En definitiva, un desastre, sí, pero no peor que muchísimas otras películas. De hecho, insisto, no entiendo cómo nos podía gustar tanto Dragon Ball (AKA Bola De Drac). Ok, puedo pensar que la primera parte de la serie tenía su aquél, por ser una serie infantil pero no tanto, con algunos puntitos de humor y un cierto sentido cutre del erotismo, cutre, sí, pero latente. Diablos, la vi por vez primera un verano de hace 19 años!! Diez añitos tenía cuando TV3 comenzó a emitir “Bola de Drac”, por las tardes, a las 20’30, de manera que salía a jugar a la calle y a las 20’30, a casa a ver a Goku. Y luego, Corrupción en Miami en TVE1. Songoku hizo mucho más por la inmersión lingüística del catalán que docenas de campañas institucionales.
Pero reconozcámoslo, Dragon Ball Z era una mierda sobrehumana! Y sí, durante unas temporadas, ahí estaba, cada tarde después del cole, mirando eso. Y si sólo fuera mirando… recuerdo una época no tan lejana, aunque ahora parezca el Jurásico, en el que no había apenas información acerca de Bola de Drac, ni los cómics se encontraban en España, y los críos nos dedicábamos a pasarnos y coleccionar… fotocopias de dibujos de Dragon Ball!! no sé cómo empezó, un niño del cole vino con una fotocopia de un dibujo de Songoku, probablemente fotocopiado de un cómic, o algo así. Este niño se lo pasa a otro que se lo fotocopia, y este otro, a otros más, que resultan tener otras hojas con otros dibujos… y así, completando una de las colecciones más estúpidas que jamás he visto, acumulando docenas de folios con fotocopias de Goku luchando, del jodido dragón, de Bulma (y sus tetas enormes, reconoced, amigos que todos vosotros os fijábais en las tetas de Bulma y queríais tocar unas iguales en una mujer de verdad)… de lo que fuera, todo valía. Y todo el colegio tenía en mayor o menor medida, su colección particular. Claro, los que hicieron el negocio, durante unos meses, fueron los estancos y quioscos con fotocopiadoras. Luego Planeta DeAgostini publicó los cómics, y en las librerías especializadas comenzaron a verse originales del manga japonés (en japonés, claro). Y lo más patético es que los niños los comprábamos. Yo me compré uno, creo recordar, total, otra inversión absurda de mi vida. La cara de mi madre al ver a su hijo gastándose cuartos en un tebeo de tamaño media cuartilla y en japonés fue un poema. Pero como iba diciendo, Dragon Ball Z resultó ser una mierda inmunda, y a medida que avanzaba la serie, más mierda se hacía. O tal vez sería yo el que crecía. No, no, era y es una mierda, esos combates contra Freezer o contra Célula, más largos que el terreno de juego de Oliver y Benji, ese dramatismo cutre… una basura.
Con el tiempo, me agobió la serie y me desenganché de ella. Probablemente me interesaron más las tetas de las chicas de mi clase que las de Bulma. Y en sus sucesivas reposiciones he intentado ver, y adivinar qué había de tan atractivo en esa serie. Y así como Dragon Ball (la primera) todavía tenía su aquél, por tener una cierta base infantil y humorística, la repetitividad, la pretenciosidad y el dramatismo de Dragon Ball Z me parecentan poco interesantes que no entiendo cómo pude aguantarla tanto tiempo. Pero de lo que está claro, es que marcó un hito en mi generación, como pudo serlo Mazinger Z para generaciones anteriores. Por lo que muy pronto, habrá anuncios de la tele con referencias a Goku y sus putas bolas. Al tiempo.
Canciones.
The Answer: “Tonight”
Joy Division: “Love Will Tear Us Appart”
Hanoi Rocks: “Fashion”