Archive for the 'negritudes varias' Category

03
Abr
17

Canciones y años

Ah, el tempus fugit y todas esas mandangas que han inspirado al ser humano desde tiempos inmemoriales. El vértigo que provoca darte cuenta de que no eres el amo de tu vida. Es sólo eso. Esos versos de Gil de Biedma, tan repetidos, tanto que casi desdibujan su verdadero significado, quizás también porque expresan algo tan difícil de advertir e imposible de corregir: “que la vida iba en serio, uno lo empieza a comprender más tarde”. Cuando eres más joven, no te importa una mierda nada, la mayor parte del tiempo, y son los años quienes acaban dándole la vuelta a eso: es el tiempo a quien no le importas una mierda.

Los años son una impostura, un invento del papa Gregorio XIII, una cifra que nos ayuda a recordar, pues los recuerdos son lo que somos. Los recuerdos que yo tengo de mi romance con aquella joven Kate Moss, allá por 1999, son tan vagos  y borrosos que ya me entra la duda de si me lo habré inventado yo. ¿O sería 1989? Esas cuatro cifras fatales que quieren decir algo. Lo que sea. Algo querrán decir. Ni que sea para inspirar a peludos que se suben a un escenario.

1916

Para Lemmy, de Mötörhead, ese 1916 estaba marcado por la I Guerra Mundial, y como tal quiso plasmarlo en esa canción que a su vez daba título al disco con el que traspasaban la década de los noventa. Un tema distinto, fuera del estándar del trío, de velocidad y fiereza. Lemmy era un gran amante de la historia bélica. Yo nunca he sido un gran amante de Mötörhead, por más que ahora, y muerto el hombre, parece que salen fans de debajo de las piedras. Me temo que a Lemmy le ha pasado un poco (a menor escala, eso sí) lo que le ocurrió a Bob Marley, o a James Dean o al Che Guevara: se han convertido en un póster, en un estampado de camiseta o (horreur!) una frase de muro de Facebook.

1939

Algo parecido le pasó a Brian May, de Queen, cuando compuso el tema “’39” inscrito en el celebérrimo “A Night At The Opera”, también conocido como el-disco-de-boemianrapsodi. En este caso, May no es un experto en historia bélica, sino en astronomía y astrofísica. La historia relata un experimento en el que unos exploradores son enviados al espacio y a su retorno han pasado cien años, según la teoría de la dilatación del tiempo en la teoría de la relatividad de Einstein. Hubo quien quiso ver algún tipo de alegato belicista, sin embargo May siempre lo negó y su trayectoria científica da más peso a la primera versión. Al final, esa “’39” es una canción que cantó el propio Brian May y suena más cercana a los dos primeros discos de La Reina que al LP en el que se incluyó.

1969

Saltamos treinta años para meternos en terreno grasiento, sucio, que huele a alcohol y a violencia gratuita. ¡Son The Stooges, hombre! Todo en esta canción está bien colocado, todo tiene sentido en el marco en el que se circunscribe, comenzando con esa intro de guitarra que raspa como papel de lija, y con Iggy declarando, “all right”, antes de comenzar con un ritmo casi tribal y de acabar como acaba, a voces.  Fijémonos en la letra:

It’s another year for me and you
Another year with nothing to do
Last year I was twenty one I didn’t have a lot of fun
And now I’m gonna be twenty two I say oh my and a boo-hoo

Seguramente Gil de Biedma lo dijo de una manera más bonita, no obstante, en el fondo, acaba siendo lo mismo.

1970

Y el reverso aún más oscuro y más depravado nos lo proporcionaban los mismos The Stooges, un año más tarde, en el siguiente LP del grupo. Un Iggy Pop más chulesco todavía declarando “I feel alright”. Si alguien me preguntara cuál es la mejor canción de The Stooges, probablemente diría que esta “1970”. Y si alguien me preguntara acerca del mejor solo de saxo en el rock n’ roll, seguramente mencionaría el que cierra el minutaje del tema, sonando tan sucio y descarnado como la guitarra más distorsionada.

1976

Más que una canción, una declaración de intenciones, esta “1976” de Redd Kross. Una visión edulcorada de una década en la que los miembros del grupo vivieron su primeriza adolescencia y niñez. ¿Cómo sonaría una canción si yo escribiera un tema llamado “1993”? La pregunta es una estupidez, yo apenas soy capaz de tocar tres acordes seguidos en una guitarra sin meter la pata. Pero seguramente, a nivel espiritual, sería parecido, porque el tiempo constituye un prisma cabrón que deforma los recuerdos, en especial los de esa época de pre-adolescencia, y una vez más, Gil de Biedma, otro cabrón que tenía razón. Como nota curiosa, en dos ocasiones, antes del estribillo, canta alguien que suena igual a Paul Stanley de Kiss, y tratándose de una banda tan fanática de Kiss como los Redd Kross, pudiera ser. Pero no lo es, en aquellos tiempos Redd Kross eran muy minoritarios y no tendrían el dinero suficiente para que el tío Stanley moviera su culo. En realidad se trata de su guitarrista de entonces, quien, hay que decir,  lo clava.

1979

“1979” de Smashing Pumpkins, podría ser el reverso a la canción de los Redd Kross, pero con ese aura más intensito que gastaba Billy Corgan. Menos sutil y menos divertido que Jeff McDonald, de Redd Kross, compone sin embargo una buena canción, aunque no puedo dejar de preguntarme si el tema hubiera sido tan apreciado por los fans de la banda de no ser por ese videoclip que lo acompañaba.

1984

Aunque podría referirme a ese corte instrumental que abría el disco de Van Halen. Pero no, en esta ocasión me refiero a la canción de David Bowie de su disco “Diamond Dogs”. Una empanada inspirada por la clásica novela de George Orwell, quien quiso ver un futuro en ese año (Orwell, no Bowie) que tardaría unas décadas más en producirse. Aunque el disco lo grabó aún sin el guitarrista Carlos Alomar, aquél LP ya rezumaba lo que iba a ser la encarnación de Bowie para el siguiente lustro, el del enamorado de la música negra, y con Alomar de mano derecha (quien se incorporó para la gira de “Diamond Dogs”). ¿La canción? Un trepidante estallido de soul funk elegante.

1999

Y si hablamos de temas futuristas, puedo mencionar la que es mi canción favorita de Prince, “1999”. Del disco que la contenía, titulado también “1999” la gente suele recordad “Little Red Corvette”. No se me ocurre un mejor inicio para un álbum, no obstante, que esta “1999” -la canción-  que contenía un rollo proto-futurista con vistas a ese temible año 2000 que acechaba y que, ya ves, pasó, y ni un triste avión cayó del cielo en aquella nochevieja de 1999. Un timo, vaya.

27
Oct
13

El Peor Videoclip de la historia

Llevo unas semanas enganchado a las últimas temporadas de “Padre De Familia”, y lo puedo decir sin rubor, “Padre De Familia” me gusta más que cualquier otra serie de animación. Que nadie me entienda mal, adoro “Los Simpson”, es una serie que llevo viendo, casi ininterrumpidamente desde que tenía once años y se estrenó en horario nocturno en aquél programa de modernas de la dichosa movida en el que se incluía un episodio, en la 2 (por aquél entonces, TVE2). Menuda cara puso mi padre cuando le dije que quería ver una serie de dibujos a las once de la noche. ¿Alguien más en la sala que viera la serie por vez primera entonces? Sin embargo, la realidad es que han pasado 22 años y la sobreexposición ha sido brutal. Y sobretodo, no nos engañemos, las últimas temporadas de “Los Simpson” resultan tremendamente aburridas. Sigo siendo capaz de descojonarme de risa con el episodio de (por escoger uno al azar) Gabbo, pero veo uno de estos episodios que Antena 3 anuncia a bombo y platillo como nuevos, y me deja frío. De hecho, puede que sea una macabra casualidad, puede que no, pero desde que el actor que doblaba a Homer falleció, los episodios, en general, comenzaron a decaer. También puede ser que Carlos Ysbert tomara las riendas del malogrado Carlos Revilla (quien doblaba a Homer Simpson y a … KITT, el coche fantástico!!) en la temporada 12, y claro, una docena, son muchas temporadas.

El caso es que el otro día, viendo “Padre De Familia”, en una escena Peter está aleccionando a sus hijos Chris y Meg, y menciona lo que califica como “el peor videoclip de la historia”. Ahí saltaron las alertas. El documento que seguía a continuación era espeluznante. Peter Griffin estaba en lo cierto. Es el peor videoclip de la historia. Es el clip de “Dancing In The Street” de Mick Jagger y David Bowie.

Pero antes, pongamos unos antecedentes. Se trata de un dueto que Jagger y Bowie grabaron en 1985. Si repasamos las carreras de ambos en aquella época, podemos concluir que no estaban en su mejor momento artístico. Bowie tenía 38 años por entonces, y estaba en una de sus etapas más flojas, acababa de grabar “Tonight” (1984), que seguía la estela de la fama que le proyectó aquella decepcionante mutación que sufrió su personaje con “Let’s Dance” (1983), si bien conquistó un público y un mercado más masivo. Jagger tenía 42 años, y a los Stones en barbecho, en una de sus crisis de los 80s. De hecho, acababa de grabar su primer LP en solitario, “She’s The Boss” (1985), poniendo sus esperanzas en poder triunfar a lo grande sin necesidad de tener que aguantar a Keith Richards y a su pasado en los 60s y 70s. Algo que no ocurriría jamás.

Total, ambos eran unos cuarentones (Bowie, casi), reliquias de un sonido pretérito que la chavalería veía como algo alejado. Nada que no le pasara a la mayoría de los popes del rock de los 60s y 70s, que iban dejando de ser jovencitos, y perdiendo el respaldo mayoritario de la Juventud (dicho así, en mayúsculas), lo que los llevaba, a menudo, a realizar movimientos absurdos. Una crisis de los cuarenta en plena regla. Échenle la culpa a Pete Townshed y a sus versos lapidarios como “I hope I die before I get old”.

Como mínimo hay que valorar que se trataba de un proyecto de carácter benéfico, enmarcado en los fastos del celebérrimo “Live Aid” de Bob Geldof. La idea que tenían los dos prendas, Bowie y Jagger, era cantar en directo un dueto, estando Sir Mick en el JFK Stadium de Nueva York y Bowie en Wembley. Parece ser que al final lo vieron demasiado complicado, y decidieron tomar un atajo más sencillo. De modo que se lanzaron a la grabación de este clásico del soul, “Dancing In The Street”, que popularizaron Martha & The Vandellas en 1964, y que co-escribió nada más y nada menos que Marvin Gaye. Una gran canción, sin duda. ¿Por qué esa versión y no otra? Podría ser malvado y decir que Bowie estaba dispuesto a grabar cualquier cosa que conjugara el verbo “dance” en su título. Pero en realidad no tengo ni idea del por qué.

Lo que sí que está claro es que en 1985 la MTV era lo más de la modernidad, y la grabación de videoclips resultaba ser algo obligatorio para tener cierta presencia en el mundo de la música. Obviamente, Bowie y Jagger no se iban a conformar con la publicación de un EP de 7”, expresión, dicho sea de paso, que suena tan antigua como el pleistoceno superior.

Y allí es donde la cagan. Porque la verdad es que la versión del tema en cuestión no está nada mal, si bien no aporta gran cosa más que la producción ochentera. Pero bien, en general. No obstante, veamos el vídeo y luego continuamos:

Decorado de mierda, un muro ruinoso y un exterior en lo que parece una mezcla entre hangares y polígono industrial. De noche. Y unos aspectos que asustan. Jagger, no lo olvidemos, ya en la cuarentena, luciendo una de esas camisas de corte anchísimo que se gastaban en la época, pantalones de pinzas vaporosos y unas bambas blancas. Nunca ha sido el paradigma de la elegancia en escena, de acuerdo. ¿Y Bowie? Lo de David Bowie no tiene perdón de dios. Una suerte de mono de una pieza, o pantalón y camisa del mismo tejido, no acabo de apreciarlo, en unos tonos negros y estampado de camuflaje militar. Diríase que ha sido confeccionado a base de bolsas de basura. Y una gabardina digna del detective Colombo.

El clip al completo se compone de los dos divos, solos, bailando la cancioncilla. Bailando. Parémonos en este punto. ¿Vosotros recordáis cuando José Mota (lo siento, me hace gracia este tipo) se pone el disfraz de Blasa y se pone a bailar? Pues algo así. Como si la coca y el alcohol hubiera corrido a mansalva durante las seis horas previas a la grabación, y ambos estuvieran en pleno subidón eufórico. Como cuando te tajas tanto que te desinhibes y acabas en una discoteca a las cinco de la mañana bailando los hits ochenteros de revival como si te fuera la vida en ello, rodeado de tus amigotes que presentan un estado igual de lamentable que el tuyo y os tomáis el bailar “Take On Me” de A-Ha como un trabajo de equipo. Por favor, reconoced que vosotros también os habéis visto en esa tesitura.

Me avergüenza un poco el comentario, por tener un cierto tufillo homófobo, pero es de lo más gay que les he visto hacer a estos dos pollos, Bowie y Jagger. Quiero decir, parecen una imitación del mariquita bailongo hecha por Arévalo. Un chiste de sarasas en una discoteca. Y puedo reconocer que como amante de los hits más ochenteros, me gusta mucho esta “Dancing In The Street”, y que probablemente hacer el monguer de esa manera es la mejor manera de mover el buyate a su ritmo. Pero, y ya me perdonaréis mi mitomanía y mi seriedad, no me gusta ver a dos colosos como David Bowie y Mick Jagger dejando para la posteridad un documento gráfico más digno del de mis primos en la boda de nuestra prima segunda. Por favor, repasad momentazos como el minuto 2:35 , 2:05 o 1:55.

Y ya está. Y ese es el videoclip. Ni un cuerpo de baile. Ni un decorado de más. Todo grabado en una noche, como si fueran esos furtivos que no tienen permiso de rodaje. Hay que reconocerles, no obstante, su sentido del humor, o de la oportunidad, mírese como se quiera, para grabar un vídeo meneando sus culos juntos, haciéndose esas carantoñas, después de los ríos de tinta que corrieron en su época sobre una supuesta relación erótico-festiva entre ambos cantantes en los 70s. Verdad o mentira, la ladina Angie Bowie, ex-esposa de David, se encargó de propagar que los había pillado en la cama. Otros van más allá y hablan de una relación amorosa, no sólo sexual. Lo cual pudiera ser cierto, claro, y me parecería muy bien. Solo que no me lo acabo de creer.

Al final, la canción en cuestión resultó más exitosa que la propia carrera en solitario de Jagger. Y desde luego mejor que los discos de mediados de los 80s de Bowie. Pero para la posteridad nos legaron este terrorífico documento gráfico. El peor videoclip de la historia. Como les dice Peter Griffin, muy serio, a sus hijos Meg y Chris: “Y nosotros… lo permitimos…”.

 

Canciones:

Hanoi Rocks: «Tragedy»

Morcheeba: «The Sea»

Toot & The Maytals: «Never Grow Old»

18
Sep
13

UNA HISTORIA DEL BRONX

“No hay nada más triste que el talento malgastado”. Eso le dice el conductor de autobuses Lorenzo a su hijo Calogero cuando éste era un crío. Luego las cosas se complicaron más, y sin embargo, al final, Lorenzo tenía razón. De adolescentes acostumbramos a creernos que los adultos nos han ido engañando siempre. Y no, no fue siempre. La cuestión es dilucidar cuándo.

Hace unos días os hablaba de la proliferación de múltiples canales de TV en esa francachela que ha dado en llamarse TDT. A destacar, y con muchísimos cuerpos por delante, La Sexta3 y su posterior “imitadora”, Paramount Channel. De acuerdo que emitir las mismas películas una docena de veces cada mes, mes tras mes, es demasiado. Y sin embargo, qué puedo decir… cada vez que pillo alguna de las tres partes de El Padrino, por lo menos un trozo sí que veo.

“Una Historia Del Bronx” es otra de esas frecuentes. También era de las habituales, no obstante, en la parrilla televisiva antes de aparecer la dichosa TDT. Y como “Forrest Gump” o “Cadena Perpetua”, si la cojo, por casualidad, por la tele, al menos un rato, me quedo viéndola.

Calogero entre los dos hombres que marcaron su niñez: su padre y Sonny

Calogero entre los dos hombres que marcaron su niñez: su padre y Sonny

Calificar “Una Historia Del Bronx” de entrañable me parece injusto, porque parece querer decir que es una mierdecilla pero que me gusta. Nada más lejos de la realidad. Es una película sencilla, sí, pero, en general, muy bien hecha. Y sí, me gusta. Me gusta mucho. Me toca un poco la fibra, he de reconocer. Ay, qué sensiblón ha sonado eso. No me hagáis mucho caso, estoy en esos días…

La cinta se estrenó en 1993, y fue el debut a la dirección de un Robert DeNiro que todavía tenía esa estela de los más grandes. Nos quedarían pocos años de grandeza para DeNiro, y pocos trabajos memorables… Diría yo “Casino” (1995), “Heat” (1995) y tal vez, más por la cinta que por su papel, “Jackie Brown” (1997). ¿Cuándo cayó (solito, y voluntariamente) en desgracia? Yo creo que a partir de 1998 ya no volvió a protagonizar, ni siquiera a actuar como secundario, en ninguna película que realmente fuera memorable. Una lástima.

Pero ei, volvamos a aquél maravilloso 1993 cuando DeNiro aún era un semidios. Para su primer largometraje como director decidió comprar un guión de Chazz Palminteri, y contar con el actor como el intérprete del carismático gangster Sonny. Palminteri, otro que prometía grandes momentos y realmente, no sé qué pasó con él.

El James Cagney de los 90s

El James Cagney de los 90s

La historia es sencilla, en el barrio del Bronx, a finales de los 50s, vive un niño italoamericano, Calogero, hijo de un hombre honrado, sencillo y temeroso, el conductor de autobuses Lorenzo (DeNiro). De casualidad, Calogero presencia un asesinato por parte de Sonny, el capo del barrio. Cuando la policía le interroga, Calogero encubre a Sonny. Gracias a ello, el chaval acaba cayendo en gracia a la mafia local, que le tiene fascinado. A Lorenzo no le gusta nada que se relacione con ellos, pero esa vida, la de los “chicos listos” que decían en “Uno De Los Nuestros”, fascina a Calogero, tan alejada de la miseria y el trabajo agotador de su padre. Con el tiempo, Sonny le va tomando cariño a Calogero, quien ve en él otro tipo de figura paterna, especialmente en su adolescencia, lo cual, claro, generará conflictos entre el gangster Sonny y el conductor de autobuses Lorenzo.

Los conflictos entre la atractiva vida del gangster y la moral, el amor familiar, la amistad y los conflictos raciales (representados con los enfrentamientos entre italoamericanos y negros) se entremezclan en una historia en apariencia sencilla, pero muy bien explicada. DeNiro demuestra haber mamado cine y los recuerdos a Scorsese son inevitables. Por si fuera poco, la banda sonora está compuesta por pequeñas maravillas que se van sucediendo, de cariz blanco o negro en función de la época narrada en la historia (finales de los 50s o mediados de los 60s) y de la narración.

Lorenzo y su hijo

Lorenzo y su hijo

Recurrir a buenas canciones como banda sonora de una película es un recurso fácil. Lo complicado es que la canción acabe formando parte natural de la historia, y que esas imágenes parezcan creadas para acompañar a esa canción. Por ejemplo, eso pasa cuando suena el clasicazo “I Only Have Eyes For You” de los Flamingos. Cada vez que la escucho, recuerdo las imágenes de Calogero y su chica.

No creáis que, aunque se trate de un homenaje a los valores de la amistad y de la familia, “Una Historia Del Bronx” contiene moralina de baratija. En realidad, Calogero protege a un asesino, sin ir más lejos, y sus admirados amigos Sonny y pandilla son, en realidad, unos mafiosos. Algo así como Goodfellas vs. La Famiglia.

Dolorosas lecciones de vida...

Dolorosas lecciones de vida…

No puedo dejar de contar una curiosidad que me parece muy cachonda. El personaje del Calogero adolescente está interpretado por un actor llamado Lillo Brancato, cuya carrera pasa muy desapercibida para mí, hasta que le veo tener un papelito en Los Soprano. Efectivamente, en LA SERIE, Brancato interpreta a Matt Bevilaqua, un gangstercillo de poca monta que hace unos trabajitos para Chris Montisalti. Harto de que Chris le trate como lo que es, un triste peón en la organización, acaba por tratar de asesinarle, por encargo de Ritchie Aprile. Falla en su cometido, y acaba muriendo a manos de Tony y Pussy de un manera muy chunga. De hecho, ¿no tenéis la sensación que todos los actores que habían tenido algún papel en películas de la mafia acabaron, de una u otra manera, apareciendo en Los Soprano? La realidad es, sin embargo, más cruda que la ficción, y resulta que Lillo Brancato acabó metido en un robo que finalizó con un tiroteo y muerte de un policía, en 2005. Aunque absuelto de los cargos de asesinato (por lo visto, el que disparó fue su compinche), Brancato fue condenado a diez años de prisión. Puede parecer frívolo, pero qué puedo decir: esta clase de historias con ficción, casualidades y realidad, me parece lo más cinematográfico que hizo Lillo Brancato desde aquel lejano 1993.

Canciones:

Noir Desir: «Tostaki»
Daft Punk: «Lose yourself to dance»
R.E.M.: «Stand!»

03
Dic
11

Doc Pomus – Save the last dance for me

Ok, seguro que el nombre de Doc Pomus no dice mucho a casi nadie, y me permito poner el “casi” por aquello de la presunción de inocencia. En fin, tampoco me sonaba a mí, hasta hace bien poco. Doc Pomus fue un compositor profesional que entre los 50’s y los 60’s escribió una serie de hits de esos que a todos nos suenan y que han grabado docenas de bandas y solistas. Trabajó con Leiber & Stoller, con Mort Shuman o con Phil Spector, y sus canciones fueron interpretadas por Elvis, por The Drifters, por The Coasters, por Willy DeVille o por BBKing. Si ponemos títulos a estas canciones, la incógnita queda, ya, despejada: “Sweets for my Sweet”, “Save The Last Dance For Me” o “Viva Las Vegas” … por poner algunos de los ejemplos más celebérrimos.
El caso de “Save The Last Dance For Me” me resulta especialmente particular. Originalmente grabada por Ben E. King & The Drifters, la han cantado también Willy DeVille, Dolly Parton, Ike & Tina Turner o Michael Bublé, quien grabó la última versión exitosa de este single, hasta el momento. Prefiero, no obstante, poner la de The Drifters:
Si le echamos una ojeada a la letra, fijémonos en lo que dice:

You can dance-every dance with the guy
Who gives you the eye,let him hold you tight
You can smile-every smile for the man
Who held your hand neath the candle light
But don’t forget who’s takin’ you home
And in whose arms you’re gonna be
So darlin’ save the last dance for me
Ok, las interpretaciones pueden ser varias. Un novio que se dirige a una novia zorrón que se pasa la noche tonteando con otros. Un amigo pagafantas que se dirige a su amiga deseada, con quien ha salido, que no le hace ni puto caso pero aún así la llevará en coche a casa. La realidad nos la proporciona Lou Reed en el número de Rolling Stone de Noviembre de 2011, hablando de esta canción. Resulta que Doc Pomus contrajo la polio en su infancia y acabó postrado en una silla de ruedas. Una noche estaba de fiesta con su prometida, y varios amigos. Ella estaba bailando con sus amigos. Él miraba desde la mesa, como ella bailaba y se divertía con los chicos. Entonces, en esa misma mesa, escribió la canción. No sé a vosotros, pero a mí no se me queda el cuerpo igual que antes de conocer esta historia. Ahora es cuando la letra, susceptible a diferentes interpretaciones antes, toma todo su sentido. Ahora que sabéis la realidad tras esta canción, ¿no os ocurre que la escucháis de un modo diferente? ¿No os ocurre que parece otro tema?

Canciones:

Elvis Presley: «An American Trilogy»
Guns n’ Roses: «Better»
My Morning Jacket: «Wordless Chorus»
03
Ene
09

Get On Your Knees

Hoy en día el nombre de Teddy Bautista nos suena a chungo. Es el tío que nos quiere hacer pagar por hacer copias de CD’s. Es el que infiltra espías en las bodas para que se pague el cánon. Es un hombre a un cánon pegado. Es Mister SGAE. Es el tipo que se sacó de la manga los premios Amigo para eso, para premiar a sus amigos. Es el hombre malo que le sube los precios a los CD’s. Es el responsable de la crisis. Es el tío que esconde en su casa a Osama Bin Laden. Es el hijoputa que mató a la madre de Bambi!!!

Hombre, un poco hijoputa sí que es, él y sus cuarenta ladrones que forman su asociación, y sin embargo, y aunque parezca paradójico, es responsable de una interesante página en el tristísimo historial del rock en España. Ya de entrada un tipo que se hace llamar «Teddy» llamándose Eduardo, tiene huevos la cosa. Pero el amigo era alguien antes de pasarse al lado oscuro, como un Anakin Skywalker cualquiera.

Su momento cúspide, su highlight vendría en 1968, cuando grabó con su grupo, Los Canarios, una de las mejores canciones del rock español, «Get On Your Knees» o «Ponte de rodillas», como también aparecía. Los Canarios comenzaron como una rareza en el panorama español de los 60’s, un grupo de profundas raíces soul y R&B, y encima, grabando en inglés. No eran los únicos, pero desde luego tenían calidad. Como él mismo reconoce, una corta estancia en USA le influenció sobremanera para formar su banda cuando regresó a España. Antes tuvieron un éxito con la canción «Peppermint Frappé», que grabaron para la película de Carlos Saura del mismo título. Para mi gusto, su momento álgido fue este «Get On Your Knees», que considero que podría competir con cualquier hit de R&B que todos tenemos en mente:

Ok, el vídeo es cutre y el sonido bastante perruno, pero es lo mejor que he podido encontrar.

Cuenta Salvador Domínguez, mítico guitarrista de Banzai o Tarzen, quien también militó en Los Canarios una temporada, que este «ponerse de rodillas para rezar» era en realidad un canto a una felación (de ahí la postura a adoptar de genuflexión), lo cuál le da un plus de cachondeo a la cosa.

Avatares de la vida llevó a intermitencias en la carrera de la banda, y hacia los 70’s retornaron, pero su sonoridad soul/R&B había desaparecido, y se dedicaron a un sonido de rock progresivo, muy en boga por aquél entonces, grabando su disco «Ciclos» que contenía el corte «Las 4 estaciones», lo habeis adivinado, sí, una empanada progresiva basada en la obra de Vivaldi. Y aunque tuvieron éxito con este movimiento nuevo, para mi gusto, perdieron el interés.

Como dato curioso, antes de empuñar su sable laser contra La República, Anakin -Teddy Bautista- Skywalker interpretó el papel de Judas en la obra Jesucristo Superstar con Camilo Sesto como Chusín. Luego ya vino el tema SGAE, el lado oscuro, y todo fue ya en caída libre. Así que procuremos olvidarnos de tan nefasto personaje y centrarnos en ese single, «Get On Your Knees», que bien vale una carrera.

PD: podéis bajaros la canción del eMule… seguro que le hace mucha gracia al tipo

Canciones:

Alice In Chains: «The Rooster»
Heart: «Barracuda»
Sugarcubes: «Birthday»

31
Dic
08

NDK Top 5 2008 LP’s

Como viene siendo una tradición en NDK, y para no perder las buenas costumbres (ni la originalidad que me caracteriza), procederé en este, penúltimo día del año del Señor 2008 a desgranar la lista de los mejores discos del presente. Como me viene ocurriendo últimamente, llegados a este punto me doy cuenta de lo alejado que estoy de la actualidad musical. Lógico es que me remita a discos publicados entre el 1/01/2008 y el 31/12/2008… pero claro, por otra parte, para mí ha tenido mucho más peso y mucha más importancia este 2008 discos como el debut de Ratt o «Wax Ecstatic» de Sponge. Llegado a este momento siempre me propongo ponerme un poco más al día de la actualidad musical. Que supongo puede valer la pena. En cualquiera de los casos, que no se diga, ahí va el Top Five de NDK (léase con entonación del añorado Fernandisco):

Fernandisco te recomienda que no hagas ni puto caso a Kar (oh yeah)

5.- The Gutter Twins – Saturnalia

El número 5 se lo llevan los gemelos de la cuneta, los calaveras de Mark Lanegan y Gregg Dulli. Qué queréis que os diga, no puedo evitar sentir una decepción ante este disco. Diantre, son dos tipos muy grandes… muy, muy grandes… como para esto. A ver, no es que Saturnalia sea un mal disco, pero sí es cierto que se deshincha hacia la segunda mitad del trabajo, y no remonta. Igual es que me esperaba mucho más, y estas espectativas hacen más mal que bien. No creo, sin embargo, que sea injusto si pretendo más de Lanegan y Dulli. Eso sí, qué voces!!

4.- The Black Crowes – Warpaint

Otros que retornan a lo grande… pero con los que también me he llevado una decepción. Había muchas ganas de los hermanitos, sobretodo teniendo en cuenta su trayectoria, evidentemente, y el nivelón que habían dejado en su último disco, aquél infravalorado «Lions». «Warpaint», sin embargo, es otro rollo. Y sí, mucha autenticidad, mucha libertad creativa, mucha madurez, muchas raíces, y todo lo que vosotros queráis. A «Warpaint» le falta chispa. No se acerca a «Amorica» ni en broma. Pese a ello, qué duda cabe, tiene muy buenos momentos. Y tal vez adolece del mismo mal que en el caso del 5º puesto, las altas espectativas. Pero a ver, si no las tengo con los Crowes, con quién las voy a tener? Es un gustazo, no obstante, tenerlos de vuelta, y saber que cualquier día se suben a las tablas de algún escenario hispánico.

3.- Eli «Paperboy» Reed – Roll With You

Bueno, esto es ya otra cosa. El debutante y la sorpresa del año. Ok, técnicamente no es debut, pero creo que para casi todo el mundo, como si lo fuera. El bueno de Paperboy Reed graba un discazo de soul y R&B con regusto clásico en pleno siglo XXI, sonando talmente como si estuviéramos en 1966. Con todo lo bueno, que es mucho, y lo malo, que podría ser una falta de personalidad: ahora suena como James Brown, ahora como Sam Cooke, esos vientos de allá recuerdan a los Bar-Kays, y así constantemente. En fin, si ese es todo su defecto, que lo es, alegrémonos, y esperemos tener Eli «Paperboy» Reed para años.

2.- R.E.M. – Accelerate

Quién me lo iba a decir hace unos 4 años, cuando publicaron el flojuno «Around The Sun», que iban a dar una vuelta de tuerca como esta? Accelerate supone, como ya se ha dicho cientos de veces, un retorno a los R.E.M. más rockeros y directos, con su disco más corto y más dinámico en años. Que nadie se lleve a engaño, «Accelerate» no es «Document», ni es «Monster». Pero resulta ser un disco que engancha, que tiene algunas de las canciones de R.E.M. más redondas en años, y con algunos cortes, como el single «Supernatural, superserious» que apunta a clásico de la banda. Quizás es un disco un poco gaseosa, al principio, cuando se abre, sale de golpe y sabe fresco, y con el tiempo, no es tanto como parecía. Poco importa cuando suenan el bajo y los coros de Mills, la guitarra de Buck y la voz de Stipe. Muy grandes.

1.- Guns n’ Roses – Chinese Democracy

Bueno, supongo que nadie dudaba que el trono se lo llevaría nuestro gordo con trenzas favorito. Parece mentira, pero ya está aquí. Ya se ha publicado, y está claro que nos guste más o menos, «Chinese Democracy» es el disco del 2008. Cualitativamente, ya he hablado mucho de ello, y contiene algunos de los mejores momentos musicales de los últimos 365 días, hablo de temas como «Street of Dreams» o «Catcher In The Rye». También contiene algunos cortes olvidables y una producción más que discutible. Pero esos buenos momentos se comen a los temas más chungos, y a los vergonzosos también, y de paso, a muchos de los discos publicados este año. Corona merecida.

Y eso es todo. Por el camino se quedaron retornos más que dignos, como el de Counting Crowes, agradables discos cerveceros como el de Airbourne, las rarezas del cachondo de King Khan o el hard rock con mayúsculas de Mötley Crüe. Pero en la lista de NDK sólo caben cinco puestos.

Para el año que viene, espero nuevos discos de Fun Lovin’ Criminals (éste con ganas) y Pearl Jam. Posiblemente también de Kiss (miedorrll) y tal vez de Aerosmith. Y me gustaría encontrarme con nuevas bandas que entraran de cabeza en este Top 5, como en su momento lo fue Wolfmother. Pero eso será el año que viene. O sea, pasado mañana.

05
Ago
08

Eli "Paperboy" Reed & The True Lovers

Bueno, este puede ser uno de los discos del año. Ojito al dato. Al César lo que es del César, se trata de una recomendación que alguien (no recuerdo quién) hizo en el Foro de Riff-Fanzine, al cuál podéis acceder desde aquí mismo, donde pone «enlaces». Pues bien, uno de los probables discos del año 2008 es un disco de purita sweet soul music. Y R&B del clásico. Incluso unas gotas de funky. Todo ello concentrado en un disco que es el segundo de la banda.

Con la portada ya te puedes imaginar de qué va la cosa.

En fin, el tipo se llama Eli «Paperboy» Reed y su disco, Roll With You. Y con todo ello, y nada más ver la portada, nos damos cuenta de que se trata de uno de esos discos con sabor añejo. Y es que en 12 cortes de es disco, el blanquísimo Paperboy y su banda, los True Lovers concentran las influencias más directas de Otis Redding, de James Brown, de Little Richard y otras negritudes varias. Quizás sea este el punto más flaco del trabajo. Tanto se ha creído el papel este chico que parece uno de ellos. Que se parece a ellos. Quizás demasiado. Quizás a veces costaría de reconocer el estilo de Eli «Paperboy» Reed & The True Lovers en medio de una pinchada de discos de la lista de R&B de 1963. A su lado, el sonido de Amy Winehouse es pura actualidad.

Lo cuál no deja de ser algo secundario. Porque menuda voz nos gasta el amigo, señores. Menudos vientos más bien puestos. Menuda sección rítmica. Cómo puede ser que a un tipo blanquito y con esa cara de panoli le salgan esas canciones?? Y si es verdad que el soul se ha puesto de moda, ojalá le vaya bien a Paperboy y pueda tener una carrera con muchos discos exitosos.

Tiene pinta de teclista de Spandau Ballet, lo sé.

Porque qué sería de hablar de soul en 2008 sin mencionar a la divina Amy Winehouse, o a esa Duffy que si bien en su Rockferry se queda a medias (fuera de ese gran single que es Mercy, el resto del disco no llega al nivel) aunque puede hacer cosas buenas. Igual sí. Igual sí que está de moda el soul, como lo estuvo hace unos añitos el swing. Así que lo dicho, no se pierdan a Eli «Paperboy» Reed & The True Lovers, probablemente su disco no sirva de cortinillas musicales para los programas de la tele, pero desde luego vale mucho la pena.

Canciones:

The Offspring: «Gotta Get Away»
Paul Anka: «Everybody Hurts»
Ozzy Osbourne: «Mr. Crowley»




May 2024
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  

Sígueme en Twitter

Categorías