Archive for the 'radio' Category

21
Sep
15

The Pupils

Hace unos días iba en el coche de un amigo. Habíamos quedado en el barrio para salir esa noche, y, cosas de la diáspora que el paso del tiempo provoca, ya nadie vive en el barrio. Aunque sigamos usando el término. Así, tres hombres, tres localidades distintas del extrarradio barcelonés, tres coches. Viva la sociedad occidental. Aparcamos dos de ellos y nos movimos con el tercero. Mi amigo llevaba sintonizada Rock FM en la radio, congratulándose de su existencia. No seré yo quien critique esa cadena, que mis buenos ratos me ha hecho pasar, aunque me pregunto si el mundo necesita una nueva emisión de “More than a feeling” de Boston o de “Under the bridge” de Red Hot Chili Peppers. El chico continuaba diciendo “es que no me gusta escuchar radio no musical. No me gusta escuchar a gente hablando”.

Bien, precisamente yo llevo unos meses enganchado a lo que él comentaba “gente hablando”, desde que descubrí las aplicaciones para podcast de mi móvil. Y descubrí que, tirando un poco de la red, puedes encontrar podcasts de todo tipo y pelaje.  Justo hace unos días descubrí que estaban colgados los podcasts del programa Bulevar, de José María Rey, que se emitía en Radio 3. Durante un tiempo estuve bastante enganchado, en la medida que el horario me lo permitía, a ese programa, siendo uno de los que más me gustaban de la parrilla de Radio 3. No estoy en la labor de criticar o no a RNE, a estas alturas me resulta bastante indiferente. Pero sí estoy disfrutando bastante con esos podcasts, que, por cierto, se anuncian como Sunset Bulevar y no sé si el nombre del programa era así, o bulevar a secas.

Sea como fuere, recuerdo con gran cariño los especiales que José María Rey dedicó a la psicodelia, tanto en USA como en Gran Bretaña. Y son, precisamente, estos programas lo que he encontrado colgados como podcast. Así que ahora mismo ando en un sueño psicodélico que ríete tú de Brian Wilson o de Sid Barrett.

Otros que querían ser pero no eran... (by @carloskarmolina)

Otros que querían ser pero no eran… ay, esos hoteles de UK y sus fantásticos shows de animación… (by @carloskarmolina)

Así, José María Rey explicaba, en uno de esos programas, una historia curiosa, la de un grupo llamado The Eyes, banda británica de entre 1964 y 1967, que no llegaron a grabar ningún LP, pero sí una serie de singles. Era la época de inicio de la psicodelia en el Reino Unido. Algo curioso de esta banda es que, en efecto, tienen una entrada correspondiente en Wikipedia, en la que su versión en inglés la despachan en una docena de líneas. Hay también dos versiones más de esa página, en italiano y en sueco. Pues bien, la entrada en italiano es muy extensa, curiosamente, mucho más que la inglesa. Es decir, parece claro que hay un fan de The Eyes por Italia.

Entre los singles que grabaron se encuentra el clasicazo “Good Day Sunshine”, de los Beatles, que se les fue ofrecida antes incluso de los de Liverpool la grabaran para su LP “Revolver” en 1966. Por lo visto, estos The Eyes se hicieron un pequeño nombre en la comunidad mod más arty de Londres. Se menciona el hecho de que solían aparecer en ambientes mod luciendo unas extravagantes parkas rosa. También grabaron un single, en apariencia a modo de original homenaje a The Who titulado “My degeneration”. No llegaron a publicar, sin embargo, ningún LP, ya que decidieron disolver la banda, por diferencias personales, antes de hacerlo.

A pesar de ello, por cuestiones contractuales con su compañía, les debían un disco. De modo que decidieron publicar un disco conformado exclusivamente por versiones de The Rolling Stones, que ni siquiera publicaron bajo su nombre, The Eyes, sino bajo una suerte de pseudónimo para el grupo: The Pupils.

Así, si buscas en Spotify por The Pupils, aparece ese disco colgado, una pequeña delicia de versiones pre-psicodélicas de los Stones, que me parece mucho mejor que su propio material como The Eyes, y que pone un broche a una carrera y a una historia, cuanto menos, curiosa.

ESCUCHA EL DISCO DE THE PUPILS EN SPOTIFY

07
Sep
15

De disk-jockeys y aniversarios

En este 2015 se cumplen 50 años de la muerte de Alan Freed, mítico DJ de radio que ayudó a popularizar el rock n’ roll en su etapa más primigenia. Se podrían decir muchas cosas de ese tipo, pero a pesar de que no fue un santo, pinchaba las versiones originales de las bandas negras en una emisora de música blanca, cuando lo habitual por aquél entonces era que en las emisoras blancas se pincharan versiones de las hits de R&B o DooWop grabadas por grupos o cantantes blancos. Pat Boone, por ejemplo, hizo gran parte de su carrera inicial a base de grabar (y suavizar) hits de negros para audiencias blancas. Pero a Freed le iba la música de negratas y no dudó en pinchar los originales.

De hecho, 60 años atrás, en 1955, Alan Freed estaba en su momento más álgido, y sus programas, además de los conciertos que montaba, eran tremendamente populares. Luego todo caería en picado. Se le acusó, no sin razón, de recibir dinero por pinchar determinadas canciones, cosa que sí, reconoció hacer, pero que resultaba ser una práctica muy extendida. Lo cual no empaña que radiara una música que por entonces era casi revolucionaria y que si hoy escuchamos la música que podemos escuchar es, en parte, gracias a gente como Alan Freed. Por cierto, esa práctica de cobrar por pinchar ciertos temas se popularizó con el término de payola, palabreja que me resulta hilarante. Soy tontito, lo sé. En realidad, es una contracción de pay y Victrola que era un modelo muy popular de reproductor de discos. ¿No es el inglés un idioma adorable?

Y 20 años atrás (tal vez serían 22, pero 20 queda como más redondito) hubo un pequeño evento en mi barrio, conducido también por uno de los DJ de radio más populares de esta triste parte del mundo: Tony Aguilar. Por alguna razón, y todavía estoy en proceso de identificar el qué, este recuerdo vino a mi memoria. A principios de los 90s, la Zona Franca de Barcelona todavía se llamaba Zona Franca, lo de maquillar el tema bajo el nombre de Barri de la Marina de Sants vino mucho más tarde. Supongo que la denominación Zona Franca llevaba implícitas unas reminiscencias de barrio chungo, aunque a decir verdad, en esos años, a principios de los 90s, ya no era un barrio tan chungo, si bien acarreara la mala fama.

Buena mierda de la época (by @carloskarmolina)

Buena mierda de la época (by @carloskarmolina)

Sin embargo, la anécdota es significativa de cómo se mueve un barrio, y esas mecánicas muy de pueblo que tiene, a menudo. El evento en cuestión es que se inauguraba una tienda Bazar El Regalo, cadena de electrodomésticos que diría yo que se quedó por el camino, arrastrada por la crisis, la competencia y los cambios de hábitos en compras. Pero amigos, en 1993, en mi barrio, eso era un evento. Y para la inauguración en cuestión, un viernes por la tarde, Bazar El Regalo contrató a Tony Aguilar para animar el cotarro. No es que fuera yo fan del tipo en cuestión, de hecho, Tony Aguilar se caracterizaba por pinchar una música de mierda en una época en la que fácilmente podían sonar encadenados Guns n’ Roses, Pearl Jam y Spin Doctors en la dichosa Cadena 40.

Pero, eh, era el evento de la tarde en un barrio en el que no solían pasar esas cosas, y por supuesto me fui con un amigo a curiosear, y de paso, participar en el sorteo de alguno de los walkman que anunciaban. Y allí apareció, en una triste tarima, el tal Aguilar, con su asquerosa gorra como si fuera un puto Alan Freed cañí. Me dice la Wikipedia que Tony Aguilar sigue siendo locutor de la Cadena 40. Yo recuerdo, y este recuerdo es algo posterior, por lo que me comienza a resultar inquietante mis constantes conexiones con Tony Aguilar, que intentó meterse en la música, sacando una versión de Joe Bataan, a quien casi nadie de su público conocía, claro. Así que, en definitiva, allí estábamos mi amigo y yo, dos niños de 13 años, esperando que la suerte nos sonriera y saliéramos con un walkman, un vídeo VHS o una batidora, qué sé yo. Pero no fue así, y el Bazar El Regalo de Zona Franca quedó solemnemente inaugurado, y nosotros pasamos otra tarde de adolescentes sin pena ni gloria.

Canciones:

Black Flag: “Six Pack”

Sananda Maitreya: “O Divina”

Mick Ronson: “Like a rolling stone”

13
Oct
13

hemeroteca: black eyed peas. Rockdelux, 1999

De entrada, dos conceptos que me resultan bastante ajenos. Por un lado, la revista Rockdelux, paradigma de publicación aburrida para modernos y snobs. Por otro lado, esos fabricantes de hits para las discotecas y las FMs de medio mundo. Así que vayamos con las consabidas acotaciones.

Rebuscando entre mis pilas de revistas, encontré unos cuántos números de la revista Rockdelux. El cómo acabaron en mis manos, resulta ser algo cuanto menos peculiar. Todo viene de mi época estudiantil, cuando pasaba bastante rato en la biblioteca municipal de mi barrio. En los descansos, o durante los períodos de distracción, me acercaba a la sección de prensa, a ojear diarios y revistas. Y la dichosa Rockdelux siempre estaba. Y sí, ojeaba la revista Rockdelux, tal vez en busca de algo… no sé, quizás me estaba perdiendo algún apunte de modernidad que podría cambiar mi visión de la música. Evidentemente nunca llegó, pero durante diez minutos, me hacía pasar el rato. Un buen día, una de las bibliotecarias me comentó que estaban haciendo limpieza, tirando revistas pasadas, y que como me había visto ojeándolas, me ofrecía si quería llevarme a casa algunas. Sinceramente, me supo mal decirle que no, y acabé con varios números de Rockdelux, de las que me quedé unas cuantas en las que habían una serie de reportajes resumiendo distintos aspectos de lo que había sido, musicalmente, esa década de los 90s.

850 pesetazas que costaba, no era moco de pavo...

850 pesetazas que costaba, no era moco de pavo…

En lo que a los Black Eyed Peas se refiere, no me avergüenza decir que algunos de sus hits tienen su gracia. Por lo menos para su contexto, el de una discoteca o una radio convencional. El clásico “I’ve Got A Feeling” me parece un hit muy bien hecho, de esos que uno ya no puede soportar escuchar ni una vez más, a causa de su sobreexposición. Y bueno, sus primeros éxitos me recuerdan a una época muy fiestera que pasé, en el que solía acabar en locales muy poco rockeros, y en donde siempre, tarde o temprano, el DJ acababa pinchando alguna de sus canciones.

Así, llegamos a la confluencia de ambos conceptos, Rockdelux y Black Eyed Peas. No hace mucho, ojeando una de las revistas que os mencionaba anteriormente, en concreto el número de RDL 163, de mayo de 1999, me topaba con una reseña de un disco de los Black Eyed Peas. Una curiosidad. Aquí la tenéis.

RDL peas1

la foto 3

Como se puede ver, es una reseña hecha por un Óscar Broc que por entonces no tenía esa fama mediática de apariciones radiofónicas y televisivas que tiene actualmente. Nada que objetar, de hecho, los hermanos Broc, como colaboradores en programas, me caen bien. En fin, como se puede leer, hay más de un elogio a su concepto de hip-hop. Está claro que era otra época, y los tiempos de pasar a ser un cuarteto, con maciza incluida (Fergie) todavía quedaban lejos. Por entonces eran un trío masculino rapero. Supongo que todo el mundo tiene derecho a querer ganarse las habichuelas, y si me puedo comprar un Jaguar, pues mejor que mejor, y parece que Will I. Am vio claro que los cuartos no estaba en el hip-hop sino en la música de baile.

... sin la maciza Fergie no es lo mismo...

… sin la maciza Fergie no es lo mismo…

Habrían varios inconvenientes: seguramente la revista Rockdelux nunca jamás les volvería a reseñar un disco, y también, seguramente, ya no recibirían los elogios de Óscar Broc. Sospecho que la pena por ello les durará a los Black Eyed Peas el tiempo que tardan en quemar un billete de cien dólares para encenderse un puro. Y en cuanto a la revista Rockdelux, pues hace años que no ojeo ningún ejemplar, y supongo que seguirán con su rollo snob y pretenciosamente aburrido de siempre. No os creáis, durante los 80s aparecían por sus páginas personajes como Loquillo  o Willie DeVille, que jamás esperaríamos encontrarnos en tal publicación. Pero eso os lo reservo para otra entrega de esta hemeroteca.

 

Canciones:

Santana: «Guajira»

The Flaming Sideburns: «Loose My Soul»

Hanoi Rocks: «Tragedy»

 

 

14
Sep
13

libro del mes (septiembre): “disset maneres de matar un home amb un tovalló”, òscar Andreu (diecisiete maneras de matar a un hombre con una servilleta)

He de reconocer que no las tenía todas conmigo cuando este libro cayó en mis manos. He de reconocer también que la faceta radiofónica de su autor, Òscar Andreu, me gusta. Lo cual puede distar mucho de que me interesen sus habilidades literarias. Sí, Òscar Andreu podría entrar un poco en la categoría de “autores mediáticos”, o si más no, en la de esos escritores cuyo éxito, al menos inicial, no se debe a sus capacidades frente al teclado sino frente al micrófono, en el escenario o en la televisión. Nada que no le pueda pasar a un Steve Earle cualquiera. Podemos conceder el beneficio de la duda, sí, pero definitivamente, parece bastante claro que un debut literario resulta más sencillo y más arropado si su autor tiene un nombre en alguna otra disciplina popular: televisión, radio o música, por ejemplo.

Òscar Andreu conduce junto con Òscar Dalmau un programa radiofónico diaro en RAC1, actualmente la radio líder en Catalunya. Y sí, el programa me gusta, me divierte y me parece de lo más fresco que se puede encontrar en la radio actual. Para los muchachos chapados a la antigua como yo, que todavía escuchan la radio. ¿Cómo acabé con la primera novela de Andreu entre mis manos? Se lo pueden imaginar: un regalo.

Locutor...

Locutor…

Y bien, debo tragarme mis palabras, y mis prejuicios. “Disset maneres de matar un home amb un tovalló” (escrito en catalán, “Diecisiete maneras de matar a un hombre con una servilleta”) me ha gustado bastante. El libro, pues no sé si calificarlo de “novela” tiene un mecanismo más simple que el de un yo-yo, y no es otro que el de jugar con la identificación del lector con lo leído, abusar de esa memoria que tiene un prisma traicionero y cabrón, y hacer gala de un sano sentido del humor.

En realidad, se trata de una conjunción de memorias de un eventual alter-ego de Òscar Andreu de su niñez y adolescencia entre los 80s y primeros 90s en un barrio entre obrero y marginal de una de las muchas ciudades dormitorio que rodean Barcelona. Una cierta marginalidad, sin caer en lo sórdido, esa entrañable cutrez del barrio, ese arraigue por la calle. Lo reconozco, leía esas páginas (rapidísimo, de un tirón) y podía fácilmente rememorar historietas que yo mismo viví en mi barrio, extrarradio de Barcelona. Escrito en catalán, la mayoría de los diálogos están directamente escritos en castellano, porque ése era el idioma de los barrios periféricos.

¿Me seguiría gustando si yo hubiera crecido en una zona céntrica de Barcelona? ¿En un pueblo de Girona? ¿Tal vez fuera de Catalunya? ¿Y si mi niñez no hubiera transcurrido en los 80s? Es difícil de decir. Desde luego, la sencillez le suma enteros, y sin embargo, no creo que funcionara igual de bien sin el factor de tocar el substrato personal. Claro que también me encantaron las andanzas de Arturo Bandini y no fui un niño en una familia italoamericana ultracatólica de los años 30s.

 

Canciones:

Fleetwood Mac: “Your Own Way”

Brant Bjork: “Hynda 65”

Mark Lanegan: “You only live twice”

09
Sep
13

Honest Man

Esta es una pequeña historia para mostrar que a veces, lo que llega a los discos no es siempre lo mejor. Alguna vez lo he explicado, yo descubrí a los Rolling Stones a través del disco “Voodoo Lounge” (1994). De acuerdo, probablemente no es la forma más ortodoxa de comenzar a escuchar a esta banda. Pero diablos, “Voodoo Lounge” era un muy buen disco!

En esa época solía escuchar cada tarde de sábado el programa que Jordi Tardà tenia en Catalunya Ràdio. Tardà es un stoniano de los cansinos, pero el tío muestra pasión en lo que hace, y tenía contactos. Una tarde pinchó un par de canciones que habían estado en la lista de posibles para “Voodoo Lounge” pero que al final se quedaron atrás. Una de ellas era esta “Honest Man”, hoy en día, fácilmente localizable en Youtube:

Y bueno, no me diréis que no suena francamente bien. Es un rock stoniano clásico, con esas bases endurecidas y esa fantástica harmónica. ¿Por qué se quedó fuera? ¿Todas las canciones que se incluyeron en “Voodoo Lounge” son mejores que esta “Honest Man”? Definitivamente, no. Cosas de la banda, qué sé yo. Los Rolling Stones suelen preparar algo así como una treintena de canciones para cada disco, y de esa lista, van filtrando, puliendo y regrabando hasta quedarse con el conjunto de temas definitivo. Sin duda, podría haberse guardado, si no para “Voodoo Lounge”, para su continuación, “Bridges To Babylon” (1997), que supuso una decepción mayúscula.

Pero en fin, las cosas son como son, y esta canción permaneció, y permanecerá en el anonimato, como decía Carlos Carnicero en aquél mítico programa “Confesiones”. Tal vez cuando se publiquen los archivos de los Stones, se incluya. Tal vez no. Porque os hablaba al principio de esta entrada que Tardà pinchó, aquella tarde de 1994, dos canciones que iban a entrar pero al final se quedaron fuera del LP. La primera era el mencionado “Honest Man”. Y la segunda, era una balada, “Anyway You Look At It” que sorprendentemente incluyeron en aquél disco “Rarities 1971-2003” y que jamás ha tenido continuación.

Canciones:

The Beat: «I am your flag»

Phoenix: «Run, run, run»

Bunbury: «El viento a favor»

04
Abr
13

The Huey Show!!!

El otro día hablaba del programa de radio “Viva Las Vegas”, y pensé que ya nunca escucho música en la radio. Tan sólo dos excepciones, la mencionada de “Viva Las Vegas”, y también  “The Huey Show”, que conduce Huey Morgan, cantante de mis adorados Fun Lovin’ Criminals, para la BBC6. Ambos programas no los escucho en un aparato de radio, sino vía podcast. Cosas de los tiempos modernos y sus comodidades.

Es una lástima que la radio musical actual sea tan chunga. No dudo, seguro, que haya programas en algunas emisoras de corte menos generalista, que valgan la pena, el espectro es amplio y ahora, vía podcast, no existen las limitaciones geográficas de la FM. Cualquier sugerencia será bienvenida. No negaré, sin embargo, que echo de menos poder encender la radio en el coche y dejar que alguien pinche música por mí. Música que valga la pena, claro. Hace unos años todavía escuchaba algo de Radio3, “El Bulevar” y “Sateli3”, principalmente, pero hace ya bastante que no lo hago.

Para mi gusto, lo bueno de la radio musical no es escuchar lo que ya conozco, lo que ya escucho, lo que podría tener en mi iPhone almacenado, sino escuchar cosas nuevas, canciones que no conozco, músicos a los que probablemente, a priori, no me acercaría. Tener a alguien, ya digo, haciendo una selección musical.

Huey Morgan is in tha House...

Huey Morgan is in tha House…

Pues bien, Huey Morgan demuestra su buen hacer al respecto en su programa, que se emite cada domingo de 14h a 16h, hora española. Aunque tiene un invitado cada semana, no es un show de entrevistas, sino que se dedica a pinchar canciones… canciones enteras, como debe ser, de todo tipo y pelaje. Ya sé que es un tópico, y os reconoceré una cosa, a mí, la gente que afirma que “escucha de todo” o que “le gusta todo tipo de música”, me da repelús… porque en general, no acaban la frase, en realidad esa afirmación continúa con “que emiten en Los 40 Principales”.

En el caso de Huey Morgan, si escucháis los discos de su banda, podréis imaginar que la amalgama de sonoridades que influencian al trío de NYC, están presentes en su programa de radio: rock, soul, funk, hip-hop, jazz latino, blues, swing… Sin complejos, Morgan puede pinchar a Big Star, seguir con Foo Fighters, continuar con N.E.R.D. para poner a Louis Prima a continuación. Y así, durante dos horas. Claro, no todo lo que pincha me gusta, faltaría más, pero el porcentaje de canciones que me atraen y, especialmente, el porcentaje de canciones que desconocía y que resultan gustarme, es bastante amplio. Todo ello aderezado con sus comentarios, con su charla socarrona y chulesca, y con ese estilo de un Fun Lovin’ Criminal.

Sólo un par de pegas. La primera, no se puede descargar como podcast, sino que se puede escuchar online en la web de BB6 durante la semana posterior a su emisión, aunque está indicada la lista de los temas, el intérprete y el disco que lo contiene, lo cual resulta francamente útil. La segunda pega es que, por alguna razón, ese sitio web no funciona bien con el navegador Safari, por lo que no lo puedo escuchar con iPhone o iPad. No puede ser todo perfecto.

 

Canciones:

Liquido: «Narcotic»

Soundgarden: «I wanna be king»

Tom Petty & The Heartbreakers: «The last DJ»

31
Mar
13

lo mejor de la semana. semana 19

Tras una semana de tournée europea, ahora tengo unos (muy merecidos) días de vacaciones que no, no se acaban mañana, ni tampoco el martes, sino que tengo toda la semana que viene entera. Entenderéis el entusiasmo por mi parte. Este es, pues, un domingo sin ese regustillo amargo de los clásicos domingos grises. Y sin más dilación, vamos con lo mejor de la semana:

3.- Viva Las Vegas: Es un programa de radio dedicado al rock en su espectro más amplio, incluyendo un muy buen gusto para pinchar temas de los 50s, rollos más souleros y otras negritudes variadas. Yo no lo puedo escuchar por la FM, porque creo que se emite en Radio Enlace, una frecuencia de Madrid. Pero cuelgan los programas, de una hora de duración, en formato podcast, y realmente vale la pena. Lo puedes encontrar aquí.

2.- El Cambio De Hora: Lo sé, lo sé, medio mundo anda puteado por eso, especialmente aquellos que trabajan mañana lunes… yo no estoy entre ellos… sufrid, mortales!!! En fin, independientemente de la utilidad real de la medida, que la pongo en duda, el cambio al horario de verano es un gustazo. Es un rollo muy animal, me doy cuenta, pero encontrarme con luz solar hasta bien entrada la tarde, me activa, y me anima. La primavera está aquí. Chicas, ya podéis comenzar con los escotes y los tirantes.

1.- Spotify: Yo comencé a utilizar esta aplicación hace unos tres años, y la verdad es que me encantó desde el principio… era el sueño de un melómano! Casi sin publicidad, sin restricciones de escuchas, y con un catálogo más que razonable. En esa época estaba estudiando y pasaba muchas horas frente al ordenador, y Spotify me salvó la vida. Una temporada, al menos. Luego llegó la gente malvada de mi trabajo y capó no ya el uso de la aplicación en la oficina, sino la misma instalación de la aplicación en el portátil. Con aquello, y con la publicidad masiva, me dejé de interesar por Spotify y estuve sin usarlo muchos meses. Hasta que la semana pasada, sin saber por qué, por probar, no más, descargué la instalación, estando en Praga, probé de instalarla en el portátil de trabajo… y magia! Ahora llevo unos días enganchado, y aunque para mí no es sustitutivo de mis discos, sino que es más como escuchar la radio, estoy encantado.

 

Canciones:

Frank Sinatra: “This Town”

Aerosmith: “Seasons of wither”

David Bowie: “Cat People”

16
Mar
13

jitazos fugaces. hoy … the connells

Volvemos con uno de esos jitazos fugaces de los 90s, básicamente porque fue esa la época en la que estaba más atento a lo que programaban las radios, o esa clase de shows de televisión que son hoy en día una rareza, o un resto de la época paleolítica: los programas de videoclips. ¿Recordáis? Antes había bastantes, amén de las clásicas MTV y VH1, para consumo exclusivo de aquellos suertudos que tenían televisión por satélite. Los demás nos conformábamos con seguir “Los 40 en Canal +”, “Sputnik”, “Clip Clap Video” o aquel fugaz “MTV España” que emitió una temporada Antena 3. Había más, pero no recuerdo los nombres. Y a ellos le podíamos sumar los programas que emitían playbacks de bandas que pasaban por el país para hacer promoción (“Zona Franca”, “Música Sí”, …). Lamentables, pero amigos, era una época sin internet, por lo que se convertía en la única manera de ver imágenes de tus grupos favoritos, y de los que no lo eran, sin tener que pasar por caja y comprar los VHS que se vendían en aquello que conocimos como tiendas de discos.

No se trata de una nostalgia hacia esa época, en realidad, hoy en día podemos acceder a cualquier tipo de música de una manera francamente increíble. Y no, no hablo de las descargas ilegales. Yo mismo, antes de escribir este texto, he buscado y revisado el videoclip del jitazo fugaz al que nos referimos hoy. Sin tener que esperar a que sea la hora del programa de videoclips, sin tener que esperar que les dé por emitir la canción en cuestión. No es eso. Y sin embargo, lo positivo de esos maravillosos 90s es que el rock se puso de moda, con lo que bandas que hoy en día apenas saldrían del circuito de bares, podían contar con sus 15 minutos de fama, y nosotros, chavalería inocente y ávida de nuevas sensaciones, podíamos disfrutarlos. Sí, claro que hoy en día tenemos una oferta ingente, pero me da la sensación de que es un poco para iniciados. Yo puedo encontrar un concierto en vídeo de The Shazam, pero jamás se me habría ocurrido buscar ese grupo si hace unos años no hubiera dado, casi por casualidad, y a través de una tele generalista, con un videoclip de Weezer. Y así.

De modo que quién les iba a decir a nuestros protagonistas del día, The Connells, que tras 9 años y cinco discos a sus espaldas, iban a tener su momento de fama al otro lado del charco, en la vieja Europa, con el jitazo “’74-‘75”. Era el año 1993. Sí, The Connells eran un grupo que comenzó en los 80s, englobados en lo que se dio en llamar nuevo rock americano, que aupaban las radios universitarias y que tenían sus popes en R.E.M., Violent Femmes, Long Riders o Green On Red. Curiosamente no fue a través de una banda sonora para una película, o al ser elegida como sintonía de un spot publicitario, como había ocurrido en otras ocasiones, como llegaron a ese pequeño éxito. Simplemente, sucedió.

Les favoreció, eso sí, un reconocible videoclip que tiraba de la nostalgia del instituto, con fotos de esa época y de sus protagonistas, 20 años más tarde. En definitiva, una versión primigenia de lo que conllevaría la aparición de Facebook y esas reuniones de colegios, institutos o grupos de universidad, cuando todos estaban más calvos y todas estaban más gordas, y todos y todas trataban de certificar sí quien les hacía tilín en esa época todavía tendría un paseo.

Y debo decir que la canción está muy bien. Esa acústica casi céltica mantiene el tono nostálgico de la canción, y el estribillo, sencillísimo, se te queda pegado al cerebro irremediablemente. Como suele ocurrir en estos casos, el éxito, como vino, se fue, aunque para The Connells no supuso un gran trauma. Recogieron los bártulos, contaron sus billetes y se volvieron a ese circuito local del que jamás hubieran imaginado salir, ni que fuera de un modo fugaz. Lo intentaron, claro. Pero lo difícil, ya se sabe, no es llegar, sino mantenerse. La prueba más fehaciente del retorno a su lugar natural es que mientras su último disco data de 2001, su último videoclip data de 1996. Significativo.

19
Jul
09

Radio, televisión y aeropuertos

En días como hoy me parece que vivo perennemente en un aeropuerto. Qué importa dónde, los aeropuertos son como un mundo en sí, iguales entre ellos sin importar la localización geográfica. En fin, supongo que hay lugares peores en los que vivir. También, definitivamente, los hay mejores. Por lo menos cogí a tiempo mi vuelo desde L.A. … porque sí, lo habéis adivindo, al final decidí salir temprano de San Diego, conducir hasta Los Angeles y pasarme por Sunset Boulevard, con la sana finalidad de acercarme a Amoeba Records y también de comerme una deliciosa hamburguesa doble con queso y bacon en Jack In The Box, regada con Dr. Pepper’s. Con precisión militar, calculé tiempos, rutas y cumplí con lo estipulado. Lástima que los hijosdelagrandísimaputa de British Airways no hicieran lo propio, y aquí me tenéis, esperando un vuelo en el odioso aeropuerto de Londres (o es Frankfurt? o tal vez Atlanta, Singapur o Madrid?) porque una vez más, perdí la conexión. No vayan conmigo al Flamingos, mi gafe les dejaría sin un sólo pavo, caminando por el Strip y pensando, cabizbajos, cómo han podido gastarse todos sus ahorros al 6 rojo.Pero no es de eso de lo que quería hablar. Tampoco de mis ataques consumistas en USA, de lo que ya daré buena cuenta en una próxima ocasión. Hoy quería, siguiendo este monográfico americano en la tontiguía Lonely Planet Kar para viajeros tarados, hablar de tele y de radio.

La tele es toda una institución en este país, desde luego. Y su programación no es ni mejor ni peor que la de la televisión nacional ibérica… una mierda pinchada en un palo. Lo único interesante son las reposiciones de series como Padre de Familia o Malcom In The Middle, o también de antiguos combates de boxeo (Evander Hollyfield!!), Pressing Catch (Andre el Gigante!!!) o basket (Lakers vs. Pistons). Pero nada, fuera de los canales de pago, el resto, el horror. Y por cierto, no puedo más que certificar la defunción de canales como MTV o VH1. Corrección, defunción de la música en MTV o VH1. Lo de MTV es absolutamente vergonzoso, dos canales (MTV y MTV2) dedicados 100% a realitys, y VH1, en alguna ocasión cuelan algún concierto, pero el 80% de su parrilla es también telerealidad. De Disney Channel habría que hablar algún día largo y tendido, sin duda merece entrada aparte, pero como adelanto, os diré que s Joseph Goebbels resucitara y viera tamaño medio de manipulación infantil, se pondría palote. Finalmente, hay un canal dedicado a Michael Jackson. Sí! Un canal que no importa a qué hora lo pongas, constantemente hay debates acerca de si Jackson era el padre de sus hijos, de si se tomaba pastillas rojas o azules, de si sus hijos prefieren a su tía Janet como mommy o de si sufría el síndrome tal o cual. Espeluznante sería un término bastante adecuado. Ok, a mí también me gustaría saber la verdad, una mezcla de cariño por el difunto divo y de gustillo por la polémica, pero especular de una manera tan indocumentada y tan vil, y durante tantas horas, y con personas que no pintan nada en el asunto es, sin duda, algo enfermizo.

La radio es otro asunto. Por supuesto que hay cadenas dedicadas al horrendo hip-hop o R&B del momento, incluso también emisoras latinas (es Southern California, amigos), pero hay muchas cadenas de clasic rock, adult rock, oldies o llámesele como quiera. Y de verdad, no tengo nada en contra de una radio que pincha seguidos «We’re An American Band» de Grand Funk Railroad, «Dream On» de Aerosmith, «Respect» de Aretha Franklin o incluso «Heaven must be missing an angel», de no sé quien, pero me gusta. Digamos que lo más chungo es el nombre, pero está bien saber que no te encontrarás con Maná, Amaia Montero o Eros Ramazzotti. Y en todas las ciudades hay una cadena de rock alternativo, y sí, sé que el término puede llevar a controversia, pero también sé que todos me entendéis. En San Diego es el 94.9 de la FM, y la verdad es que a pesar de tratar algunas novedades, digamos que su distribución es 60% rock alternativo de finales de los 80’s y los 90’s, y el resto, 20% de clásicos tipo The Clash y 20% de novedades. Facilísimamente, de una tacada pueden sonar Smashing Pumpkins, Blind Melon, Jane’s Addiction, Green Day y Nirvana. Lo cuál me lleva a una reflexión… acaso no deja de ser como una emisora de «classic rock» o (horreur!!!) «adult rock» pero enfocada hacia aquellos que nacimos entre 1975 y 1980?? Por supuesto, probablemente el lector Erik no lo vea así (cómo te odio a tí y a tus 17 años!!!), pero que me aspen si no hay algo de esto.

Canciones:

Pink Floyd: «A gig in the sky»
Suede: «Saturday Night»
The Answer: «Pride»

21
Oct
08

Concurso de microrrelatos – 2ª Temporada – Semana 2

Bueno, esta vez sigue la cosa adelante, y hay que reconocer que la frase de esta semana era mucho más fácil y daba más juego que la de la semana anterior. Envié dos relatos, no gané con ninguno. ¿Quién dijo la estupidez aquella de que lo importante es participar? Que le den al Barón de Coubertain, hombre.

Simplemente señalar que el relato ganador tiene un trasfondo parecido a uno de los que yo envié, vamos, que mi idea, que creía magistral y única, no era ni tan única, ni por lo visto, tan magistral. ¿Y qué nos queda entonces? Pues una frase de inicio para la siguiente edición de aquellas complicadillas. Ya veremos que sale.

Pero tranquilos, no os hago esperar más, y ahí va la ración de lamentables microrrelatos de la última edición:

La mujer que había dentro de mí. Gritaba. Se retorcía. Golpeaba. Pugnaba por salir al exterior, por más que yo hiciera lo posible por evitarlo. Desde fuera se me notaba. La piel suave y brillante, y esas formas casi grotescamente redondeadas que había adquirido, me delataban. Tenía a una mujer dentro. Desde que la descubrí, supe que nada podría impedir que formara parte de mí. Y aunque lo hice sigilosamente, ahora pago las consecuencias. Tragarse a un ser humano es complicado. Y si es una hembra, más. Qué duro es ser una boa en pleno proceso de digestión.

La mujer que había dentro de mí. Cuando ésta saliera, tal vez. Eso se atrevió a decirme el muy imbécil. Seguro que no había leído nada de Navokov. Ni él ni su mujercita. Bueno, ella no debía haber leído nada más allá del “Hola”. Pero claro, tenía esas tetas que el imbécil no paraba de mirar cuando hablaba con ella. Pues ya no podrá mirarlas jamás. Ni tocarlas. Ahora está desolado y confuso, mirando de soslayo el féretro. Y seguro que la echa de menos. Pero yo estaré ahí. Al fin y al cabo, quién sospecharía de una pobre niña.

Canciones:

Manic Street Preachers: «So why so sad?»
Mary «Queenie»Lions: «Fever»
The Wildhearts: «Rooting for the bad guy»




abril 2023
L M X J V S D
 12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930

Sígueme en Twitter

Categorías