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Archive for the 'indiana jones' Category
Regreso al Futuro
Regreso Al Futuro se estrenaba en 1985, por lo que supongo que yo la vería en 1986. Posteriormente, la habré visto como setecientas veces, cosas de tenerla grabada en una cinta y poder ponérmela muy a menudo. Mi hermana pequeña es especialmente fan de esta peli, y ya se sabe, la habremos visto más veces de lo recomendable.
La historia es por todos conocida, un estelar Michael J. Fox protagonizaba esta comedia de ciencia ficción sobre una máquina del tiempo en un coche, un retorno a la década de los 50’s, un científico loco, y el inicio de una trilogía que fue decayendo con cada entrega, pero que la primera era pura magia.
Hay tantas cosas a destacar de esa cinta!! Era imaginativa, divertida y con mucho ritmo, el metraje ni siquiera llega a las 2 horas (cosa hoy en día impensable, cualquier bodrio dura 150 minutos… desde estas líneas, vaya mi teoría de que cualquier película que necesite más de dos horas, o es una obra maestra, o le sobra metraje). Además, rockeaba cosa fina… de entrada, esa ambientación en los 50’s, como varias pelis de la época que crearon una pequeña moda cincuentosa (Gran Bola De Fuego, La Bamba, Rebeldes, Peggy Sue Se Casó,…). Por supuesto, también tenemos a Marty triunfando con temazos de la talla de Johnny B. Goode o la virginal Heart Angel de Paul Anka. Eso en los 50’s, pero al Marty de los 80’s le tira el hard rock, al inicio revienta un altavoz con su solo guitarrero. Y no olvidemos que para acojonar a su padre se hace pasar por un extraterrestre y le pone unos guitarrazos de Van Halen en el walk-man. Y claro, cómo olvidar el temazo principal de Huey Lewis & The News… The Power Of Love!!! Ochentero y algo desfasado en su sonido, pero temazo sin más. Huey Lewis también cuela otro tema, Back In Time.
Como curiosidad, decir que en la versión doblada (la que todos conocemos), la Lorraine de los 50’s, su madre, cree que el nombre de Marty es Levi’s, ya que lee en sus pantalones el nombre de Levi’s Strauss. El chiste está cogido con pinzas, en todo caso debería llamarle Levi, que era el nombre del judío inventor de esos tejanos (sin el ‘s posesivo). La realidad es que los tejanos que llevaba Marty no eran Levi’s, sino Calvin Klein, y en la versión original, Lorraine le llama Calvin, cosa más lógica. Lo que ocurre es que en 1985 la ropa Calvin Klein apenas se distribuía o se conocía en España.
Era la época en la que Steven Spielberg metía mano en decenas de películas, y muchas de ellas acababan siendo taquillazos. Su director, Robert Zemeckis, tardaría muchos años en conseguir un éxito similar, que obtuvo con Forrest Gump (recordadme que otro día hable de esta otra peli). De esta película se hicieron dos secuelas, que se rodaron simultáneamente, pero se estrenaron en años consecutivos. La segunda parte no estaba mal, pero era algo complicada en los saltos temporales y perdía chispa. La tercera es bastante desastrosa, y se deja ver sólamente en tu sofá un sábado al mediodía mientras dormitas. Pero entrañable, no obstante.
Por qué de repente me he acordado de Regreso Al Futuro?? Pues no lo tengo muy claro, algo que leí estos días me lo recordó. Y diablos, me muero de ganas de volverla a ver!! Seguro que entre las viejas cintas VHS en casa de mis padres puedo encontrar la grabación que tenía. Con anuncios, claro.
Canciones:
Paul Anka: «Heart Angel»
Duffy: «Rockferry»
Meat Loaf: «I would do anything for love»
La 125 es una calle más ancha y con más vidilla comercial. Y allí está, el teatro que fue cuna y también prueba de fuego para todo aquél que tocara soul o R&B. Para el recuerdo quedan, claro, discos míticos en vivo allí registrados, como los de Sam Cooke o de James Brown, quien tuvo su capilla ardiente en el teatro. Sin embargo, la decepción me invade cuando veo el teatro no solamente cerrado, sino que externamente no hay nada que muestre su pasado histórico. Nada!! Ni una triste foto, ni un cartel. Nada de nada, por lo menos en la entrada. En fin, no puedo más que tomarme una instantánea no sin pensar que cómo se puede dejar un lugar con tanta historia de esa manera.
En la 125 veo también muestras del movimiento negro más radical, un tipo tiene en la calle un tenderete donde vende memorabilia de la Nación del Islam, con libros y DVD’s de gente como Louis Farrakah. Otro tipo vende fotografías de finales del s.XIX y principios del s.XX donde muestra el mercado de esclavos, muestra esclavos con marcas de latigazos, fotos de fulanos con la ropa del KKK, de negros ahorcados tras un linchamiento en un pueblo del sur o simplemente de las horcas que colgaban de algunos árboles en señal de aviso de lo que les pasaba a los negritos malos de Carolina del Sur.
Aquí ya está todo el pescado vendido, de modo que me dirijo a la otra punta de Manhattan, hacia Brooklyn. Brooklyn me lleva a Paul Auster y a una Nueva York de barrio con sentimiento de pueblo. De hecho, fue una localidad independiente hasta que en 1898 decidieron unirse a la gran ciudad. La parte del puente es la zona bohemia del barrio y recibe el cachondo nombre de DUMBO, que no es más que el acrónimo de down under the Manhattan bridge overpass. El puente de Brooklyn reina en el paisaje y la zona se compone de reformados almacenes portuarios. Hoy está resultando ser el día más soleado y caluroso de todos los que he pasado en la ciudad, y bajo el puente, junto al río, hay unos terrenos con parques, césped y decenas de personas preparando un picnic, paseando al perro o pescando. Me siento en unas rocas a pie de río, con Manhattan al otro lado y el puente por delante y se trata de uno de esos momentos tontos que uno recuerda como de lo mejor del viaje. Me resulta un lugar excelente para sentarse, disfrutar del día, de las vistas que te transportan directamente a las películas de los 70’s, relajarse y disfrutar.
Y como experiencia final, no hay que dejar de cruzar el puente a pie. Se trata de un paseo largo y con un handicap, está lleno de gente. Lleno hasta la exageración. Pero se trata de una de esas cosas como subir al Empire State Building: hay que hacerlo. Y disfrutar de las vistas, a un lado Coney Island, al otro la Estatua de la Libertad, y al frente el skyline de Manhattan.
Hoy es mi última tarde en la ciudad, y decido invertirla en pasar por Virgin (en Times Square) y gastar unos cuantos dólares más en chucherías. Pero antes paso por el Madison Square Garden, un lugar espectacular porque parece cualquier cosa menos un pabellón deportivo. Parece más bien un edificio de oficinas, y no es de extrañar. El tipo de la puerta me informa de que puede ser que en un piso se juege un partido de Hockey Hielo mientras que en otro piso hay un concierto!!! Y al contrario que en el Apollo, hay memorabilia, fotos de viejas glorias de los Knicks, de Muhammad Ali, de Elvis… un lugar emocionante. Una vez en Virgin, la oferta es brutal, camisetas de Bowie, de Kiss, de Ramones, de Police, de The Clash, de RATM, pero también de Indiana Jones, de Bender o de Padre de Familia. Muñecos, tazas, pegatinas, chapas, por no hablar de los CD’s y los DVD’s. Aunque paradójicamente, eso último es lo menos interesante. Hoy en día en Barcelona puedes encontrar los mismos CD’s y DVD’s. Pero la memorabilia no. Al final, acabo con dos camisetas, una muy molona de Mick Jagger y otra que tenía muchas ganas de tener, con el logo del Bada Bing, de mis adorados Soprano.
Mañana por la mañana tengo la última media jornada y siento que me faltan muchísimas cosas por ver, por sentir y por vivir en esta ciudad. Tendré que volver. Por la noche, veo en las noticias que siete personas han muerto en un tiroteo en Harlem.
Canciones:
Guns n’ Roses: «Better»
Prince: «1999»
Def Leppard: «Put some sugar on me»
Indiana Jones (y 3)
No fue así en la pantalla pequeña. Por esa época sería, más o menos, cuando Antena 3 emitió la serie «Las Aventuras del Joven Indiana Jones», que bajo el auspicio del propio George Lucas, mostraba a un Indiana Jones de 93 años que explicaba historias de su infancia y juventud. En ellas mostraba a un crío o adolescente (dependía del episodio) Henry Jones metido en mil y un fregados históricos que se supone curtieron al personaje final de Indiana. La versión del Indy con 17 años la encarnaba un tal Sean Patrick Flannery, siguiendo un poco la estela marcada por la intro de la tercera parte. Obviamente ese papel no pudo recaer en el malogrado River Phoenix. Así, mostraba a un Indy que de joven se escapa a México y se une a los revolucionarios de Pancho Villa, para luego alistarse en el frente europeo de la 1ª Guerra Mundial, en el ejército belga (??), y en la serie se mostraban una serie de coincidencias con personajes y hechos históricos, como Pancho Villa, Ernest Hemingway, Charles deGaulle o John Ford. Acabó siendo, no obstante, algo fiasco, no tuvo la aceptación que se pretendía y se acabaron montando de nuevo varios episodios para pasarlos como TV Movie. La serie, no obstante, tenía muy buena pinta, lo que ocurre que en aquel entonces, una serie infantil/juvenil por la noche era casi imposible de ver para mí, ya que era mi padre quien tenía el monopolio del mando a distancia. De modo que muy poquito pude ver. Estoy ahora buscándola por la red, quizás ahora me parezca una basura de serie, pero en aquella época me pillaba en mi etapa más fan.
Así transcurrieron los 90’s, con rumores y pre-guiones sobre las mesas para la supuesta cuarta entrega de la saga, que nunca llegaba. Recuerdo uno en el que Sean Cornery repetía como padre y aparecía un personaje nuevo, el hermano tarambana de Indiana Jones, que lo encarnaría un Kevin Costner que todavía era considerado una gran estrella. Ese rumor cogió mucha fuerza, aunque al final se quedó en nada. Incluso en 2000, M. Night Shyamalan fue llamado a escribir el guión de marras, una vez más, la maquinaria de Hollywood desbarató el proyecto.
Y llegó el 2007… Lucas había vuelto a dirigir tras muchos años, pariendo la primera trilogía de Star Wars, y el revival 80’s estaba en claro apogeo… si volvía Rocky, Rambo, los Transformers, El Coche Fantástico y probablemente El Equipo A, por qué no lo iba a hacer Indiana Jones? En ese 2007 supimos todos que se rodaría la cuarta entrega, a estrenarse el 22 de mayo de este 2008 (se presentará antes en Cannes), bajo el título de Indiana Jones y el Reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and the kingdom of the cristal skull). Por supuesto repite un viejuno Harrison Ford encarnando al protagonista, aunque no Sean Cornery, que aunque en principio parecía dispuesto a renunciar a su retiro para dar vida a Henry Jones Sr., parece que al final divergencias con la organización le llevaron a declinar la oferta. Sin embargo, rostros familiares volvían a aparecer, esta vez en forma de Marion Renwood (novieta de Indy en la inicial de la saga) como madre del hijo de Indy, que aparecería en la cinta encarnado por Shira LaBeouf. Kate Blanchett será la mala, al frente de los soviéticos, que al parecer sustituyen a unos nazis que por cuestiones de tiempo ya no tendrían sentido como némesis del héroe (la acción se sitúa en 1957). Y por supuesto, John Williams se haría cargo, una vez más, de la banda sonora. Se habla de extraterrestres, pirámides y templos precolombinos. Y la cosa pinta bien, aunque no sin un cierto temor. Y es que hay mitos que son demasiado importantes como para jugar con ellos.
Canciones:
The Flamingos: «I only have eyes for you»
Diamond Dogs: «Charity Song»
Black Sabbath: «Paranoid»
Indiana Jones (2)
No sería hasta 1989 cuando Spielberg y Lucas se decidirían a recuperar el personaje, su vuelta al cine palomitero tras El Color Púrpura y El Imperio del Sol, ambas dos demasiado pretenciosas. Ya en aquél entonces se hablaba de que tal vez Harrison Ford, que contaba con 46 añazos, estaba algo viejo para encarnar al héroe. Me pregunto qué pensarán de que lo vuelva a encarnar 20 años más viejo. En cualquiera de los casos, parece claro que El Templo no satisfizo del todo a casi nadie, de modo que se trataba de recuperar la esencia de Indiana Jones. Con los ingredientes básicos que hicieron famosa a la saga, Indiana Jones Y La Última Cruzada es tal vez la mejor de la trilogía (dudo entre esta y la primera). Esta vez sí fuí a verla al cine, y más tarde recuerdo darle el coñazo al tipo del videoclub preguntando cada semana si por fin, habían recibido copias de la cinta. Y es que el tercer Indy recuperaba la temática histórico religiosa, nada menos que la mítica búsqueda del Santo Grial de la leyenda artúrica. Ok, en 2008, después del Código Da Vinci y todo eso, no resulta muy original, pero desde luego, en 1989 era recuperar la leyenda. No sólo recuperaba la temática clásica, también sus enemigos de siempre, los nazis. Recuperaba la profesión, Indy vuelve a ser un profesor de universidad y un arqueólogo, recuperaba personajes como Marcus Brody o Sallah y en definitiva, retoma el pulso donde lo dejó la inicial.
Como punto y aparte queda la aparición del gran Sean Cornery como padre del héroe, lo que le da una vuelta de tuerca buena y un divertido contrapunto al personaje. La película cuenta con buenas localizaciones y un pulso trepidante, sin perder el sentido del humor pero sin que los gags resulten cargantes. Y la retrospectiva inicial, con el malogrado River Phoenix de Indiana Jones adolescente, refuerza el hecho de que en esta tercera parte el personaje de Indiana adopta el máximo protagonismo, se dibuja su personalidad y su historia. Ni que decir tiene, es un peliculón.
Eran casi los 90’s y el marketing ya manejaba los estudios de Hollywood, con lo que el merchandising no dejó de aparecer de las formas más insospechadas. Recuerdo con especial cariño los libros tipo «Elige tu propia aventura» en los que el lector se metía en la piel de una suerte de ayudante infantil de Indiana Jones, y era el que elegía los pasos a dar (??!!), enlazando diferentes versiones de la historia según lo que se decidiera. Claro que también podías acabar con tus huesos y los de Indy en una prisión o despeñados por un barranco, elegir mal es lo que tenía. Algo bizarro y que hoy en día no se podría realizar: en 2008 un señor con sombrero no puede vivir aventuras con un niño. De hecho, si hoy en día se hiciera El Templo Maldito, rápidamente se tacharía a Indiana Jones de pederasta y explotador infantil. (continuará)
Canciones:
Black Sabbath: «Paranoid»
Raging Slab: «Don’t Dog Me»
Kaiser Chiefs: «Ruby»
Indiana Jones
Asocio rápidamente esas películas a la aparición de un invento que revolucionó la vida de críos como yo, me refiero, claro está, al reproductor de vídeo. Ya sea Betamaxx o VHS, yo recuerdo a Indiana Jones en la pequeña pantalla un sábado por la noche, con mis tíos, con mis primos y hermanas, con ese «Aviso Legal» que prohibía la reproducción de esas cintas en ese extraño ente para mí que eran los vídeos comunitarios. Y claro, cuando en 1989 se estrenó la tercera, y a la sazón, última de la saga, reclamé emocionado que me llevaran al cine a verla. Y no me defraudó, aquello fue grande. Más tarde, diversas copias grabadas en VHS de los diferentes pases televisivos de las películas me permitieron disfrutarlas una y otra vez hasta tener fragmentos de diálogos grabados a fuego en la mente. ¿Que había una programación aburrida? Ningún problema. Ahí estaba Indiana para resolverlo.
Yo, que siempre fuí un crío obsesionado por leer, y por la historia, está bastante claro qué personaje de ficción me caló más hondo. Obviamente, de pequeño quería ser arqueólogo. O historiador, en su defecto. En realidad, claro, quería ser Indiana Jones.
En definitiva, un clásico del género que elevó al estrellato a Harrison Ford. Yo, insisto, no la ví hasta mediados de los 80’s. Fue la constatación de la nueva manera de hacer cine para todos los públicos que promulgaban Spielberg y Lucas en contra de sus colegas de generación, como Scorssese o Coppola. Y no cabe duda de que dieron en el clavo. (continuará)
Canciones:
Guns n’ Roses: «Twat»
The Rolling Stones: «Mixed Emotions»
Neil Young: «I’m the ocean»
IJ 4 sXXI
Lo de esta cuarta parte de las aventuras de Indiana Jones es una historia que llevo muchos años escuchándola. Al leer ese artículo, recordé un programa de radio que hacía el crítico de cine (y ex-director del Festival de Sitges) Àlex Gorina, y que escuchaba hace la friolera de once o doce años, en la que ya se hablaba de esta película. Por aquél entonces ya habían algunos elementos definidos, como la aparición de Sean Cornery como Henry Jones sr., ya que su papel en Indiana Jones y La Última Cruzada le había situado como miembro de pleno derecho de la saga. Entonces se hablaba de la aparicón en escena de un posible hermano tarambana de Indy, papel que se le otorgaría a Kevin Costner (!!!).
En fin, muchos años después todo siguen siendo conjeturas, aunque no es el primer caso de película para la que se escriben decenas de guiones, se habla de diferentes protagonistas, de distintos directores, etc. Un ejemplo más reciente lo tenemos en Superman (para la que se barajaban nombres como Nicholas Cage o Tim Burton). En fin, por lo que parece, queda claro que George Lucas produciría y Spielberg dirigiría, y que Harrison Ford, viejuno o no, sería Indiana. Últimos rumores hablan de una hija de Indy encarnada por Natalie Portman, una aparición en escena de las mujeres de la vida de nuestro héroe, como Marion, la del Arca Perdida, y alguna cosa más, como que estaría rodada directamente en vídeo digital, cosas de la megalomanía tecnológica de George Lucas.
En fin, que tengo ganas de ver esa cuarta parte. Ganas y miedo, claro. A veces hay cosas que es mejor no tocar, y no me gustaría ver un cartel de cine con un título como el que ilustra la entrada, ni sentir la decepción que sintieron los fans de Star Wars cuando George Lucas, un tipo que pasó de ser director a ser el marketing manager más exitoso de su empresa, decidió retomar la saga. No sé.
Canciones:
Bruce Springsteen: «Pay me my money down»
Andrés Calamaro: «Veneno»
Morcheeba: «Big Calm»