Archive for the 'internet' Category

22
Mar
17

Los momentos más vergonzosos

Me asomo a este páramo yermo en el que se ha convertido mi blog. Sí, es cierto lo que se dice, que de vez en cuando, y si uno presta atención, puede escuchar aquí el ulular del viento de las grandes planicies y se ven deambular las plantas rodadoras del oeste. Como amo y señor feudal de este ciber-tinglado, poco tengo que alegar en mi defensa acerca de la progresiva desertización del mismo. Culpable, señoría. Sí, yo ordené el código rojo.

Mi conducta errática me llevó a desaparecer del mapa durante bastante tiempo, un año y un mes, para vosotros, esclavos de los ideales del papa Gregorio XIII y su maldito calendario. Y es esa misma conducta tarambana la que me lleva a volver. Al menos de momento. Al menos hoy.

Ignoro, en realidad, qué me lleva de nuevo frente al teclado. Esta memoria escrita, aunque tiene más de impostura que de verdad, resulta ser no tan feliz como rezan los programas de María Teresa Campos. Releyendo algunos de los primeros textos me he encontrado conmigo cuando tenía veintitantos. Aún con esa edad, soñaba cómo iba a ser mi vida, y ahora, al leerme, once años más tarde, me doy cuenta de que no ha sido así. No he vendido 200.000 discos, tampoco he cerrado el festival de Reading, no soy un escritor de best sellers, y ni tan siquiera he logrado acabar mi tan cacareada gran novela, soy más viejo, me emocionan poco los proyectos colectivos, hay gente que estuvo ahí y ahora ya no está. Lo normal, claro, pero visto así, resulta abrupto. La realidad vuelve a defecar en mis sueños, como es su costumbre.

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Estado mental (by @carloskarmolina)

No puedo dejar de confesarme hijo de las teleseries americanas, de distintos pelajes, que forman parte de mi educación cultural (pop). De modo que quisiera, a modo de homenaje, y para disimular mi condición más bien perezosa, me dedicaré a hacer un episodio de refritos, como esos que de tanto en tanto nos calzaban en Los Simpson, trufando el capítulo de los mejores momentos de la temporada. Solo que en lugar de destacar los mejores momentos de NDK, me voy a dedicar los momentos vergonzosos de NDK. Algunos, de los muchos. Los que recuerdo.

Por esta página ha habido de todo, y que levante la mano si nadie se arrepiente de cosas que dijo durante los últimos once años. Con la diferencia de que yo no las dije, las escribí y las dejé aquí para la posteridad. Con dos cojones.

En el año 2007 me las daba de enterado, como ahora, pero diez años más jóvenes, y había convertido este blog en una suerte de fanzine musical. Durante una serie de entradas me dio por redactar un dossier acerca de los retornos de bandas de rock, y al hablar de Blondie, se me ocurrió decir algo así:

Disco: No Exit (1999), The Curse Of Blondie (2004)

Lo Mejor: Poquita cosa, la verdad.

Lo Peor: Lo viejuna que está Debbie Harry. Un tema como “Maria”: odioso.

Es decir, mi yo de 27 años tenía los huevazos de criticar a una mujer tan divina como Debbie Harry porque había envejecido y porque con los 62 años que tenía entonces ya no era el bellezón que fue en la época grande de su grupo Blondie. Sólo soy capaz de alegar en mi defensa mi edad, y mi estupidez, y una serie de argumentos patéticos más. Sigo pensando, no obstante, que “Maria” de Blondie, es un horror de canción. Por lo demás, pueden leer más sobre este (y otros) sinsentidos aquí.

Y es que uno se viene arriba en estas páginas y es capaz de soltar comentarios poco respetuosos y menos graciosos todavía como el siguiente, por no hablar de un cierto tufillo homofóbico:

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¿En qué estaba pensando? Es cierto que ese vídeo da vergüenza ajena y sin embargo esa clase de chiste de mariquitas de película de Mariano Ozores está de más, y dirigiéndome nada menos que a un David Bowie que tenía en su roña ombliguera más glamour y carisma del que jamás tendré yo. Si quieren saber a qué venía ese ataque gratuito, sólo tienen que hacer click aquí.

No sólo me contentaba con hacer mofa de una señora estupenda por hacerse vieja y con hacer chascarrillos baratos, sino que también hacía gala de mi ignorancia, como en este texto, hablando de Nile Rodgers:

Bueno, me parece que no se pueden soltar más tópicos en cuatro líneas. Y encima tiene los huevos de comentar que lo hizo porque su amigo y productor, el tal Nile Rodgers, se quería repasar a Martha.

Efectivamente, aquí despacho la figura de un tótem de la música como Nile Rodgers con este desdén, olvidando la carrera de Chic, la producción de discos épicos como el “Let’s Dance” de Bowie (sí, él otra vez) o su reciente pero también interesante colaboración con Daft Punk. Sencillamente, no tenía ni puñetera idea de quién era Rodgers.

¿Quieren saber qué amigo de Nile Rodgers protagonizaba esas líneas, o quién era la tal Martha? Pues lo tienen fácil, pinchando en este enlace.

Y aunque pudiera parecer que todo esto son pecadillos de juventud, textos de un fulano que no ha cambiado aún el prefijo del 2 al 3 y que he madurado con dignidad, yo no estaría tan seguro. En dos entradas consecutivas me contradecía con esta memez:

3.- Las barbas bíblicas: Ésta sí que es dura… chicos jovenzuelos, en la flor de su vida, dejándose barbas dignas de un patriarca semita. Cuando yo era un zagal y miraba fotos de mi familia, pensaba que quién podía ser tan cutre como para ir por la vida con barba. Para mí, cosas de crecer en los 80s, la barba era un reducto de profesores cabrones o de hippies y progres trasnochados que no habían pasado páginas del calendario desde el 31 de diciembre de 1979. Quién me iba a decir que de repente, esas barbas de mi profesor de quinto de EGB iban a ser lo más.

Y

2.- Las barbas: De acuerdo. Ayer rajaba de las barbas. Pero no olvidemos una cosa, añadía un adjetivo: bíblicas. Si algo nos han traído los años que llevamos de década es que ya no hace falta afeitarse. Reconozco que yo también he sucumbido. Eso sí, hombres de dios, el cuello, siempre rasurado, no me sean cerdos. Y si tienen una mejilla muy poblada, pues también. Por lo demás, una barba de cuatro, cinco o seis días, suele quedar bien y además, te ahorran del engorro del afeitado diario. Pero ojo, que al séptimo día la cosa comienza a ser más propia de miembro de Al Qaeda (hola Obama! Hola, CIA!). Y eso, pues no.

Os cuento todo esto mientras meso mis barbas y orgulloso de mi vello facial, a veces más hirsuto que digno, no lo negaré, pienso que el refranero castellano es un hijoputa de cuidado y aquello de “por la boca muere el pez” es una verdad que sólo mi condición de humano, aunque a veces un merluzo de cuidado, me libra de los anzuelos que una y otra vez me empeño en morder. Lean, lean, por aquí y también por aquí.

Después de haber vomitado estas deshonrosas Notas De Kar me siento en paz conmigo mismo, como una suerte de mindfulness de baratijo para ahorrarme las sesiones de psicoanalista. Como el T-800, he vuelto. Como Siddharta, estoy limpio. Preparado para la acción.

Canciones:

Althea & Donna: “Uptown Top Ranking”

Spiritualized: “Ladies and gentlemen we’re floating in space…”

Los Antideslizantes: “Aromas Ilicitanos”

25
Feb
16

De premios Oscar, películas antiguas, cuadernos garabateados y Leonardo Di Caprio

Ahora que todo el mundo espera que Leonardo Di Caprio gane su ansiado Oscar y medio mundo suspire un por fin quizás demasiado forzado, tal vez el tema que nos ocupa venga un poco más a cuenta. Hubo un tiempo, finales de los 90s y primeros de los 00s (década que me resulta francamente difícil de nombrar), en que había un sector que odiaba a DiCaprio. Eran los auténticos, esos que repartían lecciones de integridad y que la tomaron con el actor por su participación en la horrorosa “Titanic” y su automática conversión en poster para adolescentes (¿alguien dijo Popular 1?). Y todavía quedan bastantes de esos. Pues no, señores. Igual soy poco auténtico, igual soy demasiado mainstream, pero considero que Leonardo DiCaprio no es sólo un gran actor sino que además ha tenido la capacidad de escoger muy bien sus proyectos, dando pocos, muy pocos pasos en falso desde que se hundió en aquél barco. Cosa que no se puede decir de, por ejemplo, Johnny Depp, y créanme que lo digo con pena: el que suscribe era fan de Depp y ha ido viendo como su estrella se iba apagando, a base de encadenar mierda tras mierda y rodar sus películas con el piloto automático puesto, muy lejos de lo que había llegado a ser.

Pero antes de ser el eterno oscarizable, incluso antes de ser la víctima del naufragio más largo del celuloide, Leonardo Di Caprio protagonizó una película que tiene un gran significado para mí. Ya hablé de ella por aquí, pero fue hace muchos años, y no me importa volver a hacerlo, incluso no me importa repetirme. Me refiero a “Diario De Un Rebelde”, película de 1996 basada en la novela autobiográfica del poeta Jim Carrol, y auspiciada por él mismo, quien llega incluso a realizar un cameo.

Comenzando por el título, ya vamos mal. El original en inglés es “The Basketball Diaries”, lo cual tiene mucho más sentido, si nos atenemos al argumento. Y para continuar, puedo decir que es una basura de película, que pasea a trompicones por demasiados lugares comunes y tiene algunos buenos momentos, qué duda cabe, pero en general, muy mal resuelta. Afortunadamente dura apenas 90 minutos, lo que es de agradecer, y no me refiero exclusivamente a esta película. Ignoro qué lleva a los cineastas actuales a requerir de dos horas y cuarto para contar cualquier idiotez de historia. Lo he dicho en otras ocasiones, pero como la frase es mía y me gusta, no puedo evitar repetirla: si una película necesita más de 120 minutos, o es una obra de arte o está mal rodada (o montada, o guionizada).

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Mi vida era así hasta que comencé a exponer mis miserias en Internet (by @carloskarmolina)

La historia es más o menos tópica, ambientada en la Nueva York de los 70s, Jim es un muchacho de barrio humilde amante del baloncesto y que suele, constantemente, garabatear cuadernos. Poco a poco, y como suele ocurrir en estos casos, comienza a darle al alpiste y cuando se da cuenta, es ya un yonqui de cuidado, que si la peli estuviera rodada en mi barrio, llevaría un chándal y pediría 20 duros para el autobús. Al final, claro, se acaba rehabilitando, Musiquita final, plano de un texto explicando qué fue del bueno de Jimmy y the end. La banda sonora está bastante bien, muy rockera, qué menos viniendo de un poeta (y músico) que formó parte del movimiento punk de Nueva York, coetáneo de Patty Smith, Johnny Thunders o The Ramones. Y como curiosidad, aparecen en pantalla 3 futuros Los Soprano: Lorraine Bracco (Dra. Melphi), Michael Imperioli (Chris Montisalti) y Vincent Pastore (Pussy Bonpensiero). Ah, y las Gemelas de Sweet Valley, los que hayan sido adolescentes en los 90s lo recordarán. La nota negativa es tener que soportar a ese desastre de actor que es Mark Walhberg durante casi todo el metraje.

Por si fuera poco, hay una secuencia que marca un hito en la cultura popular más reciente. Se trata de la escena onírica en la que Jim irrumpe, vestido de negro con un abrigo de cuero y con una recortada en mano, en el aula del su instituto. Sin mediar palabra, comienza a disparar contra los compañeros cabrones de clase y se dirige también al profesor. Dura menos de dos minutos, pero seguro que os suena… ¿aún no? ¿Y si os digo la palabra Columbine? Efectivamente, esos tarados de Columbine parece ser que se tomaron aquella secuencia demasiado en serio. Podemos echarle la culpa a la película, a Marilyn Manson o al boogie. Eso es lo fácil. Pero no.

Dicho todo esto, ¿queréis saber por qué es importante para mí “Diario de un Rebelde”? Pues porque es la responsable de que estéis leyendo estas líneas. Vi esta película con 16 años, y me encantó. Mis criterios eran cuanto menos particulares, pero estaremos de acuerdo en que para un chavalín podía ser relativamente fácil identificarse. Porque a mí también me gustaba escribir. Así que decidí hacerlo más en serio, y comencé a garabatear, yo también, cuadernos, tal y como hacía el personaje de Di Caprio en la película. Y lo hice durante años, de modo que no puedo sino estar agradecido al resorte que significó para mí. De ahí a exponer mis miserias en este blog de ciber exhibicionismo sólo hubo un paso, el puramente tecnológico. Los cuadernos siguen guardados, claro.

 

Canciones:

Alex Cooper: «El Asiento de Atrás»

David Bowie: “And I say to myself”

The Dahlmanns: “Girl Band”

04
Sep
15

Correos cruzados

Espero no haber decepcionado al sector más cerdete de lectores de NDK, ya que nada tiene que ver esta entrada con eyaculaciones, orgasmos ni parafilias. Pues resulta que he descubierto un bug en Gmail. O eso quiero creer. Os cuento: desde hace varios meses, recibo e-mails dirigidos a una persona que no soy yo. Parecen ser e-mails de una escuela o universidad de algún país latinoamericano. Al principio les contestaba explicando que yo no era la persona que querían escribir, soy un tipo muy amable, en realidad. La cosa se puso más graciosa cuando quien me escribía era no ya esa escuela sino una empresa reclamando una deuda de más de 200.000 pesos, bolívares, soles o lo que sea. En los países americanos habitualmente utilizan el símbolo que asociamos al dólar americano ($) para referirse también a la moneda local. También les contesté, indicándoles que con esa descoordinación a la hora de tomar datos, no me extraña que tengan problemas de cobro. Obviamente, ni mi amabilidad ni mi sorna obtuvieron respuesta ni reacción alguna. Vivimos en un mundo cruel y ajeno a los sentimientos.

Batman! (by @carloskarmolina)

Batman! (by @carloskarmolina)

Pero me he dado cuenta de que no es que la escuela en cuestión, o el cobrador del frac versión cono sur, en su defecto, tengan la dirección de correo errónea y por eso sus mensajes me llegan a mí, pobre mortal, que ni me va ni me viene. No. La cosa va más o menos de este modo. Supongamos que yo me llamo Max Power Guy. Y que mi correo electrónico es mpowerg@gmail.com … algo normal, ¿cierto? Pues bien, supongamos ahora que en Latinoamérica hay un fulano llamado Martín Power Giménez, y que su correo electrónico es m.powerg@gmail.com … queda claro el matiz del punto, supongo. Pues resulta que si envías un e-mail a m.powerg@gmail.com , yo lo recibo en mi buzón de correo, accediendo como mpowerg@gmail.com … He hecho la prueba hoy mismo, desde mi dirección de correo de trabajo he escrito un mensaje a m.powerg@gmail.com y lo he recibido en mi inbox habitual mpowerg@gmail.com … curioso… y un punto inquietante, la verdad. Por supuesto, podría ser peor, parece un pobre diablo que no paga a su centro de estudios, pero podría ser un yihadista y tener a la C.I.A. (hello, guys!) espiándome. Y por otra parte, si yo recibo sus correos, ¿acaso él recibe los míos? ¿Tal vez sea un alter-ego? ¿Tal vez sea mi Bruce Wayne? ¿mi Clark Kent?

Si alguien puede aportar algo de luz a todo esto, se lo agradeceré…

Canciones:

David Bowie: “Strangers when we meet”

Royal Headache: “Another World”

Surfin’ Bichos: “Fuerte!”

28
Jul
15

Aniversario

Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar. Así comenzaba la primera entrada que tuvo NDK. La frase no es mía, sino del director Óscar Aibar. En realidad llego unas semanas tarde, pero resulta que esta entrada no es una entrada cualquiera. Y no lo es porque esta entrada es la que conmemora el décimo aniversario de NDK. Llego unas semanas tarde porque la fecha en concreto para la celebración debería haber sido el 2 de julio. ¿Qué más da? La cuestión es que son diez añazos los que cumplo, cosa que pocos blogs, al menos que yo conozca, pueden decir, y sí, la frecuencia de publicación ha sido irregular en los últimos dos o tres años, e incluso reconozco que me planteé el matar a NDK hace un tiempo. Y sin embargo, llamémosle síndrome de Estocolmo, por aquí ando. De nuevo. Y me alegro de ello.

La cosa comenzó cuando los blogs, o bitácoras, como todavía se llamaban entonces, comenzaron a ponerse de moda. Por no haber, no había ni Facebook. Zuckerberg había fundado la empresa en 2004 pero todavía tardaría unos tres años en extenderse. Twitter era ciencia ficción y bueno, no me las voy a dar de moderno, no entré en esto de los blogs hasta que no leí al respecto en “El País de las Tentaciones” o algo por el estilo. Claro que yo llevaba otros diez años escribiendo cuadernos y diarios, así que no era nada especialmente nuevo para mí, si bien de la privacidad e intimidad de mis cuadernos, pasaba a una etapa de exhibicionismo puro. Porque no nos engañemos, quien escribe un blog es porque tiene esa necesidad exhibicionista y narcisista: los bloggeros queremos que nos lean.

Considero que fue precisamente la popularización de las redes sociales lo que acabó con la popularidad de los blogs. No es que ya no haya, pero desde luego, no tantos. Medio mundo parece preferir expresar opiniones en los muros de Facebook, o lo que es peor, comprimirlas en los 140 caracteres de Twitter, mi red social favorita, aunque no es comparable a tener un blog. Complementaria, supongo. En fin, blogs y foros murieron a manos de esos patios de vecinas virtuales, esas cyber-barras de bar chusquero que son las dichosas redes sociales.

In the shadows

In the shadows

“Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar”. Y qué razón tenía Óscar Aibar en ello. Echo la vista atrás y no puedo sino suscribir letra por letra la veracidad de esa sentencia. NDK soy más yo mismo que una mera proyección. Y al final, mis filias y fobias acaban siendo más o menos las mismas: el rock and roll, las películas, la mitomanía, los viajes… Y pasado tanto tiempo, os puedo reconocer que hace mucho que no me gusta el nombre de “Notas de Kar” y casi prefiero el uso de NDK. Tampoco es cuestión de mortificarse. Esto de los nombres, a veces te pilla a contrapié. Has de firmar algo, aunque sea un triste nick para un foro o para un chat. Y usas la primera tontería que se te pasa por la cabeza, sin darle mayor importancia. Sin considerar si volverás a usar esa web. Pero luego resulta que sí, que la sigues usando, y que ya es tarde para cambiar de nombre, y bueno, bonito o feo, te quedas con el que usaste, para mantener tu personalidad. O tu cyberpersonalidad. Os lo dice un tipo que lleva años firmando como KAR. En fin…

Estoy de vuelta, eso ya lo dije, aunque hiciera varias semanas que no publicaba. Y de momento, para quedarme, porque me gusta la sensación de ser un superviviente, un viejo rockero, el jodido Keith Richards de la blogoesfera. Una cosa sí que he podido apreciar en mi vuelta, y es la baja presencia de comentarios, que no dejan de ser parte de la gracia, y una prueba fehaciente de que, sí, efectivamente, hay alguien al otro lado. En su lugar a menudo hay comentarios en Twitter o incluso en Facebook, que los agradezco, claro que sí, pero que no son lo mismo. Así que me gustaría cerrar agradeciendo a todos aquellos que en algún momento de la vida de NDK formaron parte de ello, con su lectura y sus comentarios. Gracias, Loren, DumDumBoy y Anxl (Los Secuestradores de Iones!!), Belén, Javi, Toi, Manurhill, Cris Carmona, Barón de la Birra, Karlam, Moebius, Agus, Wen, Yolanda (la chica de Madagascar!), Sammy Tylerose, Jim Garry, Blue Monday, Il Cavaliere, Aitor, Eric, Cristina, Kike, Chino, Padawan, Eric Waits… no están todos los que son pero sí son todos los que están.

¡Difundid la palabra! Siempre vuestro,

Kar

23
Sep
13

DISCOS 7 PULGADAS – RELOADED

Por si alguien no lo sabía, yo tenía antes un alojamiento de Blogspot para este, vuestro blog favorito. Luego, se hizo mayor, y me monté el chiringuito por mi cuenta, este www.notasdekar.com aunque el sitio de blogspot sigue abierto. Más que nada porque nunca me he preocupado en cerrarlo. Y es que, amigos, mi blog es ya un vejestorio de la blogosfera, desde julio de 2005. Cuidado.

El logo tenía su gracia...

El logo tenía su gracia…

El caso es que de vez en cuando lo reviso, ya que todavía hay gente que comenta. Porque amigos, mi blog es ya un vejestorio de la blogosfera, desde julio de 2005. Cuidado. En esta ocasión había un par de sorpresas. La primera venía de otro comentario en la que podríamos calificar como mi entrada más popular, la dedicada al Señor Lobo, demostrando que a la parroquia de NDK le va más el rollo nostálgico que a un tonto un yo-yo. Lo interesante del asunto es que era alguien que me recordaba el Pop Festival de Badalona de… 1995!!! ¿Lo recordáis? Era de los primeros tinglados “alternativos” más o menos grandes, tocaron Paul Weller, Sonic Youth, Yo La Tengo o Beck, y unos Australian Blonde que eran, por entonces, la gran esperanza blanca del indie hispánico. Yo quería ir, y como siempre, no fui. Era muy pipiolo, mis amigos no estaban por la labor, y bueno, me lo perdí. Con la perspectiva del tiempo, no ver a los dichosos Australian Blonde o a Beck no me parece una tragedia. Pero en aquél momento, me hubiera gustado,  más por el ambiente de festival que por el cartel.

Cartel del Pop Festival de Badalona 1995 (la imagen es de http://xavigorro.blogspot.ch/2013/01/afraid-to-speak-in-public.html)

Cartel del Pop Festival de Badalona 1995 (la imagen es de http://xavigorro.blogspot.com)

Había, sin embargo, un segundo comentario en otra entrada, que me ha parecido mucho más entrañable. Resulta que hace unos años escribí una entrada sobre la mítica tienda de discos de Barcelona Discos 7 Pulgadas, ya desaparecida. Sí, haciendo click en el nombre, accedéis al texto. De nada. Pues bien, resulta que hace unas semanas me escribió un comentario el que había sido dueño de la tienda:

Hola!!! 
Un amigo acaba de enviarme este enlace. Soy el propietario de lo que fue 7 Pulgadas. Gracias primero por el pequeño homenaje.
Y añadir una explicación: las muescas de los CD’S se hacían en origen. Eran discos descatalogados y las compañías discográficas les hacían esas marcas al venderlos a bajo precio. Más que nada para evitar impuestos a pagar. Esos discos recibían en origen otro tratamiento fiscal. Nosotros acabábamos pagando los mismos impuestos, pero los fabricantes no.
En fin, espero haber aclarado el asunto.
Hasta otra

Qué queréis que os diga… lo bueno de escribir en Internet es precisamente esto… quiero decir, me encanta saber que alguien lee estas líneas. Y me gusta interactuar con mis lectores, y recibir vuestros comentarios. Pero además, esta sensación de “el mundo es un pañuelo” que proporciona la red hace que los otros muchos inconvenientes que tiene (SPAM, trolls, idiotas sueltos, …) se queden diluidos.

Canciones:

Gram Parsons: “In My Hours Of Darkness”

The Answer: “Pride”

QOTSA: “Kalopsia”

29
Ago
13

All my friends and lovers

¿Sabéis cuando, de repente, y sin saber muy bien por qué, una canción os pasa por la cabeza? Y no, no me refiero a que escuchéis, por casualidad, un tema que no recordábais, porque alguien lo ha pinchado, o porque ha sonado en una película o en un spot publicitario. No, me refiero a esas veces que efectivamente, esa canción, inesperadamente, se aposenta en tu mente, sin haberte rondado antes. Sin ninguna razón aparente. Simplemente, llega.

¿No os pasa? A mí me ocurre a menudo. Lo curioso es que me suele ocurrir con trozos de canciones, estribillos, puentes, un par de versos. Lo cual hace más difícil su identificación. Menuda rabia da ir canturreando un cachito de canción y haciendo un esfuerzo mental de identificar título o intérprete.

Hoy me ha ocurrido. Andaba yo canturreando eso de “all my friends and lovers…” y luego continuaba con tres o cuatro versos más que no recordaba, pero sí su melodía. Nada que un na-na-ná no resuelva. Afortunadamente, también recordaba al grupo, en este caso, eran los Counting Crows. De modo que, ventajas de las tecnologías, sólo he tenido que hacer una búsqueda en Google para salir de esa tremenda duda que no me dejaba continuar con mis quehaceres diarios. “counting crows lyrics all my friends and lovers”. Eso es todo lo que he tenido que escribir. Y la magia del Internet ha hecho el resto.

Automáticamente, ya tenía el corte identificado, “All My Friends”, que pertenece al disco “This Desert Life”, tercero de los Crows y que supuso un bajón cualitativo, si bien reconozco que hace años que ni lo escucho. Que en su momento, me gustaban mucho los Counting Crows. Mucho. Pero es inevitable reconocer que perdieron su, y me perdonaréis la cursilada, magia. Siguen sacando discos, y ninguno de ellos es un mal trabajo. Nada que ver, sin embargo, con aquellos dos primeros LPs que me alucinaron.

Canciones:

George Thorogood  & The Destroyers: «Bad To The Bone»

Tom Petty & The Heartbreakers: «The Waiting»

Johnny Burnette: «Train kept a rollin'»

14
Jul
13

Retorno y cumpleaños…

¿Por dónde empezar, después de tanto tiempo ausente por aquí? Buenas razones he tenido para tener todo esto parado, créanme. En todo caso, bueno, aquí estoy, y nadie dijo que iba a ser fácil… No negaré que me había llegado a plantear el echar el cierre. Tanto, que incluso se me ha pasado la fecha del 8º aniversario del blog. Sí, ocho años, y puedo decir que pocas cosas en mi vida han sido tan longevas. Por poner un ejemplo absurdo, y todo lo significativo que uno quiera, pero ningún trabajo me ha durado tanto como estos ocho años. Y precisamente es esta longevidad la que ha hecho que no quiera desprenderme de ello, a pesar de pasar varias temporadas de travesías en el desierto y con la casa manga por hombro. En realidad, mi blog soy yo, más de lo que a mí mismo me gusta reconocer. Así que una vez más, de vuelta. No sé por cuánto tiempo, no sé hasta cuando. Pero de vuelta. Y a partir de mañana, tendremos nuevas Notas De Kar.

Desde Julio de 2005... ha llovido...

Desde Julio de 2005… ha llovido… esto se podía leer en la anterior imagen de NDK, la que estaba alojada en Blogspot

A los que me leen, gracias. A los que me leen y comentan, muchas gracias. Y a los que me leían, y han tenido la paciencia de esperar que me sentara de nuevo al teclado y están otra vez ahí, al otro lado del Internet, muchas, muchas, muchas gracias. Paz, amor y holocausto nuclear. Siempre vuestro,

Kar

Canciones

The Beatles: “Birthday”

The Crests: “Sixteen Candles”

Los Planetas: “Cumpleaños Total”

04
Abr
13

The Huey Show!!!

El otro día hablaba del programa de radio “Viva Las Vegas”, y pensé que ya nunca escucho música en la radio. Tan sólo dos excepciones, la mencionada de “Viva Las Vegas”, y también  “The Huey Show”, que conduce Huey Morgan, cantante de mis adorados Fun Lovin’ Criminals, para la BBC6. Ambos programas no los escucho en un aparato de radio, sino vía podcast. Cosas de los tiempos modernos y sus comodidades.

Es una lástima que la radio musical actual sea tan chunga. No dudo, seguro, que haya programas en algunas emisoras de corte menos generalista, que valgan la pena, el espectro es amplio y ahora, vía podcast, no existen las limitaciones geográficas de la FM. Cualquier sugerencia será bienvenida. No negaré, sin embargo, que echo de menos poder encender la radio en el coche y dejar que alguien pinche música por mí. Música que valga la pena, claro. Hace unos años todavía escuchaba algo de Radio3, “El Bulevar” y “Sateli3”, principalmente, pero hace ya bastante que no lo hago.

Para mi gusto, lo bueno de la radio musical no es escuchar lo que ya conozco, lo que ya escucho, lo que podría tener en mi iPhone almacenado, sino escuchar cosas nuevas, canciones que no conozco, músicos a los que probablemente, a priori, no me acercaría. Tener a alguien, ya digo, haciendo una selección musical.

Huey Morgan is in tha House...

Huey Morgan is in tha House…

Pues bien, Huey Morgan demuestra su buen hacer al respecto en su programa, que se emite cada domingo de 14h a 16h, hora española. Aunque tiene un invitado cada semana, no es un show de entrevistas, sino que se dedica a pinchar canciones… canciones enteras, como debe ser, de todo tipo y pelaje. Ya sé que es un tópico, y os reconoceré una cosa, a mí, la gente que afirma que “escucha de todo” o que “le gusta todo tipo de música”, me da repelús… porque en general, no acaban la frase, en realidad esa afirmación continúa con “que emiten en Los 40 Principales”.

En el caso de Huey Morgan, si escucháis los discos de su banda, podréis imaginar que la amalgama de sonoridades que influencian al trío de NYC, están presentes en su programa de radio: rock, soul, funk, hip-hop, jazz latino, blues, swing… Sin complejos, Morgan puede pinchar a Big Star, seguir con Foo Fighters, continuar con N.E.R.D. para poner a Louis Prima a continuación. Y así, durante dos horas. Claro, no todo lo que pincha me gusta, faltaría más, pero el porcentaje de canciones que me atraen y, especialmente, el porcentaje de canciones que desconocía y que resultan gustarme, es bastante amplio. Todo ello aderezado con sus comentarios, con su charla socarrona y chulesca, y con ese estilo de un Fun Lovin’ Criminal.

Sólo un par de pegas. La primera, no se puede descargar como podcast, sino que se puede escuchar online en la web de BB6 durante la semana posterior a su emisión, aunque está indicada la lista de los temas, el intérprete y el disco que lo contiene, lo cual resulta francamente útil. La segunda pega es que, por alguna razón, ese sitio web no funciona bien con el navegador Safari, por lo que no lo puedo escuchar con iPhone o iPad. No puede ser todo perfecto.

 

Canciones:

Liquido: «Narcotic»

Soundgarden: «I wanna be king»

Tom Petty & The Heartbreakers: «The last DJ»

16
Mar
13

jitazos fugaces. hoy … the connells

Volvemos con uno de esos jitazos fugaces de los 90s, básicamente porque fue esa la época en la que estaba más atento a lo que programaban las radios, o esa clase de shows de televisión que son hoy en día una rareza, o un resto de la época paleolítica: los programas de videoclips. ¿Recordáis? Antes había bastantes, amén de las clásicas MTV y VH1, para consumo exclusivo de aquellos suertudos que tenían televisión por satélite. Los demás nos conformábamos con seguir “Los 40 en Canal +”, “Sputnik”, “Clip Clap Video” o aquel fugaz “MTV España” que emitió una temporada Antena 3. Había más, pero no recuerdo los nombres. Y a ellos le podíamos sumar los programas que emitían playbacks de bandas que pasaban por el país para hacer promoción (“Zona Franca”, “Música Sí”, …). Lamentables, pero amigos, era una época sin internet, por lo que se convertía en la única manera de ver imágenes de tus grupos favoritos, y de los que no lo eran, sin tener que pasar por caja y comprar los VHS que se vendían en aquello que conocimos como tiendas de discos.

No se trata de una nostalgia hacia esa época, en realidad, hoy en día podemos acceder a cualquier tipo de música de una manera francamente increíble. Y no, no hablo de las descargas ilegales. Yo mismo, antes de escribir este texto, he buscado y revisado el videoclip del jitazo fugaz al que nos referimos hoy. Sin tener que esperar a que sea la hora del programa de videoclips, sin tener que esperar que les dé por emitir la canción en cuestión. No es eso. Y sin embargo, lo positivo de esos maravillosos 90s es que el rock se puso de moda, con lo que bandas que hoy en día apenas saldrían del circuito de bares, podían contar con sus 15 minutos de fama, y nosotros, chavalería inocente y ávida de nuevas sensaciones, podíamos disfrutarlos. Sí, claro que hoy en día tenemos una oferta ingente, pero me da la sensación de que es un poco para iniciados. Yo puedo encontrar un concierto en vídeo de The Shazam, pero jamás se me habría ocurrido buscar ese grupo si hace unos años no hubiera dado, casi por casualidad, y a través de una tele generalista, con un videoclip de Weezer. Y así.

De modo que quién les iba a decir a nuestros protagonistas del día, The Connells, que tras 9 años y cinco discos a sus espaldas, iban a tener su momento de fama al otro lado del charco, en la vieja Europa, con el jitazo “’74-‘75”. Era el año 1993. Sí, The Connells eran un grupo que comenzó en los 80s, englobados en lo que se dio en llamar nuevo rock americano, que aupaban las radios universitarias y que tenían sus popes en R.E.M., Violent Femmes, Long Riders o Green On Red. Curiosamente no fue a través de una banda sonora para una película, o al ser elegida como sintonía de un spot publicitario, como había ocurrido en otras ocasiones, como llegaron a ese pequeño éxito. Simplemente, sucedió.

Les favoreció, eso sí, un reconocible videoclip que tiraba de la nostalgia del instituto, con fotos de esa época y de sus protagonistas, 20 años más tarde. En definitiva, una versión primigenia de lo que conllevaría la aparición de Facebook y esas reuniones de colegios, institutos o grupos de universidad, cuando todos estaban más calvos y todas estaban más gordas, y todos y todas trataban de certificar sí quien les hacía tilín en esa época todavía tendría un paseo.

Y debo decir que la canción está muy bien. Esa acústica casi céltica mantiene el tono nostálgico de la canción, y el estribillo, sencillísimo, se te queda pegado al cerebro irremediablemente. Como suele ocurrir en estos casos, el éxito, como vino, se fue, aunque para The Connells no supuso un gran trauma. Recogieron los bártulos, contaron sus billetes y se volvieron a ese circuito local del que jamás hubieran imaginado salir, ni que fuera de un modo fugaz. Lo intentaron, claro. Pero lo difícil, ya se sabe, no es llegar, sino mantenerse. La prueba más fehaciente del retorno a su lugar natural es que mientras su último disco data de 2001, su último videoclip data de 1996. Significativo.

12
Feb
13

La Ley de Susan E. Hinton (featuring Norma Jean Magazine)

Otro artículo publicado en Norma Jean Magazine:

En las últimas semanas, y en el marco de este maremágnum de la opinión de baratillo, en ese patio de vecinas virtual que es Twitter, he leído comentarios que vienen a decir algo así como que los hombres no suelen leer libros escritos por mujeres. Es decir, como si un libro escrito por un hombre es destinado a hombres y mujeres, pero un libro escrito por una mujer sólo tiene como público objetivo el colectivo femenino. La historia venía a cuento a partir de opiniones acerca de la falta de escritorAs en cierta revista cultural, creo. En fin, que se empieza por ahí, uno suelta una burrada, otra se saca la opinión sin base estadística alguna que mencionaba antes, el de más allá carga las tintas, y al final, ya sabéis, el Twitter.

Pues quisiera reivindicar a Susan E. Hinton, una escritora que no sólo fue leída hasta la saciedad por hombres, especialmente jóvenes, sino que además tuvo los arrestos de escribir libros donde los protagonistas eran chicos, chavales, proyectos de hombrecitos, que se reflejaban en sus personajes. No me diréis que no tiene mérito.

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Canciones:

The Dandy Warhols: «Godless»

Neil Young: «Don’t Cry No Tears»

Marvin Gaye: «Inner City Blues»




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