Archive for the 'sexo…drojas…y wakanrol' Category

30
Jun
09

Vinyl Recorder

Grabar una cinta? aquello sí que tenía molaba… por más que Nick Hornby le dedicara media novela, una práctica como aquella era genial. Desengañáos, realmente no servía para acabar cumpliendo el sano objetivo de la misma: aquella chica nunca llegaría a apreciar vuestro arte y la dedicación, y por supuesto no acabaríais compartiendo una sesión de sexo fortuito bajo el influjo de aquella mágica concatenación de canciones. La popularización de las grabadoras de CD acabaría con las viejas cintas TDK, de 60 o de 90. Señores, grabar una cinta de 90 significaba mucho interés por aquella señorita… ok, o que el tipo en cuestión era realmente un buen amigo.

Por supuesto, también estaba la posibilidad de hacer recopilaciones en forma de CD, que también tenían su aquél. Para emprezar, todo era más pro, y podías incluso crearte tu portadita, y hacer una cosa más elaborada. Pero, amigos, todo tiene un pero, el CD tiene esa posibilidad convertida en tentación, y es la de la selección de pista. La cinta tenías que escucharla secuencialmente, por lo que era muy importante cómo iniciarla para enganchar al oyente, cómo llevar a la persona que la escucharía a tu terreno sin perder su atención, cómo subir o bajar revoluciones sin estridencias y que en definitiva, tu creación sorara como un todo. En el CD, ese factor creativo puede estar, claro que sí, y sin embargo, para el oyente, en este mundo en el que las cosas las queremos ahora, ya, sin esperar, y si te descuidas, pulso la tecla y a la siguiente que me voy, pierde la gracia. Por no hablar de la función random, que es como coger una película y ver las escenas desordenadas. Y al final, con el tema del mp3, resulta que o bien te dicen que por qué grabar un CD de 15 pistas cuando puedes meter 150 archivos mp3, o ya directamente se considera el CD como un artilugio bastante inservible.

Este es el trasto en cuestión

Visto lo visto, no hay futuro para las compilaciones caseras? Pues sí que lo hay. Y la respuesta la he visto nada más y nada menos que en el supermodernísimo y cool de la muerte Festival Sònar de BCN. Entre su feria profesional había un stand de unos alemanes llamados Vinyl Recorder que vendían un artilugio para pasar de tus CD’s y/o mp3 a vinilo. Sí, habéis leído bien, no es para grabar tus viejos vinilos a CD o mp3, sino al contrario. Por unos 4000€ te venden un trasto que pasa tus grabaciones a un fantástico vinilo, en formato 7″, 10″ o el majestuoso LP de 12″. Se acabaron las enclenques cintas ni los fríos CD’s. El vinilo es el formato definitivo. Acaso alguna fémina se resistiría a una bonita compilación grabado en un fantástico vinilo LP negro, reluciente, nuevecito y único? Si sigue existiendo el buen gusto en este mundo, desde luego que no. Estos alemanes, que están en todo, te ofrecen incluso las pegatinas circulares con orifico en el centro, para que etiquetes tus creaciones. De la carpeta externa no dicen nada, pero vamos, que eso es pecata minuta, en una copistería y con algo de gracia se pueden hacer maravillas. Desde luego, premio al invento del año. Por si a alguien le interesa, http://www.vinylrecorder.com es el sitio. Mi primo Günter os hará el 10% de descuento si demostráis ser lectores frecuentes de NDK. Disfrutadlo.

Canciones:

Imelda May: «Wild about my loving»
Guns N’ Roses: «Breackdown»
Suede: «Animal Nitrate»

http://www.vinylrecorder.com

22
Ene
09

La calle Tallers (y sus personajes)

No hace mucho hablaba de la tienda “Discos 7 Pulgadas”, una de las pocas tiendas de discos interesantes que quedaban fuera de la Calle Tallers. Y es que esa calle daba mucho de sí. La de horas que pasé pululando por esa zona, a menudo más mirando que comprando, cosas de ser un adolescente, y por extensión, no tener ni un duro en el bolsillo. A lo más que podía aspirar es a una bebida en el mítiquísimo Burguer King de Canaletes, bebida que nos podía durar toda una tarde, mientras dábamos rienda suelta a esa necesidad inherente del adolescente a hablar con su manada, en busca seguramente de comprensión ante sensaciones que entonces eran nuevas y había que compartirlas con el grupo. Por eso, por la de ratos que pasé por allí, me llegué a familiarizar con una serie de personajes que rondaban.

Uno de ellos, un clásico, era el responsable de la tienda de discos World Music (creo recordar que así se llamaba, pero no estoy muy seguro). Un tipo muy enjuto, con el pelo negro muy rizado, media melena por detrás, tipo mullet,barba y gafas, así lucía el hombre. Y se dedicaba a entregarte unos panfletillos con una lista bastante completa de los conciertos en la ciudad, conciertos de los que vendían entradas en su tienda. Siempre te endosaba el papelito mientras te glosaba la cantidad y calidad de los discos que tenía en su tienda. Siempre con una frase como “amigo, la mayor variedad en CD”. Si te veía con una camiseta de, pongamos por caso, Pearl Jam, te decía “amigo, todos los discos de Pearl Jam, rarezas y grabaciones de conciertos”. Ojito a la estrategia de marketing. Si la camiseta hubiera sido de El Fary, lo mismo hubiera dicho, “amigo, la discografía de El Fary, remixes de El Torito Bravo y el pirata Live At Fantasy Island”. Pero siempre, siempre te soltaba el papelito. Todos los que pasábamos por ahí éramos sus “amigos”. La crisis discográfica acabo con la tienda y tamaño personaje desapareció.

Por la calle, supongo que aprovechando la chavalería que allí se juntaba, solía rondar un yonqui muy alto, desastrado, como todos los yonquis, pidiendo dinero a pobres incautos que o les daba pena o les asustaba el individuo (y lo cierto es que su envergadura no era habitual). La particularidad del tipo era que siempre comenzaba su discurso pedigüeño diciendo “sabes lo que es un toxicómano?”. Luego te soltaba el rollo sobre los males de la necia droga, para acabar como todos, pidiendo algo de dinero. Paseó su triste figura durante más tiempo del que pudiera parecer, tratándose de un yonco, entre la calle Tallers y la Plaza Castilla. Luego desapareció, aunque su destino es seguramente más fácil de adivinar.

Otro “comerciante” peculiar de la zona era el dueño de una tienda de discos que había en Tallers, más o menos, frente a la calle Sitges. Se trataba de una tienda de vinilo llamada Rock n’ Blues, o algo así. Era un antro lleno de polvo con incunables de Bob Dylan o Muddy Waters. Lo recuerdo siempre con las puertas abiertas y cubetas de vinilos en la misma puerta, como si se tratara de las cajas de manzanas o naranjas de una frutería. Y su dueño, un tipo entre 40 y 50, con gafas, medio calvo, sin afeitar, que lucía un arrebatador look de pantalón de pana, camisa del carrefour y chaleco de lana raída. Se sentaba cerca de la puerta, no era un local con una incesante actividad comercial. Y pinchaba uno de sus discos con unos altavoces encarados hacia fuera, como una venganza sonora hacia un mundo que ya no respetaba un riff de Ellmore James. Incluso tenía en una pared pegados una serie de recortes de revistas eróticas, con desnudos de chicas luciendo mata de vello púbico y aspecto de belleza de los 80’s, lo cual proporcionaba a la tienda un aspecto de ser una extensión de la probable personalidad de su curioso dueño. Ahora hay una tienda de moda juvenil, síntoma de que los tiempos están cambiando.

Y aunque no era en la calle Tallers, no puedo olvidarme del más enigmático de todos. Se trataba de un tipo que se plantaba delante de un portal en la Rambla, muy cerca del teatro Condal, que cuando pasabas por delante te miraba, te señalaba la el portal y te decía “fábrica de piel”, con la parsimonia del que recita un mantra. Y uno se quedaba pensando:

a) Qué hace una fábrica de piel en un piso de la Rambla?
b) De verdad alguien paga a este tío para que se pase el día avisando al transeúnte de la dichosa fábrica de piel?
c) Y sobretodo… alguna vez alguien subió?

Si realmente existía una fábrica de piel en un lugar tan extraño como un piso en la Rambla, desde luego requería de herramientas de marketing tan peculiares como aquella. Siempre me pareció muy cómico, ese personaje. Y fue uno de los que aguantó más esta creciente reconversión que sufre esa parte de Barcelona.

Seguro que Paul Auster sería capaz de escribir una novela hilvanando las historias de esos personajes. Ríete de “Smoke”, vamos.

Canciones:

Alice In Chains: «Would?»
Guns n’ Roses : «14 Years»
The Killers «Humans»
02
Nov
08

La Fira del Disc (v. 2.0.)

Varios días llevo sin escribir ni una línea, por causas tan prosaicas como trabajo, viajes y un resfriado que me tiene a medio gas desde hace más de una semana, con una voz, actualmente, que podríamos calificar como a medio camino entre Don Vito Corleone y Carmen de Mairena. De hecho, menudo día perroide llevo hoy. Sin ni tan siquiera salir de casa, cosa que hacía mucho, muchísimo tiempo que no hacía. Lo cuál todavía no sé si es bueno o malo.
El caso es que ayer estuve en la Fira del Disc. Como si de la teoría de la sincronicidad se tratara, no hace apenas unas semanas dedicaba una entrada a los recuerdos de la Fira del Disc cuando me topé, la semana pasada, con un cartel que anunciaba una edición para el presente fin de semana. Hacer una llamada a Lae y Javiruli y convencerles de que fuéramos a gastarnos los cuartos, todo fue uno.
Ya lo comenté entonces, desde que Jordi Tardà no se implica en el asunto, la cosa está algo descafeinada. O quizás sea resultado de los tiempos que corren para la industria musical. Qué sé yo. El caso es que las últimas ediciones han peregrinado entre les Cotxeres de Sants y el Anexo del Palau St. Jordi. En esta ocasión, era en esa última ubicación en donde se celebraba.

Tenía un aspecto tal que así (foto de www.mikeoldfieldblog.com)

Quizás fuera la escasa publicidad. Quizás la lluvia. Tal vez que jugaba el Barça. Pero me encontré con un recinto medio vacío, lo cuál, si bien me hace dudar de la continuidad de la Fira, ya me fue bien para poder remenar discos sin aglomeraciones. De fondo tocaban un grupete horroroso pseudo jazzy, pseudo pachanga, tal vez fueran los dichosos Gloria y Los Tellarini esos que tuvieron la potra de que Woody Allen se fijara en ellos. En fin, dieron el coñazo toda la tarde, pero la justicia poética hizo que frente a su escenario habían tan sólo una decena de personas.

Momentazo de emoción tuve cuando me topé con un expositor guiri que solía acudir antaño, edición tras edición. Me acuerdo de él por su peculiar aspecto, en aquél momento parecía el primo grandote de Santiago Segura. Ayer me pareció su padre. Y no puedo dejar de comentar que aquello era el paraíso de los amigos de lo ajeno, como ya comentó en su momento Sammy Tylerose. Al final me comporté, más que nada porque Lae nos amenazó con abandonarnos si procedíamos con las malas artes a las que la tentación nos llevaba. Menos mal que siempre alguien tiene buen criterio.

Al final, bolsillo más vacío, pero satisfacción. En CD, Lou Reed, Iggy Pop, The Bottle Rockets, Baby Woodrose, Elvis Presley y Muse. En vinilo, Santana, Tom Petty, The Guess Who, Van Halen, UFO, Rainbow y un vinilazo de Gabinete Caligari que me costó, en perfecto estado de conservación, la ridiculez de 1 € (por ese precio compro cualquier cosa que no tenga a Isabel Pantoja en portada). Crisis? What Crisis?

Canciones:

Lou Reed: «I’ll be your mirror»
Guess Who: «American Woman»
Tom Petty: «The Waiting»
15
Sep
08

Little Steven

A veces me resulta curiosa la poca repercusión y fama que tiene hoy en día Little Steven. Pero lo cierto es que se trata de un tipo que siempre ha hecho lo que le ha venido en gana, sin fijarse en las repercusiones comerciales que de ello se pudiera derivar. Sí, lo habéis adivinado. Siento admiración por este hombre. Y diablos, me cae bien. No me preguntéis por qué.
Little Steven, nacido como Steven Lento, de origen italiano, en 1950 (qué viejos nos hacemos todos), lo de Van Zandt lo adoptaría por su padrastro. Lo de “Little” lo ignoro, aunque lo puedo suponer. Steven, un hombre a un pañuelo en la cabeza pegado. Esa es su seña de identidad. De hecho, nunca he visto ninguna foto suya con la cabeza al descubierto. Supongo que ese pañuelo, del que sobresale una melena, debe esconder una calva al más puro estilo Hulk Hogan. En cualquier caso, forma parte de su figura inconfundible.

En 1984 hizo algo que muy poca gente se hubiera atrevido a hacer: abandonó la E-Street Band de Bruce Springsteen, banda de la que fue miembro desde 1975. Había sido colega de Springsteen desde mucho antes. Eso lo hizo tras grabar el superventas “Born in the USA”, cosa que a bruss no le sentó muy bien. No sólo era su amigo y un gran guitarrista, sino que era una pieza fundamental en la creación de arreglos para las canciones. Hasta entonces, era clásica su imagen, pañuelo (como siempre) y guitarra, y haciendo coros en el mismo micro que Springsteen, robando un poco de protagonismo al divo.

Little Steven, el activista más cool de los 80’s

Pero es que Little Steven era un culo de mal asiento. Ya en 1982 había dado inicio a su carrera en solitario, creando la banda Little Steven and The Disciples Of Soul. Nuestro protagonista era un amante del soul, amén de tener conocimientos enciclopédicos al respecto. Y quiso lanzarse a la palestra. En ese año 1982 publicó el que sería su disco de debut, “Men Without Women”. Había juntado a un conjunto de músicos muy heterogéneo, aunque más un grupo de amigos que una banda “real”. Los Disciples Of Soul eran hasta 9 músicos, entre ellos, nombres conocidos, de la E-Street Band, como el fenecido Danny Federici o su viejo colega Jean Beauboir , el punky negro. Little Steven se hacía cargo de guitarras y voz, y aunque como vocalista, no es que fuese un derroche cualitativo, es capaz de sacar adelante sus canciones. El caso es que este “Men Without Women” resulta ser un disco de soul rock fantástico, con algunos auténticos temazos, como “Lyin’ in a bed of fire” o “Forever”, y los elogios estaban completamente justificados.

Con ello, inició oficialmente su carrera en solitario, tras abandonar a Springsteen. Su siguiente movimiento fue más inesperado. En 1984 se sacó de la manga un disco totalmente explícito en contra de la política de Ronald Reagan y el partido republicano. Se convirtió en el trobador del desencanto americano con el disco “Voice Of America”. Estilísticamente también había cambiado, y su música se movía por derroteros más eclécticos. Desde el punk de la inicial “Voice of América” hasta el reggae de “Solidarity”, pasando por momentos más cercanos a la E-Street Band. En conjunto, un buen trabajo, pero menos inspirado que su debut.

Bruce Springsteen, el chico es que canta en la banda de Little Steven

En ese punto de su carrera era cuando su faceta activista estaba más en boga. Además, Little Steven era un músico muy respetado por diferentes colegas suyos unos más punkies, otros más cercanos a la música negra, al rock o a la salsa. Así, en 1985, en plena empanada activista, creó la asociación Artists United Against Apartheid. La cosa fue que Van Zandt siempre tuvo mucho interés en la situación del pueblo indio americano. Leyó que el Apartheid de Sudáfrica estaba inspirado en la situación de reservas indias que el gobierno americano había creado. Tras un viaje a Sudáfrica, se convenció de que se trataba de una causa por la que luchar. No es que tuviera una gran repercusión, pero aún así logró involucrar a un importante grupo de artistas de lo más dispar para la grabación de un documental al respecto, titulado “Sun City”. Y, por supuesto, un disco titulado del mismo modo, en donde participaban gente del rock, del rap, del jazz, del punk y de la salsa. Logró involucrar a nombres como Stiv Bators, Miles Davis, Hervie Hancock, Ron Wood, Bono, Rubén Blades, Afrika Bambaataa, Ray Barretto o Bruce Springsteen. En fin, como suele pasar con estas cosas, todo muy bien, muy revolucionario políticamente hablando, peroooo… el sigle “Sun City”, escrito por Van Zandt, es una cosa casi más horrorosa que aquél infame “We are the world”.

Y no se amilanó con toda esta historia. Su siguiente trabajo seguía una línea política similar, y el título ya es bastante explícito, “Freedom – No Compromise” (1987). Lo cierto es que se nota un bajón considerable respecto a sus dos primeras entregas. Hay algún single interesante, como el dueto que hace con Rubén Blades (¿?), “Bitter Fruit”, pero los resultados no son los esperados. Su popularidad, especialmente en USA, decae. Y con el final de la década, todo su movimiento de activista público comienza a diluirse. ¿Demasiado tiempo batallando? Tal vez. El caso es que en 1989 publica nuevo disco, “Revolution”, en donde flirtea demasiado con los sintetizadores, y al final resulta ser el más flojo de todos sus discos, en una carrera que había ido claramente de más a menos.

En 1993 participó, no sólo como productor, sino también activamente (aunque no como miembro) en la nueva banda que había formado el ex-Hanoi Rocks Michael Monroe, Demolition 23. Grabaron un disco de debut homónimo que resultó ser un pelotazo del mejor punk rock, que probablemente mereció mejor suerte. La muerte del guitarrista Jay Hening supuso un mazazo y la cosa acabó demasiado prematuramente. Cuando en 1995 Springsteen reúne puntualmente a la E-Street Band, Little Steven acepta un puesto que le pertenecía por derecho.

1999 fue uno de los años más importantes en la carrera de Little Steven. Por un lado, y tras una década de silencio, publica un nuevo disco. Titulado “Born Again Savage”, es el disco de un power-trio al estilo de finales de los 60’s, que monta con Adam Clayton, de U2 y Jason Boham, el hijo del malogrado John. Y en ese trabajo, Little Steven se vuelve a reinventar. Ni soul, ni punk, ni inventos raros. Esta vez, se trataba de buscar unas sonoridades cercanas a Cream, a Hendrix, a Steppenwolf… al hard rock psicodélico de los 60’s. Fue el disco con el que descubrí a Little Steven, y el mejor de su carrera, justo por debajo de su debut. En 1999 también, Bruce Springsteen reúne definitivamente a la E-Street Band, y ahí está también Little Steven, quien se tomaría su puesto en la banda como prioridad. Y en 1999 inicia una nueva faceta en su carrera, inédita, pero por la que se ha ganado muchas simpatías. En ese 1999 es elegido por David Chase para dar vida al gran Silvio Dante en la serie Los Soprano.

Silvio Dante. El más grande.

Qué puedo decir, se trata de mi personaje favorito de mi serie favorita del momento. Chase le eligió, sin casting alguno, pese a que Little Steven no contaba con experiencia alguna en la interpretación, simplemente porque su imagen “daba el perfil”. Y ya lo creo. Por primera vez vemos a Steven Van Zandt sin pañuelo (aunque con peluca), dando vida a un personaje hosco, duro, pero siempre elegante, que según avanza la serie, adopta mayor protagonismo. Un gran acierto.

El logo de su programa. Dice mucho de lo que ahí suena.

Y tras la serie, y sin abandonar a Springsteen, con la llegada del nuevo siglo, el culo inquieto de Little Steven se mete en un nuevo proyecto: la radio. Dentro de la moda de las radios vía satélite, crea y conduce el programa “Little Steven’s Underground Garage”, en donde pincha temas oscuros de los 50’s y 60’s, y también da la alternativa a bandas actuales más o menos afines al garaje, como los grandes (aunque ya desaparecidos) The Shazam. El programa tiene pinta de ser una gozada, y genera también discos recopilatorios e incluso festivales. Eso, claro, a los pobres europeos del sur nos queda muy lejos. Ya me gustaría.

En definitiva, Little Steven, un entrañable hiperactivo, un amante del rock y de la música, y sobretodo, mucho más que el guitarrista que está a la izquierda de Bruce Springsteen.

Canciones:

Little Steven: “Born again savage”
Little Steven: “Lying in a bed of fire”
Little Steven: “Bitter Fruit”

03
Ago
08

Mi primer concierto

En una de las entradas del amigo Manurhill hablaba de esto: el primer concierto. En el caso de Manurhill, hablaba de uno de esos conciertos gratuítos que abundan por estas fechas en los pueblos y ciudades. Yo, de esos, me he tragado unos cuantos, aunque a decir verdad, nunca les hice mucho caso. En esta ocasión me refiero a un concierto «de los de verdad», de los de comprar la entrada, previo ahorro titánico, y de los de vivir una suerte de experiencia iniciática. En mi caso, se trató de The Offspring, yo tendría 16 años.
Es obvio que hoy en día The Offspring son un chiste, un grupo que representa lo más ridículo que puede llegar a ser el rock más masivo, más MTV. Pero amigos, antaño The Offspring no sólo fueron una banda interesante, sino que también grabaron un muy buen disco, me refiero, claro, a Smash.

Si Axl me copia las trenzas, yo le copio el título de Chinese Democracy (Dexter Holland)

La historia es conocida, los californianos conocieron el éxito con ese disco y especialmente con sus dos singles principales, «Self Steem» (con un riff sospechosamente parecido al celebérrimo «Smells like teen spirit» y yo diría que con una aureola grunge) y «Gotta get away». Diablos, dos temazos!! Capitanearon una popularización del punk californiano de la discográfica Epitaph, que podría considerarse una etiqueta en sí misma, junto con NOFX o Bad Religion, quienes no obstante carecían de esa mediatización. A mí Smash me gustaba, si bien el resto de grupos Epitaph (los mencionados NOFX, Bad Religion, Pennywise, …) nunca me interesaron más que alguna cancioncilla suelta para pegar saltitos en los locales de Poble Nou . Pero mis amigos del instituto de entonces eran verdaderos fans de este tipo de música.

En 1996, sería, The Offspring publicaron su siguiente disco, el segundo en una multinacional y el segundo tras el pelotazo comercial que supuso Smash. Ese disco, titulado Ixnay On The Hombre, con la perspectiva del tiempo, debo decir que no está nada mal. Sin ser una revolución en el rock, la banda no incidió mucho en el punk pop facilón y saltarín, sino que en algunos cortes arriesgaron, ralentizando tempos y creando canciones como la gran «Me And My Old Lady», que me recuerda a Jane’s Addiction. No en vano, producía Dave Jerden, quien había trabajado con los Jane’s en el mítico Nothing’s Shocking y en Ritual de lo Habitual. En esa época, la muchachada no entendimos muy bien por qué no sonaban como en el celebérrimo Smash.

Sin embargo, la ocasión era estupenda para acudir a su gira, que recalaba en el Palau de la Vall d’Hebron en Barcelona. Yo estaba muy excitado al respecto, íbamos un grupete y definitivamente, eso de salir de concierto una noche de martes era toda una novedad para mí. La velada se trataba de un show con dos teloneros, Lunachicks y The Vandals, y luego los Offspring. Y para calentar motores hicimos el pertinente botellón calimochero. Ya en la entrada del recinto, me compré una camiseta conmemorativa que todavía debe rondar por ahí.

Un bonito fetiche

La cosa acabó siendo más desangelada de lo que esperaba. A Lunachicks apenas las vimos tres canciones. Y mejor, menudo desastre de banda. Luego leí elogios en Popular 1, pero aún hoy tengo muy mal recuerdo. Lo de los Vandals es algo patético que sólo tenía gracia en ese contexto, un público lleno de adolescentes que les reía las gracias. Tuve la mala suerte de encontrarme con ellos de nuevo teloneando, esta vez, a Pearl Jam en el 2000, y el concierto fue igual de patético, los mismos chistes, las mismas tonterías. La peor parodia de banda pseudo punk. Y finalmente salieron nuestros héroes. Y aquello fue la marabunta!!

Se formó un pogo brutal, aunque no muy violento. Ahí estábamos toda la muchachada dando saltos sin parar, pero reconozco que no me motivó mucho. Tal vez fue porque en previsión de ese follón, me quité las gafas y la verdad es que mi visión se redujo demasiado. Ahora sólo veía cuerpos saltando y de fondo, un escenario con unos tipos borrosos. Y el sonido se podría calificar de guarruno, siendo benévolo. Ya me lo avisaron, The Offspring suenan rematadamente mal en directo. Y no se equivocaron.


El disco no está nada mal. Y la imaginería mexicana de la portada mola. Mi camiseta tiene esa imagen.

Al final, está claro que los singles básicos cayeron y todos los disfrutamos. Pero qué puedo decir, fuera de la épica del primer concierto, del grupo de amigos, del alcohol, de la noche, y de todas esas cosas, me quedé pensando que me esperaba mucho más del tema.

Pero ya véis, todo el mundo tiene un pasado. Y no me arrepiendo, The Offspring retomaron su carrera en su versión más cutre, más obscenamente comercial y más mala, hasta llegar a ser lo que son hoy en día, basura. Ya no tengo trato con ninguno de los amigos con los que viví esa experiencia inciática. Mis siguientes dos conciertos fueron Radiohead (presentación del OK Computer) y The Rolling Stones (Bridges To Babylon Tour). Toma eclecticismo!!. Y al cabo de unos meses abandoné las gafas por unas lentillas de lo más cool.

Y ahora deberes para mis queridos cientos de miles de lectores: escribid algún comentario acerca de vuestras experiencias en primeros conciertos!!

Canciones:

The Drifters: «Under the boardwalk»
Led Zeppelin: «Trampled Under Foot»
Dio: «Holy Diver»

30
Jul
08

Ocean Colour Scene: Marchin’ Already

Hace ya varios meses que hablé del falso primer disco de Ocean Colour Scene, Moseley Shoals. 1997 tenía que ser el año que afianzara a Ocean Colour Scene (OCS) en la escena pop-rock, y su disco, Marchin’ Already, el album que demostrara que su carrera no era flor de un día.

En esea época el llamado Brit-Pop vivía momentos de enorme popularidad, y no cabe duda que nuestros protagonistas, británicos hasta la médula, se supieron aprovechar del tirón que compatriotas suyos podían tener entre el público. Y comercialmente seguro que sería una buena medida, pero a la larga, considero que sufrieron el problema de ser demasiado relacionados con ese «movimiento», cuando lo suyo tenía más que ver con su mentor Paul Weller y con la tradición del beat inglés (especialmente Kinks, y también las bandas mod). Y sí, mucha gente le dió la espalda a sus discos por considerarlos a priori de la misma cuerda que Oasis o Blur. Y se perdieron dos álbumes magníficos, como el mencionado Moseley Shoals o el que nos ocupa, Marchin’ Already.

OCS eran un cuarteto con un sonido basado en un guitarrista estupendo, Steve Craddock, a la sazón, también guitarrista de la banda de Paul Weller. Se les podría achacar un cierto anclaje en las sonoridades pretéritas. Poco, o muy poco tenían a ver con el indie británico. En este segundo disco, Marchin’ Already, daban muestras de su pulso en preciosismo pop (Besides Yourself, Debris Road), pero también en rock con riffs poderosos, como Get Blown Away o Hundred Mile High City, que se encuentra también el recopilatorio Notas Sonoras de Kar vol.1 y que podéis disfrutar en este vídeo:

También hacen gala de escarceos con el folk, de recuperar la tradición de soul británico, en la maravillosa canción que cierra el disco, It’s a Beautiful Thing o esta balada al más puro estilo Queen (ese piano!!) que resultó ser un single extraño, Better Day:

De esto hace ya mucho tiempo. Huelga decir que los OCS gozaron de una cierta popularidad en Europa durante esa época, que llegaron a alargar durante sus dos discos posteriores, «One For The Modern» (1999) y «Mechanical Wonder» (2001), discos que demostraron como su chispa se iba apagando, pero buenos discos, no obstante. Buenos en comparación con lo que vino después, una serie de grabaciones que carecían de aquello que podía caracterizar cualquier disco de OCS, buenas canciones, y que, en definitiva, aburren. Efectivamente, su carrera posterior a 2002 dejó de ser interesante. Siguen en activo, pero además ya casi han reducido su ámbito de acción al Reino Unido.

Me ha parecido un buen momento, uno como otro cualquiera, de reivindicar un disco que en la recta final de los 90’s me gustó mucho y que me parece es un gran desconocido entre la parroquia rockera.

Canciones:

Rod Stewart: «Handbags & Gladrags»
Prince: «1999»
Kyuss: «Catamaran»

28
Jul
08

El cumpleaños de Mick Jagger

Mick Jagger cumplía ayer 65 años, y desde luego lo justo es felicitarle por tal onomástica. Con Mick Jagger a menudo nos encontramos con sentimientos enfrentados. Por un lado, es un semi dios. Es el mejor frontman del mundo. O uno de los mejores. Es el autor de decenas de canciones memorables, ha sido un visionario y un revolucionario en esto que conocemos como Rock n’ Roll, y además, el responsable de que los Rolling Stones sigan dando cuerda (a pesar de algunos escarceos). Y ha demostrado cómo se puede ser viejo y no dejar de subir a un escenario a darlo todo.

Granddaddy Cool

Por otra parte, está muy lejos de lo que se entiende por una filosofía de rock. Hoy en día, a priori, no hay gran diferencia entre Mick Jagger y Richard Branson, Flavio Briattore o Phil Collins. Es un miembro de la Jet Set, de la Beautiful People. Es un hombre de negocios que en lugar de revisar las cuentas y los comités de marketing de una empresa, lo hace en los Rolling Stones, a la postre, su empresa. Puede llegar a ser algo así como una parodia de sí mismo, del rockero que fue hace 30 años. Por no hablar de que hace mucho que sus discos ya no aguantan comparación con sus trabajos pretéritos.

Hace muchos, muchos años, en una galaxia muy lejana…

En qué quedamos, pues? Ídolo o famosillo? Todos estamos de acuerdo en los impresionantes méritos que acumula en el pasado, y sólo por ello, debería merecer nuestro respeto absoluto. La cuestión es si la realidad de Mick Jagger a sus 65 años es algo meritorio. Si, hablando en plata, es todavía una figura a reivindicar.

A su favor hay que decir que los músicos de su quinta, en general, están bastante peor. Y no me refiero solamente a decrepitud física. Paul McCartney, Pete Townshed o Eric Clapton, por ejemplo. Aquí parece ser que el tema no está tanto en la edad sino en el ejemplo de algo tan etéreo y sujeto a interpretaciones como puede ser la actitud rockera.

Pero todos tenemos un pasado, ¿no?

Porque no olvidemos una cosa, Mick Jagger desde siempre se ha codeado con la Beautiful People. Ya en los tiempos del Swinging London, sus compañeros de fiestas no eran gente de la calle, sino al contrario, hijos de diplomáticos, gente de dinero y hasta algún que otro personaje de la nobleza compartía correrías y experiencias drogotas con quien llegaría a ser Sir Mick.

Quizás su contraposición la tenemos mucho más cerca. Al contrario, Keith Richards sí que tiene el respeto de la parroquia rockera. Keith es viejo y muchimillonario, que diría Homer Simpson. Y sin embargo, a Keith siempre le ha gustado alimentar esa épica de rockero indomable. Keith se llena la boca haciendo declaraciones como “cada día que me despierto y veo que sigo vivo, sólo puedo sorprenderme y dar gracias”. Pero todos sabemos que Keith dice eso con una cuenta corriente tan abultada como la de Mick y en su mansión tanto o más grande que la de Mick. Al viejo Keith siempre le ha gustado seguir jugando el papel y a nosotros nos encanta creérnoslo.

Siempre elegante, el tío Mick

Entonces, parece ser que la épica del rockero es algo que Mick Jagger ha ido perdiendo poco a poco. Probablemente sea su mentalidad más fría, el resurgimiento a ratos del economista diplomado que lleva dentro, y el hecho de que Mick abandonó las adicciones hace ya tres décadas lo que haga que a veces parezca que el rockero murió a manos del economista.

Y sin embargo, dejando a un lado todos sus méritos pretéritos (y es mucho dejar), no olvidemos que Mick Jagger sigue siendo un hedonista que sólo piensa en pasárselo bien, en fornicar y en ganar pasta. El rock n’ roll, en el fondo, se trata de eso. Y sí, para ello tiene a los Rolling Stones, y seguro que uno de los motivos principales de su longevidad en el escenario sea ése. Faltaría más. Y sin embargo, desde luego Mick Jagger no necesita más pasta. No necesita pegarse palizones en un escenario, y andar de ciudad en ciudad. Ahí es cuando el rockero le pisa el cuello al economista y surge al exterior. Y para terminar, no olvidemos que tan sólo hay un cantante de su edad que se le pueda comparar, Iggy Pop (1947). Y diablos, incluso Iggy tiene una mansión y participa en sesiones de modelo publicitario!!

Feliz cumpleaños, Mick Jagger!!

Canciones:

Fun Lovin’ Criminals: «Beautiful»
Aerosmith: «The Other Side»
Jamie Cullum: «Singin’ in the rain»

22
Jul
08

Bruce Springsteen

Todo el mundo tiene sus filias y sus fobias. Especialmente en el caso de estas últimas, no tienen por que tener una justificación objetiva. Son fobias y punto. Y una de ellas, en mi caso, tiene nombre y apellidos: Bruce Springsteen. Por lo que entenderán que llevo una semanita un poco harto de tanta tontería.
Hay que reconocer que Bruce Springsteen tiene dos cosas muy chungas, y es por un lado el tratamiento que recibe en los medios de comunicación, y por otro lado, su masa de fans. Que en gran medida, una cosa lleva a la otra, y viceversa. Comencemos pues, por estos últimos. La verdad es que no deja de ser impresionante que el tío sea capaz de colocar 75000 personas en cada uno de los dos shows que ha hecho el finde pasado en el Camp Nou. Y no digo que todos esos fans sean odiosos. Hay un grueso, no todos, claro. Pero me revienta especialmente ese fan «tipo». Ya sabréis a qué me refiero. Individuo entre 30 y 40 años, que apenas consume música (y mucho menos rock n’ roll) que no sean los discos de su ídolo, y que no va a ningún concierto que no sea del de New Jersey. Y siempre, siempre se refiere a Springsteen como «bruss». Así, por el nombre de pila, como quien habla de su cuñado o de su compañero de curro. Y sí, tengo que mencionarlo, odio especialmente a Manel Fuentes, o por lo menos a Manel Fuentes en su papel de fan «oficial» de Bruce Springsteen.
No deja de resultarme curioso que mueva tantísima gente. Sólo hay una banda que se le podría equiparar, más o menos, me refiero a U2. Pensemos que de conciertos masivos, que congreguen a más de 40000 personas, hay muy pocos ya. Apenas The Police, los Rolling Stones, Paul McCartney (quien hizo dos noches seguidas en el St. Jordi) o Bon Jovi (que creo que acabó pinchando en su último concierto en el Estadi Lluís Companys). Pero nada, resultan ser una minucia al lado de nuestro protagonista.
Supongo que también hay muchos fans que le siguen desde hace mucho tiempo y no responden al perfil descrito (con algo de crueldad, lo reconozco), pero estaremos de acuerdo que hay una masa que no consume más música (sea en directo o sea en estudio) que el dichoso Boss. Supongo, claro, que hay también una serie de seguidores que se sienten algo desplazados por esta situación. Entiendo, no obstante, que son los menos.
En cuanto a los medios de comunicación… qué decir? Acaso puede haber mayor sarta de tópicos mal utilizados? Por no hablar del maniqueismo casi ingenuo al referirse a la supuesta consideración de Barcelona como una «ciudad especial», o «mimada», para Springsteen. Y nada, nos lo creemos, en un acto de provincianismo y de egolatría barata. Sí, claro, Barcelona es la prefe de Springsteen. Y de Woody Allen, claro. En fin, tratamiento muy cutre que flaco favor le hace al rock n’ roll y a la música de la banda, que no a su cuenta corriente, por descontado. Seguro que varios miles de personas acudieron a esos conciertos como acontecimiento, como quien va al espectáculo Piromusical de las fiestas de la Mercè o al Fòrum de les Cultures, o a la Expo, qué sé yo.
En lo referente a Springsteen en sí, me carga toda ese misticismo de héroe de la clase obrera. No sé, no hace falta que sea Mick Jagger o Gene Simmons (tipos que seguramente al trato deben ser más repelentes que «bruss»), pero que nadie se lleve a equívoco. Springsteen no es un colega con el que tomarse unas birras, que cada noche se escapa de incógnito a departir en los bares de Astbury Park. Ni falta que hace, diablos. Está bien que un músico sea buena gente y tal, pero no es necesaria esa pose de «podría ser tu colega».
Fijáos, no obstante, que llevo una parrafada y todavía no he hablado de música. Pues tampoco me entusiasma su música. He de reconocer que fuera de ese contexto que rodea a las canciones (el ídolo, los fans, la fama, la épica…), su discografía tiene algunos buenos momentos. Especialmente sus primeros discos, el Greetings From Astbury Park o el The River… pero entrados los 80s’, no me gustan sus discos. Ni siquiera muchos de sus singles. Esa sonoridad 80’s me aburre. Reconozco que en todos ellos (o en casi todos) hay algunas buenas canciones, pero no, no acabo de verles el interés. En ese sentido, permitidme ser malo, pero quién quiere a Bruce Springsteen teniendo a Tom Petty, por poner un ejemplo facilón.
Reconozco ser poco objetivo (quién lo quiere ser?). Y sí, seguramente si Bruce Springsteen no fuera la superestrella que es, puede ser que me interesara más, desde luego no sería fan suyo, pero probablemente no entraría en la categoría de fobias. El precio de la fama, supongo.

Canciones:

Manic Street Preachers: «So why so sad»
Yazoo: «Body talk»
The Mighty Mighty Bosstones: «Boss of me»

06
Jul
08

Entradas

Desde hace ya unos añitos, las entradas de conciertos suelen ser una exclusiva de alguna entidad bancaria o bien de una empresa llamada Tick Tack Ticket, que gestionan el evento en cuestión. No estoy por la labor, o por lo menos no ahora y en estas líneas, de juzgar si eso es bueno o malo. No estoy muy seguro, aunque lo de esta suerte de monopolios no me huele bien. Pero no, insisto, la cosa no va de juzgar unos movimientos empresariales en el mundo de la música. Entre otras cosas, este hecho ha provocado que un clásico del rock n’ roll como era coleccionar las entradas de conciertos haya perdido la gracia.A ver, si todos lo hemos hecho. Que levante la mano aquél que en su vida no ha guardado la entrada de aquellos shows que le entusiasmaron. A ver esas manos. Como no veo ninguna, sigo. Y continúo diciendo que desde el desembarco definitivo de Tick Tack Ticket, esa práctica ha perdido la gracia. Porque antes las entradas tenían su gracia. Eran cada una de ellas de un tamaño diferente. Con colores, con el logo o foto de la banda, y no te las vendía un niñato del Fnac que las imprimía, sino el tipo peludo de la tienda de discos de la esquina. Algunas incluso estaban hechas de un papel especial, anti copias. Algunas, digo, otras eran papel normal y corriente.En fin, ahora ya no tiene sentido, las entradas son un cacho de papel impreso en blanco y negro donde lo único que cambia entre ellas es el nombre y la foto. No es más que un triste impreso, como si fuera un puto estracto bancario. Eso por no hablar de las entradas de Servicaixa y similares. ¿Pero quién querría coleccionar eso? Así que nada, un resorte más hacia la idea de una industria musical fría y aséptica. Sirva esto como homenaje.

The Offspring… mi primer concierto de rock… no te digo ná, y te lo digo tó
Doble cartel rarísimo, pero los Diamond Dogs triunfando… ojo, y con Sulo de baja
Da igual lo que hiciera a partir de entonces, desde aquél día se convirtió en un mito
La banda en su mejor momento, dándolo todo en Bikini… este concierto está en mi top 10

Este concierto fue una pequeña decepción, si lo comparamos con el histórico chou del Azkena

Radiohead eran entonces una banda única. Quién me iba a decir que sería el principio del fin.

Entradas de Tick Tack Ticket… juguemos a las 7 diferencias… por lo visto, no tenían foto de archivo de The Darkness

Canciones:

Def Leppard: «Love Bites»
John Lennon: «I’m Losing You»
Dead Kennedys: «Too Drunk To Fuck»

23
Jun
08

Kiss en Bilbao… bienvenidos al circo!!!

Ya me permitiréis este paréntesis en mis crónicas neoyorkinas… pero es que la emoción me embarga. Diablos, he vivido la experiencia Kiss, y eso que pensaba que iba a ser una de esas eternas asignaturas pendientes.

La cosa fue más o menos precipitada, y el marco, un festival de esos de jevis (con «jota»), donde tan sólo Tesla podía contar con mi interés, aparte, claro está, de los héroes de la noche, Kiss. De los festivales, creo que ya he hablado alguna vez, me está comenzando a tocar los huevos que ahora no hay conciertos en salas: todo son festivales. Y claro, eso implica mucha morralla de bandas, espacios no siempre óptimos para disfrutar de ellas (porque lo del prado donde tocaron ayer Kiss es indecente), entradas a precios de auténtico escándalo, colas por todas partes… en definitiva, un coñazo. Pero claro, Kiss lo merecen. No sé por qué los dejé escapar en el 96, supongo que por aquél entonces me estaba comenzando a interesar por ellos. Y siempre pensé que nunca los vería en concierto. Que eran de esas bandas que sólo giran por USA y que tarde o temprano se cansarían y lo dejarían. Pero mira por donde, la sorpresa ha sido mayúscula. Y agradable.

Gene Simmons… no me iría de copas con él, pero es el cerebro de Kiss!!

Superado el trauma de que el guitarrista Ace Frehley y el batería Peter Criss fueran expulsados del grupo por los dictatoriales Gene Simmons y Paul Stanley, y que en su lugar hayan puesto a dos tristes mercenarios que los imitan, la cosa estaba clara: había que disfrutar del show. Y así, rodeado de miles de jevis de la vieja escuela, de esos que veía en mi barrio hace 20 años, probablemente muchos fueran los mismos que hace 20 años, a juzgar por la de padres y madres jevis que había, y otros sin churumbeles pero ya curraditos, y también con mucho jevi siguiendo la vieja escuela pero de menos de 20 años, estaba yo, algo lejos del escenario, pero dispuesto y hecho un manojo de nervios.

Ver un concierto de Kiss es como ir a un circo. A un circo de Rock N’ Roll. Todo eran coreografías, pirotecnia, por supuesto, su mítica imagen, cuatro pantallas y el logo iluminado, plataformas que se elevan, trucos… todo milimetrado y controlado al dedillo. Ahora Gene escupe fuego. Ahora Paul atiza con la guitarra al suelo y a cada golpe se disparan unos cohetes. Ahora se eleva la batería, o Paul es transportado por encima del público a una plataforma. Había que verlo siempre desde una óptica algo infantil, si me lo permitís. Y así, es imposible no contagiarse de la magia. Pero sobretodo, cuentan con un repertorio espectacular y una interpretación soberbia, especialmente de un Paul Stanley en estado de gracia. Por supuesto, si se quiere intelectualizar, verlo desde una óptica más «adulta», «seria» o lo que sea, en fin, es un circo. Es como cuando uno ve un número de magia. Está claro que el tipo no «ha adivinado» la carta que pensaba la chica del público y que hay truco, que el tipo no tiene poderes. Pero si está bien hecho, mola. Pues eso.

Paul Stanley, pletórico de voz y forma física, destacó por encima de todos.

No me quiero poner en plan fan histérico, y se le pueden achacar algunos defectillos, por ejemplo, el coñazo de solos (especialmente el de batería de Eric Singer). O también el hecho de que se le diera excesivo protagonismo a los mercenarios Tayer y Singer… diablos, que este último cantó «Black Diamond». Que tanta planificación le resta espontaneidad (por ejemplo, el detalle que tocaran parte del Won’t Get Fooled Again de los Who, como si fuera improvisación, no cuela cuando precisamente es este tema el que precede al comienzo del concierto). Y respecto al repertorio, bueno, eso es cosa ya de fan, y cada cuál tendría el suyo. Para mi gusto, sería quitar «100.000 years», «C’mon and love me» o «Parasite» y tocar «Hard Luck Woman», «Dr. Love» o «Firehouse». Nada, detalles.

En fin, que muy contento con la noche, y con la experiencia Kiss. Y por supuesto, no puedo dejar de saludar a Los Secuestradores de Iones, con quienes tuve la oportunidad de charlar después del show. Lorenzombie y DumDumBoy, a quienes ya conocía, y un maquillado cual Paul Stanley, Anxlsuperstar, ahí tus huevos, eso es disfrutar la experiencia Kiss!! Un placer, señores, y nos vemos una próxima vez no sé cuándo ni dónde.


Canciones:

Kiss: «Love Gun»
Kiss: «Goin’ Blind»
Kiss: «Lick It Up»




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