Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar. Así comenzaba la primera entrada que tuvo NDK. La frase no es mía, sino del director Óscar Aibar. En realidad llego unas semanas tarde, pero resulta que esta entrada no es una entrada cualquiera. Y no lo es porque esta entrada es la que conmemora el décimo aniversario de NDK. Llego unas semanas tarde porque la fecha en concreto para la celebración debería haber sido el 2 de julio. ¿Qué más da? La cuestión es que son diez añazos los que cumplo, cosa que pocos blogs, al menos que yo conozca, pueden decir, y sí, la frecuencia de publicación ha sido irregular en los últimos dos o tres años, e incluso reconozco que me planteé el matar a NDK hace un tiempo. Y sin embargo, llamémosle síndrome de Estocolmo, por aquí ando. De nuevo. Y me alegro de ello.
La cosa comenzó cuando los blogs, o bitácoras, como todavía se llamaban entonces, comenzaron a ponerse de moda. Por no haber, no había ni Facebook. Zuckerberg había fundado la empresa en 2004 pero todavía tardaría unos tres años en extenderse. Twitter era ciencia ficción y bueno, no me las voy a dar de moderno, no entré en esto de los blogs hasta que no leí al respecto en “El País de las Tentaciones” o algo por el estilo. Claro que yo llevaba otros diez años escribiendo cuadernos y diarios, así que no era nada especialmente nuevo para mí, si bien de la privacidad e intimidad de mis cuadernos, pasaba a una etapa de exhibicionismo puro. Porque no nos engañemos, quien escribe un blog es porque tiene esa necesidad exhibicionista y narcisista: los bloggeros queremos que nos lean.
Considero que fue precisamente la popularización de las redes sociales lo que acabó con la popularidad de los blogs. No es que ya no haya, pero desde luego, no tantos. Medio mundo parece preferir expresar opiniones en los muros de Facebook, o lo que es peor, comprimirlas en los 140 caracteres de Twitter, mi red social favorita, aunque no es comparable a tener un blog. Complementaria, supongo. En fin, blogs y foros murieron a manos de esos patios de vecinas virtuales, esas cyber-barras de bar chusquero que son las dichosas redes sociales.
“Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar”. Y qué razón tenía Óscar Aibar en ello. Echo la vista atrás y no puedo sino suscribir letra por letra la veracidad de esa sentencia. NDK soy más yo mismo que una mera proyección. Y al final, mis filias y fobias acaban siendo más o menos las mismas: el rock and roll, las películas, la mitomanía, los viajes… Y pasado tanto tiempo, os puedo reconocer que hace mucho que no me gusta el nombre de “Notas de Kar” y casi prefiero el uso de NDK. Tampoco es cuestión de mortificarse. Esto de los nombres, a veces te pilla a contrapié. Has de firmar algo, aunque sea un triste nick para un foro o para un chat. Y usas la primera tontería que se te pasa por la cabeza, sin darle mayor importancia. Sin considerar si volverás a usar esa web. Pero luego resulta que sí, que la sigues usando, y que ya es tarde para cambiar de nombre, y bueno, bonito o feo, te quedas con el que usaste, para mantener tu personalidad. O tu cyberpersonalidad. Os lo dice un tipo que lleva años firmando como KAR. En fin…
Estoy de vuelta, eso ya lo dije, aunque hiciera varias semanas que no publicaba. Y de momento, para quedarme, porque me gusta la sensación de ser un superviviente, un viejo rockero, el jodido Keith Richards de la blogoesfera. Una cosa sí que he podido apreciar en mi vuelta, y es la baja presencia de comentarios, que no dejan de ser parte de la gracia, y una prueba fehaciente de que, sí, efectivamente, hay alguien al otro lado. En su lugar a menudo hay comentarios en Twitter o incluso en Facebook, que los agradezco, claro que sí, pero que no son lo mismo. Así que me gustaría cerrar agradeciendo a todos aquellos que en algún momento de la vida de NDK formaron parte de ello, con su lectura y sus comentarios. Gracias, Loren, DumDumBoy y Anxl (Los Secuestradores de Iones!!), Belén, Javi, Toi, Manurhill, Cris Carmona, Barón de la Birra, Karlam, Moebius, Agus, Wen, Yolanda (la chica de Madagascar!), Sammy Tylerose, Jim Garry, Blue Monday, Il Cavaliere, Aitor, Eric, Cristina, Kike, Chino, Padawan, Eric Waits… no están todos los que son pero sí son todos los que están.
¡Difundid la palabra! Siempre vuestro,
Kar