b) estos hijosdeputa de los franceses no hacen el menor esfuerzo por comprender lo que dices
En cualquiera de los casos, me está bien empleado, porque sólo hablo francés para dármelas de hombre de mundo. En realidad, me entienden mejor cuando uso el inglés. En el avión me encuentro a Sergi López, y como si no lo tuviera ya aborrecido, de tal brutal promoción que se ha hecho de su película, me lo vuelvo a encontrar en la cafetería del aeropuerto, ya en París.
Por otra parte, todo el mundo sabe que los franceses son imbéciles. Los ingleses también, pero por lo menos ellos tenían música interesante y algunos actores míticos. Hay que decirlo más. Jamás entendí este afrancesamiento de la que quiere ser llamada algo así como la élite cultural o social de Catalunya.
Ceno en un restaurantillo y me pongo como un gorrino de cous-cous, que muertico de hambre estaba, mientras leo un libro de Roberto Bolaño porque todo el mundo anda que no caga con Roberto Bolaño, seguramente porque es un escritor muerto, y los escritores muertos molan, como el sueco ese que está tan de moda. Y aunque de momento me está gustando, lo cierto es que tuve en las manos la celeberrima «2666» y me eché atrás porque sus casi mil páginas me pareció algo excesivo, y elegí este otro, más corto. ¿Os he contado alguna vez que no soporto dejar un libro a medias? Aunque sea un coñazo.
No hago gran cosa más, y es que el madrugón está haciendo mella y encima, el mando de la tele no funciona, y amigos, no hay nada más triste que ver la tele en un hotel y no poder hacer zapping. Pónganle a esto un fondo con el característico bending del tema de Paris, Texas. De modo que apagada queda. Cambio y corto.
Canciones:
The Scorpions: «Rock You Like a Hurricane»
Gabin: «Doo uap, doo uap, doo uap»
Stevie Ray Vaughan: «Theme from Paris, Texas»