Archive for the 'historia' Category

23
May
13

Crónicas Africanas pt.5

Pues no os lo creeréis, pero al final el día ha sido menos interesante de lo que me esperaba. Es lo que tienen los viajes de trabajo. Constantemente oigo comentarios de amigos, conocidos y saludados diciéndome “qué suerte, te vas a Sudáfrica”. O a la República Checa. O a Qatar. Obviamente, se trata de personas que no viajan nunca por trabajo, o bien lo hacen una o dos veces al año, convirtiéndose este acontecimiento en algo particularmente excepcional. Ya os lo he contado alguna vez, viajar por trabajo, de un modo seguido y como parte de la rutina laboral, es algo mucho más prosaico y mucho menos interesante. Cuidado, no es que me queje. O por lo menos, no me quejo menos que cualquier otro profesional con otras circunstancias en su empleo. Y con la que está cayendo, pues mucho menos.

En fin, todo este rollo para decir que al final, de vuelta y turismo, más bien poco. Qué se le va  a hacer. Todavía tengo mis esperanzas puestas en mañana. De todas formas, algo se ha podido aprovechar. Me han llevado a comer a un restaurante típico afrikaans. Íbamos mi compañero afrikaans, con otro desteñido, y con el zulú. El único negro del local. Todo lleno de banderas antiguas del país (que es como si fueras a un restaurante español donde lucieran la bandera española con el pollo) y con un horror de música tradicional neerlandesa del siglo XVIII, una suerte de polkas con un acordeón que se te metía en cerebro hasta hacerte odiar a los morenos. Eso sí, la comida, muy buena, y la cerveza, también. No dejaba de ser un asador de esos de pedazos inhumanos de ternera. Pero bien preparada. Ah, eso y boerewors, una suerte de botifarra hecha a base de vacuno.

De vuelta al hotel, iba con mi colega zulú, y me ha dado una vuelta, con el coche, por Pretoria. Es la capital administrativa, hasta hace 20 años, no se permitía la presencia de negros fuera de horas de trabajo. En apariencia, una ciudad norteeuropea enclavada en África. Pero eso sería en la época del apartheid. Hoy he visto una urbe llena de gente, negros, principalmente, por sus calles. Y definitivamente, el ambiente era distinto del que he visto en Sudamérica o en Oriente Medio. Y radicalmente distinto de Europa. Bullicio, sensación de caos, mierda acumulada, colorido, mucho movimiento, una cierta sensación de peligrosidad, sí, no lo negaré.

Y en el coche, con el zulú, le he preguntado abiertamente por el racismo. No me había atrevido a hacerlo delante de los blancos. El tipo se ha sincerado y me ha dicho que todavía hay bastante. Me ha remarcado, eso sí, que en tan sólo 20 años (recordemos que las primeras elecciones por sufragio universal en el país fueron en 1994) ha habido un profundísimo cambio. “Más que en USA” me apuntaba. Lo cual no deja de ser cierto, si se consideran los 50 años que llevan en USA en la lucha por los derechos civiles y los resultados. La situación no es comparable, claro. En Sudáfrica, un 75% de la población es negra.

Y al final, esto es lo que me llevo. Una persona muy cercana a mí, que también había viajado mucho por trabajo me lo dijo una vez. “Aprovecha lo que puedas, porque al final, las experiencias que vives, lo que acumulas… eso es lo que te llevas. El dinero se gasta. Y el trabajo, es sólo trabajo”. Pues eso.

Canciones:

The Chesterfield Kings: “Up and Down”

Frank Sinatra: “Send In The Clowns”

Lloyd: “Dedication to My Ex (Miss That Pussy)”

11
Mar
13

lo mejor de la semana. semana 16

Back to the basis… esta sección, “Lo Mejor De La Semana”, resulta ser un clásico de NDK que había caído en el cruel olvido al que mi inconstancia y la falta de continuidad le habían condenado. Así, este repaso dominguero a lo más destacable de los últimos siete días se había quedado en barbecho, de un modo tal que la anterior entrega, la número 15, de este “Lo Mejor De La Semana” está fechada en 19 de marzo de 2012. Pero bueno, podemos decir que un año no es nada. Y si no, recordemos a Fray Luis De León.

Este poeta granadino ocupaba la cátedra de Sagradas Escrituras en la Universidad de Salamanca, y siempre, invariablemente, daba comienzo a sus clases con un pequeño resumen del día anterior, que iniciaba con la frase “Decíamos ayer…” . Fray Luis De León padeció una condena de cinco años de prisión, por haber osado a traducir a lengua vulgar (el castellano) un pasaje de La Biblia, concretamente el celebérrimo “Cantar de los Cantares”. Pagada su pena, volvió a ocupar su cátedra. Y el día que volvía, tras los mencionados cinco años de ausencia, comenzó también con el acostumbrado “Decíamos ayer…”

De modo que me voy a permitir parafrasear al gentilhombre castellano, para retomar esta sección que había dejado en barbecho, con un solemne: decíamos ayer…

Y sin más dilación, vamos a lo mejor de la semana:

3.- Line: Todo son rumores… que si se acaba whatsapp… que si lo van a hacer de pago… que si ya veréis… más o menos infundados, que no me creo la mitad, y si al final resultan verídicos, pues adiós whatsapp… al final, pues me he decidido a probar esta aplicación, que para el caso, viene a ser lo mismo, aunque con una ventaja y una desventaja. La ventaja, pues que además de poder ser utilizado desde el teléfono móvil, se puede usar desde el PC. La desventaja, que carece de la popularidad de whatsapp, por lo que un sistema de comunicación, si no tienes con quién comunicarte, chungo. De momento, a modo de prueba, y ya veremos, que con dos móviles diferentes, con dos whatsapps diferentes, y un BlackBerry Messenger, sólo me faltaba sumarle el dichoso Line… qué stress!

2.- Aquellos Maravillosos Años: ¿Recordáis esa serie? Ya sabéis, Kevin Arnold, Paul Pfeiffer y Winnie Cooper… no sé si es un arranque de nostalgia o de qué se trata el asunto, pero he comenzado a recuperarla, cosa difícil, porque no estaba editada en DVD. Sin embargo, cosas de internet, un grupo de freaks comenzó, con ayudas de internautas, recuperar los episodios, grabados de televisión, y se marcó la tarea de completarla y sincronizar audio con vídeo. El resultado, cualitativamente, no es una maravilla, pero… no nos iremos a quejar!! Llevo unos cuantos episodios y estoy disfrutándola mucho.

1.- Venezuela: No voy a hablar mucho más del asunto, que suficiente he machacado esta semana con mi accidentado viaje a la República Bolivariana. Ahora que todo ha acabado bien, y estoy sentado en mi habitación de mi casa, lo puedo contar de un modo divertido, como el que ha vivido una pequeña aventura. Reconoceré que no las tenía todas conmigo, el estado de calma tensa flotaba en el ambiente, y recordemos que el último golpe de estado en el país ocurrió en 2002, cuando se trataba de acabar con el régimen de Chávez. Ahora tengo una anécdota que contar cuando esté en el bar, con unas cervezas de más, y desde luego, ha sido una experiencia interesante.

Canciones:

Redd Kross: «Annie’s Gone»

My Morning Jacket: «Touch Me I’m Going To Scream pt.1»

Sinatra & Jobim: «Quiet Night Of Quiet Stars»

 

24
Oct
11

Catedrales y sujetadores

Hoy las intenciones eran hablar de otra cosa. Pero resulta que me he quedado sorprendido esta mañana al leer una noticia en El Periódico De Catalunya en la que habla de una investigación llevada a cabo en forma de tesis doctoral  acerca de edificios emblemáticos del Barri Gòtic de Barcelona. Documentada con varias fotografías de archivo que dotan de veracidad al asunto, parece ser que varios de estos edificios ni eran “góticos” ni tenían el aspecto actual que tienen. Al parecer, entre finales del Siglo XIX y principios del XX varios edificios fueron ampliamente remodelados en sus fachadas, para dotarles de un aspecto de clásica construcción de la alta edad media. Los propósitos no están muy claros, parece ser que en busca de una glorificación del los vestigios de esa época medieval en las que Catalunya resultaba ser una suerte de potencia mediterránea. También se apunta a la búsqueda de la atracción turística.
Este es el aspecto actual del templo
Lo más sorprendente del asunto resulta ser la fachada de la Catedral de Barcelona. Tal y como la conocemos, es fruto de unos trabajos que finalizaron hace tan sólo 100 años. La imaginería gótica de arcos ojivales y decoración en los mismos no forma parte del diseño original. En este momento recuerdo mis estudios de historia en el instituto, cuando se hablaba de las catedrales románicas y góticas del país, y decían que la de Barcelona era una catedral de un románico avanzado. Luego yo veía el edificio y las cosas no me cuadraban. Ahora veo la fotografía del templo a mediados del siglo XIX y comprendo lo que me decían.
Este es el aspecto de la fachada original, claramente diferente de la actual… no sé, a mí me resulta curiosísimo…
En realidad, han pasado demasiados años de la reconstrucción de la catedral como para poder sentirse, de alguna manera, engañado. La verdad no deja de ser un concepto sobrevalorado. Y una mentira repetida muchas veces se convierte en una verdad. Al final es como cuando te ligas a esa chica que tanto te gusta, y al quitarse el sujetador, te das cuenta de que se trata de una de esas prendas milagrosas que junta, realza y engaña a los hombres de buena voluntad, y esa exhuberancia resulta no ser tal. Sea como fuere, cuando emiten por televisión ese anuncio de lencería Intimissimi con esa chica fantástica y su sujetador mágico que convierte en vigilante de la playa a una muchacha cualquiera, no puedo dejar de sucumbir a su efecto hipnótico. Bendito engaño.
Canciones:
Mink De Ville: «Bad Boy»
Pearl Jam: «Crown of Thorns»
Fun  Lovin’ Criminals: «Got Our Love»
04
Abr
10

Viaje a Carcassonne

Regreso de unos días (cortos) de vacaciones por la zona de Carcassonne y el Llenguadoc, rodeados de castillos e historia medieval, con franceses rancios y satisfecho, que no es poco. La cosa iba de cuatro amigotes metidos en un coche, de decir barbaridades, de hablar cada 5 minutos de mujeres, de comer bien, de cerveza, de cuescos, de bromas y en fin, de echar unas risas, en general. Podría decir que éramos 4 caballeros en busca de un grial mucho más sagrado que el de la leyenda artúrica: el de la vida y los buenos momentos. Pero realmente, sería dotarlo de un maquillaje recargado, excesivo y demasiado romántico para ser real.
Una pequeña lección de historia rápida: la zona se caracteriza por su pasado cátaro, corriente del cristianismo que se creó hacia el siglo XII y se basaba en una visión más espiritual del cristianismo corriente de esa época. Y a decir verdad, tuvo un éxito inédito en esa zona del sur de Francia y el norte de Italia. Por supuesto, rechazaban a la entonces todopoderosa Iglesia Católica, y cuando al papa Inocencio III se le hincharon los huevos, la cosa se puso fea. Ahí entra en la escena el rey de la Corona de Aragón Pere I, también llamado el católico, un tipo que de repente se vió en una encrucijada, ya que era devoto y amiguito del Vaticano, pero a su vez era también señor del Llenguadoc, cuna y enclave fuerte de los cátaros. Y claro, no quedaba bien que se emprendieran hostilidades hacia quienes, al fin y al cabo, eran sus súbditos. El tío intentó usar la diplomacia para resolver el asunto, tratando de aplacar no sólo al papa sino también a los señores de Tolosa y otras zonas del centro de Francia que querían aprovechar la coyuntura para hacerse con esos territorios, todos ellos encarnados en la figura de Simó de Monfort. Pere I incluso llegó a proponer un matrimonio entre su hijo de tres años (el futuro Jaume I) y la hija de Monfort, cosas culebroneras de la edad media. Monfort no aceptó, y al final hubo una guerra civil que enfrentó a tropas que comandaba Monfort contra tropas catalanas con el Llenguadoc como escenario y con Carcassonne como plaza fuerte. El resultado fue que la Corona Catalano-Aragonesa capituló y Pere I perdió la vida en la batalla de Muret. Eso acabó con las ansias expansionistas catalanas hacia el norte, más allá de Perpinyà.

Castillo de Peyrepertuse (o lo que queda de ello)

El atractivo de la zona se basa en su naturaleza de montaña y en sus múltiples vestigios medievales, unos conservados con mayor fortuna que otros. Por ejemplo, el primer día estuvimos en el Castillo de Peyrepertuse (de nombre hilarante, léase castillo de passepartout o de pay-per-view) y en el Castillo de Queribus (otro que tal). En fin, la excursión es maja, ambos castillos están en lo alto de montañas, uno deja el coche en la ladera, paga los preceptivos 5€ y hace el paseíllo más o menos difícil a través del camino de montaña y accede al castillo. Ambos castillos están en un estado de conservación bastante flojito, aunque eso sí, el paisaje, con el Aneto de fondo, tiene su aquél. Por otra parte, el plato fuerte era Carcassonna, posiblemente la ciudad medieval mejor conservada de Europa, aunque también es cierto que esa restauración y la MULTITUD de gente que hay siempre entre sus murallas, hacen de la villa una especie de Port Aventura de lo medieval. Así que ni tanto ni tan poco.

No cabe duda de que hay, no obstante, pueblecitos muy majos por los alrededores, ninguno de ellos especialmente conocidos, pero todos mencionados en cualquier guía de la zona, como por ejemplo Lagrasse, con (otra vez) un castillo medio reduído y un monasterio con una iglesia gótica que vale la pena. Y si no, otra opción es ir a Cotlliure, de bajada hacia Barcelona, pueblecito costero encantador donde reposan, además, los restos del escritor Antonio Machado, quien murió allí.

En fin, como quiera que últimamente sólo hablaba de lamentables viajes por trabajo, quede claro que de vez en cuando también hago algún viaje vacacional divertido!

CANCIONES:

Pereza + Sidonie: «Dulce niña de papá/Fascinado»
Caifanes: «Aquí no es así»
Eric Clapton: «Motherless Child»

11
Nov
09

El muro

Por si alguien no se había enterado, esta semana se ha conmemorado el 20 aniversario de la caída del muro de Berlín. Lo digo por si hay algún lector que conecta con NDK desde una isla desierta, una celda incomunicada en Alcatraz, o una cueva, o vive en un tonel aislado del mundo cuál Diógenes. Al margen del ataque de viejunismo feroz que me ha entrado, todo este asunto me ha recordado esa época, y lo que yo pensaba entonces. Ponganle una banda sonora de «Winds of Change», de los Scorpions. Por ejemplo.

En esa época entre 1989 y 1991 yo tenía 10-12 años. Y para ser un crío, y eso, claro, lo digo ahora, entonces lo hubiera negado, tenía una cierta conciencia de lo que ocurría. Lo del muro me queda más difuso en el tiempo, pero recuerdo perfectamente los hechos de la Plaza de Tiannanmen, y luego los tanques en Moscú en verano de 1991 y la disolución de la URSS. Recuerdo claramente también las independencias de Lituania, Estonia y Letonia, entre 1990 y 1991, y la ejecución pública de Ceaucescu en Rumanía, el día de navidad de 1989, que emitieron con todo lujo de detalles en TVE.

Claramente, algunos de los pilares establecidos de la sociedad mundial estaban cambiando, y eso me parecía excitante. De repente, las calles se llenaban de manifestantes que se llenaban la boca pidiendo libertad y luchando contra el poder establecido. En la tele, claro, en las calles de Barcelona todo parecía igual que siempre, y como mucho, la gente se manifestaba en la Font de Canaletes cuando el Barça ganaba algo, es decir, muy pocas veces, por aquél entonces. Pero volviendo al tema, en fin, me parecía algo muy interesante. Ciertamente creía que mi generación estaba llamada a cambiar el mundo (insisto que pese a tener sólo 11 años, yo ya me veía como un adolescente dispuesto a la lucha y la revolución). A hacer de él un lugar mejor. No sé si ponerle ahora un fondo musical de «Young Man’s Blues» o directamente de «My Generation».

Evidentemente, no sabía nada de nada. Sólo me entraban impactos visuales vía Informe Semanal, y estas cosas. Si incluso la guerra de Croacia, la primera que se llevó a cabo en los Balcanes, me parecía una cosa muy molona, muy romántica, en el sentido literario del término. Un pueblo luchando por su independencia. Y en mi cabeza yo imaginaba a una especie de Rob Roy liderando la lucha de los oprimidos.

Y luego estaban los Scorpions, los putos Scorpions y su puto «Winds of Change», canción que me encantaba en aquella época, incluso había llegado a escuchar una horrorosa versión en castellano de la misma.

Ahora miro atrás y veo qué ingenuidad más brutal tenía. Haciendo una asociación rápida, mi vida estaba cambiando de la más tierna infancia a la adolescencia, y el mundo parecía querer cambiar como yo. Entonces, claro, no era capaz de entender ni de discernir que ni el mundo estaba cambiando como yo lo consideraba, más allá de ciertos actos casi folklóricos, ni seguramente yo era tan maduro como me quería considerar. Y definitivamente, no iba a formar parte de ese cambio. No me duraría mucho más allá de los 13 años esta vena proto-revolucionaria-pre-adolescente.Y sin embargo, por otra parte, no puedo sino pensar que en una época tan gris y cutre como la presente, aquella ilusión infantil que me entraba viendo a la gente en las calles harta de tiranías, cierta ilusión por un cambio, en pos de un mundo mejor, sin maniqueísmos ni intereses creados, sería bonito tenerla.

Y ahora, si me disculpáis, me voy a poner la cancioncita de los Scorpions.

16
Jun
09

La carabela de Colón

El domingo pasado, después de ver «El Capitán Blood», un recuerdo saltó a mi memoria, como si impulsado por un resorte se tratara. Me acordé de la carabela de Colón. No la auténtica, claro. La reproducción que durante años estuvo anclada en el puerto de Barcelona. Bueno, no descubro nada a nadie si hablamos de los lugares algo bizarros pero con encanto que Barcelona tiene. O tuvo, porque muchos de ellos fueron, poco a poco, desapareciendo, fruto de una modernidad a veces mal entendida, fruto de especulación inmobiliaria, fruto del desgaste del tiempo o del mero olvido. Las cosas no son, a menudo, ni mejores ni peores, y es ese prisma traicionero de la memoria el que nos refleja lo que le sale de los huevos. En realidad, a qué niño de hoy en día le interesaría ver una mierda de reproducción de un barco medieval? Probablemente la decepción al descubrir que no tiene puertos USB sería mayúscula.
Se encontraba anclada al final de la Rambla, al lado de las Golondrinas. Yo la recuerdo sin el fondo que ahora ocupa el Maremagnum. Allí estaba, con su casco de madera, pintada en negro, una reproducción ignoro cómo de fidedigna de la Santa María (acaso los niños estudian todavía eso de la Pinta, la Niña y la Santa María, cual mantra?) que llevó a Colón a América. Y cualquiera podía subir a su cubierta, gratis… definitivamente, eran otros tiempos. Para mí era un lugar carente de cualquier simbolismo hispanista. Era lo más parecido que podía ver a los barcos de películas de piratas.

Para que veáis que no es mentira…

En Internet hay pocos datos fidedignos al respecto, viva la sociedad de la DESinformación. Por ahí se dice que el Ministerio de la Marina encargó a los astilleros de Cádiz en 1928 la construcción de una reproducción de la Santa María para la exposición Iberoamericana que se celebró en Sevilla al año siguiente. El dato es poco claro, porque no dice desde cuándo se instaló en Barcelona y por qué razón el dichoso barco fue a parar de Cádiz a Barcelona. Otros dicen que se construyó para una película y no era muy fiel a la realidad, pero que se quedó como reclamo turístico. Fiel o no, tampoco queda claro. Así, a bote pronto, he podido recordar una película que vi hace miles de años llamada simplemente Cristobal Colón (Christopher Columbus) de 1949, protagonizada por un tal Frederic March, de esa clase de películas históricas hollywoodienses, llenas de colorines y personajes encantadoramente planos. Pero vamos, nada hay que relaciones esa película con la reproducción de Barcelona.

No mucho más claro está su final. Al parecer, en 1987 sufrió un atentado por parte de Terra Lliure, quienes incendiaron la nave. El dato del ataque se repite, pero el año no me cuadra: en 1987 yo tenía 8 años y recuerdo haber visto la carabela más tarde. Otros apuntan al atentado en 1991, lo cuál me cuadra más, por mis recuerdos ubicados en el tiempo, aunque el grupo se disolvió en ese 1991. Se dice además que la nave fue hundida en alta mar en 1991 después de resultar dañada por el artefacto incendiario. La Diputación de Barcelona, que era la propietaria, explicó entonces que la nave sólo era una burda reproducción de las carabelas de Colón, y decidió sepultarla discretamente en el mar.

Recuerdo haberla visto hace millones de años. Sólo una vez.

Qué curioso es todo, el caso es que no sólo no hay claridad respecto a su origen, tampoco respecto a su final. Yo recuerdo que en 1992, año del Quinto Centenario, expresión que, dicho sea de paso, me parece algo antiquísimo, se hicieron otras reproducciones de las carabelas de Colón, esta vez las tres, y esta vez supuestamente más fidedignas, que pasaron por Barcelona, pero en su momento recuerdo claramente como me parecieron pequeñas y cutres. Supuestamente la Santa María era una nave grande de 36 metros de eslora, mientras que las otras dos rondaban los 20 metros. Posiblemente, estas tres carabelas que recuerdo sean las que ahora están en el puerto de Palos de la Frontera.

En fin, resulta divertido cómo ese pedazo de historia del puerto de la ciudad resulta ser ahora un perfecto desconocido. Obviamente, cualquier aportación será bienvenida. Pero mientras tanto, me quedo con el recuerdo y con esos buenos ratos que pasé de niño jugando por la cubierta de la nave.

PD: Algunas informaciones las he sacado de varias páginas, tales como http://bcn-antic.blogspot.com o como http://www.barcelonaopina.com … el caso es que algunos de los textos de varias páginas están completamente copiados de una a la otra. Como quiera que no sé cuál es el original, y para no hacer publicidad al que copia, dejaremos las citas así.

Canciones:

QOTSA: «I Wanna Make It With Chu»
The Byrds: «Turn, Turn, Turn»
Ocean Colour Scene: «Robin Hood»

 

28
Jul
08

El saludo surfero

Esta curiosa historia me la contaron cuando estuve en Hawaii el año pasado. ¿Verdad? ¿Mentira? De hecho, ¿a quién le importa? Me la explicó un guía, que trataba de explicarme el por qué del clásico saludo surfero, ya sabéis, con los dedos pulgar y meñique estirados (y el resto cerrados en puño). El que popularizó por estos lares Ronaldinho.
El ídolo caído

Pues bien, se dice que en los 50’s se celebraban en Honolulu unos grandes fastos que conmemoraban la victoria del gran rey Kamehameha, concretamente el 11 de junio. Este personaje histórico verídico, con nombre que nos lleva directamente a la serie Dragon Ball, fue el artífice de la creación del pueblo Hawaiano. Kamehameha I el grande vivió en el siglo XVIII y unificó el archipélago de Hawaii a base de batallas, creando el Reino de Hawaii. Su dinastía reinó hasta que a finales del siglo XIX, los EUA desplegaron su influencia por esas islas hasta acabar anexionándolas.

Kamehameha I El Grande

Pues bien, los 11 de junio se celebraban una suerte de desfile/rúa carnavalera en la que había varias carrozas, y en la más importante, un ciudadano interpretaba el papel del rey Kamehameha I, que saludaba al pueblo sentado en su trono. En esa época, hubo un carpintero que solía interpretar, año tras año, al rey Kamehameha. Se disfrazaba y saludaba con la mano al pueblo desde su carroza. Era un personaje muy querido.

Resultó que una vez, este carpintero sufrió un accidente que le hizo perder tres dedos de su mano derecha, el índice, el corazón y el anular. Muy apenado, rechazó volver a interpretar al rey. Cómo iba a ser el gran Kamehameha un pobre lisiado. Sin embargo,sus convecinos insistieron mucho para que no desistiera. Llevaba años siendo el Kamehameha perfecto y ese accidente no podía dejarlo en el olvido.


Uno de los mejores surfistas del mundo. Cuando aún tenía pelo participó en la 2ª temporada de «Los Vigilantes de la Playa»

De modo que ese año, una vez más, volvió a subirse a la carroza y a saludar al pueblo. Sólo que en esa ocasión, la gente, desde la calle, no veía al rey moviendo su palma de la mano, sino tan sólo los dedos pulgar y meñique. Y respondieron a su rey devolviéndole el saludo del mismo modo.

Qué injusticia se cometió con Poochie!!

Y esta es la historia del saludo clásico hawaiano. Y en tanto que el surf es el deporte nacional de Hawaii, ese saludo fue adoptado por todos los surferos, desde Kelly Slater hasta el perro Poochie. Y no, que nadie me pregunte por qué diablos el dichoso Ronaldinho también lo usaba.

Canciones:

Pink Floyd: «Take it back»
Eli «Paperboy» Reed: «Take My Love With You»
Aerosmith: «Angel»

26
Jun
08

Viaje a NYC. Día 6 (y último): Estatua de la Libertad

Bueno, hoy hablaré de mi último día en la Gran Manzana, y… ¿no habíais echado de menos algo? Efectivamente, me faltaba la visita a la estatua de la libertad!! Llevaba varios días viendo en los partes meteorológicos que hoy llovería. Sin embargo, ayer, ya lo dije, tuve el día más soleado y caluroso de mi estancia, una temperatura primaveral tirando a veraniega. Pues nada, el jodido hombre del tiempo no se equivocó, y el día despertó lloviendo bastante. Y para colmo, despertó mucho más pronto de lo que debiera, pues tenía tickets para el ferry a las 8h. Briconsejo para quien quiera viajar a NY, si queréis visitar la dichosa estatua, coged los tickets con mucha antelación. Yo lo hice, por internet, cuatro días antes de partir, y la única fecha disponible era esta, el último día y a esas horas intempestivas. Total, que despertarme a las 6’30 no es mi ideal de vacaciones. En fin.
Tras una peripatética cola bajo la lluvia en el muelle, y un desagradable control policial con arcos metálicos como en los aeropuertos (fuera chaqueta, reloj, movil, cartera, gorra y los calzoncillos me los respetaron por decencia) subimos al ferry que nos llevaría a Liberty Island. Atracados en la isla, una nueva cola y la obligatoriedad de dejar la mochila en una taquilla (a 1$ dos horas) me acabaron de poner de mala leche.

Díganme clásico, pero creo que uno no debe irse de NY sin pasar por aquí

Desde 2001 ya no se puede subir hasta la cabeza de la estatua, de modo que sólo es posible subir hasta la base. La visión del monumento me relaja la mala leche, la verdad es que vale la pena, y supongo que las vistas serían de impresión. Lo supongo, tan solo, porque aunque ya no llueve, una bruma cubre la costa y el skyline de Manhattan no se divisa, apenas se puede vislumbrar. En fin, la verdad es que no deja de ser interesante, Manhattan, Brooklyn a un lado, y al otro New Jersey.

El siguiente punto de destino es Ellis Island, donde nos lleva otro ferry. Ellis Island es un islote cercano que alberga viejas instalaciones militares, pero su fama recae en que entre 1890 y primeros de los 50’s se convirtió en la aduana de la ciudad, donde recalaban millones de pasajeros, principalmente inmigrantes que eran inspeccionados legal y médicamente, confinados allí en condiciones bastante deplorables. Ahora esas instalaciones albergan el Museo de la Inmigración, con piezas bastante interesantes, especialmente fotografías, pero también documentación, material médico y otras. A la entrada hay un PC con una base de datos en donde puedes introducir tu nombre y comprobar si algún pariente tuyo pasó por esa frontera. Nada, no tengo ningún tatarabuelo americano.

Una cosa me resultó un poco molesta, y es el hecho de que el museo pintaba ese lugar como una suerte de Disneylandia para inmigrantes, aunque la realidad es que se asemejaba más a un campo de concentración. Especialmente para aquellos que por razones médicas o legales no les dejaban pasar (cuarentenas, papeles poco claros, …) y eran hacinados allí, en unos tristes camastros (que, por cierto, se muestran). La parte de exposición de objetos médicos resulta bastante tétrica, a Marilyn Manson le hubiera encantado.

Busco a Gordon Gekko

Cuando acabo la visita, ya de nuevo en Manhattan, ha vuelto ha salir el sol (hay que joderse). El muelle resulta estar al lado de Wall Street, de modo que me dirijo hacia allí, con curiosidad. Es la hora de comer y hay cientos de oficinistas buscando un puestecillo de perritos, de kebabs o de cualquier otra mierda que engullir. No puedo evitar pensar en Charlie Sheen en la película «Wall Street» cuando veo varios aspirantes a Bud Fox (su personaje en la cinta).

Obviamente, estoy muy cerca de la Zona Cero, y aunque no entraba en mis previsiones visitarla, al final me decido. Y quisiera comenzar diciendo que probablemente sea por una sobreexposición de tragedias en la tele, en los medios y demás, durante 28 años, pero lo cierto es que esas «tragedias televisadas» no me suelen afectar. Puedo estar comiendo tranquilamente mientras veo imágenes del último tsunami o del más reciente atentado. Para mí no es más que una imagen de la tele, o una foto. Estoy muy insensibilizado al respecto. Pero lo cierto es que la Zona Cero me causó impresión. De hecho, no hay nada. Es como la construcción de un inmenso parking en medio de varios rascacielos. Es una obra, con sus camiones, sus grúas y una valla que la rodea. Pero la verdad es que me impresionó. Están construyendo lo que parecen ser los cimientos de un edificio, por lo que sé, eso es seguro, pero no se han puesto de acuerdo aún en el memorial.

La Zona Cero

Y con esto, acaban mis peripencias neoyorkinas. No me extenderé mucho más en esa puerta del aeropuerto para el vuelo NYC-BCN repleta de paisanos con bambas nuevas, con iphones, con chaquetas nuevas, gafas de sol recién compradas y hasta portátiles. Nueva York es la nueva Andorra!! Tampoco me extenderé en las brutales turbulencias que he vivido, las peores que jamás he sufrido, y cogo un par de vuelos al mes. No me queda más que recomendar la experiencia a cualquiera, que por algo más de lo que cuesta un vuelo a Londres o a Oslo, tienes un billete a NY, y además la vida allí (hoteles, comidas, bebidas, …) es más barata que en Europa. Yo, si puedo, vuelvo el año que viene. Diablos, es la mejor ciudad del mundo!! O eso al menos decía Frank Sinatra!!

Canciones:

Prince: «Fury»
Kiss: «Christine Sixteen»
The 13th Floor Elevators: «You’re gonna miss me»

08
May
08

Hamburgo

El otro día estaba viendo el primer capítulo de la serie de documentales The Beatles Anthology, una verdadera delicia para cualquier fan, y me trajo a la cabeza recuerdos. Recuerdos debido a la narración de la etapa en que los Beatles, antes de ser ese monstruo mediático pop en que se convirtieron con la salida del single «Please, please me», pasaron tocando en los tugurios de Hamburgo. Y recordé esa ciudad. Diablos, una gran ciudad!!
Hamburgo probablemente carezca de la fama y el prestigio de otras grandes ciudades europeas en general y alemanas en particular. No tiene esa aureola cool de Berlín, ni cuenta con la fama de Munich y su Oktoberfest. Ni falta que le hace. Hamburgo es una ciudad muy peculiar, de contraste entre una mentalidad cerril y cuadriculada más típicamente alemana combinada con un golferío y una fiesta como probablemente no haya en el resto del país. Y es que Hamburgo es el puerto más importante del país. Y eso, quieras que no, marca.

The Beatles en Hamburgo… gran imagen para un grupo… unos rockers!!

Aunque no limita con el mar, está a orillas del Elba en su desembocadura, que es totalmente navegable por todo tipo de barcos grandes. Claro, donde hay un gran puerto, hay muchos marineros. Y donde hay muchos marineros, hay tabernas, bares, alcohol (y otras cositas) y prostitución a mansalva. En ese sentido, en Hamburgo se respira un ambiente liberal en aspectos de sexo. Hamburgo es una ciudad repleta de sex-shops, abiertos 24 horas al día, bares de striptease y prostitutas. Ahora es muy fácil, Alemania legalizó la prostitución hace cosa de un par de años, o algo así. Pero cuando yo anduve por ahí, no os creáis que esos negocios eran una cosa de tapadillo.

Hamburgo es ante todo también una ciudad industrial. Durante unos cuatro años trabajé en una empresa con sede en esa ciudad, y por lo tanto, varias veces al año viajaba hacia allí. Y me gustaba ese aire canallesco de su zona portuaria y también de su barrio tabernero por excelencia: St. Pauli. Cruzado por su arteria principal, Reeperbahn, allí es donde se concentra todo su romanticismo marinero, hablando en plata, un barrio repleto de tabernas, discotecas, teatros, bares y sí, lo habéis adivinado, también sex-shops, locales de striptease y prostíbulos. Manteniendo su aspecto algo sórdido, pero sin llegar a resultar desagradable o poco recomendable andar por ahí. Desde luego, hay putas, borrachos, homeless y freaks varios, pero también cientos de miles de alemanes con ganas de beber y pasárselo bien.

Reeperbahn

Hamburgo es una ciudad que como casi toda Alemania cuenta con clubes techno, pero también es una ciudad que rockea. No en vano los Beatles, como muchos otros grupos británicos de primeros de los 60’s, curtieron su estilo tocando duro para los marineros en locales como el Club Kaiserkeller. Así, discotecas y pubs que pinchan rock todavía abundan por la zona. Recuerdo una noche de fiesta con otros compañeros españoles, bailando y cantando «Entre dos tierras» de Héroes del Silencio como si nos fuera la vida en ello, en un estúpido instinto de patriotismo estúpido, por aquello de que Zaragoza está más cerca de Barcelona, por aquello de entender algo en esa noche sin tener que pensar en inglés. Una buena noche. Después, un tentempié de madrugada en alguno de los inevitables e innumerables locales de comida turca, y a dormir, que el sol sale antes en esa zona.

En fin, cuando se viaja a Alemania muchas veces se piensa en los clásicos, Berlin, Munich, Colonia, Frankfurt… mi recomendación es no dejar pasar unos días en Hamburgo, poder ver una ciudad renacida de sus cenizas (no en vano la 2ª Guerra Mundial destrozó el 70% de la ciudad) y disfrutar de algunas noches de diversión.

Canciones:

The Beatles: «Twist & Shout»
Scorpions: «Rock you like a hurricane»
R.E.M. : «Sing for the submarine»

03
Abr
08

Charles Manson

Hace unos días saltaba a la prensa un hallazgo de lo que parecen ser varias tumbas en un rancho que fue propiedad de Charles Manson, Barker Ranch. Todo parece indicar que se trata de sepulturas de varias víctimas más de Charles Manson. Lo más curioso del tema es, no obstante, la popularidad que aún hoy, cuando se cumplen 40 años de su más terrible acción, sigue manteniendo Manson y cómo su figura todavía produce repulsión y atracción a la vez.

La historia es de sobras conocida por todos, y hoy en día Charles Manson cumple cadena perpetua en un penal de California tras la abolición de la pena de muerte en el estado de California, ya que le esperaba la cámara de gas. Cuenta en la actualidad con 73 años y tiene el extraño privilegio de ser el único psicópata que cumple condena sin haberse ensuciado las manos de sangre… porque recordemos que Manson no perpetró sus crímenes sino que indujo a su “familia” ha llevarlos a cabo.

De alguna manera, la figura de Charles Manson siempre ha estado ligada al rock. Por varias razones. Él mismo era un cantante y músico frustrado. Sus grabaciones se recogieron en un disco titulado “Lie: The Love & Terror Cult” que salió a la luz durante el juicio del 69. Las luces y sombras, está claro, planean sobre todo lo que rodea a Manson. La versión más aceptada fue que de alguna manera, el Beach Boy Dennis Wilson, quien tuvo un contacto bastante cercano con Charles Manson en esa época, fue quien produjo y pagó las sesiones de estudio de ese disco. Otras habladurías hablan de que no fue Dennis quien produjo, sino sus hermanos Brian y Carl Wilson. Lo dicho, no hay nada claro y nadie, desde luego, quiere reconocer haber tenido más contacto con el monstruo del que es evidente.

Su frente hoy en día está decorada con una esvástica tatuada.
No parece ser que el mundo haya perdido un músico excepcional al encerrar a Charles Manson entre rejas, yo al menos no he tenido oportunidad de escuchar su disco. Hay que decir que el estado de California prohíbe que el autor se lleve ni un centavo de los royalties de las ventas de ese disco que, mira por donde, no han cesado de crecer desde entonces. Todavía recuerdo haberlo visto en alguna cubeta de la desaparecida y mitiquísima Virgin Megastore de Barcelona. Sin embargo, hay algunos detalles cuanto menos llamativos. Los propios Beach Boys grabaron una de las canciones compuestas por Manson. Se trata de un tema llamado “Cease to Exist” y que los chicos de la playa grabaron como “Never learn not to love”, cambiando la letra y tapando un poco el asunto.

El caso es que en 1994 los Guns n’ Roses grabaron una de esas canciones como un track escondido al final de su disco “The Spaghetti Incident?” (disco a reivindicar, desde luego). Claro, era 1994, los Guns n’ Roses todavía eran la banda más grande de la escena del rock n’ roll y de repente les da por hacer una versión de un tema compuesto por un asesino. La polémica, una vez más les acompañó. Pero diablos… me encanta esa canción!! Tiene una, digamos, belleza inquietante. Por lo menos la versión gunner, de la que podéis dar buena cuenta.

Ojito a ese final con un Axl diciendo “aaah, thanks, Charlie”. Axl, un provocador nato. Y es que la imagen de Axl con una camiseta con la cara de Charles Manson es otra de las imágenes de los 90’s. Marilyn Manson es otro que parece tener algún tipo de interés obvio por la figura de Charles Manson, actitudes que escandalizan a mucha gente. ¿Qué tiene Charles Manson que atrae? ¿O mejor dicho, qué tiene Manson que no pudiera tener cualquier otro psicópata? ¿Tal vez sea su carrera musical? ¿Tal vez que en su época representaba algo así como el lado oscuro del hippismo? ¿sus contactos con Wilson y algunos miembros de la industria musical californiana? Siempre se ha comentado que los asesinatos de la Familia Manson acabaron con el sueño hippie, lo cual no deja de ser una tontería, el sueño hippie, si alguna vez existió, no se lo cargó Manson. O no sólo él. En fin, lo paradójico del tema es que, 4 décadas más tarde, todavía llena páginas y páginas.

Canciones:

Fun Lovin’ Criminals: «We’re all very worried about you»
Counting Crows: «Come Around»
Helicopter Girl: «Angel City»




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