Archive for the 'festival de sitges' Category

30
Oct
13

la lista del mes: octubre – 10 Cosas que odio de los hipsters

Lo leía en un fantástico artículo de Óscar Broc, que no cito ni enlazo sencillamente porque soy incapaz de recordar dónde lo vi. Era en una de estas revistas online, pero amigos, ignoro el nombre. A mí me llegó por un link a Twitter. Para que veáis el nivel. Pero bueno, que me voy por las ramas. La sección se titulaba “Modernillos de Mierda” y el texto en cuestión relataba cómo era posible constatar que “lo hipster” había dejado de ser exclusivo para convertirse en una moda presta a ser absorbida por el vulgo. Lo cual podría interpretarse como una derrota de los hipsters en su versión más distintiva y sin embargo, es una derrota del resto de los mortales, porque aquello tan odioso ha sido convertido en pasto de las masas, decía Broc, siendo esas masas gente tan cercana a ti como tu prima, tu vecino o el panadero de tu calle.

Así, tras la lectura (y disfrute) de ese artículo, influenciable que es uno, me dispongo a desarrollar una lista que acabo de considerar el denominarla “10 Cosas que odio de los hipsters”. Sin orden jerárquico ni preferencial en especial, ahí van:

1.- Los tecnicismos: Hipster. Cool. Outfit… es que no tenemos suficientes palabras en el diccionario o simplemente usan esos términos, principalmente anglicismos, para hacer ver al mundo lo mucho que molan? Niñas pijas apasionadas de la moda, que sepáis que cada vez que decís (o twiteais) la palabra “outfit” un cachorrito de golden retriever muere aplastado por una bota Doc Marten’s.

2.- Los auriculares gigantes: Ya sabéis a lo que me refiero… esa gente que va por la calle como si fueran DJ’s, controladores aéreos o vivieran en 1986. De verdad, qué problema había con los auriculares pequeñitos que se metían en el oído y hacían que los bajos te reventaran el yunque, el martillo y no sé cuántos huesecillos más con nombre cachondo que tenemos en el tímpano. Pero claro, apenas se veían, y amigos, el buen hipster, quiere ser visto.

3.- Las barbas bíblicas: Ésta sí que es dura… chicos jovenzuelos, en la flor de su vida, dejándose barbas dignas de un patriarca semita. Cuando yo era un zagal y miraba fotos de mi familia, pensaba que quién podía ser tan cutre como para ir por la vida con barba. Para mí, cosas de crecer en los 80s, la barba era un reducto de profesores cabrones o de hippies y progres trasnochados que no habían pasado páginas del calendario desde el 31 de diciembre de 1979. Quién me iba a decir que de repente, esas barbas de mi profesor de quinto de EGB iban a ser lo más.

4.- Los gin-tonics: Os lo recuerdo, queridos hipsters… el gin-tonic era la bebida favorita de la reina madre de Inglaterra. Sí, resulta que la jodida vieja se cascaba un par de gintos con cada comida. Y bueno, como combinado, no está mal. Por donde no paso es por esa locura de que si la ginebra nosequé tiene un fondo afrutado que si la combinas con la tónica tal que se fabrica en un pueblo del norte de Noruega, y se sirve con pepino y pétalos de rosa, resulta que deja al néctar y ambrosía de los dioses del Olimpo en puro calimocho de Don Simón.

5.- Las bicicletas: El maldito Bicing de Barcelona… en serio, qué problema había con tomar el metro, el autobús, un taxi o (horreur!!!) conducir un coche? Es más, qué problema teníais con el concepto de “caminar”. Pues no. El buen moderno se desplaza en bici. Es más, en una bici con aspecto de ser una reliquia que usó Pancho en “Verano Azul”. Amigos, las bicicletas son para el verano, para irse a la montaña o para que los cincuentones quemen sus barrigas prominentes los domingos por la mañana, disfrazados de Alberto Contador. No vayáis a los sitios en bicicleta. Os lo piden los transeúntes, los conductores, los que compartirán el aire con vuestras axilas sudadas y os lo pido yo. De todo corazón.

6.- Lana Del Rey: Cómo odio a esta tía… de verdad, es algo irracional… su pelo que parece de maniquí de El Corte Inglés en los 80s… sus uñas pintadas… su cara recauchutada… esa voz que quiere parecer lánguida y en realidad es, simplemente, sosa… esas canciones horrorosas. Merecería una buena paliza por parte de las L7 o de Kim Deal. Y eso es todo lo que tengo que decir al respecto.

7.- Las gafas de pasta: Ya hablé largo y tendido aquí acerca de esa manía miserable de lucir unas gafas de pasta aunque no las necesites. O, al menos, no por razones, digamos, fisiológicas. Vamos, que ves bien. Se necesita ser tarado. Al paquete, sumaría el hecho de llevar gafas modelo Luis Aragonés cuando entrenaba al Atlético De Madrid, o peor todavía, esos individuos que llevan las gafas que hubiera lucido mi difunta abuela en 1976. Sí, va por ti, Òscar Dalmau.

8.- Los zombies: Bueno, esta me revienta especialmente. Nunca he sido un gran fan de las pelis de terror clásicas. No más que de otros tipos de géneros cinematográficos. Tampoco me ha interesado nunca la serie B. Ni la serie Z. Ni la serie… es igual, ya me entendéis. En definitiva, ¿qué tienen de interesante estos individuos putrefactos que se mueven a velocidad de tortuga? Uy, sí, qué miedo, que vienen los zombis. Espera, que me fumo un cigarrillo y luego ya, si eso, me pongo a correr. Por eso, iniciativas como la que se enmarca en el Festival de Sitges, creo que se llama Zombie Walk, me parece merecedora de todo mi odio. Por cierto, los zombies originales eran los afectados por la magia vudú haitiana. Que lo sepáis. Listillos.

9.- Instagram: Reconozco que como programa para aplicar, de un modo sencillísimo, filtros retro a las fotos tiradas con móvil, y así, de paso, hacerlas mínimamente presentables, Instagram está muy bien. Lo que me revientan son esas personas que lo fotografían TODO y luego lo suben a su cuenta de instagram para que todo el mundo veamos que tienen la sensibilidad suficiente como para captar la sutilidad de una lata de cerveza aplastada en la acera. Eso sí, con un filtro Nashville.

10.- Las apps: Ya el nombrecito me parece repelente, y me lleva directamente al punto #1, lo cual no deja de ser un cierre circular bastante bonito para esta entrada. “Me he bajado una app que hace…”. Cada vez que alguien comienza una frase de ese modo, me dan ganas de salir corriendo. Que sí, que algunas son muy útiles. Otras no son más que una pérdida de tiempo. Parece que de repente, todo en este mundo puede estar gestionado a través de un programita escrito en Java. Las peores son esas que sirven para compartir los sitios en los que has estado, los restaurantes en los que has comido, los bares a los que has ido… supongo que George Orwell se refería a esto…

 

Canciones:

Band Of Horses: “The Funeral”

The Cult: “Real Grrrl”

Mr. Big: “To Be With You”

26
Dic
06

IJ 4 sXXI

Leía el sábado pasado que la cuarta entrega de la saga Indiana Jones estaba en vía muerta (o así lo calificó el periodista). Al parecer, se preveía un inicio del rodaje en breve para tenerla lista en 2008, sin embargo todo indica a que el tema se ha paralizado, ya que George Lucas no tiene gran interés en él.

Lo de esta cuarta parte de las aventuras de Indiana Jones es una historia que llevo muchos años escuchándola. Al leer ese artículo, recordé un programa de radio que hacía el crítico de cine (y ex-director del Festival de Sitges) Àlex Gorina, y que escuchaba hace la friolera de once o doce años, en la que ya se hablaba de esta película. Por aquél entonces ya habían algunos elementos definidos, como la aparición de Sean Cornery como Henry Jones sr., ya que su papel en Indiana Jones y La Última Cruzada le había situado como miembro de pleno derecho de la saga. Entonces se hablaba de la aparicón en escena de un posible hermano tarambana de Indy, papel que se le otorgaría a Kevin Costner (!!!).

En fin, muchos años después todo siguen siendo conjeturas, aunque no es el primer caso de película para la que se escriben decenas de guiones, se habla de diferentes protagonistas, de distintos directores, etc. Un ejemplo más reciente lo tenemos en Superman (para la que se barajaban nombres como Nicholas Cage o Tim Burton). En fin, por lo que parece, queda claro que George Lucas produciría y Spielberg dirigiría, y que Harrison Ford, viejuno o no, sería Indiana. Últimos rumores hablan de una hija de Indy encarnada por Natalie Portman, una aparición en escena de las mujeres de la vida de nuestro héroe, como Marion, la del Arca Perdida, y alguna cosa más, como que estaría rodada directamente en vídeo digital, cosas de la megalomanía tecnológica de George Lucas.


Un cartel así ya te hacía presagiar una gran película

Y es que Indiana Jones es un mito, el héroe definitivo de los 80’s. Yo viví el estreno, en el 89, de la tercera parte como un verdadero acontecimiento. Por edad, no pude ver los estrenos de las dos primeras (81 y 84) ya que no llegaba a los 5 años cuando se pudo ver en la gran pantalla el corazón palpitante que el brujo Molarran arrancaba del pecho de ese pobre infeliz en el Templo Maldito, una de las secuencias definitivas del cine de acción. Pero sí pude verlas varias veces en vídeo. Y decía que Indy era el héroe definitivo, porque tenía clase, ironía, se llevaba siempre a la chica, tenía huevos, pero además era un erudito en lenguas e historia. En la época de Rambo y Rocky, Indy era el puto amo.

En fin, que tengo ganas de ver esa cuarta parte. Ganas y miedo, claro. A veces hay cosas que es mejor no tocar, y no me gustaría ver un cartel de cine con un título como el que ilustra la entrada, ni sentir la decepción que sintieron los fans de Star Wars cuando George Lucas, un tipo que pasó de ser director a ser el marketing manager más exitoso de su empresa, decidió retomar la saga. No sé.

Canciones:

Bruce Springsteen: «Pay me my money down»
Andrés Calamaro: «Veneno»
Morcheeba: «Big Calm»




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