Una entrada del año pasado, que recupero porque todavía estoy noqueado por el concierto de los Rolling Stones de hace unos días…
Con once años conoció a un primigenio Buddy Holly y supo que quería ser músico (entonces ni siquiera se conocía el término “rockero”). Con trece años consiguió su primer saxo que, a la postre, ha acabado convirtiéndose casi en un apéndice de su boca. A esa edad comenzó a tocar ocasionalmente en bodas y celebraciones varias, pero fue con quince cuando se unió a una banda y dejó atrás una vida “normal” en Slaton, Texas, para vivir una vida de auténtico rockero. Y me refiero a una vida de tocar seis veces por semana por el medio oeste, siendo el más chinorri de la banda, durmiendo en moteles de mala muerte y chupando carretera, mucha carretera. En 1963, en San Antonio, Texas, vería un concierto de The Rolling Stones, experiencia que le noqueó. Pero su vida de carretera duró más, dejó esa banda, fichó por Stax Records y al poco entró en el grupo que daría un cambio de orientación a su vida, los Mad Dogs and Englishmen con la que el gran Joe Cocker hizo las Américas, un circo de músicos talentosos luchando por hacerse notar, en la que había gente como Leon Russell.
Su relación con los Stones comenzó en la grabación de Let It Bleed, aunque luego también tocó con tipos como George Harrison (All Things Must Pass), Eric Clapton, Humble Pie, The Faces, Nilsson, John Lennon, Ringo Starr, Lynyrd Skynyrd, o B.B. King. Pero es por su relación con los Stones con la que consiguió cierta popularidad. Desde 1969 se convirtió en un colaborador fijo de Sus Satánicas Majestades hasta la actualidad. Y lo cierto es que en Bobby Keys, Keith Richards encontró la horma de su zapato. Si durante los 70’s, Keith estaba pasado de sustancias varias y se dedicaba a las fiestas, a beber como un cosaco o a destrozar suites de hotel, Bobby era su colega para todas esas actividades. Que había que tirar un televisor desde la planta décima del hotel? Pues ahí estaba Bobby para echar una mano! Si las giras de los Rolling Stones fueron extremas durante la década de los 70’s, no cabe duda de que Bobby Keys se adaptó a la perfección.
Ni que decir tiene que es uno (si no el mejor) de los mejores saxofonistas de rock de la historia, y una gema que pueda resumir su carrera es el gran desarrollo cósmico de “Can You Hear Me Knockin’”. Además de publicar algunos trabajos poco reseñables como solista, y de realizar otras colaboraciones, no sólo tocaba con Keith Richards en los Stones sino que éste también le reclutó para esa banda bizarra que dio en llamar New Barbarians.
A veces me pregunto qué debe pensar hoy, en 2006, y con 63 años, Bobby Keys de sus antiguos colegas Mick, Keith y Charlie. Son parecidos, en edad, en background, y se conocen desde hace 35 años, pero desde luego son diferentes. Bobby Keys ha aceptado su rol de músico, siempre a las órdenes de primas donnas, siempre tocando material ajeno, más o menos impuesto, siempre en segundo plano. Son sus amigos (supongo… bueno, más o menos), pero también son sus jefes. Hay que tener la cabeza bien amueblada, haber visto de todo, haberlas pasado de todos los colores (y de eso, no me cabe duda que ha hecho un master) y disfrutar. Desde luego, la de Bobby Keys es toda una vida dedicada al rock n’ roll, y por ello, vaya desde aquí mi homenaje.
Canciones:
Pearl Jam: “World Wide Suicide”
Keane: “Is it any wonder?”
David Lee Roth: “Just a gigolo”
grande muy grandeeeeeee!!!!!!Gracias por recordarmelo :)Besos
Impresionante actuación se marcó el otro día en Madrid…
ciertamente, si hay que buscar el genuíno rock n’ roll, se puede pasar por el amigo bobby keys… lo que se dice un secundario de lujo… y una autobiografía suya, sin censuras, debería ser brutal!!