Abrimos nueva sección en NDK, tirando de hemeroteca. Me gusta leer revistas y tengo un serio problema con el acúmulo de las mismas, de los últimos años. Serio problema, complejo de Diógenes… qué más da. En fin, la cosa va de colgar algunos artículos, entrevistas o trozos de revistas, preferentemente antiguas, para gozo y disfrute de mis lectores. Obviamente, no tengo derechos de reproducción de las mismas, y si así me lo hacen saber, no dudaré en eliminar esta entrada… no vayamos a hacernos daño. Aunque en realidad, creo que es un poco de publicidad gratuita a las mismas, así como un poco de arqueología revistil. Porque amigos, comenzamos con un clásico, Popular 1, año 1994, creo.
Los amigos de Popular 1 publicaban una entrevista que tenían inédita con Kurt Cobain, lo cual entronca con el hecho de que la semana pasada fuera el cumpleaños del difunto cantante, que hubiera cumplido 46 añazos de no haber jugado con (armas de) fuego. Hasta ahí el chiste fácil, que me permito en mi condición de ex fan. No es que ya no me gusten Nirvana, no. Me siguen gustando, pero en su momento, en mi adolescencia, era muy putifan. Así que vamos con ello.

Desde luego, Kurt era un tío permanentemente agobiado. No me queda muy claro hasta qué punto era real y dónde comenzaba la pose, la verdad. Porque una cosa sí fue cierta: Kurt se hartó de hacer entrevistas en los dos años y medio que pasaron desde que pronunció esas palabras hasta su grand finale.

Sin embargo, aquí puedo ver un par de conceptos interesantes. El primero, cuando opina que no le interesa saber “lo que piensan o lo que son de verdad” los grupos que le gustan. Hoy en día, en plena era de la (des)información por Internet, es relativamente fácil conocer muchos, demasiados datos de nuestros músicos favoritos. Podemos conocer lo que opinan de cualquier idiotez, o lo que hacen. Y a menudo, chico, menudas decepciones. A algunos músicos, como a la mayoría de futbolistas buenos, es mejor verles en acción que escuchar lo que dicen. En realidad, no sé si la culpa es siempre de periodista o de músico, pero la mayoría de las entrevistas me parecen aburridos ejercicios de onanismo y de recurrentes atajos hacia el camino conocido y seguro.

Aquí advierto muchas divagaciones. ¿Letras sí o letras no? Os confesaré que en un principio, las letras no me importan especialmente. Pero si son interesantes, le suma muchos enteros. Confesaré también que como consumidor de música anglosajona, al no ser mi lengua materna, si la letra es una tontada, soy capaz de abstraerme de la misma de un modo más sencillo que si la canción estuviera escrita en castellano o catalán. En fin, dame letras insustanciales y buena música, y podré ser feliz. Al contrario, no.

Ay, qué duro es renunciar a la libertad a cambio de unos cuantos miles de dólares. Kurt prefería dar entrevistas a fanzines de corte underground, solo cuando quisiera hacerlo. Y sin embargo, Geffen les obligaba en cierto modo a charlar con los Kerrang y los Rolling Stone de turno. En ese sentido, sin embargo, Pearl Jam fueron más coherentes. Lo que quiero decir es que cuando Pearl Jam decidió desaparecer de los medios masivos, no grabar videoclips para la MTV, o incluso saltarse el circuito habitual de conciertos en su guerra con Ticketmaster, lo hicieron. Y lo hicieron hasta que decidieron dejar de hacerlo. Cito a Pearl Jam como caso típico de banda “grande” que graba en multinacional, pero que realmente impusieron unas normas. Nirvana, o Kurt en particular, renegaban de estas cosas, pero a su vez, hacían sesiones fotográficas, daban entrevistas, grababan videoclips con Anton Corbijn…

Personalmente, ese “Endless Nameless” que aparecía al final del disco creo que era una solemne idiotez, y debo decir que esa moda tan de los 90s de incluir al final del CD una pista oculta, en general poco más que ruidos y esbozos de riffs, o una cancioncita insulsa en el mejor de los casos, era francamente irritante.
Respecto a Bleach versus Nevermind, estoy de acuerdo con lo que dice. Si quitas la producción y la manera de grabar tan distinta de uno a otro, no hay tanta diferencia estilística. Nirvana siempre disfrutaron de los temas con más melodía, aunque la versión “oficial” es que pasaron de un punk más guarro (en Bleach) a un punk más pop con una sonoridad de hard rock (Nevermind). Pero escuchen, escuchen ambos discos seguidos. Yo, si no les importa, escucharé sólo Bleach, porque todavía no puedo volver a escuchar Nevermind. Me sobreexpuse demasiado a ese LP en mi adolescencia.

“Somos un grupo independiente que ha firmado con una multinacional, es una especie de traición”… aquí demostró Kurt Cobain tener mucha razón, y da pistas de la eterna disyuntiva de la música de los 90s en adelante. Pero no se puede decir que tenía mucha clarividencia, cuando varios de sus coetáneos, amigos y admirados, como Soundgarden, ya lo hicieron antes, y después… bueno, después, la música independiente se fagocitó, hasta la caída de las discográficas y la vuelta al Do It Yourself que el asunto de las descargas ilegales de música provocó.
Sin embargo, cuando dice que el rock ya no molesta a nadie, que se ha convertido en un producto de consumo, parte de razón tiene, y desde luego en los 90s, así fue. Hoy en día, el rock ya no es un producto de consumo, más allá de los clásicos de los 70s y 60s, que son considerados eso, clásicos, como lo puede ser Miles Davis o Maurice Ravel. En los 90s lo fue, y qué puedo decir… afortunadamente. Eso hizo que la chavalería de este estado semi-africano como es España pudiera acceder de una manera relativamente fácil a grupos como Screaming Trees. Por eso, me pregunto si realmente es malo que el rock se haya hecho un producto de consumo.
¿Qué os parece esta entrevista?
Canciones:
My Morning Jacket: «Evil Urges»
Foxy Shazam: «Welcome To The Church Of Rock And Roll»
Big Star: «Thirteen»