Archivo de 19 de agosto de 2008

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Fiestas de pueblo

Pues sí que me está saliendo un NDK vacacional repletico de topicazos veraniegos… porque si en la anterior entrega era la playa quien protagonizaba estas líneas, en la presente hablaremos de otro clásico estival: las fiestas del pueblo. Porque damas y caballeros, estos días se ha celebrado las fiestas del pueblo de la bonita localidad extrarradial donde habito. Y como quiera que las noches de verano son para pasarlas fuera de casa, he aprovechado para mezclarme con mis paisanos. Y créanme, la cosa da de sí.
En este pueblo, como en la mayoría de las comarcas que rodean la urbe de Barcelona, la población juvenil (y que a la postre, suele salir en masa en estos eventos) se divide entre candidatos a aparecer en cualquiera de estas fotos y un sector más perroflautil, que generalmente es la que organiza, participa en las colles, los concursos y todas esas cosas. Y la división no es sólamente estilística, sino también geográfica. Al primer grupo te lo encuentras en masa en la feria. No hace falta que me extienda mucho en la feria, por lo menos no más de lo que comentaba el amigo Javiruli por aquí. Al sector perroflautico se le puede ver en el otro lado, en el parque con los conciertos y las festes alternatives. Y yo, pobre de mí, casi prefiero el perroflautico, en general, muy joven y con un punto de ingenuidad que casi enternece, hasta que se chocan contigo y te derraman un poco de su litro por encima.

Como habitante novato de esta localidad, no tengo ese sentimiento de patria chica, y mis relaciones con las gentes del pueblo son escasas. Pero está bien para darse una vuelta las noches de fiesta. Y la primera noche, tras dar cuenta de la debida cena y de unas copichuelas en una terraza, fuimos hacia el parque donde los Hell Angels locales, los Imperiales (uuuhhhh) habían preparado un escenario para acoger el sector juvenil de fiestas. Y yo, que soy así de imaginativo, nada más ver un escenario y unos moteros ocupándose de la logística, no podía dejar de pensar en un Mick Jagger acojonado en Altamont . El concierto de esa noche, sin embargo, no lo abría Santana ni Jefferson Airplane, sino un horroroso grupo de perroflautas llamado La Troba Kung Fu, que hacía una suerte de música entre sudamericana, popular catalana y rumbera, algo horroroso que además duró la hostia. Pero que, oh sorpresa, tenía su tirón entre el público allí congregado.

DJ Miqui Puig is in da hause

La curiosidad de la noche y lo que me llevaba allí era que después había sesión de DJ Miqui Puig. Sí, señores, por si alguien no lo conoce, el orondo Miqui Puig es el que fuera cantante de Los Sencillos, jurado de cualquier concurso de cantantes y chorradas de la tele (desde el mitiquísimo Lluvia de Estrellas hasta el tremebundo Factor X), marisabidillo, hortera, y que también mete sus narices haciendo secciones de música y tendencias en cualquier programa de tele o radio en el que se lo permitan (desde el fenecido Ticket de La Sexta hasta programas de radio catalana). En definitiva, un tío que se ha colocado muy bien. Pero qué puedo decir, me cae bien. Es un pedante y un snob, pero hay que reconocer que el tipo sabe de música (sus comentarios no son estúpidos y no recomienda nada que no sea, mínimo, de Serge Gainsbourg). Tenía curiosidad por saber qué iba a pinchar como DJ, y hay que reconocer que la cosa comenzó muy bien. Empezó pinchando una selección de rocksteady, ska británico y soul que me gustó. La sesión pasó momentos más tópicos pop-rock y acabó en algo demasiado techno, demasiado convencional para lo que me pedía el cuerpo entonces. Así, DJ Gordiqui Puig fue de más a menos y acabé por marcharme sin que hubiera acabado. Aún con esto, esos primeros 45 minutos fueron divertidos y los bailoteos en ese glamouroso parque rodeado de esos paisanos, muchos de los cuales ni siquiera habían nacido cuando se publicó «Nevermind» estuvieron bien.

Seguridad Social: el cantante se ha puesto ternasco, pero conserva buena voz

La cita en nuestro Altamont particular era el día siguiente, con un concierto que ya me interesaba más: Seguridad Social. Os voy a confesar una cosa: cuando tenía unos trece o catorce años, me gustaba esa banda. O como mínimo, los cuatro hits que tenía grabados en una cinta. Y bueno, estaban tocando gratis en mi casa. A la banda se la veía en la decadencia de esos grupos que vivieron los ochenta y parte de los noventa de los bolos veraniegos a costa de los ayuntamientos y que hicieron su agosto cuando el rock español tenía tirón. De manera que nada de florituras, cantante y tres músicos, que cuantos menos seamos, más tocamos a repartir. Lo cuál no le fue mal a la música del grupo. Batería, bajo y un guitarra bastante bueno que hacían sonar las canciones durillas, casi recordando sus inicios en la escena punk valenciana. Que nadie se lleve, de todas formas, a equívoco. El 80% de los allí presentes estaban para escuchar «Chiquilla». Y en ese sentido, el grupo fue honesto, y se dedicaron a desgranar sus singles más conocidos, que sorprendentemente, no son pocos. Como decía ese clásico slogan, «conoces más canciones de (-póngase el nombre de la banda que se quiera, en este caso, Seguridad Social-) de las que crees». A mí, es que me recuerdan a esa cinta que tenía grabada y también, como no, a esos locales de Poble Nou que frecuentaba y en los que hits como la mencionada «Chiquilla» o la skatalítica «Comerranas» eran un must. Y diablos, debo decir que lo pasé bien. No pagaría por ver un concierto suyo, pero me gustaron, sonaron bien y pasé un buen rato.

Tras Seguridad Social, tocaba otro DJ. No recuerdo su nombre, decían era el DJ residente de la sala Clap de Mataró. Como quiera que recuerdo haber estado alguna vez en ese sitio y que se pinchaba pop rock más o menos modernete pero bien, quise quedarme, a ver qué tal. La decepción fue mayúscula al toparme con una selección de rock latino (Los Fabulosos Cadillacs, Macaco, Jovanotti, Radio Futura,…), de modo que dejé a DJ Perroflauta y me largué, tratando de recordar si eso era lo que se pinchaba en Clap (y creo que no). La audiencia, he de decir, estaba encantada, mucho más que cuando el día anterior Miqui Puig pinchaba PIL, The Clash o The Jacksons.

Y con ello, ha acabado mi periplo por las fiestas locales, por lo menos, hasta el año que viene. No estoy por la labor de hacer valoraciones acerca de presupuestos, de la realidad de estas fiestas en el entorno del ocio del siglo XXI, ni estas cuestiones que se acercan a la temida camisa de once varas. Que estoy de vacaciones.

Canciones:

PIL: «This is not a love song»
Pixies: «Gounge Away»
The Jacksons: «ABC»




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