Archive for the 'beach boys' Category

25
Ene
16

Seis grados de separación: Sasha Grey

Supongo que, quien más, quien menos, habrá oído algo acerca de la Teoría de los Seis Grados de Separación. ¿No? ¿Alguien en la sala que no? En fin, se trata de una teoría que afirma que cualquier persona en el mundo está conectada a otra persona del planeta por hasta seis grados de separación, esto es, hasta cinco conocidos, de modo que la persona A conoce a la B, la B a la C y así hasta constatar que la persona A sólo está separada de la persona F por hasta seis enlaces. Una patochada que, no se crean, parece estar formulada bajo una base científica, aunque quien la expuso por vez primera fue un escritor húngaro, Frigyes Karinthy y desarrolló un sociólogo, Duncan Watts. A partir de ahí, ilustres miembros la Internacional Papanatas se volcaron en dotar de una solidez a la hipótesis. Y aunque en román paladino podríamos decir que se trata de una teoría cogida con pinzas, a mí me sirve para una entrada. No soy el único, de hecho, yo se lo estoy copiando al escritor Miqui Otero.

O sea, que entre cualquier fulano de este planeta gris y el juntaletras que suscribe, hay sólo hasta cinco personas. Aquí interviene el concepto de vínculo. Persona A debe conocer a persona B para tenerse en consideración. Pero, ¿qué es “conocer”? ¿Qué clase de vínculo se necesita? Yo una vez le di la mano a Iggy Pop durante un concierto… ¿eso cuenta? ¿O si no he compartido la infancia con ese individuo, ya no se puede considerar? En esa gradación tan estupenda que hacía Josep Plà de “amics, coneguts i saludats”, entiendo que los dos primeros epígrafes valdrían. Y como al final la entrada es mía, y en mi cortijo soy yo el que manda, lo haremos así.

Vayamos, pues, a demostrar cómo entre yo y la famosa (ex) actriz porno Sasha Grey, lo crean o no, malandrines, hay tan sólo seis grados de separación. ¿Por qué Sasha Grey, de entre los más de 7000 millones de habitantes del dichoso planeta Tierra, es la escogida para este experimento de NDK? Amigos, esto es Internet. Escriban la palabrita mágica “porno” y sus visitas se incrementarán de un modo exponencial a base de pajilleros y otros adeptos al buen malvivir. Y como quiera que mi vanidad no tiene límites, me encanta mirar las estadísticas de visitas y advertir como la barra de la gráfica ha tocado máximos. Podría ser otro. U otra. Pero no, hoy será Sasha Grey.

mono

El redactor jefe de NDK reflexionando acerca de la veracidad de la Teoría de los Seis Grados de Separación

De este modo, mi primer grado lo constituye mi tío. Hermano de mi madre, hablé de él por aquí, no vayamos a repetirnos. Entre otros trabajos más o menos artísticos, hace unos años estuvo dirigiendo una versión de “Panorama Desde El Puente”, la famosa pieza teatral de Arthur Miller. Tengo una tendencia a confundir a Arthur Miller con Henry Miller, y aún hoy tengo que tirar de Wikipedia para recordar que Henry Miller es el autor de ese coñazo que resulta ser “Trópico de Cáncer” mientras que Arthur Miller es el dramaturgo, que en una de esas piruetas mortales se llegó a casar con Marilyn Monroe. Vamos, lo que en mi barrio se llamaría un jugón, que no sólo era un escritor, un mito, sino que además se llegó a casar con la belleza más deseada de la época, en un matrimonio cuanto menos extraño. Volviendo a mi tío, preparaba una versión de la obra que iba a protagonizar Sancho Gracia, y que al final tuvo que dejar, ya que fue entonces cuando se le detectó el cáncer que acabaría por causarle la muerte.

Y precisamente Sancho Gracia será el segundo grado de separación. De Sancho Gracia todo el mundo recuerda, claro, la serie “Curro Jiménez”. Sin embargo, esa serie me cogió muy pequeño, y no tengo ningún recuerdo de la misma. Relaciono antes a Gracia con sus colaboraciones con Álex de la Iglesia, comenzando por aquella maravillosa “La Comunidad” o una cinta que me parece muy reivindicable, a pesar de que recibió bastantes palos, “Muertos De Risa”. Álex de la Iglesia siempre ensalzó a Sancho Gracia, considerándolo como uno de sus, digamos, actores fetiche, hasta su fallecimiento. De modo que Álex de la Iglesia será el tercer grado de separación.

Con De La Iglesia tengo un problema: a menudo sus películas me decepcionan, porque prometen mucho más de lo que me acaban dando, o porque sus tramos finales flojean. En realidad, desde “Balada Triste De Trompeta” le he perdido la pista y ya no he visto ninguno más de sus posteriores estrenos. Ya no me apetece. En uno de los últimos, concretamente, “Los Crímenes de Oxford”, dirigió a Elijah Wood en su papel protagonista. Elijah Wood, claro, será el cuarto grado de separación. No es que tenga nada contra Elijah Wood, pero es ver su cara, y ver al maldito Frodo de ese aburrimiento infumable que era “El Señor De Los Anillos”. Sí, odio esa película. Diría que odio la trilogía, pero sería poco riguroso: no pasé de la primera entrega, que vi, eso sí, en su correspondiente sala comercial y con ganas de disfrutar de algo grande. Tal vez fueran eso, las expectativas. Pero no, no es para mí. Y no diré gran cosa más ya que me temo que hay mucho fan suelto entre los que estáis leyendo estas líneas. Sólo que cada vez que recuerdo que durante una época se habló de un biopic sobre Iggy Pop que supuestamente iba a protagonizar Elijah Wood, me coge de todo. Como diría Ford Farlaine, Iggy “se estará retorciendo en su tumba si no fuera porque el hijoputa ni siquiera está muerto”.

Uno de los últimos trabajos de Elijah Wood, a quien parece que el cine español le tiene bien considerado, fue la cinta “Open Windows”, que dirigió Nacho Vigalondo en 2014. ¿Y recordáis quién era la partenaire de Elijah Wood en esa película? Pues, ta-ta-chaaaan… ¡Sasha Grey!

Sí, Sasha Grey, ex estrella de porno que se dedicó a hacer marranadas variadas frente a una cámara desde 2006 (oficialmente, con 18 años) hasta 2011, cuando se retiró para dedicarse a ser toda un hombre del renacimiento. Sí, amigos, Sasha ya no fornica frente al objetivo (al menos no comercialmente), pero sí escribe libros, canta en una banda, hace de DJ, actúa en películas donde la gente sale vestida, hace de modelo, y vaya usted a saber cuántas cosas más. Incluso protagonizó una portada de la revista Popular 1. Siempre me ha resultado llamativa esa obsesión de ciertos adeptos al porno por ir más allá en conocer más de lo que sus actrices favoritas muestran en pantalla. Quiero decir, el porno es porno, y vale para lo que vale, lo que no es poco, no me entendáis mal, pero sinceramente, si la muchacha que en aparece en pantalla embadurnada de esperma resulta ser una seguidora de la escuela sofista o si es fan de los Beach Boys, es algo que, personalmente, no me suscita el menor interés.

Lo de hacer porno muy jovencita y dejarlo cuando todavía se es lo suficientemente joven para las exigencias de la industria no es nada que no hubiera hecho antes Traci Lords. Y en cuanto a Sasha Grey, reconozco que es una belleza, y que no tiene esa apariencia recauchutada de algunas de sus excolegas de profesión. Por lo demás, sinceramente, no hay para tanto, y no deja de ser una perpetuación del cliché actriz porno = idiota, por lo que ella sería una rareza. O poniéndolo peor, chica guapa que explota su belleza = debe ser medio subnormal.

Sea como fuere, ahí tenemos mis seis grados de separación: Yo – mi tío – Sancho Gracia – Álex De la Iglesia – Elijah Wood – Sasha Grey. ¿Nos creemos o no nos creemos la teoría?

Canciones:

David Bowie: “I can’t give everything away”

Iggy Pop: “Gardenia”

Incognito: “Still a friend of mine”

08
Sep
13

The Rolling Stones y el pop

Los Rolling Stones son una banda de rock. Esa es una obviedad. No solo son “una” sino que tal vez, incluso, debería decir son “la” banda de rock. Por eso quisiera centrar las siguientes líneas en una faceta que mucha gente desconoce, y es la de los Rolling Stones como banda de pop. Fue hace mucho tiempo. Además, sin duda, habrá una mayoría de entendidos o de fans que calificarán esos escarceos como fruto de una banda que estaba, todavía, tejiendo su propia personalidad. Y parte de razón no les faltará.

Aquello sucedió entre 1966 y 1967. Aproximadamente. Si se considera que la primerísima etapa stoniana, la de grabar una mayoría de versiones de blues, rock y R&B, fue una etapa de purismo (1963-1966), y que los Stones “de verdad” nacen con discos como “Beggar’s Banquet” (1968), nos queda un período de indecisión intermedio.

Ésa era la imagen...

Ésa era la imagen…

Muchas cosas pasaron entre esos dos años que pudieran hacernos entender ese cambio de tendencia, aunque fuese de modo temporal. Por un lado, tenemos el hecho de encontrarnos a una banda que decide ya no grabar versiones sino canciones propias, y que crece desmesuradamente. Por otro lado, está también la influencia del momento. Los Stones pasan de ser una banda de rock a ser superestrellas, a codearse con la gente guapa, a ser admirados, pero también perseguidos. Es en 1967 cuando tras una redada en casa de Keith Richards, detienen a éste último y a Mick Jagger y les colocan a un paso de sufrir una injusta, por ejemplarizante, condena de cárcel por devaneos con drogas. 1966 es el año de gran explosión de lo que se dio en llamar el “Swinging London”, y los Rolling Stones pasaron a formar parte de ello.

Pero aún hay más. El desarrollo como multi instrumentista de Brian Jones, especialmente latente en el LP “Aftermath” (1966) abrió posibilidades a incluir algo más que la clásica estructura guitarra-guitarra-bajo-batería. Finalmente, la aparición de discos como “Pet Sounds” de los Beach Boys (1966), el celebérrimo “Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band” de los Beatles (1967) y el debut de Pink Floyd “The Piper At The Gates Of Dawn” (1967) influye poderosamente al grupo, que en esa época es más permeable que nunca.

Muy gráfico...

Muy gráfico…

Finalmente, podríamos destacar que los problemas con las drogas, y por ende, con la justicia, de Brian Jones hacen que el grupo no pueda girar en USA, ni en varios otros países fuera de su Reino Unido natal, por lo que la actividad sobre los escenarios baja. Y ya sabemos que cuando un grupo vive de gira en gira y de escenario en escenario, suele endurecer su sonido y, hablando en plata, rockear más, mientras que el estudio da más posibilidades para la experimentación con otras sonoridades.

De este modo, las primeras incursiones stonianas en el pop más típicamente sixties británico lo podemos encontrar en singles como ese “Have you seen your mother, baby, standing in the shadow?”, en donde una corte de trompetas y trompas acompañan a una estructura más o menos clásica. Es 1966 y definitivamente, aquello no suena a blues por ninguna parte. Otra nota más clara podemos encontrarla en una de las canciones más célebres de su LP “Between The Buttons”, también un ejercicio de brit-pop 60s que fue “Ruby Tuesday”. Esos arreglos clásicos y ese estribillo que reina en la canción no son, definitivamente, el estilo de lo que conoceríamos como el rock stoniano.

La portada y el título del recopilatorio de 1967, “Flowers”, no dan pie a equívoco. Aunque los temas recogidos no lo son, ese estilo es puramente pop psicodélico. En ese 1967 publicaron también un single con dos canciones que seguían esa senda que se comenzaba a trazar, “We Love You” y “Dandelion” (caras A y B, respectivamente). No aparecieron en ningún LP, si bien constituyen un ejercicio de estilo. Coros, pianos, guitarras en segundo plano, arreglos de orquesta, aires orientales… lo teníamos todo.

El paso final acabó siendo un LP que todo el mundo calificó como “la respuesta de los Rolling Stones al “Sergeant Pepper’s” de los Beatles”, si bien, personalmente, le vería más relación con el debut de Pink Floyd: “Their Satanic Majesties Request”. El título es genial, la portada es una maravilla psicodélica, y solo por ello, vale la pena la adquisición en formato vinilo. De la música, qué puedo decir… Durante años consideré que lo mejor del disco era su portada. Lo reconozco, se les fue de las manos, y ¾ partes de su duración es insoportable. Efectos, guitarras casi inexistentes, theremin, coros,… Hay, no obstante, tres joyas que no puedo dejar de mencionar. En primer lugar, la preciosa “She’s A Rainbow”, donde el piano de Jack Nietsze suena como una delicada caja de música, o la inquietante “In Another Land”. Y desde luego, también, “2000 Light Years From Home”, quizás la pieza más rockera del álbum. Lo demás, pasa entre lo aburridillo y lo insoportable. Esa es mi opinión, pero viendo la increíble versión que Ace Frehley en Kiss se marcó de un insulso tema del disco, “2000 Man”, igual estoy equivocado y hay mejor material de lo que parece.

La pregunta sería, ¿cómo dos tíos como Keith Richards y Brian Jones, tan ajenos, en apariencia, a estas zarandajas de las modas, cayeron en ella? Dejo a Mick Jagger al margen, por ser estilísticamente más abierto y porque al tío Mick la fama siempre le ha perdido. Pensemos en Brian Jones, un verdadero purista del blues a quien las canciones de Jagger y Richards no le acababan de satisfacer. Pues sorprendentemente, parece ser que no quedó insatisfecho con “Their Satanic…”, puesto que por esa época descubrió la psicodelia californiana, que le encantó. Y de todas formas, apenas tenía ni voz ni voto en los Stones, por lo que ya no los consideraba como su banda y se podía permitir el lujo de experimentar. En cuanto a Richards, a pesar de su eterna pose de rockero malote, siempre ha sido más permeable y abierto de lo que jamás le ha gustado reconocer.

El batacazo ingente que se pegaron con “Her Satanic Majesties Request” hizo que se replantearan el sonido. Así mismo, los tiempos corrían que se las pelaban, y las alegres canciones pop de 1966-1967 daban paso a sonidos más duros y más oscuros, como el hard rock blues, que se puso de moda. Y ya nunca más practicaron ese pop de sonido más estándar pero de bonita factura. Lo bueno estaba por llegar, claro, pero yo no despreciaría nunca esa época.

Canciones:

Phoenix: «Everything is everything»

Big Star: «Thirteen»

Supersuckers: «The Evil Power of Rn’R»

12
Abr
12

La influencia de los Beach Boys

Esta tarde andaba pensando en los Beach Boys. Leí no hace mucho que Brian Wilson iba a reunirse con los miembros originales Mike Love y Al Jardine, quienes junto con Bruce Johnston, que lleva desde 1965 sustituyendo al propio Wilson en la mayoría de las giras, mantenían el nombre de Beach Boys vivo. Con mayor o menor fortuna, posiblemente menor, y llevando el nombre de Beach Boys al pantanoso terreno de las bandas de revival cutre, este trío se paseaba por los escenarios de medio mundo (creo recordar que pisaron la piel de toro el verano pasado o el anterior). Pero todos sabemos la verdad: sin Brian Wilson, sobre las tablas o en la sombra, no son verdaderamente los Beach Boys. 

Y cuando nadie daba un duro por ello, resulta que a Brian Wilson le da por volver a girar con sus antiguos compañeros, con una excusa tan pobre como la conmemoración del 50 aniversario de la banda. Es decir, después de su recuperación en los 90’s, de la publicación de «Smile» tal y como lo había imaginado en su cabeza, o como lo recordaba, claro, después de girar en solitario llevando «Pet Sounds» y «Smile» a los escenarios, de grabar varios discos, después incluso de la muerte de su hermano Carl, a Brian Wilson le da por volver a girar con The Beach Boys, o lo que queda de ellos, en una pirueta, cuanto menos, extraña. Básicamente, porque uno piensa: Para qué? Lo cuál demuestra que al viejo genio todavía se le va la olla de vez en cuando.

En cualquiera de los casos, y aunque si pisaran la Península, trataría de ir a verles, por el momento no hay ningún show anunciado en el tramo europeo de la gira, entre julio y agosto del presente año. Reconozco que sería un ejercicio nostálgico más bien arriesgado, las probabilidades de decepción son francamente elevadas. Y es que para mí, la sonoridad, el preciosismo que presentaba música de los Beach Boys suponen un hito en eso que llamamos música pop. Aunque no podemos decir que existan muchos grupos que la tomen como referencia. Esa clase de arreglos y de coros resultan muy complicados, demasiado como para utilizarlos sin caer en el más absoluto de los ridículos. Queridos, es como si un señor de 65 años quisiera enfundarse unos tejanos estrechos, llevar un par de rastas en el pelo, ojos maquillados y una camisa abierta hasta el ombligo. Eso sólo queda bien si uno se llama Keith y se apellida Richards. Es lo que hay.

Al final, no he sido capaz de encontrar muchas influencias claras de los Beach Boys. Desde luego, no en bandas, y tan sólo en algunos temas de ciertos grupos se puede ver algo que claramente pudiera asociarse con el sonido clásico de los chicos de la playa en su faceta más pop. Podemos verlo en un tema como «At My Most Beautiful» de R.E.M.


Para mi gusto, el mejor corte de un disco que fue injustamente tratado, «Up», y en donde un inspiradísimo Mike Mills despliega una melodía que cabalga sobre pianos, cascabeles, teclados, un banjo que suena de fondo, cuerdas… un ejercicio puramente Wilson, sin duda.

Vayamos con otro tema al que yo le veo un deje Beach Boys, aunque no tan evidente como en el anterior. Si digo que los Manic Street Preachers pasaron un momento flojito desde finales de los 90’s hasta finales de la década pasada, posiblemente muchos de los fans antiguos de los galeses se alinearían conmigo. Pertenece, sin embargo, a esa época, la canción que quisiera resaltar:


Este «So Why So Sad?» tiene un sabor claramente pop, y que me aspen si el puente/solo que cuelan antes del último estribillo no recuerda a «Pet Sounds». No negaré que me gustan más los Manics más rockeros que no los que cantaban horrores como «Tsunami», y que durante esa etapa me desentendí de su música. Pero es lo que tienen los singles. Un buen día, uno escucha una canción, una sola, una en concreto, y resulta que acaba redimiendo a un grupo.

Para acabar quisiera colar la canción marciana de esta entrada. Reconozco sin rubor que no tengo ni idea de quienes son estos tales Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, ni tampoco del peso que han llegado a tener, si alguna vez lo tuvieron, sobre la música española. Puedo decir que no conozco nada más que la canción que suena en el vídeo siguiente, y, sinceramente, no creo estar perdiéndome gran cosa:


De acuerdo, tanto la letra como el propio título del tema, «Señora Azul», se mueve en el ridículo más espantoso si no fuera por, ay, ese apropiadísimo uso de las armonías vocales francamente deudoras de los Beach Boys. ¿Que no? Escuchen, escuchen cuando canta aquello de «tú no puedes apreciar con propiedad» y lo que sigue… Están, o no, de acuerdo conmigo, mis queridos lectores, paseantes, asiduos o curiosos?

Acabaré pidiendo el comodín del público, undostrés responda otra vez, canciones en las que se pueda apreciar una influencia clara de los Beach Boys más clásicos. Como premio por haber llegado al final de esta entrada, el vídeo con la canción que me lleva obsesionando todo el día de hoy, el tema con el que arranca el disco de Brian Wilson de 1998, «Imagination». Buenas noches.


10
Nov
08

Forrest Gump

Empezaré comentando que «Forrest Gump» es una película que me encanta. Ya está dicho. Que se trata de esa clase de películas que he visto varias veces, y que si la pillo en alguno de esos pases inesperados por televisión, siempre procuro ver ni que sea un ratito. Vamos, algo parecido a lo que ya comenté en su momento de «Cadena Perpetua».
He querido comenzar de este modo porque menudas hostias se llevó la película en su momento. Principalmente, por ser calificada de ñoña, de infantiloide, o incluso de ser pro-americana (??!!). Y sí, probablemente sea algo de los tres calificativos. El caso es que un sector de público supuestamente más intelectualoide, más alternativo, consideró la cinta como un despreciable producto para las masas. Masas que, por otro lado, auparon la película al imaginario colectivo, a veces hasta convertirlo en algo pesado (ya saben, lo de la vida es como una caja de bombones, y todas esas tonterías que medio mundo recuerda). Tan pesado como esos personajes bonachones y entrañables que se acostumbró a encarnar un Tom Hanks que cada vez se ha vuelto más pesado.Pero poco de esto importa cuando veo de nuevo «Forrest Gump». Qué puedo decir, me parece una película divertida, y más mordaz de lo que pudiera parecer en un principio. Sin olvidar un detalle, no lo puedo obviar, es un personaje que me inspira ternura. No soy un tipo muy dado a estos sentimientos referentes a personajes de ficción, con lo que no deja de sorprenderme. Pero es así, no le demos más vueltas. Forrest se reencuentra con Jenny, conoce a su hijo, y ahí está el tío Kar, con la sonrisilla boba.

Peliculón… y discazo!

Sus lecturas históricas están hechas con mucha gracia, y desde luego marcaron un antes y un después, y no me refiero sólo a la técnica de la inserción de personajes en imágenes pretéritas. Todo eso por no hablar de esa impresionante banda sonora. Un recorrido por lo más granado de la música americana desde los 50’s, ni una sola de las canciones que suenan tiene desperdicio, y aportan mucho a la cinta. De hecho, existe un «Forrest Gump» libro, anterior a la película, y en el que se basó el guión. Sin embargo, y hablo sin haberlo leído, se trata de la típica historia que se alimenta mucho de imagen y música, y me cuesta imaginarlo en negro sobre blanco. Tal vez debería leer algún día de estos el libro original.

Vi «Forrest Gump» de estreno, en 1994, y tanto me gustó, que no perdí la oportunidad de volverla a ver unas semanas después, de hecho, una de las pocas películas que he visto dos veces en sala comercial. Y poco tardé en conseguirme una copia de la banda sonora, que grabé en una cinta de cassette que escuché hasta hacerla reventar. Nota freak: era un cassette en el que llegué a «customizar» la portada. Y es que era la época en la que comenzaba a descubrir el rock más allá de mis referentes de la época, a saber, Nirvana, R.E.M. o Guns N’ Roses. Claro, de repente escuchar The Doors, The Beach Boys, Buffalo Springfield o Creedence Clearwater Revival fue un shock y supone otra de los aspectos que tengo que agradecer a «Forrest Gump», que me descubriera un mundo de rock clásico.

Puedo entender, en definitiva, algunas de las críticas que la película recibió. Puedo entender que algunos de los que estáis leyendo estas líneas no podáis estar más en desacuerdo con mis opiniones. Pero diantre, delante mío no se critica al bueno de Forrest!!

Canciones:

Stiltskin: «Inside»
Madonna: «Give it to me»
Them: «Gloria»

09
Abr
08

The Beach Boys (y 2)

(viene de la entrada anterior) Pero no se quedó ahí. Brian Wilson estaba en su cénit y lo sabía. Y comenzó a grabar una canción que le vino a la cabeza y que sabía que sería una de sus grandes obras: Good Vibrations. Sin embargo, algo andaba mal. Brian Wilson era un perfeccionista obsesivo, tenía la música en su cabeza y QUERÍA plasmarla tal cual la escuchaba en su mente. Por otra parte, consumía más drogas que nunca y sus bajones por supuesta falta de inspiración se convertían en depresiones paranoides. Necesitó 6 meses, tres estudios diferentes y una cantidad ingente de pasta (la cifra más alta jamás usada en un single) para acabar “Good Vibrations”. Sintomático de cómo estaba el asunto. Pero en 1966 había publicado otro single definitivo. Tenía sólo 24 años.
Entre 1966 y 1967 Brian Wilson trabajó en el que debía ser la obra que continuara y superara el magno Pet Sounds, que titularía Smile, y que contenía su single “Good Vibrations”. Junto con el letrista Van Dyke Parks, se encerró para grabar horas y horas de música que su grupo veía extraña e inconexa y sólo parecía cuadrar en la mente de Brian, lo cuál tensó aún más las relaciones. Por otra parte, Brian Wilson entró en una espiral de LSD y marihuana, en depresiones y subidones y en un diagnóstico de esquizofrenia. Situaciones grotescas como hacer traer arena de playa a su mansión y en un montículo de arena situar el piano para inspirarse, o hacer poner a todos los músicos un casco de bombero para ponerse en situación, se tornaron habituales. Las discusiones con el resto de los Beach Boys y su situación mental (que él mismo definió de psicodelicado) provocaron que, de repente, cancelara el proyecto con más de medio disco terminado. La compañía (y sus compañeros), hartos de la espera, decidieron recopilar el material utilizable (mención especial al gran single “Heroes & Villains”) y publicarlo en 1967 como el 12º disco de la banda, bajo el nombre de Smaley Smile. Ese fue, para mi gusto, el último gran momento de los Beach Boys, el final de una etapa mágica que acabó de manera trágica: Brian Wilson se encerró varios meses en su habitación, consumiendo drogas a mansalva, hundido psicológicamente, y los Beach Boys tiraron adelante sin él.

Brian Wilson: un hombre y su casco de bombero

La discografía posterior palidece. Hay, qué duda cabe, buenos temas, y buenos momentos, pero ya no comparables a su primera etapa de surf pop rock o a su momento cúspide pop. Brian Wilson aparece y desaparece, compone algunas cosas, pero el peso de la banda recae en Carl Wilson (quien adopta un papel mucho más protagonista y desarrolla su potencial vocal), en Dennis Wilson (por su carisma) y especialmente en Mike Love, quien adoptará el papel de líder absoluto y cara visible de los Beach Boys. Durante el 1968 Dennis Wilson se rodea de extrañas compañías, relacionándose con Charles Manson y su “familia”. Declaró en su época que fueron amiguetes, los acogió en su casa hasta que tuvo que echarlos, por presiones de su mujer (y por contagiarle una gonorrea) y también porque las cosas se volvieron algo, digamos, extrañas. Siempre mantuvo una posición ambigua al respecto. Obviamente, Dennis Wilson condenó los actos de Manson y su gente, pero a su vez siempre habló de él como un tipo con el que tuvo buena relación, y de hecho, le produjo su disco. Jamás declaró en el juicio y reconoció que visto lo ocurrido, y tras recibir amenazas, le acojonaba un poco lo que pudiera pasarle.

Dennis Wilson: el amigo de Charlie Manson

La negativa de los Beach Boys a participar en el Festival Pop de Monterrey de 1967 (ya sabéis, el de Hendrix como estrella) fue sintomático de cómo iban a ir las cosas. De repente, la evolución del grupo se había frenado y los tiempos les habían superado. Encararon los 70’s siendo la gran banda americana, pero sin participar de ese esplendor que el pop y el rock de finales de los 60’s vivieron. Brian Wilson participaba intermitentemente, en la composición y en los conciertos, y el resto de miembros del grupo adquirieron peso específico. De repente, Brian Wilson componía un temazo como “’Til I Die” y de repente desaparecía. Las canciones solían estar compuestas por Brian Wilson y Mike Love. A finales de los 70’s eran una gran banda en directo, pero sus discos habían bajado mucho el nivel.

Compré el otro día un pack de 3 DVD’s (a un precio irrisorio de 19€) que recogen actuaciones en TV, un documental y un concierto entero que toda la banda (Brian Wilson incluido) dieron en el mítico festival de Knebworth en el 80. Refleja lo que eran entonces, una banda con un directo aplastante, con un repertorio mágico, dirigida por un Mike Love con el que sería su característico look de hortera de playa, con Brian Wilson escondido tras su piano, con Carl y Dennis haciendo gala de carisma, pero recuperando y viviendo de sus éxitos pretéritos. Sería el último concierto con toda la banda al completo.

Una de sus actuaciones de los 70’s. Ojito al look hippioso de Mike Love.

Comenzaba una mala época para el grupo, llena de tensiones internas, con un Brian Wilson que llegó a pesar 150 kg en 1982 y que acabaría por dejar a los Beach Boys. Por si fuera poco, en 1983 murió Dennis Wilson. El resto de la banda se dedicó a sobrevivir más como un grupo de revival que como lo que fue, uno de los mejores grupos de la historia. Para el recuerdo queda ese hit que fue “Kokomo”, un tema que rezuma ochenterismo por todos sus poros y que colaron en la banda sonora de la película “Cocktail”. Fue su primer número 1 en años. Por otro lado, a finales de los 80’s Brian Wilson comenzó a mostrar signos de mejoría e incluso fue capaz de grabar su primer álbum en solitario. Brian Wilson mejoraba y los Beach Boys era una banda condenada irremediablemente al circuito de revival. A principios de los 90’s tuvieron 15 minutos de fama con un recopilatorio al que le debo el interés por su música. Era uno de esos recopilatorios en los que además se incluía un “megamix” horrendo… pero que en aquél momento me encantó.

En 1998 moría Carl Wilson de un cáncer de pulmón. Y sería Brian Wilson quien mostraría la cara amable de la historia. Su recuperación, más o menos, era un hecho. Grabó varios discos y en el nuevo siglo XXI se decidió a recuperar lo que le pertenecía, su memoria de los Beach Boys. Repescó Pet Sounds en una serie de conciertos casi míticos y ya en 2004, tras cerca de 40 años, acabó grabando Smile tal y como lo concebió. O por lo menos eso dijo.

Sin despreciar en absoluto sus primeros discos, que contenían singles que han sobrevivido en la memoria popular casi medio siglo, está claro que la etapa de los Beach Boys Pet Sounds-Good Vibrations-Smaley Smile es espectacular. Y la gran duda es qué hubiera pasado si Brian Wilson hubiera sido emocionalmente más estable y hubiera podido continuar haciendo música sin caer en ese “retiro forzado”. Entra dentro de las competencias de la ciencia ficción, claro, pero a uno le queda la sensación de que algo grande se ha perdido.

Canciones:

The Beach Boys: «I can hear music»
The Beach Boys: «‘Til I Die»
The Beach Boys: «Heroes & Villains»

07
Abr
08

The Beach Boys (1)

Llevo una temporada obsesionado por la música de los Beach Boys. Sin saber por qué, de repente me ha dado por repescar su material. Resulta una evidencia que hoy en día a los Beach Boys se les recuerda, generalmente, como un grupete de jóvenes que a principios de los 60’s hacían alegres canciones surf sobre playas, olas, coches, chicas y diversión. Esa es la primera imagen que aparece cuando se menciona este nombre. Esa, o la de un Mike Love con pinta de pureta horterilla, con una gorra de beisbol perenne y una camisa hawaiana, que es, a la postre, la imagen de la banda de los 80’s en adelante. Popularmente no es conocida esa etapa en la que los Beach Boys hicieron sombra a los mismísimos Beatles (y a The Byrds, y a Love, y a …) en el trono del pop. Poco importa, está claro que los Beach Boys y Brian Wilson en particular marcaron un hito casi insuperable en su etapa Pet Sounds-Good Vibrations-Smaley Smile, y es una verdadera tragedia para la música que Wilson se hundiera en su miseria lisérgica y psicológica cuando estaban en la verdadera cúspide.
La historia es más o menos conocida. En 1961 se crea la banda, formada por los hermanos Brian, Carl y Dennis Wilson, un primo suyo, Mike Love y un amigo, Al Jardine. El señor Wilson padre, músico frustrado, vio un filón en sus retoños, capaces de combinar unas armonías vocales que bebían del emergente pop y doo-woop que tenía por tótem a Phil Spector con la energía del rock n’ roll. Para darle más personalidad a la cosa, bebían de las fuentes del emergente surf rock. Aunque popularmente se les relaciona con el movimiento, The Beach Boys no eran exactamente un grupo de Surf Rock como lo podrían ser The Ventures, Surfaris, Jan & Dean o Dick Dale & his Dale-tones. Papá Wilson no era precisamente un padre amoroso, le daba al alpiste cosa mala y más de una yoya se llevaron sus hijos, y si no que se lo digan a Brian Wilson, quien se quedó sordo de un oído a causa de una de sus palizas.

De izquierda a derecha: Dennis Wilson, Al Jardine, Brian Wilson, Carl Wilson, Mike Love

Entre 1962 y 1965 grabaron la friolera de 10 LP’s, con muchos de sus clásicos por los que se les conocería toda la vida: Surfin’ Safari, Surfin’ USA, Surfer Girl, California Girls, Help Me Rhonda, Barbara Ann, … una discografía aclaparadora que además mostraba su capacidad para realizar versiones de clásicos (Then She Kissed Me, Why Do Fools Fall In Love, …). Esta es la etapa que todo el mundo tiene en mente. Lo curioso del tema es que los Beach Boys no eran surfers. El único que realmente amaba la playa y el surf era Dennis Wilson, el más carismático de los hermanos, si bien también considerado el que menos talento musical tenía. Para cerrar la historia con una paradoja, Dennis Wilson murió en 1983, accidentalmente, ahogado cuando practicaba buceo, de una manera bastante estúpida (desde la barca de un amigo, lanzaba objetos que luego bajaba al fondo a recuperar). Carl Wilson era el que tenía mejor voz, además suya es la voz aguda tan característica de sus armonías vocales. Pero sin duda alguna, el talento de la banda estaba en manos de un tipo tan genial como desequilibrado, Brian Wilson. Y debido a su carácter retraído, se complementaba muy bien con Mike Love, auténtico showman de la banda, capaz de darle la vuelta a las composiciones de Brian Wilson y dotarlas de una pátina de optimismo y diversión.

Por su visión más avanzada de la música de la banda, Brian Wilson era el que más chocaba con su padre. De hecho, en su autobiografía “Wouldn’t it be nice”, papá Wilson no sale muy bien parado. Como anécdota de la primera época cabe señalar el hecho de que Chuck Berry reclamó los derechos de “Surfin’ USA” por considerarlo un plagio de su “Sweet Little Sixteen”. No estoy yo por la labor de considerar si tenía razón o no, desde luego las composiciones son sospechosamente parecidas, pero el caso es que papá Wilson le cedió esos derechos, no sólo de la música sino también de las letras, lo cuál es totalmente absurdo. Todo eso sin decirle nada a su hijo Brian, compositor del tema, quien estuvo 25 años sin saber nada al respecto.

Portada de su obra cumbre

Los Beach Boys se habían convertido en un grupo tremendamente popular, en el grupo de América. Brian Wilson, sin embargo, no era una persona que disfrutara de la vida de músico, girando sin parar, de hecho, era Mike Love quien llevaba el peso en los conciertos. Ya en 1964 dio el primer aviso, y se negó a llevar ese ritmo de giras. Brian Wilson sólo participaría en algunos conciertos, pero para completar sus partes en las giras maratonianas, contrataron a un músico que se había creado cierto bagaje en la escena californiana, Bruce Johnston. Johnston estaría en la banda como miembro más o menos fijo hasta los 80’s.

Estaba claro que Brian Wilson quería llevar más allá la música de la banda. Dar un paso adelante y alejarse de las canciones de surf pop rock. De hecho, Wilson, quien con 21 años ya ejercía de productor, estaba muy interesado tanto en los experimentos de su adorado Phil Spector como en la nueva música que venía de Inglaterra con unos Beatles que habían logrado evolucionar. Aunque fans como Keith Moon de The Who jamás se lo perdonaron, la idea que tenía en mente Brian Wilson era tirar hacia el pop. Brian Wilson se había convertido en el cerebro y principal compositor. Sin embargo, no se puede decir que fuera un tipo equilibrado. Con tendencia a la depresión y a la paranoia autodestructiva, sólo le faltó entrar en contacto con las sustancias psicotrópicas. La cosa fue del siguiente modo: Cuando Brian Wilson escuchó el álbum Rubber Soul en el que los Beatles daban un paso alejándose de las alegres melodías pop-rock, se dio cuenta de que eso era lo que él quería para su banda. Y decidió experimentar al máximo, dando rienda suelta a sus instintos, lanzarse a la época psicodélica, buscar su propio Rubber Soul. El resultado es Pet Sounds, de 1966, el mejor disco de los Beach Boys y uno de los mejores discos de la historia. Esa evolución, sin embargo, no fue una cosa que sus compañeros de grupo acabaran de entender. De hecho, el nombre de Pet Sounds viene de una broma con mala uva que Mike Love le comentó a Brian Wilson, diciendo que esas tomas “raras” que grababan parecían música para perros. Brian, por su parte, recuerda esa época con algo de mosqueo. Declaró que “los beach boys sólo le querían para escribir canciones como churros”. El caso es que en Pet Sounds no hay ni rastro de surf pop rock. Es un pop psicodélico en el que Brian vació su alma. Experimentó con instrumentos, tempos, temáticas y armonías. Jamás las voces de los Beach Boys sonaron tan bien.

Foto promocional… no busquéis, no aparece Brian Wilson. El de la perilla es Bruce Johnston.

Temas como “God Only Knows”, “I know there’s an answer” o “Sloop John B.” rubrican uno de los hitos del pop de los 60’s. Una canción como “You still believe in me”, con esos timbres y bocinas de bicicleta como parte de la instrumentación es pieza clave para entender cómo habían cambiado las cosas.

CONTINUARÁ

Canciones:

The Beach Boys: «Surfin’ Safari»
The Beach Boys: «California Girls»
The Beach Boys: «You still believe in me»

03
Abr
08

Charles Manson

Hace unos días saltaba a la prensa un hallazgo de lo que parecen ser varias tumbas en un rancho que fue propiedad de Charles Manson, Barker Ranch. Todo parece indicar que se trata de sepulturas de varias víctimas más de Charles Manson. Lo más curioso del tema es, no obstante, la popularidad que aún hoy, cuando se cumplen 40 años de su más terrible acción, sigue manteniendo Manson y cómo su figura todavía produce repulsión y atracción a la vez.

La historia es de sobras conocida por todos, y hoy en día Charles Manson cumple cadena perpetua en un penal de California tras la abolición de la pena de muerte en el estado de California, ya que le esperaba la cámara de gas. Cuenta en la actualidad con 73 años y tiene el extraño privilegio de ser el único psicópata que cumple condena sin haberse ensuciado las manos de sangre… porque recordemos que Manson no perpetró sus crímenes sino que indujo a su “familia” ha llevarlos a cabo.

De alguna manera, la figura de Charles Manson siempre ha estado ligada al rock. Por varias razones. Él mismo era un cantante y músico frustrado. Sus grabaciones se recogieron en un disco titulado “Lie: The Love & Terror Cult” que salió a la luz durante el juicio del 69. Las luces y sombras, está claro, planean sobre todo lo que rodea a Manson. La versión más aceptada fue que de alguna manera, el Beach Boy Dennis Wilson, quien tuvo un contacto bastante cercano con Charles Manson en esa época, fue quien produjo y pagó las sesiones de estudio de ese disco. Otras habladurías hablan de que no fue Dennis quien produjo, sino sus hermanos Brian y Carl Wilson. Lo dicho, no hay nada claro y nadie, desde luego, quiere reconocer haber tenido más contacto con el monstruo del que es evidente.

Su frente hoy en día está decorada con una esvástica tatuada.
No parece ser que el mundo haya perdido un músico excepcional al encerrar a Charles Manson entre rejas, yo al menos no he tenido oportunidad de escuchar su disco. Hay que decir que el estado de California prohíbe que el autor se lleve ni un centavo de los royalties de las ventas de ese disco que, mira por donde, no han cesado de crecer desde entonces. Todavía recuerdo haberlo visto en alguna cubeta de la desaparecida y mitiquísima Virgin Megastore de Barcelona. Sin embargo, hay algunos detalles cuanto menos llamativos. Los propios Beach Boys grabaron una de las canciones compuestas por Manson. Se trata de un tema llamado “Cease to Exist” y que los chicos de la playa grabaron como “Never learn not to love”, cambiando la letra y tapando un poco el asunto.

El caso es que en 1994 los Guns n’ Roses grabaron una de esas canciones como un track escondido al final de su disco “The Spaghetti Incident?” (disco a reivindicar, desde luego). Claro, era 1994, los Guns n’ Roses todavía eran la banda más grande de la escena del rock n’ roll y de repente les da por hacer una versión de un tema compuesto por un asesino. La polémica, una vez más les acompañó. Pero diablos… me encanta esa canción!! Tiene una, digamos, belleza inquietante. Por lo menos la versión gunner, de la que podéis dar buena cuenta.

Ojito a ese final con un Axl diciendo “aaah, thanks, Charlie”. Axl, un provocador nato. Y es que la imagen de Axl con una camiseta con la cara de Charles Manson es otra de las imágenes de los 90’s. Marilyn Manson es otro que parece tener algún tipo de interés obvio por la figura de Charles Manson, actitudes que escandalizan a mucha gente. ¿Qué tiene Charles Manson que atrae? ¿O mejor dicho, qué tiene Manson que no pudiera tener cualquier otro psicópata? ¿Tal vez sea su carrera musical? ¿Tal vez que en su época representaba algo así como el lado oscuro del hippismo? ¿sus contactos con Wilson y algunos miembros de la industria musical californiana? Siempre se ha comentado que los asesinatos de la Familia Manson acabaron con el sueño hippie, lo cual no deja de ser una tontería, el sueño hippie, si alguna vez existió, no se lo cargó Manson. O no sólo él. En fin, lo paradójico del tema es que, 4 décadas más tarde, todavía llena páginas y páginas.

Canciones:

Fun Lovin’ Criminals: «We’re all very worried about you»
Counting Crows: «Come Around»
Helicopter Girl: «Angel City»




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