Archive for the 'james ellroy' Category

29
Ene
10

Sangre Vagabunda

En realidad estoy haciendo algo de trampa, pero la ocasión lo merece. Todo viene a raíz de un comentario que acabo de leer. Esto de bloguear en el trabajo está feo, pero insisto, creo que la ocasión lo merece. Veamos lo que escribía un día de enero de 2007:
Con el estreno de la película «La Dalia Negra», el autor del libro en el cual se inspira la cinta, James Ellroy, vuelve a estar de moda. La adaptación de la novela no está nada mal, y de hecho, ese libro, el primero que leí jamás de Ellroy me parece muy interesante. Aunque lo que yo espero es que por fin se decida a acabar lo que tituló como serie Underworld USA o Trilogía Americana como lo traducen en su edición en castellano.
Ellroy acostumbra a publicar sus novelas por grupos, como ya hizo con la exitosa serie Cuarteto de LA, que recomiendo a cualquiera, y que componen «El Gran Desierto», «La Dalia Negra», «LA Confidential y «Jazz Blanco». Su Trilogía Americana está todavía incompleta, hasta ahora ha publicado sólo dos volúmenes, «America» (1995) y «Seis de los Grandes» (2001). Y de momento ya nos tiene cinco años esperando el final, cinco años en los que ha ido publicando alguna cosa, pero no ha cerrado la serie.
La Trilogía Americana recupera los trazos más característicos de la narrativa de James Ellroy, e incluso a viejos personajes de sus anteriores libros, como el gran Pete Bondurant, quien cobra protagonismo en esta serie (en las anteriores aparecía como un oscuro secundario). Es decir, se mueve en los ámbitos de lo que se podría llamar novela negra, con personajes poliédricos y de dudosa moralidad, contradicciones éticas, situaciones violentas y un cierto tono de corrupción general como denominador común. Pero va más allá. En la Trilogía Americana explora en modo de historia-ficción los acontecimientos más importantes de la historia americana de finales de los 50’s y hasta finales de los 60’s (por el momento).

Así, los personajes y las tramas se suceden entre la llegada de Howard Huges a Las Vegas, la elección de Kennedy, el auge y caída de Jimmy Hoffa, Bahía Cochinos, el asesinato del presidente, la guerra del Vietnam, el asesinato de Martin Luther King y el asesinato del candidato Robert Kennedy. Cierto es, no obstante, que incide a menudo en esa tradición de las teorías conspirativas a las que tan aficionados son los estadounidenses, y que los europeos vemos con mayor excepticismo.

Nada de eso hace que las novelas pierdan un interés que se mantiene en un ritmo constante a través de más de 500 páginas por libro, y, bueno, al final no deja de ser una historia de ficción, ¿no?
En definitiva, que me gustaría que James Ellroy se dignara a acabar la dichosa Trilogía Americana en este 2007 que empieza hoy, y no me tuviera más tiempo con las ganas. Aunque de momento no hay noticias.
Hasta ahí, lo que escribí hace ahora 2 años…
Pues bien, hoy un comentario a esa entrada, que acabo de leer, me ha alegrado la mañana… el señor Wayne Tedrow comenta que «Ellroy vendrá a España a mediados de febrero a presentar la obra que cierra la trilogía, titulada «Sangre Vagabunda». Se supone que habrá presentación en Madrid y en Barcelona. El libro saldrá a la calle muy pronto. Ya lo tienen en preventa en muchas librerías de la red. Y de paso, se reeditan «América» y «Seis de los grandes»»… efectivamente, en librerías con venta on-line ya puedes reservar tu ejemplar, por 25€!! Vamos, que la cosa va en serio. No creo que haga falta reservar el libro, y de momento estoy con la autobiografía de Aerosmith «Walk This Way», que no creo que acabe hasta de aquí a unos días. Pero en cuando lo vea en la estantería de la librería, me tiro a por él!!!
25
Nov
07

USA Kar Tour 2007. Día 12: Los aviones

Ya no sé cuándo comienza mi doceavo día o cuándo acabó el onceavo. Mi ruta de vuelo es matadora. Honolulu-L.A., media horita de intercambio, L.A.-Nueva York, hora y media de intercambio, Nueva York-Barcelona. Horas efectivas, 20, contando las escalas, que afortunadamente son bastante cortas. Pero es que cuando salgo de aquí, es lunes 8 a las 22h y llego a Barcelona el miércoles 10 a las 7’35. ¿Qué han hecho con mi tiempo? ¿A dónde van las horas que no he usado? ¿Qué extraño arcano se las llevó?
El primer vuelo no va mal. Me dedico a leer casi todo el trayecto, “Loco por Donna”, de James Ellroy. Todo lo que he leído de Ellroy me ha gustado bastante. Éste es, sin embargo, un Ellroy algo diferente. De entrada choca ver una de sus novelas ambientada en épocas presentes (excepto la primera parte, que transcurre a principios de los 80’s). Por otra parte, por primera vez el protagonismo recae en la historia de amor. A media novela, me entra sueño y aprovecho para dormir. El avión parece ser que irá rápido, ya que de Hawaii al continente suelen haber corrientes de aire que van a favor. Le dan un nombre cachondo, el pineapple express. La llegada a L.A. me pilla dormido, sólo tenemos 30 minutos para localizar la nueva puerta de embarque y hay un pequeño momento de pánico. Todo se queda en un susto, sin embargo, subido en el nuevo avión, me doy cuenta de que ha habido una baja: con las prisas me he dejado el libro en el primer avión. Una putada, ya que estaba en el momento cúspide. En fin, no será por lecturas que me he llevado. Me quedan pendientes un libro de Makinavaja que encontré en un Carrefour al ridículo precio de un euro, y “Tòquio Blues (Norwegian Wood)” de Haruki Murakami. Doy buena cuenta del primero, y comienzo con ganas el segundo, un libro del que he oído hablar muy bien. No entiendo la estupidez del cambio de título, y me recuerda a esa costumbre que tenían los distribuidores de cine españoles de poner títulos totalmente diferentes a la traducción del original. Lo cuál no es siempre negativo, siempre me parecieron mejores títulos como “Con faldas y a lo loco” o “Con la muerte en los talones” que “Some like it hot” o “North by Northwest”. Desde el primer vuelo tengo un extraño dolor en la pierna derecha. Es una especie de tirón, y en un principio, me viene un ataque de hopocondría y lo achaco al síndrome de la clase turista. Luego me doy cuenta que es un estúpido resultado de haberme quedado dormido en una postura complicada.

Demasiadas horas en un lugar como éste

Hasta la llegada a NYC, la cosa va más o menos bien. Es una sensación extraña saber que Manhattan está a una hora de tren y no puedes ir para allá. En fin, queda pendiente. El último vuelo se me antoja muy pesado. Llevo bastantes horas y no veo el momento de llegar. Subimos al avión y me reencuentro con Toru Watanabe y la pánfila de Naoko… o eso me parecía entonces. Estaba en un momento de la novela en la que el desenlace quedaba muy, muy lejano. Algo pasa, no obstante. El avión parece que tarda en salir. Resulta que hay no se qué problema en la pista. Apesadumbrado, me doy cuenta de que ningún avión despega. Pasa media hora. Una hora. Ya me quiero morir. En ese momento el piloto anuncia un retraso de otra hora más, las azafatas sirven bebidas, yo estoy encajonado en ese asiento y estoy por pedirle a la azafata un gin-tonic con cianuro. Al final resultan ser tres horas (tres!!!!) las que me secuestran en ese avión. De poco sirven las palabras, las metáforas o la ironía. Lo paso realmente mal en ese rato.

El vuelo final se completa sin mayor incidencia, yo casi me termino el libro y estoy a punto de bajar a la pista de la terminal de El Prat y besar la tierra cual pontífice. Atrás quedaron San Francisco y las tragaperras de Las Vegas, y los clubes de L.A., y Hollywood y las playas de Hawaii. Estoy en casa, aunque no sé bien dónde estoy.

Canciones:

Sisa: “Qualsevol nit pot sortir el sol”
Los Planetas: “Segundo Premio”
Johnny Winter: “Good Morning Little Schoolgirl”

17
Nov
07

USA Kar Tour 2007. Día 8: Waikiki mon amour

Está claro que la cosa, en esta isla, no va de grandes visitas culturales, ni de emociones fuertes, ni siquiera de gran actividad, por lo menos no otra que no consista en retozar en la playa y aprovechar las bonitas puestas de sol en Waikiki para dar paseos, entremezclándome con la muchedumbre de pintoresco turismo.
Hoy hay una absurda visita que nos lleva a los pies del Diamond Head, el volcán más famoso de la isla de Oahu, y una pequeña tournée por Honolulu. Comenzaremos por el final diciendo que Honolulu es una ciudad bastante fea, con un interés casi nulo. Hablo, obviamente, de la Honolulu «real», no ese extraño Port Aventura que constituye el sector de Waikiki. A la ladera del Diamond Head está una urbanización más o menos de lujo, exáctamente donde vivía Higgins, el jefazo de Magnum. Pero vamos, que el interés acaba ahí. Nuestro guía es un argentino que se llama, cómo no, Diego. Desde que uno aterriza, por todas partes oye recomendaciones de una especie de parque temático que es el Centro Cultural Polinesio. La visita dura un día entero y cuesta pasta, y la verdad, no estoy convencido. Cuando ya cojo algo de confianza con nuestro guía para esa cutre excursión por Honolulu, Diego, le comento mis reservas ante esa visita al Centro dichoso. Le acabo sonsacando que es «una mierda» (dixit) y que se «avergüenza de llevar a los turistas allí». Ok, se puede decir más alto pero no más claro. Nada de Centro Cultural Polinesio.
Una cosa me llama la atención, y es el orgullo que siente este pueblo, de su extinta monarquía. Resumiendo, un rey de nombre muy cachondo, Kamehameha, fue capaz de unificar a base de invasiones a todos los pueblos del archipiélago, y establecer una dinastía monárquica que se extendió hasta finales del s.XIX. Resulta curioso ver la admiración hacia esa familia real, que durante el s. XIX había adquirido las estructuras y los hábitos de cualquier rancia monarquía europea. Como comenté, la monarquía Hawaiana fue derrocada a finales del s.XIX con la connivencia de los Estados Unidos, y ahora poco queda, más allá de estatuas y algún que otro monumento. Pero insisto, no estoy por la labor de ir poco más allá del relax, playas y paseos.
La temperatura es muy buena, no hace un calor aplastante y por la tarde, cada día, cae lo que doy en llamar «la lluvia de las seis». Efectivamente, todos los días, sobre esa hora caen cuatro gotas, durante unos minutos, lo suficiente como para refrescar un poco el ambiente. Mis horarios cambian totalmente, me levanto antes, como antes, ceno mucho antes y me retiro al hotel a horas en las que en casa ni habría pensado. En mis paseos por Waikiki aprovecho para adaptarme a la costumbre turística local y adquiero abalorios (collarcitos y pulseras) que obviamente uno puede encontrar en cualquier mercadillo jipioso, pero diablos, estoy en Hawaii, y es lo que toca. Aprovecho también para hacerme con una camisa hawaiana. Sospecho que se trata de una prenda que es posible sólo luzca en estas tierras, y llegado a casa, acabe por no ponerme. Cosas de ser un mitómano (y tener un punto hortera, lo reconozco). Por las noches abundan los locales rancios, de hace varias décadas, donde se recluyen los turistas americanos más mayorcetes. Una pequeña banda toca estándares como «Sway» y esta ranciedad, el ambiente asiático y estas melodías antiguas hace que me recuerden a las localizaciones de Saigón de las películas sobre Vietnam de los 70’s.

Los moteros más míticos del cine de los 70’s

Como me dedico a vaguear, aprovecho para leer la última novela de James Ellroy, «Loco por Donna», y para ver algo de tele americana. Me llevo una pequeña decepción cuando veo al mítico Peter Fonda, coprotagonista de Easy Rider, presentando un anuncio de teletienda en el que se vende una colección de CD’s con música de los 70’s. El anuncio ahonda en el más triste patetismo (ya sabéis, ese tono que lo mismo sirve para vender cuchillos que un aspirador o que, en este caso, una colección de CD’s). Entiendo, claro, que todo el mundo tiene derecho a vivir y a ganarse cuatro perras, aunque sea a base de arrastrar por el barrio la leyenda del motero más mítico (con permiso de Dennis Hopper) del cine. En fin, que una pena.
Canciones:
The Bellrays: «Fire on the moon»
Raging Slab: «Don’t Dog Me»
Smashing Pumpkins: «Drown»
01
Ene
07

James Ellroy y la Trilogía Americana

Con el estreno de la película «La Dalia Negra», el autor del libro en el cual se inspira la cinta, James Ellroy, vuelve a estar de moda. La adaptación de la novela no está nada mal, y de hecho, ese libro, el primero que leí jamás de Ellroy me parece muy interesante. Aunque lo que yo espero es que por fin se decida a acabar lo que tituló como serie Underworld USA o Trilogía Americana como lo traducen en su edición en castellano.
Ellroy acostumbra a publicar sus novelas por grupos, como ya hizo con la exitosa serie Cuarteto de LA, que recomiendo a cualquiera, y que componen «El Gran Desierto», «La Dalia Negra», «LA Confidential y «Jazz Blanco». Su Trilogía Americana está todavía incompleta, hasta ahora ha publicado sólo dos volúmenes, «America» (1995) y «Seis de los Grandes» (2001). Y de momento ya nos tiene cinco años esperando el final, cinco años en los que ha ido publicando alguna cosa, pero no ha cerrado la serie.

La Trilogía Americana recupera los trazos más característicos de la narrativa de James Ellroy, e incluso a viejos personajes de sus anteriores libros, como el gran Pete Bondurant, quien cobra protagonismo en esta serie (en las anteriores aparecía como un oscuro secundario). Es decir, se mueve en los ámbitos de lo que se podría llamar novela negra, con personajes poliédricos y de dudosa moralidad, contradicciones éticas, situaciones violentas y un cierto tono de corrupción general como denominador común. Pero va más allá. En la Trilogía Americana explora en modo de historia-ficción los acontecimientos más importantes de la historia americana de finales de los 50’s y hasta finales de los 60’s (por el momento).

Al acabarse uno espera que el siguiente volumen no tarde…

Así, los personajes y las tramas se suceden entre la llegada de Howard Huges a Las Vegas, la elección de Kennedy, el auge y caída de Jimmy Hoffa, Bahía Cochinos, el asesinato del presidente, la guerra del Vietnam, el asesinato de Martin Luther King y el asesinato del candidato Robert Kennedy. Cierto es, no obstante, que incide a menudo en esa tradición de las teorías conspirativas a las que tan aficionados son los estadounidenses, y que los europeos vemos con mayor excepticismo.

Nada de eso hace que las novelas pierdan un interés que se mantiene en un ritmo constante a través de más de 500 páginas por libro, y, bueno, al final no deja de ser una historia de ficción, ¿no?

En definitiva, que me gustaría que James Ellroy se dignara a acabar la dichosa Trilogía Americana en este 2007 que empieza hoy, y no me tuviera más tiempo con las ganas. Aunque de momento no hay noticias.

Canciones:

Ryan Adams: «Love is Hell»
The Rolling Stones: «Don’t Stop»
Mike Ness: «The Devil & Miss Jones»




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