La otra tarde anduve curioseando por la sección de discos de FNAC. Lo sé, ahora algunos me dirán que en FNAC hay mucha morralla, que se jactan de precios bajos cuando no lo son, que revientan a la tienda modesta, que lo que se necesita es dar apoyo a la pequeña tienda de discos, etc… y sí, seguramente tienen razón. Pero quieren saber por qué comencé a aficionarme a ir a FNAC? Pues porque tienen los discos ordenaditos, alfabéticamente, con una división estilística discutible, a veces, pero que, en definitiva, suele ser fácil encontrar lo que uno busca. Si es que lo tienen.
Les voy a confesar una cosa, me encanta la tienda Discos Revolver. El material es cojonudo y además le tengo un cariño especial porque cuando comencé a escuchar rock and roll, era mi tienda de referencia, donde tenían todo lo que buscaba, antiguo o contemporáneo, y por donde paseaba a menudo, fuera para comprar, o fuera para pasear, remenar unos discos y hacerme los dientes largos. Pero a su vez, tengo un problema con ese establecimiento: nunca encuentro nada. De acuerdo, yo soy de los que son incapaces de encontrar nada. Cuando vivía con mis padres tenía un mantra: “mama, dónde está XXXX” (sustituyan XXXX por la camisa tal o por cualquier otra chorrada). Mi madre me decía “está en YYYY” (donde YYYY es el lugar). Otro grito al cabo de dos minutos “no lo encuentro”. Y entonces mi madre venía, con ese tono entre cabreo y resignación, diciendo “a que lo encuentro yo”. Y lo encontraba, claro. No podía, obviamente, llevarme a mi madre a buscar el segundo disco de Blind Melon a Discos Revolver.
En FNAC es diferente, uno va a la B y encuentra a Blind Melon sin problemas. No nací para biblioteconomía y documentación. De todas formas, ahora ya poco importa. Las tiendas de discos, como espacio físico, están destinadas a su desaparición, como , de hecho, ha ocurrido ya con muchas de ellas. Afortunadamente, Discos Revolver aguanta, veremos por cuánto tiempo. La venta online parece ser la única tabla de salvación segura del melómano con ansias de un formato físico. Porque de hecho, las secciones de discos de las distintas FNAC son cada vez más pequeñas, dando paso a la venta de muñequitos, tazas y demás merchandising.
Como decía, hoy estuve en el establecimiento FNAC del centro comercial Diagonal Mar, y la sección de discos era paupérrima. Cuatro estanterías mal puestas. No faltaba, no obstante, esa estantería para vinilos de nuevo prensaje. Me gustan los vinilos, pero pagar las locuras que se piden por reediciones de discos clásicos en ese formato, no va conmigo. No soy, como ya comenté, un purista del vinilo, y la mayoría de música la consumo en CD. No obstante, el vinilo me sigue llamando la atención, por ese aroma a clásico y esas preciosas portadas. De modo que siempre echo una ojeada.
Pues bien, el otro día, en esta clásica ojeadilla inocente, me he topé con una reedición de lujo del primer y único LP de Pic-Nic. Si es que hay gente para todo, y una moderna para toda reedición en vinilo. Para los que el nombre de Pic-Nic no les diga nada, les diré que era una banda española folkie de finales de los 60’s donde cantaba una muchacha que pronto se haría famosa, Jeanette.
Y a qué viene este interés mío por una vieja banda folk española, se preguntará el lector? Pues porque ese LP contenía el que probablemente es el single más conocido de Pic-Nic, la canción “Cállate Niña”. Y esa canción la escuché cientos de veces en mi niñez. Mis recuerdos no me permiten dar mucho detalle, desde luego en casa de mis padres no rondaba ese LP, por lo que puedo imaginar que se trataba de un disco recopilatorio. Lo que sí que recuerdo es el formato, desde luego mi madre me pinchaba un disco de vinilo, por lo que puedo deducir que se trataba de uno de los discos recopilatorios que regalaba la extinta Caja De Ahorros Y Monte De Piedad De Barcelona. Se trata de una desaparecida entidad bancaria de la que mis padres eran clientes y que tenían la costumbre de regalar discos recopilatorios como obsequio promocional. En casa de mis padres rondan varios de esos plásticos, donde se reunían canciones de Nino Bravo o de Grace Jones o de los mencionados Pic-Nic.
Lo que tenía de particular esta canción “Cállate Niña” es que resultaba ser una canción increíblemente triste y melodramática como para ser escuchada por un crío de unos cuatro o cinco años (yo, por aquél entonces). La melodía es bonita y desde luego Jeanette tiene una dulzura muy particular al cantar. Pero la letra simula un discurso o carta abierta de una persona hacia una niña (la del título) cuya madre ha muerto. Ojo. Y no se crean que se trata de una poesía trufada de metáforas, la cosa está más que clara. Atención a las dos primeras estrofas:
cállate niña no llores más,
tu sabes que mama debía morir,
ella desde el cielo te cuidará,
callate niña no llores más.
Nunca sabrás cuanto sufrió,
ahora ella duerme sin fin,
es mejor que sea así,
no llores, no llores más.
Y la cosa no se queda aquí, toda la canción sigue el mismo patrón:
Yo quería a tu mamá,
y también a tu papá,
rezaré solo por ti,
calla niña no llores más.
¿Acaso también el padre ha muerto? Siempre tuve esa duda. Resulta una incógnita que no queda resuelta, ya que la narradora quería a la madre, de quien tenemos clara su defunción, pero usa, así mismo, el tiempo pasado para mencionar al padre, con lo que no se sabe si vive o murió como la madre, o es simplemente un defecto de recurso estilístico. Como dato, que sepan que este single estuvo 12 semanas consecutivas como número uno de las listas españolas.
El caso es que ignoro qué se le pasaba por la cabeza a mi madre cuando me ponía esta canción, una canción horrorosa capaz de traumatizar a cualquier niño con un mínimo de sensibilidad. A mí, desde luego, me hundía la mañana. Me horrorizaba, y me daban ganas de llorar. De modo que les dejo este vídeo para que ustedes también puedan reflexionar sobre la fugacidad de la vida, el tempus fugit y todas esas cosas. Buenas noches.
Canciones:
Vampire Weekend: “Holiday”
OC: “Times Up”
The Jon Spencer Blues Explosion: “Dang”
Oh cielos, esta canción… ¡ESTA CANCIÓN! Debería ser declarada «crímen contra la humanidad»… Yo he sido siempre muy madrera, y entre esta canción y la serie de dibujos de Marco (que me pillaron a la vez) pasé una época muy mala… Tenía un miedo atroz a perder a mi madre, lo recuerdo perfectamente, a no volver a verla, y ella me cuenta que la agarraba de la falda todo el rato y que le pedía fotos suyas para tenerlas de recuerdo (nunca me dio ninguna). ¡No se rían, coñe, que lo pasé muy mal! 😛
Creo recordar que lo que había en mi casa era un single de Jeanette, porque no recuerdo al grupo ni recuerdo más canciones, y creo que era un disco de mi hermana. Lo ponía a menudo y me echaba a llorar yo sola. Es que ese «ya desde el cielo te cuidará, cállate niña no llores más» tenían un efecto matador. Curiosamente nadie me quitó el disco. En mi casa nadie me quitaba los discos ni me prohibía acceder al tocadiscos (que era un trasto grande y delicado, con pinta de caro), cosa que hoy en día me sorprende porque lo usaba desde que era una cría muy pequeña.
Totalmente de acuerdo… qué tenían los adultos que querían traumatizar a los niños en los 80’s con canciones como esa, o series lacrimógenas como Marco?? Entiendo, desde luego, tus sensaciones, créeme…
Joder, chaval… Al principio estaba flipando, pero yo también he oído esa canción, no tanto como tú, pero me sonaba entera. Es que, claro, la melodía es bonita y la voz también aunque sea casinísima, así que lo normal sería escucharla sin hacer caso a la letra que menos tacto no podía tener… Me imagino que es que somos de la misma quinta, ya no me acuerdo bien, pero en aquella entrada de tu cumple último creo que no sé, o tienes uno o dos menos o uno o dos más, creo.
Vaya recuerdos 😀 Yo tengo uno nitidísimo de el salón de mi casa con todo patas arriba de limpieza de sábado, yo demasiado pequeña para ser requerida a limpiar pero suficiente como para entretenerme haciendo crucigramas y, de fondo, una cinta recopilatoria de los beatles que hizo que me encantaran para siempre. No soy fan, pero me recuerda a esos años en que una vivía protegida…
Bueno, no me digas que escuchar The Beatles de fondo mientras mamá limpiaba un sábado, no debía tener su aquél…
Tío, doce semanas!!!!! es increíble…
Hummm… 12 semanas… de diferencia de fecha de nacimiento? año incluído? … esa generación del 79 buena!!!
Jajajaja, noooo, doce semanas el disco en número uno, lo ponías en el post… eso es lo increíble.
La generación del 79… psé, no está mal 😛 yo soy del 81, de diciembre concretamente, así que me falta poco para los 31. La crisis de los 30 me dió en toda la frente pero se me pasó pronto, tengo ganas de que llegue mi cumple. ¿El tuyo no es en invierno también?
Ok, 12 semanas, claro… estaba medio dormido… y sí, mi cumpleaños es casi en invierno, 30 de noviembre, acepto todo tipo de regalos 😉