Ya había descubierto el truco, el gran secreto de la sala Bikini. O eso pensaba. De modo que para el siguiente concierto allí, ya estaba preparado. En ese caso, eran los Hellacopters. De entrada, y nada más acabar, me encontré con Tyla, de los Dogs D’Amour en el concierto. Y no sé por qué, le pedí la dichosa firmita. Como no tenía dónde, me firmó en el libreto del CD de los jelacas. Al tío le extrañó, pero le hizo gracia. Nadie más le estaba agobiando, aunque la verdad es que saludó, firmó y aire. Claro que con quien quería charlar era con los Hellacopters, banda que por aquél entonces me encantaba, y estaban en su mejor momento. Así que al acabar el show, salí dirección al parking… pero estaba cerrado con una reja. Y efectivamente, tras la reja, al fondo, se veían a los pipas de la banda y a los propios jelacas entrar y salir. Me recuerdo como un histérico llamando a gritos a Robert Hellacopter, pero el muy hideputa se limitó a saludar con la mano, por no subir 40 metros de cuesta y firmar a través de la reja. Cosas que pasan, pero claro, no hablamos de Mick Jagger, hablamos del puto bajista de los jelacas. De modo que esa noche el autógrafo de Tyla fue el único que conseguí.
Hablando de Mick Jagger, se dice, se comenta que al acabar el primer concierto que vi de los Stones, gira «Bridges to Babylon» en el 98, sería, se fue a pegarse unos bailoteos en el Luz de Gas de Barcelona, la única sala de la ciudad abierta 365 días al año. No frecuento ese lugar, pero desde luego sería un subidón encontrármelo, ni que fuera de camino a su reservado VIP. Ahora me temo que a sus 65 años, ya no creo que esté para irse de fiesta post-concierto. O tal vez sí.
Otros que se mostraron simpáticos fueron Simon Fowler y Steve Craddock, de Ocean Colour Scene (banda a reivindicar!!!), quienes hicieron un conciertillo acústico para fanses en FNAC y luego firmaron y saludaron a la gente. A ver, sus discos me gustan mucho, pero aquello fue más que nada cosa de Lae, verdadera fan fatal. Tanto es así que le acabé regalando mis CD’s que habían firmado con su nombre. Yo me compré otras copias.
Ahora, el momento más fan fatal, pero que sin embargo, no recuerdo con ridículo (como sí lo hago con el tema Hellacopters) sino con cariño fue en un concierto de Iggy Pop. El bueno de Iggy presentaba su disco en solitario Avenue B, de hecho, creo que no ha vuelto a hacer más giras en solitario por estos lares, cosa que creo que viene siendo ya necesaria. Que disuelva a los Stooges y vuelva a tocar solico. En fin, el caso es que ya se sabe cómo es Iggy, siempre busca el contacto con los fans. Lo que ocurre es que en esa ocasión, los seguratas de Razzmatazz se ensañaron más de la cuenta, incluso durante la interpretación de «The Passenger», en la que Iggy invita al público a subir a las tablas. El propio Iggy les llamó la atención en varias ocasiones. El caso es que durante un momento de la actuación se acercó al borde del escenario, hacia la zona donde estaba yo, y de repente, como un resorte, salté directo a estrechar la mano de la iguana. Y lo hice. Yo y varios fans más, quede claro, pero ya os digo, me veo en la tesitura y no me reconozco saltando como un ninja y chocando la mano de Mr. James Osterberg. Qué tío. Iggy, me refiero.
Finalmente, y para cerrar esta sarta de anécdotas fan, contaré que una vez les envié un e-mail a los Fun Lovin’ Criminals. Fue hace unos años, al principio de ponerme Internet en casa. Me metí en su página, y vi el típico e-mail de «contact us». Les mandé un mail con todo el rollo soysfantásticosmaravillososgeniales y además les dije (algo que todavía suscribo) deberían publicar un disco en directo, puesto que sus temas cambian bastante en vivo. Recibí respuesta, sí. Un lacónico «thanks for the love». Ahí acabaron mis momentos fan fatal. Por lo menos hasta ahora.
Canciones:
The Beatles: «Drive my car»
Aimee Mann: «Wise Up»
The Firm: «You’ve lost that feelin'»