A continuación, un texto que me publicaron en Norma Jean Magazine hace unos días:
No hace mucho se hacía en esta página una defensa del maquillaje. El artículo generó expectación, y en uno de los comentarios se hacía mención al tema de la cosmética masculina. Sí, amigas y amigos, la cosmética masculina sigue siendo algo poco utilizado y a veces, mal visto, tanto que no es de extrañar que, aún hoy en día, todavía aparezca el temido calificativo: ¡maricón!
Antes de empezar, dejemos claro que una cosa es estar en un escenario, o ante una cámara, y otra diferente es hacer lo que llamaríamos “vida normal”, que dicho así, suena de un gris y de un triste que echa para atrás. Sea como fuere, parece bastante obvio que el look de Brett Michaels en los 80s no se contempla en este texto. Por bien que luciera en la carpeta del LP de debut de Poison. Para mí, que pasé la adolescencia en esos benditos 90s en los que se renegaba de la artificiosidad de la década anterior, ya sabéis, maquillajes extremos, peinados construidos a base de laca, y toda esa parafernalia, los tratamientos estéticos masculinos eran, sencillamente, impensables. ¡Éramos grunges, por dios! El chico grunge no se afeitaba, se peinaba más bien poco y no se cortaba mucho el pelo. Y las chicas, nos gustaban naturales, sin maquillar. Por supuesto, vivíamos engañados, ellas SÍ se maquillaban, sólo que de un modo discreto (que no significa mejor), como bien pudimos leer en el anterior artículo sobre maquillaje.
Muy chulo el artículo, muy bien traídas las imágenes que lo acompañan y, un apunte, yo soy de las que dicen que no podría estar con un tío que se depilase, no más que yo, que lo veo difícil, soy una paranoica de erradicar pelos, igual que yo tampoco! Pero tampoco se puede ser un dejado con los pelos! Y con las cremas igual, más cremas no, igual tampoco, pero un dejado tampoco!
Pero, dejando a un lado que el tipo en cuestión pudiera gustarme o no, yo veo bien que los tíos se adentren en el mundo de la cosmética, eso sí, dejando de lado las mechas en el pelo y las cejas depiladas con forma de tía, cuando veo unas cejas así tengo que irme a otro sitio porque es que me entra una risa nerviosa que me cuesta mucho controlar y tampoco quisiera ofender 😀
Ok, vayamos por partes… tú eres entonces de las de «depilación sí»… lo del ejemplo de «más que la novia» es un rollo hiperbólico, pero fíjate, si un tío dijera «no quiero estar con una tía que use más cremas que yo» sonaría francamente extraño, lo cuál indica el estatus anormal que todavía tiene el asunto… insisto, no es un tema de competición de número de botes o de sesiones depilatorias, por histórico y un poco por la concepción masculina de los cuidados, esos ejemplos serían extraños, un hombre suele ir más a lo sencillo… pero bueno, sea como sea, te agradezco el comentario!!