Cómo acabé dandole una oportunidad, es algo que todavía no entiendo. Yo, el rey de los prejuicios. Recuerdo haber comenzado a ver el primer episodio una vez, en su pase por canal +, en un hotel hará dos o tres años, y no me motivó ni para acabar el capítulo. Pero afortunadamente le di otra oportunidad. Y bueno, he de reconocer que estaba equivocado. Todos esos clichés fantásticos, todo ese sexo, todas esas drogras, toda esa música, todas esas actitudes son tratadas con ironía, con cariño, con sentido del humor y con gracia.
Cómo no iba a identificarme con Hank Moody, escritor en crisis literaria, personal y amorosa, un personaje estupendo. Ahora más que nunca. Y amigos, si estáis leyendo estas líneas tras unas semanas de ausencia frente al teclado, es gracias a nuestro colega Hank. Demosle todos gracias a Hank. Por cierto, soy el único que ve ciertos paralelismos entre Hank Moody y Hank Chinasky?
Con esos episodios en los que sabes que habrá una escena de sexo con una señora estupenda mostrando su cuerpo a excepción de la zona genital, la serie ya tiene un interés. Y eso que el escándalo que pueda haber armado el sexo en la serie es ridículo si lo comparamos con cualquier película de Vicente Aranda. Y sin embargo, tengo una queja amarga: el final de la primera temporada tiene un último giro lamentable, que en mi opinión, destroza el final. Parece como si nadie apostara por la continuación de la serie y quisieran darle un carpetazo rapidito.
Afortunadamente hay una temporada 2 y una 3. Afortunadamente, creo, aunque no estoy del todo seguro. Tendré que verlas.
Canciones:
Fun Lovin’ Criminals: «Classic Fantastic»
Oasis: «Champagne Supernova»
Afghan Whigs: «Crazy»