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Counting Crows: Pero quién coño era Mr. Jones?

El tener como referente a los programas de videoclips hacía que me moviera por coordenadas más estéticas que éticas. Un bonito hit perpetrado por unos tipos que lucieran pelo largo, tejanos raídos, perillas y cara de tener una resaca descomunal era, a menudo, suficiente como para captar mi atención. Tuviera o no nada que ver con el grunge, eso ya lo he explicado. Y desde luego que los Counting Crows no tenían nada que ver con el dichoso grunge. Lo suyo era un rock de raíces mucho más clásicas bebiendo del nuevo rock americano de mediados de los 80s y con unas influencias evidentísimas de mis adorados R.E.M.

Era 1993 cuando el vocalista Adam Duritz cantaba un sha-la-la-la-la-la-la que sonaba tan extremadamente retro que parecía moderno, mientras agitaba su melenita a base de unas rastas que, lo reconozco, me encantaron. Era su primer sencillo, “Mr. Jones”. Luego, en su segundo single, luciría una perilla de mosquetero que completaría el look 90s definitivo.

Y aunque lleve dos párrafos sin hablar de música, lo de los Counting Crows era cosa seria. Sus dos primeros discos, el celebérrimo “August and everything after” que contenía “Mr. Jones” y su continuación, el todavía mejor “Recovering The Satellites” los situaría en mi top100 de mejores discos de los 90s que no voy a hacer nunca.

“Mr. Jones” no fue nunca uno de los temas más celebrados en las discotecas a las que acudíamos con dieciséis años. Carecía de guitarrazos y de bajos marcados, no tenía tampoco un estribillo que berrear. Se solía pinchar o bien al principio de la sesión, cuando había poca gente, o bien al final, cuando íbamos desfilando hacia el exterior. Cantando sha-la-la-la-la-la-la.

De vez en cuando, compartía algunos gustos con mi hermana, y ella fue la que compró, en formato cinta de cassette, una copia del “August and everything after”. Así, tuve acceso a las letras de las canciones, algo que obviamente no podías conseguir en aquella época a no ser que tuvieras una copia original del disco y que las letras estuvieran impresas en el libreto. No había, claro, Internet. Por lo menos no como algo de uso habitual. Sí, era como el paleolítico superior.

Hola, soy Van Morrison y estoy cabreado porque otro está cantando sha-la-la... no me he quitado el sombrero desde 1983...

Hola, soy Van Morrison y estoy cabreado porque otro está cantando sha-la-la… no me he quitado el sombrero desde 1983…

Así, tirando de diccionario y con varias escuchas, pude tener acceso a algo que por entonces daba casi por imposible: el significado de las canciones. No es que la letra de “Mr. Jones” escondiera los secretos de la civilización occidental, y sin embargo, ¿quién diablos era el tal señor Jones? ¿Sería el marido cornudo de la famosa Ms. Jones?

Por los versos que canta Duritz, parece ser su amigo follaca, aquél con quien se va de bares para ponerse hasta el ojete y tratar de ligarse con alguna de las muchachas que su camarada atrae. Lo que sería en el reino animal ser una rémora, ese entrañable pez que sigue a un tiburón y se alimenta de esos pedazos de carne que el escualo deja escapar mientras está engullendo a su pieza. Ah, la táctica de ligoteo de la rémora, tan socorrida.

Bob Dylan, Picasso, “black-haired flamenco dancers”… demasiadas referencias culturetas para una canción pop… sha-la-la-la-la-la-la-la-la-la … aunque presuntuosas, a menudo, no tenían malas letras los Counting Crowes. Y sí, hablo de ellos en pasado a pesar de ser plenamente consciente de que siguen en activo. Pero por lo que a mí respecta, es una banda que murió el 31 de diciembre de 1999, justo antes de las doce de la noche, de que bajara la dichosa bolita (glinglinglinglin), sonaran los cuartos, las doce campanadas y surgiera el efecto 2000 barriendo la civilización. No es que los discos posteriores sean malos. Pero ya no eran lo mismo. Tal vez yo ya no era el mismo.

Siempre defenderé con uñas y dientes el “Recovering The Satellites”, por resultar más guitarrero, si bien “August…” tiene esa aureola depresiva acústica tan buena para los días de lluvia, de cigarrillos y café, como decía Otis Redding. Diablos, si suena hasta un acordeón. Un jodido acordeón, ese instrumento de María Jesús y de los gitanos rumanos del metro. Pero en qué momento. Me encanta esa canción donde suena, “Omaha”, dedicado al lugar, con esos versos que dicen: I think you better turn your ticket in / And get your money back at the door. Viajo mucho por trabajo, a muy distintos lugares, y tengo esa exacta sensación demasiado a menudo.

Para mis compis grunchi punki del instituto, eran una banda demasiado blandengue, y suerte que mi hermana (hola!) me apoyaba en el amor profesado hacia los muchachos de Adam Duritz. ¿Recomendables? Por supuesto que sí.

PD: a menudo escribo «black crows» y «counting crowes»… yo soy así…

Canciones:

Led Zeppelin: «I’m gonna crawl»

R.E.M.: «Orange Crush»

Otis Redding: «Cigarrettes & coffee»


4 Respuestas to “Counting Crows: Pero quién coño era Mr. Jones?”


  1. 1 Wen
    17/09/2013 a las 14:55

    Ya puse hace años en mi blog que para mi el mundo está dividido en dos clases de personas, los que pueden cantar Mr Jones de arriba abajo y los que no 😀
    A mi esta canción me encanta, claro, aunque me da mucha lástima siempre, no sé.
    En General Counting Crowes me gustan bastante, y me miro muchas veces sus actuaciones en el pinkpop cada x tiempo jejeje
    Saludos señor Kar!

    • 19/09/2013 a las 09:09

      Ufff… el Pink Pop de Bélgica (creo que era Bélgica, u Holanda)… en los 90s era un festivalaco! ¿Seguirá existiendo?

      No entiendo qué te da lástima de Mr. Jones… por lo menos como algo implícito a la canción.

      Un saludo, querida

  2. 3 Barón de la Birra
    19/09/2013 a las 21:10

    Curiosa coincidencia. El otro día andaba yo devorando capítulos de Scrubs (ADORO esa serie, tanto Breaking Bad, Lost ni pollas…..) como quien come kikos y en un momento de lo más emotivo, con Michael J. Fox a la cabeza, comienza a sonar A Murder of One. Pues me dio por recuperar August and Everything After, que lo tenía aparcadísimo a pesar de lo mucho que me gusta y volví a disfrutarlo como un enano, sí señor.

    No sabía que la rémora era un asqueroso pez carroñero, amigo mío. Tu blog ilustra a la par que entretiene!!

    Mit freundlichen Grüssen oiga!

    • 21/09/2013 a las 00:27

      Michael J. Fox en «Scrubs»??? desconocía ese dato!! Ya va a ser porque nunca he visto esa serie, pero sé que existe, y que creo que en algún canal cansino de la TDT celtibérica en alguna ocasión se emitió… En fin, la rémora… entrañable animalillo, my friend!!

      estos alemanes, cómo se complican la vida para las despedidas epistolares… con lo sencillo que es escribir un sentido «cuídesemele!!!»


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