Condemnation”
Depeche Mode: “A Question Of Time”
Depeche Mode: “Home”
09
Ene
12

Lo mejor de la semana. Semana 12

Para quien se haya incorporado hace poco a la lectura de NDK, seguro que no recordará esta subsección que llevé durante una temporada y que, en un alarde de mi poca constancia, dejé, hace ya demasiado. Para que os hagáis una idea, esta es la semana 12… cuando la semana 11 fue la correspondiente al domingo 20 de septiembre… de 2009!!! 

Bueno, la mecánica no tiene gran misterio, así que no me centraré en explicarla. Y tampoco vale la pena extenderme en tópicos y más tópicos sobre cómo pasa el tiempo y los 20 meses que separan la Semana 11 de esta Semana 12. Así que vayamos a lo mejor de esta semana que se acaba, que para esto estamos aquí:

3.- Fin de las Navidades: Sí, queridos y queridas, el período conocido como «Navidades 2011» se ha finiquitado. No hace tanto que me gustaban las navidades. De un tiempo a esta parte, sin embargo, me dan bastante pereza, tanta celebración, tanta tradición y tanta hostia. Y aunque ahora comienza el que sin duda es el período más sombrío del año, los meses de enero y febrero, alegro que se hayan acabado las dichosas fiestas. Por cierto, no me negaréis que estos dos meses, por lo que tienen de retomar el trabajo si se ha tenido vacaciones como yo he tenido (sufrid, mortales!), por el frío (los meses más fríos en Barcelona, por lo menos enero), por la dichosa cuesta (que levante la mano el que no se haya gastado demasiada pasta estos días), porque no hay ni un maldito día festivo…

2.- Amy Winehouse, «Lioness: Hidden Treasures»: Aunque irregular y morboso, el disco publicado con los retales más decentes de la cantante fallecida sigue ofreciendo algunos destellos de calidad. Ni la mitad de interesante que «Back To Black», no deja de ser un placer reencontrarse con la Winehouse, después de que pasaran tantos meses haciendo de ella un personaje público que casi, casi había desplazado a la cantante. Gracias, Santa Claus.

1.- «Drive»: El año comienza fuerte! Menudo peliculón! Lo que más destacaría es esa aureola diferente que muestra. Ok, como definición, no es gran cosa, pero no se me ocurre algo mucho mejor. Desde ese inicio con los planos nocturnos de LA y los títulos de crédito simulando neón rosa, esa extraña elección de música deudora del synth pop ochentera, ese protagonista que desde ya lo podemos situar en la galería de personajes del cine para recordar… una sorprendente cinta. Desde luego no es perfecta, pero mirad, la vi hace dos días y todavía ando dándole vueltas. Y eso, para mí, es mucho. Totalmente recomendable.

Ah, y feliz cumpleaños a Elvis y a Bowie!

Canciones:

Amy Winehouse: «Best Friends, Right?»
College Ft. Electric Youth: «A Real Hero»
The Shazam: «Getting Higher»

31
Dic
11

2012

De todas las celebraciones del período navideño, quizás la de fin de año es la que más me gusta. Por todo lo que significa el cambio, aunque sólo sea de período temporal, y ni siquiera eso, a tenor de los diferentes métodos de regir el tiempo que imperan en este mundo. Pero me gusta. A quién no le parece que un cambio puede ser bueno? a quién no le parece que tal vez sea un buen momento para iniciar una nueva etapa en la que se sea más feliz? (ése debería ser el objetivo principal de todo ser humano: vivir feliz … que viva el hedonismo!!) Y no me refiero a que ahora seas un desgraciado y por lo tanto necesitas dejar de serlo. Simplemente quieres más o mejor. Una persona que no está contenta con nada al final acaba resultando un coñazo que sólo disfruta compadeciéndose en su soledad. Pero una persona que no cree necesitar ningún tipo de cambio en su vida, o es un pusilánime que se conforma con nada, o es un mentiroso (humm… ¿dónde habré leído yo ésto?)… o alguien extremadamente afortunado… pero yo no creo en esas cosas… 
Yo, que soy un culo inquieto y bastante autocrítico, me tomo siempre este evento del cambio de año como una excusa para llevar adelante proyectos, más ambiciosos a veces, propósitos estúpidos a veces. Y considero que es necesario que una persona se plantee propósitos (los buenos propósitos esos tan sobados), y claro, que trate de cumplirlos.

Ok, sé perfectamente que lo del cambio de año es una tontería, de lo más circunstancial. Sé perfectamente que en realidad, mañana no habrá cambiado nada respecto a hoy. Y esa es la gracia… no habrá cambiado nada si no hago que cambie. Y no puedo evitarlo, conforme me voy acercando a las doce, va aumentando mi excitación, para estar en un estúpido estado de euforia a las doce y un minuto. Es un sentimiento muy instintivo, muy infantil, y me gusta, qué carajo. En fin de año, no en navidad, me siento con ganas de enviar esos mensajes tontos de «feliz año nuevo» y echo de menos a los amigos que quedaron atrás.


Feliz año nuevo!!!
Sin embargo, hay temas de esta noche que no me gustan. Primero, la constatación del paso del tiempo. En unas horas será ya 2012… y qué lejos quedó 2002 o 1997… y qué viejo me hago por momentos. Me marea un poco el asunto del paso del tiempo, de lo lejos que quedan ciertas épocas que ya no volverán, etcétera… vamos, lo del tempus fugit.

Y sobretodo, y aunque parezca una paradoja con respecto a lo escrito en los párrafos anteriores, no me gusta la nochevieja ni sus celebraciones… bueno, no me gusta a partir de las doce. Cuando tenía 16, 17, 18,19 o hasta 20 años, bueno, la nochevieja era un fiestón. Pero hace varios años que dejó de gustarme… gente por todas partes, aglomeraciones, esa obligatoriedad de pasárselo bien «porque es nochevieja», esa gente que de dice «feliz año» puesta de alcohol hasta las cejas, simplemente porque te cruzas con ella, las bragas rojas, los tipos con el traje de las bodas, …  Mientras tanto, tras las uvas me dedicaré a plantearme que mañana comienzo con mis nuevos propósitos.

Y no quiero acabar sin desear que este nuevo año 2012 sea muy feliz para todos los que leáis estas líneas!!!!

Canciones:
Bob Marley: «Exodus»
Sopa De Cabra: «Mai Trobaràs»
The Vaccines: «Post Break up Sex»
09
Nov
10

Fuckin’ cold Utrecht

Caminando por Utrecht

No pasaré a comentar las lamentables circunstancias que me han llevado a Breda, ciudad famosa por su rendición pintada por Velázquez, y hoy a Utrecht.


La noche estaba fría

Esta tarde he salido a dar un paseo por la ciudad. Hace bastante frío, unos 3 o 4 grados, lo que para mí es un frío del carajo.

San Nicolás, por lo visto, tenía a un negro. El toque de exotismo necesario en cada leyenda navideña, supongo.

Ya es navidad en Utrecht

Cuando paseo por una ciudad, por alguna estúpida razón, me gusta escuchar “Everybody’s talkin’” de Harry Nilsson. Llamadme clásico.

Esto es gótico y no lo de Robert Smith

Utrecht es una ciudad bastante bonita, con ese rollo holandés tan bucólico de canales y aires decimonónicos. Las bicicletas, la caída de hojas otoñal y las luces de navidad ya instaladas hacen el resto.

Canales y bicicletas

No me quería perder

Las holandesas son bastante guapas, tan rubias ellas.
Acabo engullendo la cena en un McDonald’s, tenía antojo. Cenar a las seis y media se puede considerar cenar?
Hoy me apeteció tomar unas cuantas fotos.

Canciones:
Loquillo y Trogloditas: «En las calles de Madrid»
The Replacements: «Nightclub Jitters»
Kings Of Leon: «Use somebody»

31
Dic
08

Propósitos 2009

Desde luego, qué dura es la palabra escrita y su permanencia. Hoy, antes de ponerme a escribir esta, la última entrada del año 2008, me ha dado por releer la homónima del 2007. Aquella se titulaba «Propósitos», de manera que ya podéis imaginar de qué iba la cosa. Y si reproduzco lo que con candidez y entusiasmo escribí entonces, puedo sacar una serie de conclusiones. Veamos lo que había en 2007:

  • Volver a nadar con cierta frecuencia. Y retomar el tema ejercicio, ya que estamos puestos, que lo tengo abandonadísimo.
  • Ver teatro, algo que casi nunca hago.
  • No esperar que sean los otros los que llamen o propongan algo. No dejar pasar mucho tiempo sin saber de las personas.
  • Aprender francés de una santa vez… toda la vida estudiando inglés para tener que estudiar ahora francés.
  • Poner un poco de orden en mi vida, no dejar todo a la improvisación y a última hora.
  • Recuperar todas esas películas que tengo en mente y que merecen la pena ver.
  • Aprovechar siempre el tiempo libre, no perderlo ni dejarme absorber por la rutina (laboral, principalmente).
  • Experimentar más en juguetear con la música, la fotografía y sobretodo, escribir más. Si me sale una novela, ganar como mínimo el premio Planeta.
En fin, sirva esto para darme cuenta que sólo he cumplido la mitad de ellos. No, no pienso describir qué mitad he cumplido y qué mitad no. Hay algo claro, no he ganado el premio planeta. Pero bueno, alguna cosilla se ha cumplido. Pero como está muy bien esto de los propósitos, y me he dado cuenta de que puestos por escrito pesan más, por descontado que tenemos propósitos para 2009. Se trata de los siguientes, a grandes rasgos:
  • Continuar con el tema ejercicio. Lo llevo más o menos. Más menos que más, va a temporadas.
  • Recuperar todas esas películas que tengo en mente y que merecen la pena ver.
  • Aprovechar siempre el tiempo libre, no perderlo ni dejarme absorber por la rutina (laboral, principalmente). #estas dos últimas son copiar/pegar… así que voy dando pistas#
  • Ponerme con la guitarra, que la trasteé durante dos meses y este diciembre no ha salido de la funda.
  • Un clásico: escribir más… ¿el premio Planeta? se ha vuelto demasiado comercial, ya no me interesa… si será por dinero…
Tendría su gracia repescar la lista el 30 de junio de 2009… por aquello de que si no he cumplido nada de los propósitos, aún tengo medio año por delante. Aunque lo cierto es que me acojona hablar hoy del 30 de Junio de 2009, diablos, hablamos de casi el final de la década. Cómo pasa el jodido tiempo!!

En fin, no me queda más que desear un muy feliz año 2009 a todos los lectores de NDK, a los habituales, a los que comentan, a los que pasan por aquí sin decir nada, a los fans talibanes de Matt Sorum, a los seguidores radicales de Cindy Lauper, a los que llegan en busca de fotos de Harvey Keitel desnudo, Marta Sánchez desnuda o el cadáver de Jim Morrison desnudo… a todos ellos, a todos vosotros: FELIZ AÑO NUEVO

18
Mar
08

Cine de romanos

Estamos ya metidos en la semana santa, cada vez más semana y menos santa, afortunadamente por otra parte, y sin embargo, si algo echo de menos de la ausencia de laicismo (o de originalidad) de hace no tantos años es la tele. Efectivamente, no hace tanto, esta semana era símbolo de fiesta en el cole y de peplums clásicos en la tele, de esas que popularmente se les denominaba «de romanos» o con mayor sorna, «de estampita». Y allí estaba yo, disfrutando de esos clásicos imperecederos. Hoy en día se programan menos, o lo que es aún peor, las televisiones programan esos horrorosos remakes para televisión. Ayer mismo echaban una basura que alguien se había empeñado en titular «Espartaco»… como si no supiera todo el mundo que Espartaco sólo hay uno, Kirk Douglas, y que la mano de Anthony Mann y Kubrick planea por la cinta. Esa es una de las paradojas de estas fechas: la historia de Espartaco no tiene nada que ver con la semana santa ni con ninguna clase de conmemoración católica o cristiana. Pero es igual. La premisa es «si salen togas y sandalias, la emitimos».

Y es que los productos actuales que recuperan la esencia del peplum clásico son, en general, bastante pobres. Básicamente, tan solo Gladiator de Ridley Scott y La Pasión de Cristo de Mel Gibson alcanzan un nivel decente. Por lo demás, en general abundan subproductos destinados para televisión que vienen bajo la aureola de superproducción pero que por más dinero que se haya puesto, resultan un coñazo. Me refiero, por ejemplo, a esa superproducción que se denominaba «La Biblia», y que resultaban ser telefilmes con los pasajes más típicos del librito de marras, con algún protagonista de renombre, generalmente viejas glorias en crisis tales como Ben Kingsley o Martin Landau, y mucho extra. Aburridísmos, en general. Cada semana santa cae algún episodio. En este sentido, puedo destacar únicamente la serie Roma, que Cuatro emitió el año pasado y que presenta su segunda temporada en unos bizarros pases de varios episodios el jueves y el viernes santos ambos dos. La temporada uno fue totalmente recomendable. Sufre del síndrome espartaco (¿qué tiene que ver la fundación del Imperio Romano con la dichosa religión?) pero no seré yo quien se queje. Hacía tiempo que quería ver la segunda temporada.

Aprende, Fernando Alonso

Ahora, para mí la semana santa siempre han sido unos títulos básicos. Comenzamos por «Ben-Hur», la epopeya de Cecil B. DeMille, que merecería una entrada aparte. Lo diré rápidamente: Peliculón. Mi tradición personal es que a cada pase que tiene la cinta por alguna de las teles (generalmente en navidades o en semana santa) veo ni que sea un ratito. Charlton Heston superstar!! Y es que vale la pena el doblete de Heston. O de Cecil B. DeMille. Si se visiona «Ben-Hur», diablos, vale la pena hacer lo propio con «Los 10 Mandamientos». Oscar a los mejores efectos especiales en 1956, poca broma. Cecil era un megalómano y Charlton su instrumento de trabajo, el artífice de su obra. Y pese a tratarse de obras de temática religiosa, no falta la violencia, el sexo, la atracción física, la ambición. No, en el fondo no son tan beatas como pudiera parecer.


La entrada triunfal, las catacumbas, el toro, Nerón tocando… grandes momentos

Podríamos seguir con «Quo Vadis». Probablemente sea muy cursi, a diferencia de «Ben-Hur». Y sin embargo, cómo resistirse a esos decorados llenos de absurdo colorido o a esa histriónica interpretación de Peter Ustinov como Nerón. No podemos olvidar igualmente a Robert Taylor de galán con falda y a la belleza fría de Deborah Kerr. Y cerraríamos el ciclo clásico de obligatorias con «Rey de Reyes», de Nicholas Ray. Se trata, en realidad, de un remake de la cinta de 1927 que dirigió, ¿lo adivináis?, Cecil B. DeMille. No hay que olvidar, claro, que Ray fue el director de «Rebelde sin causa», y fue amigo de James Dean. En este caso narra los pasajes evangélicos y muestra a un Jesús encarnado por Jeffrey Hunter, que venía de estrella juvenil de los 50’s. Es decir, un Jesús con un trasfondo de Jimmy Dean. La cinta, como es por todos sabido, se rodó en España, de la mano del productor Samuel Bronston, y ojito a la intérprete de María Magdalena: nada más y nada menos que Carmen Sevilla.


Estoy seguro de que si no hubiera muerto, Nicholas Ray habría elegido a James Dean para interpretar a este pelanas barbudo.

Yo creo que lo mejor sería tirarse todo el jodido viernes santo viendo estas películas, una detrás de la otra, regadas con cualquiera de vuestros alcoholes favoritos. Seguro que al final acabas viendo a Dios. En el tintero me dejo muchas películas que bien merecerían un lugar entre estas líneas, y que no cabe duda de que me hicieron pasar buenos ratos: «La túnica sagrada», «Barrabás», «Sansón y Dalila»… ocurre que no quiero acabar con un empacho que sólo soportaría Terenci Moix en una etapa de nostalgia, de modo que lo dejaremos aquí. De momento.

Canciones:

Chris Isaak: «One Day»
QOTSA: «Little Sister»
Franz Ferdinand: «Do you wan to»




junio 2023
L M X J V S D
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930  

Sígueme en Twitter

Categorías